Un gran aporte femenino
EL IMPORTANTE papel de las mujeres cristianas en la construcción de la sucursal de los testigos de Jehová de Zimbabue se puso de relieve durante el programa de dedicación, que tuvo lugar el 12 de diciembre de 1998. En los cuatro años que duró la construcción, voluntarios de muchos países —entre ellos cientos de zimbabuenses— dieron de su tiempo, energía, habilidades y recursos para construir el bello complejo de edificios que se ve en la fotografía adjunta.
Al fondo, notará seis edificios de residencias de igual tamaño, y junto a ellos, una gran edificación que alberga el comedor, la cocina y la lavandería. Hay 61 habitaciones en los edificios de residencias, y el comedor tiene capacidad para unas doscientas personas. Al frente, a la izquierda, se halla el edificio de oficinas. En el centro está la recepción y, a la derecha, el almacén, donde se llevó a cabo el programa de dedicación.
Este excelente complejo de la sucursal de Zimbabue, en África austral, es solo una de las muchas obras que se han realizado desde que los testigos de Jehová iniciaran un programa de construcción internacional en noviembre de 1985. ¡Despertad! del 22 de agosto de 1991 describió el programa en el artículo “Algo nuevo en la construcción internacional”.
Concerniente a la función que desempeñan las hermanas en este programa, ¡Despertad! indicó: “Muchas han aprendido a atar con alambre las varillas de hierro de armadura, a colocar baldosas y echar sobre ellas la lechada, así como a lijar y pintar. Otras atienden las tareas domésticas necesarias. De modo que todas aportan una excelente contribución al trabajo que se realiza en los lugares de construcción de todo el mundo”.
Durante el programa de dedicación en Zimbabue, George Evans y James Paulson, encargados de la superintendencia de la obra, establecieron una similitud entre el papel de las mujeres en la construcción de dicha sucursal y el que tuvieron en la fabricación del antiguo tabernáculo de Israel. “Vinieron, todo aquel cuyo corazón lo impelió —dice la Biblia acerca de los israelitas—, y siguieron viniendo, los hombres junto con las mujeres.” (Éxodo 35:21, 22.)
Con este pasaje bíblico, los hermanos Evans y Paulson destacaron la calidad del aporte femenino. Citaron asimismo estas palabras de la Biblia: “Todas las mujeres que eran sabias de corazón hilaron con sus manos, [...] todas las mujeres cuyo corazón las impelía con sabiduría”. De hecho, las mujeres estuvieron entre los que se ofrecieron de buena gana para trabajar. “Todo hombre y mujer cuyo corazón los incitó a traer algo para toda la obra que Jehová había mandado hacer por medio de Moisés lo hicieron.” (Éxodo 35:25, 26, 29.)
Al referirse a la construcción de la sucursal de Zimbabue, los supervisores de la obra mencionaron que las mujeres hicieron el mismo trabajo que los hombres, lo que incluyó amarrar varillas de acero y manejar maquinaria pesada. El hermano Paulson comentó que las hermanas mantuvieron relucientes e impecables los camiones hormigonera y demás equipo pesado, cosa que los varones por lo general no hacen.
Estamos sumamente agradecidos a los muchos miles de mujeres que han colaborado, junto con los varones, en la construcción de sucursales y Salones del Reino de los testigos de Jehová por todo el mundo.
[Ilustraciones de la página 26]
Sucursal de Zimbabue