De nuestros lectores

Diversiones Concuerdo en que nosotros, los jóvenes, tenemos muchas maneras sanas de divertirnos, como decía el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo divertirme?” (22 de septiembre de 1996). Podemos ir a un museo, a un parque zoológico, a comer al campo o a una reunión social. Incluso los que no disponemos de muchos medios económicos podemos pasar buenos ratos invitando a otros jóvenes a nuestra casa para comer o participar en algún juego.

V. A., Brasil

Una gata heroica Deseo decirles lo mucho que me gustó el artículo “Apego materno por sus hijos”, publicado en el número del 22 de septiembre de 1996. En mi país existe un gran desenfreno sexual y muchas jóvenes no vacilan en recurrir al aborto. Opino que la gata llamada Escarlata constituye un excelente ejemplo de madre entregada.

E. B., Malí

Me emocionó leer la historia de Escarlata, la gata que demostró tanta intrepidez al salvar a sus crías de un garaje en llamas. Muchas personas podrían aprender bastante de ella. Me parece magnífico que publiquen artículos de este tipo.

D. W., Alemania

La conmovedora historia de Escarlata y sus gatitos fue el artículo más convincente que jamás había leído sobre el aborto.

J. G., Estados Unidos

No pude contener las lágrimas cuando leí el artículo. Siempre me han gustado los animales de todo tipo y aprecio las lecciones que Jehová nos enseña a través de ellos. Me angustia pensar que personas “inteligentes” no atiendan a sus hijos con el mismo interés.

C. C., Estados Unidos

Tinnitus Muchísimas gracias por el artículo “El tinnitus. ¿Es posible vivir con semejante ruido?” (22 de septiembre de 1996). Llevo seis años padeciendo este mal, y temía que se trataba de una enfermedad incurable, pues ningún médico había podido darme el nombre de mi dolencia. Leer el artículo me ha tranquilizado. Ahora trato de soportarlo mientras espero el nuevo mundo de Dios, donde nadie estará enfermo. (Isaías 33:24.)

C. F., Italia

Empecé a sufrir este trastorno hace diez años. Aunque fue terrible pensar que oiría este ruido constantemente, ya estoy aprendiendo a vivir con mi ruidoso oído. De todas formas, anhelo el día en que, gracias a Jehová, vuelva a oír el SILENCIO.

J. S., República Checa

He padecido tinnitus durante los últimos dos años y medio y me he sometido a todo tipo de exámenes médicos, incluso un escáner (TAC) del cerebro. La ansiedad y la tensión me han frustrado mucho. Sin embargo, tras leer su artículo, estoy aprendiendo a vivir con este mal.

M. G. T. F., Sri Lanka

Mi esposo padece tinnitus. También sufre depresión grave. Esta información me ha ayudado a tenerle más empatía. A veces el ruido le resulta muy molesto, y debo admitir que no he sido todo lo compasiva que debía ser. Agradezco sinceramente la redacción lógica de este artículo. Estoy convencida de que contribuirá a que muchos cónyuges de personas que padecen tinnitus les muestren más comprensión.

L. F., Estados Unidos