De nuestros lectores
La tolerancia Tengo 22 años y deseo agradecerles el reportaje “La tolerancia: ¿ha ido demasiado lejos el mundo?” (22 de enero de 1997). Los jóvenes cristianos afrontamos muchos retos. Estos artículos me animaron a no ser extremista y reafirmaron mi resolución de servir a Jehová pese a las presiones del mundo.
M. B., Italia
El cuervo Me encantó el informativo reportaje “El cuervo. ¿Qué lo hace diferente?” (8 de enero de 1997). Tengo 18 años y acaban de contratarme como naturalista de tiempo parcial en un centro ecológico de la zona. Entre sus inquilinos hay dos bellos cuervos. Me consta que, como decía su artículo, son muy inteligentes. Pienso mostrarles el reportaje a mis compañeros.
J. C., Estados Unidos
La información que presentaron fue muy objetiva e interesante. En la universidad ghanesa a la que asisto sabemos muy bien que las aves de la familia de los córvidos son ladronas notorias. Hay constancia de que los cuervos roban aquí cosas tan diversas como pescado y jabón. Se cuenta que hasta han destapado las cacerolas de los estudiantes y se han comido los alimentos.
F. A. A., Ghana
Diversión en la cocina Muchas gracias por el artículo “La cocina puede ser divertida” (8 de enero de 1997). Me han sido muy útiles las conversaciones junto al fogón. Cuando pelaba papas o cebollas, mi madre me enseñaba a amar a Jehová y me animaba a servirlo plenamente. Aquellas charlas fueron especialmente útiles durante la difícil etapa en que mi padre se opuso a nuestra religión. Posteriormente mi madre y yo tuvimos la dicha de verlo hacerse siervo de Jehová. Además, aprendí recetas muy sabrosas.
A. M. M., Italia
Como trabajo de cocinera para alguien del mundo del espectáculo, tengo muchas oportunidades de hablar con las visitas, a veces celebridades, mientras me afano en la cocina. Allí guardo algunas publicaciones bíblicas en una gaveta. Una vez conversé en la cocina con un visitante, que luego regresó para seguir dialogando. Mientras estaba ocupada friendo pollo, él leyó en alta voz de mi libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación! Tienen razón: la cocina es un lugar que puede ser divertido.
A. R., Estados Unidos
Confesar los pecados Soy un anciano de congregación que deseo expresarles mi gratitud por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Debo confesar mi pecado?” (22 de enero de 1997). Este artículo ha movido a varios jóvenes a confesar graves transgresiones cometidas hace ya algún tiempo. Es un gozo ver que, después de haberles ayudado con cariño, estos jóvenes han reanudado su relación con Jehová, decididos a mantenerse puros.
O. B., Italia
Gracias al artículo entendí que no hablar es muy perjudicial. Aunque se pase vergüenza y bochorno, al confesar el pecado a Jehová y a los padres, uno disfruta de una relación más estrecha con ellos.
B. K., Guyana
El artículo salió cuando más lo necesitaba. Me ayudó a ver que tenía que contarles a mis padres y a los ancianos de la congregación lo que había hecho. Parecía que estaba escrito para mí. Cuando al fin les expliqué mis problemas, me sentí mucho mejor.
A. A., Estados Unidos