ELIFAZ
(posiblemente: “Dios Es Oro Fino”).
vUno de los tres compañeros de Job. (Job 2:11.) Era temanita, probablemente descendiente de Elifaz, hijo de Esaú, y por lo tanto descendiente de Abrahán y pariente lejano de Job. (Gén. 36:4.) Tanto él como sus descendientes alardearon de su sabiduría. (Jer. 49:7.) De los tres “consoladores”, Elifaz sobresale como el más importante e influyente, y aparentemente el de más edad. Él habla en primer lugar en los tres turnos del debate, y sus discursos son los más largos.
El razonamiento de Elifaz en su primer discurso fue el siguiente: “¿Quién que sea inocente ha perecido jamás? ¿Y dónde jamás han sido raídos los rectos?”. Por lo tanto, la conclusión que saca es que Job debe haber hecho algo inicuo para recibir el castigo de Dios. (Job, caps. 4, 5.) En su segunda recriminación, Elifaz ridiculiza la sabiduría de Job: “¿Acaso una persona sabia misma responderá con conocimiento lleno de viento, o llenará su vientre del viento del este? [...] ¿Qué entiendes, que no esté también con nosotros?”. Elifaz insinúa que Job “trata de mostrarse superior” “sobre el Todopoderoso”. Concluyendo su segundo vilipendio de las virtudes de Job, el edomita tilda al justo Job de apóstata, de vivir en tiendas de soborno y de hombre lleno de engaño. (Job, cap. 15.) Finalmente, Elifaz atormenta a Job por tercera vez, acusándole falsamente de toda clase de delito: extorsión, retener el agua y el pan de los necesitados y oprimir a las viudas y a los huérfanos. (Job, cap. 22.)
Después de la segunda diatriba de Elifaz, Job responde bien: “¡Todos ustedes son consoladores molestos! ¿Hay término para palabras llenas de viento?”. (Job 16:2, 3.) Al final de los debates, Jehová mismo se dirige a Elifaz: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job”. A Elifaz se le dice que deben ofrecer un sacrificio, y que entonces Job orará a favor de ellos. (Job 42:7-9.)