El euro: nueva moneda para un viejo continente
CON alegría, el ministro de finanzas francés mordió la moneda y declaró: “Es auténtica, no es de imitación. Y es la primera que se produce en Francia y en toda Europa”. Hablaba del primer euro acuñado en la Casa de la Moneda de Francia. Era el lunes 11 de mayo de 1998.
¿Qué es el euro? ¿Qué efecto tendrá en las amas de casa, los trabajadores, los turistas y los negocios de Europa? ¿Tendrá repercusiones en la economía mundial? Antes de deshacerse de sus marcos alemanes, liras o francos, sería conveniente saber las respuestas a estas preguntas.
¿Cómo surgió la idea?
Cuando el Tratado de Maastricht transformó a la Comunidad Europea en la Unión Europea (UE) el 1 de noviembre de 1993, uno de los objetivos fundamentales era introducir una moneda única para los Estados miembros.a Europa no tenía una moneda común desde tiempos romanos. Se decidió que se llamaría euro. No todos los países de la comunidad participan en esta unión monetaria. Solo 11 de los 15 Estados de la Unión Europea se hallan actualmente en condiciones de utilizar el euro. Estos países son Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos y Portugal. Grecia no cumplió los requisitos económicos para utilizarlo. Los tres Estados restantes, Dinamarca, Gran Bretaña y Suecia, han optado por no integrarse de momento.
La introducción del euro será gradual. A partir del 4 de enero de 1999 empezó a utilizarse en los mercados de cambio internacionales para las transacciones sin movimiento de efectivo. Las monedas y billetes del euro se pondrán en circulación durante un período de seis meses que se iniciará el 1 de enero de 2002, después de lo cual las monedas anteriores de los Estados miembros probablemente se queden obsoletas y pasen a formar parte de museos y colecciones de recuerdos. Se calcula que el euro reemplazará a 12.000 millones de billetes y 70.000 millones de monedas, lo que representa un peso total de 300.000 toneladas. Se espera que con el tiempo los demás países de la UE estén en condiciones de integrarse en el club de la moneda única.
El ministro de finanzas austriaco dijo acerca del cambio al euro: “Estamos en los albores de una nueva era para la integración de Europa”. Sin embargo, no todos los europeos opinan lo mismo respecto al euro, pues el 47% cree que la moneda única transformará Europa en una gran potencia económica, mientras que un 40% piensa que debilitará la economía europea. ¡Algunos han dicho que pudiera llevar a una guerra! En el medio están los indecisos “euroescépticos”, que ven las ventajas de tener una sola moneda en Europa, pero que dudan de que tenga éxito.
Algunos lo ven como una bendición . . .
El principal cuerpo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, ha dicho respecto al euro: “Al crearlo, Europa ofrecerá a sus ciudadanos, a sus hijos y a sus socios [...] una prueba más concreta de la comunidad de destino que, libremente, ha elegido: una comunidad de paz y prosperidad”.
Los defensores del euro mencionan los múltiples beneficios potenciales de la moneda única. El impacto más directo será en la eliminación de los cargos por el servicio de cambio de divisas. El caso que a veces se cita es el del viajero europeo que visita los catorce países de la UE, sin contar el suyo. Si empieza con 1.000 marcos alemanes y cambia su dinero en cada país que visita, terminará con 500 marcos tan solo debido a los cargos por el servicio.
De igual manera, las exportaciones e importaciones tampoco resultarán encarecidas por el cambio de divisas. La existencia de una moneda única eliminará el costo indirecto de las fluctuaciones de la moneda. Cuando la moneda de cierto país se devalúa, las mercancías importadas son más caras para este, lo cual a menudo genera inflación. De modo que, gracias a una moneda única que no corra el riesgo de sufrir fluctuaciones en la tasa de cambios, Europa pudiera ser más atractiva para los inversionistas extranjeros.
Los promotores del euro también prevén una reducción de los precios por toda Europa. Los clientes y los negociantes ahora pueden comparar los precios fácilmente, y cuando se introduzcan las monedas y billetes del euro en el año 2002, será aún más fácil. Es de esperar que disminuyan las diferencias en el precio que tiene un mismo producto en diversos lugares de Europa, lo que beneficiará al consumidor.
. . . otros lo consideran una maldición
Los críticos opinan que el euro restringirá la economía europea, pues destruirá su flexibilidad e impedirá su desarrollo. Predicen que una moneda única aumentará el desempleo, atraerá muchos ataques especulativos en los mercados monetarios y provocará tensiones políticas. Tales tensiones ya se han evidenciado. Tomemos como ejemplo la disputa que surgió entre Alemania y Francia sobre quién debería dirigir el Banco Central Europeo, organismo que controlará el euro. Pueden esperarse más polémicas como esa a medida que cada Estado miembro de la UE vele por sus propios intereses.
En algunos países de la UE, el desempleo ha alcanzado cotas sin precedente. Muchas personas atribuyen esta situación a la reducción de gastos y al alza de impuestos que se requieren para cumplir las condiciones necesarias para utilizar el euro. En toda Europa hay protestas por las austeras directrices financieras que incluyen reducciones en el generoso seguro social, las pensiones y los programas de asistencia sanitaria. ¿Cuánto puede durar esa estricta disciplina financiera? ¿Se verán tentados algunos países a ser un poco más liberales en cuanto a gastar dinero cuando el euro ya sea una realidad? ¿Causaría estragos esa política relajada en el sistema europeo de una moneda única?
Otros señalan al profundo apego sentimental que algunos ciudadanos le tienen a la moneda de su país. La moneda no es simplemente dinero. Para muchos representa la historia de su país, un símbolo tan importante como la bandera. La moneda nacional es el código que se utiliza para ganar, contar, calcular, presupuestar, negociar y ahorrar. Mientras que los alemanes, por ejemplo, verán las cifras de su cuenta bancaria reducirse a la mitad debido a la conversión al euro, las cifras de las cuentas de los italianos disminuirán bruscamente por 2.000 cuando desaparezca la lira. Un estudio reveló que el cambio al euro será una experiencia “traumática” para muchos europeos.
¿Es conveniente una moneda única para todos?
Algunos economistas de la UE y de Estados Unidos recalcan que, aunque haya una gran voluntad política tras la creación de una moneda única, las economías de Europa están fragmentadas, los habitantes están arraigados en sus países de origen y sus culturas son muy distintas entre sí. A diferencia de los estadounidenses, hay menos probabilidades de que los europeos que pierden su empleo hagan las maletas y se muden a un lugar distante en busca de trabajo. Algunos expertos creen que esa fragmentación priva a los países donde se está implantando el euro de los medios compensatorios que se requieren para compartir una misma economía y una misma moneda.
Algunos críticos dicen que bajo el sistema de una moneda única los gobiernos europeos perderán su flexibilidad a la hora de afrontar los problemas económicos. Afirman que el euro transferirá el poder de los Estados miembros al nuevo Banco Central Europeo, con sede en Frankfurt (Alemania). Esto, a su vez, aumentará la presión para que se coordinen las disposiciones tributarias y otras políticas económicas en todo el continente. Los críticos alegan que los cuerpos ejecutivo y legislativo de Bruselas y Estrasburgo adquirirán poder. De hecho, el Tratado de Maastricht exige que haya una unión política que con el tiempo será responsable de los programas de asuntos exteriores y de defensa, así como los económicos y sociales. ¿Será una transición fácil y libre de problemas? El tiempo lo dirá.
“Un enorme riesgo”
Mientras tanto, los bancos y los supermercados ya están preparándose para el cambio al euro: estableciendo cuentas bancarias y colocando los precios en euros junto a los de la moneda local. La meta es facilitar al máximo la transición en el año 2002. Una revista francesa popular ya ha distribuido más de doscientas mil calculadoras programadas para hacer la conversión de francos franceses a euros.
¿Competirá algún día el euro con el dólar en cuanto a poder? Muchos opinan que cuando el euro haya sido aceptado, Estados Unidos probablemente ya no disfrute de una posición tan predominante en la economía mundial. Predicen que el euro se convertirá en una moneda de reserva mundial junto con el dólar. Jill Considine, de la Cámara de Compensación de Nueva York, comenta: “Vamos a presenciar un nuevo panorama competitivo”.
¿Qué le deparará el futuro al euro? El editor alemán Josef Joffe se refiere a la moneda única como “la jugada colosal de Europa” y “un enorme riesgo”. Agrega: “Si fracasa, podría dañar mucho de lo que Europa ha logrado en los últimos cincuenta años”. El ministro de finanzas francés expresó el sentir de muchos europeos cuando dijo: “Hay mucho optimismo y mucho temor”.
[Nota]
a Si desea más información sobre la Comunidad Europea, vea los números de ¡Despertad! del 22 de julio de 1979, págs. 4-8; y 22 de diciembre de 1991, págs. 20-24.
[Recuadro de la página 14]
Hoja informativa del euro
● Un euro equivale a un poco más de un dólar
● Los billetes en euros serán de siete valores: 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500
● En un lado de los billetes aparecerá el mapa de Europa con algunos puentes típicos, y en el dorso tendrá representaciones de ventanas o puertas
● Las palabras EURO y ΕΥΡΩ aparecerán en ambos lados de los billetes, para utilizar los caracteres romanos y griegos
● Las monedas del euro serán de ocho valores: 1, 2, 5, 10, 20 y 50 centavos, así como 1 y 2 euros
● Las monedas tendrán una imagen europea universal en una cara y una imagen nacional en la otra
[Mapa de la página 13]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Unión Europea
GRAN BRETAÑA
DINAMARCA
SUECIA
GRECIA
Miembros actuales de la unión monetaria
IRLANDA
PORTUGAL
ESPAÑA
BÉLGICA
FRANCIA
PAÍSES BAJOS
ALEMANIA
LUXEMBURGO
FINLANDIA
AUSTRIA
ITALIA
[Reconocimiento de la página 12]
El dinero que aparece en las págs. 12-14: © European Monetary Institute