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Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
it-1 “Abel-bet-maacá, Abel de Bet-maacá”

ABEL-BET-MAACÁ, ABEL DE BET-MAACÁ

(Cauce de la Casa de Maacá).

Ciudad fortificada de Neftalí situada en el N. de Palestina, probablemente a 7 Km. al ONO. de Dan, e identificada con Tell Abil (Tel Avel Bet Maʽakha). Tenía una ubicación favorecida en la intersección de la carretera que sale de Hazor hacia el N. y la ruta E.-O. de Damasco a Tiro.

Bajo el mando de Joab, los hombres de David sitiaron la ciudad cuando el rebelde Seba huyó a ella. A continuación, una mujer sabia rogó a Joab en nombre de “los pacíficos y fieles de Israel” que no destruyera Abel, un lugar donde se inquiría desde tiempos pasados para obtener juicios sabios, de ahí que se llamara a la ciudad “una madre en Israel”; esta expresión también pudiera significar que era una metrópolis o ciudad con pueblos dependientes. Los habitantes siguieron el consejo de esta mujer y arrojaron la cabeza de Seba por encima del muro, de modo que no se destruyó la ciudad. (2Sa 20:14-22.)

Instigado por Asá de Judá, el rey sirio Ben-hadad I derribó Abel-bet-maacá para que Baasá de Israel dejara de edificar Ramá. (1Re 15:20; véase RAMÁ núm. 1.) Tiglat-piléser III de Asiria tomó Abel de Bet-Maacá durante el reinado de Péqah, y a sus habitantes se les envió al exilio. (2Re 15:29.) Esta ciudad, llamada Abilakka en los textos asirios, aparece en las inscripciones de Tiglat-piléser III en la lista de las ciudades que conquistó. Los campos fértiles y bien regados que la rodean fueron la causa de que se le diera otro nombre merecido: Abel-maim (que significa: “Cauce de Aguas”). Su ubicación la convirtió en un buen lugar de almacenamiento. (2Cr 16:4.)

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