GUEDALÍAS
(“Grande Es Jehová”).
“Hijo de Ahiqam hijo de Safán.” Después de la destrucción de Jerusalén en el año 607 a. E.C., el rey Nabucodonosor nombró a Guedalías gobernador de los judíos que habían sido dejados en la tierra de Judá. Guedalías estableció su residencia en Mizpá, y ahí fue donde el profeta Jeremías “se puso a morar”. Entonces, los jefes militares de Judá que habían escapado de ser capturados, al oír que Guedalías había sido nombrado gobernador, vinieron con sus hombres ante él en Mizpá. Guedalías les aseguró bajo juramento que mientras continuasen sirviendo al rey de Babilonia les iría bien, y luego les animó a recoger vino, aceite y frutos de verano. Hasta los judíos dispersados en Moab, Ammón, Edom y otros lugares continuaron viniendo a Guedalías. Todo esto no fue del agrado de Baalís, el rey de Ammón, quien consiguió la cooperación de Ismael en un compló para asesinar al gobernador Guedalías. Al enterarse, Johanán y los otros jefes de las fuerzas militares pusieron sobre aviso al gobernador, pero él no les creyó. Johanán incluso habló con Guedalías en privado y se ofreció para frustrar la conspiración matando a Ismael; sin embargo, Guedalías no quiso prestar atención, pensando que se estaban hablando falsedades acerca de ese hombre. Por lo tanto, cuando Ismael y otros diez hombres vinieron a Mizpá, Guedalías no tomó ninguna precaución. Mientras estaba comiendo con ellos, Ismael y los hombres que estaban con él se levantaron y mataron a Guedalías, así como a todos los judíos y caldeos que estaban con él. (2 Rey. 25:22-25; Jer. 39:14; 40:5-41:3.)
Es un dato de interés el que se haya desenterrado en Lakís un sello que lleva la siguiente inscripción: “(Perteneciente) a Guedalías, que está sobre la casa”.
[Ilustración de la página 676]
Inscripción de un sello que dice: “(Perteneciente) a Guedalias, que está sobre la casa”