BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ad págs. 465-466
  • Dones de Dios

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Dones de Dios
  • Ayuda para entender la Biblia
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • DONES DE SERVICIO Y “DÁDIVAS EN HOMBRES”
  • DONES DEL ESPÍRITU
  • OTRAS OPERACIONES DEL ESPÍRITU
  • CONTROL DE LOS DONES DEL ESPÍRITU
  • Dones de Dios
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
  • ¿Por qué han cesado los dones milagrosos del espíritu?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
  • El hablar en lenguas hoy... ¿proviene de Dios?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
  • ¿Es evidencia de adoración verdadera el hablar en lenguas?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1964
Ver más
Ayuda para entender la Biblia
ad págs. 465-466

DONES DE DIOS

Los dones que Dios da a los hombres son una expresión de su bondad inmerecida. La misma palabra kjá·ri·sma (plural, kja·rí·sma·ta), que aparece diecisiete veces en las Escrituras Griegas Cristianas, implica un regalo que denota bondad inmerecida (kjá·ris) por parte de Dios. ( Rom. 6:23; 1 Cor. 12:4; 2 Tim. 1:6; 1 Ped. 4:10.) Por lo tanto, lo más apropiado es que los regalos recibidos de Jehová se usen para el beneficio del prójimo y para la gloria de Dios, es decir, de Aquel que los ha concedido. (1 Ped. 4:10, 11.) Estos dones no son para el provecho egoísta del que los recibe; ya que tal persona ha “[recibido] gratis”, está bajo la obligación de “[dar] gratis”. (Mat. 10:8.)

“Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba.” (Sant. 1:17.) Jehová es un dador generoso, permitiendo que tanto los justos como los inicuos se beneficien de la luz del Sol y de la lluvia. De hecho, Él “da a toda persona vida y aliento y todas las cosas”. Los dones de Dios, como el alimento, la bebida y el ver el bien por el duro trabajo de uno, son para el disfrute del hombre. (Mat. 5:45; Hech. 17:24, 25; Ecl. 3:12, 13; 5:19; 1 Tim. 6:17.) La bondad inmerecida de Jehová al proveer a su Hijo como sacrificio de rescate es un don que no tiene precio, y los que ejercen fe en el sacrificio de Jesucristo pueden conseguir el don de la vida eterna. (Rom. 6:23.) Tanto la soltería como el matrimonio son dones de Dios, dones que han de disfrutarse dentro de los límites de sus requisitos. Ya que la persona soltera está más libre para dedicarse al servicio de Jehová sin distracción, la soltería es el mejor de los dos dones. (Pro. 18:22; Mat. 19:11, 12; 1 Cor. 7:7, 17, 32-38; Heb. 13:4.)

DONES DE SERVICIO Y “DÁDIVAS EN HOMBRES”

Las asignaciones de servicio en la organización terrestre de Dios son realmente dones de Jehová. (Núm. 18:7; Rom. 12:6-8; Efe. 3:2, 7.) A los que han sido favorecidos con tales asignaciones de servicio por la bondad inmerecida de Dios, también se les llama “dádivas en hombres”, y Jesucristo, como representante de Dios y cabeza de la congregación, ha dado estas dádivas a la congregación con el fin de que sus miembros puedan ser edificados individualmente y alcanzar la madurez. (Efe. 4:8, 11, 12.) Con el fin de que puedan desempeñar sus responsabilidades fielmente para la bendición de otros, el que tiene el don debe continuar cultivándolo, y nunca descuidarlo. (1 Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6.) Así, con la ayuda de Jehová, al esforzarse resueltamente por hacer un uso cabal de sus capacidades y superar los obstáculos que se presenten, cualquiera puede cultivar la aptitud para llevar a cabo todo servicio divinamente asignado. (Fili. 4: 13.)

DONES DEL ESPÍRITU

En el primer siglo de la era común los dones milagrosos acompañaban al bautismo con el espíritu santo. Estos servían como señales y portentos de que Dios ya no estaba usando en su servicio a la congregación judía, sino que su aprobación descansaba sobre la congregación cristiana establecida por su Hijo. (Heb. 2:2-4.) En el día del Pentecostés los dones milagrosos acompañaron al derramamiento del espíritu santo. Posteriormente, en cada caso mencionado en las Escrituras donde se alude a la transmisión de dones milagrosos del espíritu, estaban presentes uno o más apóstoles escogidos directamente por Jesús. (Hech. 2:1, 4, 14; 8:9-20; 10:44-46; 19:6.) De modo que la transmisión de los dones del espíritu finalizó con la muerte de los apóstoles, y los dones milagrosos del espíritu cesaron por completo a medida que dejaban la escena terrestre aquellos que los habían recibido.

El realizar obras aparentemente milagrosas no probaría por sí mismo la autorización divina, como tampoco arrojaría dudas en cuanto al hecho de que estaban siendo usados por Dios el que no pudieran realizar milagros con la ayuda de su espíritu. (Mat. 7:21-23.) No todos los cristianos del primer siglo podían realizar obras poderosas, sanar, hablar en lenguas y traducir. A Pablo, y sin duda a algunos otros, se le había otorgado por la bondad inmerecida de Dios varios de estos dones del espíritu. Sin embargo, se predijo que estos dones milagrosos cesarían. De hecho, aun Jesús indicó que sus seguidores se identificarían no por realizar obras poderosas, sino por amarse unos a otros. (1 Cor. 12:29, 30; 13:2, 8-13; Juan 13:35.)

Pablo enumera nueve diferentes manifestaciones u operaciones del espíritu: 1) habla de sabiduría, 2) conocimiento, 3) fe, 4) dones de curaciones, 5) obras poderosas, 6) profetizar, 7) discernimiento de expresiones inspiradas, 8) lenguas diferentes y 9) interpretación de lenguas. Todos estos dones del espíritu servían para un propósito beneficioso, pues no solo contribuían al crecimiento numérico de la congregación sino que también resultaban en su edificación espiritual. (1 Cor. 12:7-11; 14:24-26; véase LENGUA.)

OTRAS OPERACIONES DEL ESPÍRITU

Al mencionar algunas de las operaciones del espíritu en conexión con la colocación de los miembros individuales del cuerpo de Cristo, Pablo escribe: “Dios ha colocado a las personas respectivas en la congregación: primero, apóstoles; segundo, profetas; tercero, maestros; luego obras poderosas; luego dones de curaciones; servicios de ayuda, capacidades directivas, diferentes lenguas”. (1 Cor. 12:27, 28.) Los “servicios de ayuda” puede que hayan incluido el organizar auxilio material para los hermanos necesitados, como, por ejemplo, el distribuir alimento a las viudas necesitadas, para lo cual se nombraron siete hombres “llenos de espíritu y de sabiduría” en la congregación de Jerusalén. (Hech. 6:1-6.) Las “capacidades directivas” eran necesarias para poder llevar a cabo la comisión, bosquejada por Jesús, de hacer discípulos. (Mat. 28:19, 20.) Esta obra misional, así como el establecer nuevas congregaciones y guiar las actividades de estas congregaciones, requería dirección diestra. En este respecto es digno de mención que Pablo, refiriéndose a su participación en el programa de edificación de Dios, habla de sí mismo como de un “sabio director de obras”. (1 Cor. 3:10.)

CONTROL DE LOS DONES DEL ESPÍRITU

En una reunión de congregación un profeta podría recibir una revelación mientras otro profeta estaba hablando. Además, los que tenían los dones del espíritu tenían control sobre estos cuando el espíritu de Dios operaba en ellos, en otras palabras: podían abstenerse de hablar hasta que se les diese la oportunidad. Por consiguiente, el profetizar, hablar en lenguas y traducir podía hacerse de una manera ordenada en la congregación para la edificación de todos. (1 Cor. 14: 26-33.)

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir