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Ayuda para entender la Biblia
ad págs. 87-88

ANANÍAS

(forma griega del nombre hebreo Hananías, que significa: “Jehová Ha Mostrado Favor; Jehová Ha Sido Benévolo”).

l. Miembro de la congregación cristiana primitiva de Jerusalén. Después del Pentecostés del 33 E.C., se requirió un esfuerzo conjunto de los cristianos para atender las necesidades físicas de los creyentes que permanecieron en Jerusalén. Se estableció un fondo común para este propósito que provenía de las contribuciones voluntarias de los miembros de la congregación al vender campos o casas. (Hech. 4:34-37.) Ananías vendió un campo y, con el pleno consentimiento de su esposa, ofreció sólo parte del dinero obtenido, fingiendo entregar toda la suma. Sabían que si donaban el valor total podrían recibir ayuda del fondo común y, por otra parte, posiblemente esperaban recibir de este modo cierto reconocimiento de la congregación. Sin embargo, por medio de un don especial de conocimiento mediante el espíritu santo, Pedro se dio cuenta de su simulación y lo puso al descubierto como alguien que había ‘tratado con engaño al espíritu santo y a Dios’. “Al oír estas palabras, Ananías cayó y expiró.” Cuando al cabo de tres horas volvieron los hombres que lo enterraron, hallaron muerta también a su esposa Safira por haber tratado de seguir el mismo proceder falso de simulación. (Hech. 5:1-10.)

2. Discípulo cristiano de Damasco. Después de la conversión de Saulo, Ananías recibió una visión en la que Jesús le dio el nombre y la dirección de este para que le visitase. Aunque al principio titubeó, pues sabía que había sido un ardiente perseguidor de los cristianos, finalmente obedeció y fue a visitarle. Ananías hizo que recobrara la vista, le informó acerca de la comisión que tenía de ser testigo de Dios y arregló las cosas para su bautismo. Posteriormente, en una defensa ante judíos opositores, Saulo (Pablo) se refirió a Ananías como un hombre “reverente según la Ley, acerca de quien daban buen informe todos los judíos que allí [en Damasco] moraban”. En vista de que era cristiano, tal encomio procedente de los judíos era ciertamente un testimonio notable de su buena conducta. (Hech. 9:10-18; 22:12-16.)

3. Sumo sacerdote judío desde aproximadamente 48 E.C. hasta 58 E.C. Fue hijo de Nebedeus (Zebedeo) y recibió su puesto de Herodes, rey de Calcis y hermano de Herodes Agripa I. (Antigüedades Judías, Libro XIX, cap. V, sec. 1; Libro XX, cap. V, sec. 2.) Fue enviado a Roma en el año 52 E.C. para ser juzgado con relación a ciertas dificultades que habían surgido entre los judíos y los samaritanos, pero fue absuelto por Claudio César.

En el año 56 E.C., mientras presidía el juicio de Pablo ante el Sanedrín, Ananías ordenó que Pablo fuera golpeado en la cara. La reacción de Pablo fue predecir que Dios le devolvería esa mala acción, y le llamó “pared blanqueada”. Amonestado por esto, Pablo se excusó por no saber que el que había dado la orden de golpearlo era el sumo sacerdote, y citó Éxodo 22:28 como reconocimiento de su obligación de mostrar el debido respeto en el juicio. Hay quien opina que el que Pablo no supiera que Ananías era el sumo sacerdote se debía a que, cuando regresó de Roma, el puesto de Ananías no estaba legalmente confirmado, pero esto no se puede probar. Sencillamente podría ser otra evidencia de que Pablo tenía un defecto en la visión, como parecen indicar otros textos. La orden de Ananías pudo haber sido lo suficientemente breve y apasionada como para que a Pablo le fuese difícil identificar al que hablaba. (Hech. 23:2.)

Después del juicio del Sanedrín, Ananías viajó a Cesarea acompañado de ciertos ancianos y un orador público para presentar los cargos contra Pablo delante del gobernador Félix (Hech. 24:1), y ya no se le vuelve a mencionar en las Escrituras. La historia extrabíblica lo describe como hombre altanero y cruel, cuya conducta, tanto durante el ejercicio del sumo sacerdocio como después, se distinguió por su codicia. Hacia el comienzo de la sublevación judía de 66-70 E.C., Ananías fue perseguido por elementos de la población judía debido a su colaboración con las autoridades romanas. Aunque se escondió en un acueducto, lo descubrieron y lo mataron

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