AMÓS, LIBRO DE
La profecía de este libro de las Escrituras Hebreas se dirigió principalmente al reino septentrional de Israel. Parece que en primer lugar se pronunció oralmente durante el período en el que se traslaparon los reinados de Jeroboán II de Israel y Uzías de Judá, es decir, entre los años 829 y 803 a. E.C. (Amós 1:1.) Luego, alrededor de 803 a. E.C., se puso por escrito, probablemente después que el profeta hubo regresado a Judá.
Nunca se ha dudado de la canonicidad de este libro. Desde tiempos antiguos ha sido aceptado por los judíos y aparece en los catálogos cristianos más antiguos. Justino Mártir, del siglo II E.C., citó del libro de Amós en su Diálogo con Trifón. Este libro concuerda completamente con el resto de la Biblia, como lo demuestran las muchas referencias que hace el escritor a la historia bíblica y a las leyes de Moisés. (Amós 1:11; 2:8-10; 4:11; 5:22, 25; 8:5.) Los cristianos del primer siglo aceptaron los escritos de Amós como parte de las Escrituras inspiradas, por ejemplo: el mártir Esteban (Hech. 7:42, 43; Amós 5:25-27) y Santiago, el medio hermano de Jesús (Hech. 15:13-19; Amós 9:11, 12), quien señaló el cumplimiento de algunas de sus profecías.
Otros sucesos históricos también atestiguan la veracidad del profeta. La historia ha demostrado que todas las naciones condenadas por Amós con el tiempo fueron devoradas por las llamas de la destrucción. Además, en cumplimiento de la palabra de Jehová pronunciada por Amós, los descendientes de Israel y de Judá que estaban cautivos regresaron en el año 537 a. E.C. para reconstruir su tierra natal. (Amós 9:14; Esd. 3:1.)
La arqueología bíblica también confirma que Amós fue un historiador veraz de su tiempo cuando, al describir el lujo ostentoso de los ricos, se refirió a sus “casas de marfil” y “lechos de marfil”. (Amós 3:15; 6:4.) Al comentar acerca de algunos de estos hallazgos, una autoridad dice: “Es sumamente interesante el que se hallara una gran cantidad de objetos de marfil en las excavaciones de Samaria. Se han encontrado mayormente en forma de placas o pequeños paneles en relieve y se piensa que en un tiempo estuvieron adosados al mobiliario e incrustados en los paneles de las paredes”. (Light from the Ancient Past, Finegan, 1959, págs. 187, 188.) Otra autoridad dice: “Entre los famosos objetos de marfil de Samaria hay miles de fragmentos. [...] Estos objetos pequeños, modelados en los siglos IX u VIII a. E.C., acercan al hombre moderno a lo que [...] el profeta Amós sabía de las ‘casas de marfil’, los muebles con bordes de marfil y los palacios del rey Acab revestidos de paneles. (Amós 3:15; 6:4.) Estos fragmentos de marfil, entre los hallazgos más valiosos de las costosas excavaciones de Samaria, formaron en su día bordes e incrustaciones para divanes, tronos y banquillos”. (Harper’s Bible Dictionary, 1952, pág. 295.)
Como siervo de Jehová, Amós enalteció la Palabra, el Nombre, la justicia y la soberanía del Todopoderoso. Describe al “Señor Soberano, Jehová de los ejércitos”, como infinitamente grande, tan grande que nada está más allá de su alcance o de su poder. (Amós 9:2-5.) Aun el Sol, la Luna, las constelaciones y los elementos están sujetos a las órdenes de Jehová. (Amós 5:8; 8:9.) Por lo tanto, a Dios le resulta fácil demostrar su supremacía sobre las naciones. (Amós 1:3-5; 2:1-3; 9:7.)
En armonía con el significado de su nombre, Amós llevó un mensaje de peso, cargado de ayes y de denunciación, en contra de las naciones paganas y de Judá e Israel. También llevó un mensaje consolador de restauración en el que podrían poner su esperanza los que eran fieles a Jehová.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
I. El juicio venidero (1:1-2:16).
A. Contra Siria, Filistea, Tiro, Edom, Ammón, Moab (1:1-2:3).
l. Contra Siria, Filistea y Tiro por tratar cruelmente a Israel.
2. Contra Edom (descendientes de Esaú) y Ammón (descendientes de Lot) por odiar y maltratar a sus hermanos israelitas; contra Moab por quemar los huesos del rey de Edom para cal.
B. Contra Judá e Israel por sus sublevaciones y sus crasas violaciones de la ley de Dios (2:4-16).
II. Se publica el juicio (3:1-6:14).
A. Jehová revela su juicio y da advertencia mediante sus profetas (3:1-4:3).
l. Como el toque de un cuerno y el rugido de un león, las nuevas asustarán a la gente.
2. Es seguro que el juicio vendrá y con gran calamidad.
B. Israel no se arrepiente, sigue rebelde a pesar de las acciones disciplinarias de Jehová (4:4-13).
C. Los ayes que le acaecerán a la casa de Israel (5:1-6:14).
l. La bondadosa llamada de Jehová a Israel para que haga lo bueno es pasada por alto.
2. Israel no hallará ningún camino de escape.
3. Jehová no aceptará sus sacrificios ni sus canciones.
4. Los príncipes de Samaria viven lujosamente, sin dar atención al día calamitoso; por consiguiente irán al exilio al frente de los exiliados.
5. La destrucción será completa.
III. Visiones y profecías muestran que el fin de Israel está cerca (7:1-8:14).
A. Desolación figurativa causada por langostas es impedida por la intercesión del profeta (7:1-3).
B. Fuego simbólico destructivo también es impedido (7:4-6).
C. La plomada; Israel ya no será excusado, de modo que Amós ya no intercede (7:7-9).
D. Sacerdote de Betel ordena a Amós que cese de profetizar; Amós profetiza calamidad para él cuando llegue la destrucción (7:10-17).
E. Una cesta de fruto del verano que representa el cercano fin de Israel (8:1-3).
F. El hambre de oír las palabras de Jehová (8:4-14).
IV. Destrucción del reino pecaminoso y reconstrucción de la cabaña (casa real) de David (9:1-15).
A. No hay escondite para los pecadores (9:1-10).
B. Prosperidad y seguridad permanentes para los cautivos recogidos (9:11-15).
Véase el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, págs. 148-151, sobre la profecía de Amós.