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¡Despertad! 1997
g97 8/1 págs. 22-25

El Cuervo. ¿Qué lo hace diferente?

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN CANADÁ

“Torvo espectral y antiguo cuervo, que errando llegas de la orilla de la noche. [...] ¡Aparta tu pico de mi corazón, aleja tu forma de mi puerta! [...] El cuervo dijo: ‘Nunca más’.”—Edgar Allan Poe, “El cuervo”.

¿QUIÉN esperaría algo de esta ave de tonalidad sombría y graznido lastimero? A los no iniciados en el tema puede parecerles a primera vista una simple corneja grande. No llama inmediatamente la atención como el arrendajo azul, su vistoso primo de plumaje azul intenso. Y aunque se lo incluye en el suborden de los paseres, o pájaros cantores, pocos calificarían su graznido de melodioso. Aun así, no lo subestime, pues aunque no sea buen cantor ni vistoso, tiene muchas otras virtudes. El cuervo posee belleza y características muy peculiares. De hecho, muchos expertos en aves lo clasifican en un grupo aparte.

Rasgos característicos

El cuervo común (Corvus corax) es, con mucho, el mayor y más digno de la entera familia de los córvidos. Puede pesar más del doble de lo que pesa una corneja, mide alrededor de 60 centímetros de longitud y su envergadura es de aproximadamente un metro. Se diferencia de aquella por tener el pico más robusto y la cola larga en forma de cuña. Si se observa cuidadosamente, se apreciarán también las características plumas hirsutas que tiene en la garganta. Es famoso por remontarse en el vuelo, en tanto que la corneja tiende a aletear y planear.

El cuervo está catalogado como la mayor de todas las aves que se posan. Al ver esta gran ave descansando sobre la rama de un árbol, uno se pregunta cómo es que no se cae. Pues bien, aunque posee detrás de las patas una fuerte garra para asirse a las ramas, el secreto reside en el mecanismo de cierre que lleva incorporado. Al posarse, los músculos y tendones aumentan automáticamente la presión de los dedos sobre la rama, a modo de puño. Sus patas fuertes y de gran utilidad también están adaptadas para caminar y arañar, proporcionándole los medios para obtener alimento en los más variados entornos.

Zona de distribución y vuelo del “rayo negro”

Muy pocas aves tienen una zona de distribución tan vasta como el cuervo. Es, en realidad, un vagabundo. Se encuentra en muchas partes del hemisferio norte. Habita en lugares tan disímiles como los desiertos, los bosques de coníferas de Canadá y Siberia —donde fabrica nidos complejos con ramas y otros materiales en los árboles altos—, los acantilados de las costas de Norteamérica y Escandinavia, y la tundra e islas del océano Ártico. El desierto parece ser el común denominador de su medio, ya que el cuervo es, normalmente, un ave del desierto.

Ejemplos de sus diversos hábitats se hallan en la tierra de la Biblia, donde residen dos variedades del gran cuervo negro. La una ocupa las grandes extensiones desérticas del sur, mientras que la otra vive en las regiones del norte. El cuervo negro anida en los escondrijos y hendiduras de los barrancos. Jehová se valió de los cuervos para alimentar a Elías cuando este se ocultó en el valle torrencial de Kerit. (1 Reyes 17:3-6.) Así mismo, las palabras de Isaías con respecto a los cuervos que habitaban el “vacío y las piedras de lo desierto” en Edom describen el hábitat de estas aves. (Isaías 34:11.)

Los cuervos son magníficos voladores. Da gusto verlos remontarse sin esfuerzo en amplios círculos, explorando el suelo con la vista en busca de alimento. Realizan acrobacias aéreas con gran facilidad —como dar volteretas o volar en posición invertida—, sobre todo durante el cortejo, y, por lo visto, a veces por puro placer. Bernd Heinrich describe muy bien su vuelo en Ravens in Winter (El cuervo en invierno): “Se lanza en picado y en espiral como un rayo negro que cae del cielo, o avanza a toda velocidad con movimientos fluidos y suaves”. A lo que añade que es “el dechado de los aires, y mucho más”. Se ha atribuido a la potencia de su vuelo el que el cuervo haya sido la primera criatura que Noé soltó del arca en el tiempo del Diluvio. (Génesis 8:6, 7.)

Ladronzuelos adaptables e ingeniosos

Los naturalistas consideran que el cuervo es una de las aves más adaptables e ingeniosas. Como dice una fuente, “su astucia es legendaria”. Es capaz de adaptarse a cualquier situación por difícil que sea, en especial si se trata de comida. ¡Y, por supuesto, el no tener remilgos para comer lo beneficia! El cuervo ingiere casi todo cuanto cae en sus garras: frutos, semillas, nueces, peces, carroña, animales pequeños y desperdicios. Tampoco es melindroso respecto a los lugares donde busca el alimento; de hecho, en las regiones septentrionales de su hábitat y con temperaturas bajo cero, excava en la nieve para saquear las bolsas de basura. Además, sigue a los cazadores y pescadores durante días, intuyendo de algún modo que a su tiempo habrá comida para él.

Los miembros de la familia de los córvidos son conocidos ladronzuelos, y los cuervos no son la excepción. No tienen reparos en robar el alimento de otras aves o mamíferos, y se les ha visto burlar a los perros. Para ello se turnan entre dos: uno distrae al perro, mientras que el otro se abalanza y le arrebata el alimento. En el arte esquimal se pinta a un astuto cuervo robándole el pescado a un hombre que pesca en el hielo.

Los cuervos tienen una relación muy especial con los lobos y acostumbran seguir a sus manadas. Se alimentan de la caza de estos y, otra vez, parecen disfrutar haciendo travesuras mientras cenan. El biólogo especialista en lobos L. David Mech informó haber visto a los cuervos gastar bromas a los lobos. Cuenta que uno se acercó caminando a un lobo que descansaba, le dio un picotazo en la cola y luego saltó a un lado cuando el lobo quiso morderlo. El pájaro dejaba que el lobo se le acercara a un paso de distancia antes de huir volando; entonces volvía a caer unos pasos más allá y repetía la pirueta. Se cuenta el caso de otro que jugaba al corre que te alcanzo con unos lobeznos. Cuando estos se cansaban del juego, el cuervo se sentaba a graznar hasta que los cachorros comenzaban a jugar de nuevo.

La revista Canadian Geographic alude a una transmisión radiofónica procedente de Yellowknife, en los territorios del Noroeste, en la que se decía que los cuervos se posaban en las pendientes de los tejados metálicos de los edificios comerciales y, al parecer, esperaban que algún transeúnte desprevenido pasara por debajo para hacer que la nieve acumulada resbalara y le cayera encima. No es de extrañar que los indios haida de la costa oeste de Canadá llamen al cuervo “tramposo”.

Vocalizaciones y aptitud para el aprendizaje

El “vocabulario” del cuervo es excepcionalmente rico y variado. Aparte de su reconocidísimo graznido, de tono grave y penetrante —el cual se considera una señal de que ha advertido alguna perturbación—, se dice que sus vocalizaciones manifiestan ternura, felicidad, sorpresa, excitación e ira. También es capaz de imitar el reclamo de otros pájaros y, sobre todo, de remedar perfectamente a la corneja.

Aún se discute hasta qué grado es posible enseñar al cuervo a hablar. No obstante, en su libro Bird Brains (El cerebro de las aves), Candace Savage documenta relatos de cuervos domesticados a los que se enseñó a imitar el lenguaje humano. Cuenta la leyenda que el poeta Edgar Allan Poe adquirió un cuervo y se esmeró por enseñarle a pronunciar con su melancólico graznido la palabra nevermore (nunca más), lo que inspiró su famoso poema El cuervo, en el que describe a un joven que llora la muerte de su amada.

Existe un consenso general respecto a la capacidad de aprendizaje del cuervo. Si fuera posible clasificar las aves atendiendo a su grado de inteligencia, seguramente el cuervo encabezaría la lista. El biólogo Bernd Heinrich comenta que el cuervo “es, presumiblemente el cerebro del mundo de las aves”. Dice que “los cuervos manifiestan perspicacia cuando se los somete a prueba”. En un experimento, un cuervo descubrió en seis horas cómo alcanzar un pedazo de carne que estaba suspendido de una vara, mientras que treinta días después las cornejas aún seguían intentando resolver el problema. Incluso se ha enseñado a algunos cuervos a contar. Su inteligencia quizás contribuya a su longevidad, pues el cuervo vive más de cuarenta años en su hábitat natural y puede alcanzar hasta los setenta años en cautividad. Naturalmente, cualquier aptitud del cuervo es obra de la sabiduría de su Creador.

Este pájaro es extensamente conocido, y quienes saben de sus cualidades especiales lo respetan. Figura en las leyendas de los pueblos de todo el mundo. Escritores del pasado y del presente lo han hecho famoso. (Véase el recuadro de la página 24.) En efecto, el cuervo es un ave interesantísima. Pero ¿qué podemos decir de su belleza?

Belleza propia

Pues bien, ¿ha oído hablar del ‘cabello negro como el cuervo’? (Cantar de los Cantares 5:11.) Su plumaje negro lustroso, con destellos azul metálico y púrpura —a veces con un toque verdoso en la parte inferior de las alas—, hacen que la alusión sea muy apropiada. Visualícelo volando en lo alto del cielo, con su considerable tamaño y su negro y brillante plumaje, destacándose en la yerma inmensidad de su hogar desértico. O imagínese el contraste que hay entre esta refulgente ave de color negro azabache y la nieve blanca y limpia que acaba de caer. Los pintores han plasmado la belleza del cuervo. El pintor Robert Bateman recuerda: “Me sentía atraído por las maravillosas faldas nevadas del parque Yellowstone, un paisaje majestuoso, brillante, que combinaba muy bien con la enérgica figura del cuervo”.

Realmente podemos decir que en lo que respecta a belleza, historia, distribución geográfica, vuelo, astucia y resistencia, el cuervo es un ave distinguida.

[Ilustración y recuadro de la página 24]

El cuervo en las leyendas y la literatura

LEYENDAS:

Las leyendas chinas, egipcias, griegas, semíticas y siberianas pintan al cuervo como anunciador de tormentas y del mal tiempo. Quizás estas leyendas hayan tenido su raíz en el relato de Noé y el Diluvio.

El cuervo es símbolo de vida y creación en las leyendas de Siberia, y era el dios-creador de los aborígenes de Norteamérica.

En las leyendas de África, Asia y Europa, el cuervo presagia la muerte.

LITERATURA:

En la Biblia, el cuervo goza de la distinción de ser la primera ave a la que se menciona por nombre. (Génesis 8:7.)

Los cuervos de Shakespeare son ante todo aves malignas y de mal agüero (Julio César, Macbeth y Otelo), pero también benefactores que alimentan a los niños abandonados. (Tito Andrónico, El cuento de invierno.)

Charles Dickens representó al cuervo como un personaje divertido en Barnaby Rudge.

En su poema El cuervo, Edgar Allan Poe relacionó el cuervo con el amor perdido y la desesperación.

[Ilustración y recuadro de la página 25]

Lecciones aprendidas

Podemos aprender varias lecciones del cuervo. Fue el propio Hijo de Dios quien dijo: “Reparen en los cuervos, que ni siembran ni siegan, y no tienen ni troje ni granero, y sin embargo Dios los alimenta”. (Lucas 12:24.) En vista de que su hogar se encuentra generalmente en lugares desolados, deben explorar una amplia zona para procurarse alimento. Son fieles a su pareja a lo largo de toda la vida, y son padres abnegados. Cuando anidan, tienen que conseguir alimento constantemente para silenciar los estentóreos chillidos de sus hambrientos polluelos. En la lección que Jehová le dio a Job sobre la sabiduría reflejada en la creación, incluyó el cuervo como ejemplo. (Job 38:41.) Si Dios provee al cuervo de lo que necesita, un ave que la Ley mosaica declaró inmunda, podemos estar seguros de que no se olvidará de las personas que confían en él.

[Reconocimiento de la página 23]

Cuervos de las páginas 23 a 25: ©1996 Justin Moore

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