JEREMÍAS, LIBRO DE
Jeremías fue comisionado como profeta en el año decimotercero del rey Josías (647 a. E.C.) para advertir al reino meridional de Judá de su inminente destrucción. Esto ocurrió cuando aún no había transcurrido un siglo de la obra del profeta Isaías y de la caída del reino septentrional de Israel ante los asirios.
CUÁNDO SE ESCRIBIÓ
En su mayor parte, el libro de Jeremías no se escribió al tiempo de declararse las profecías. Jeremías no redactó ninguna de sus proclamaciones hasta el cuarto año del rey Jehoiaquim (625 a. E.C.), cuando Jehová le mandó que pusiera por escrito todas las palabras que le había hablado hasta la fecha. Esto incluía no solo las palabras habladas acerca de Judá en los días de Josías, sino también las proclamaciones de juicio contra todas las naciones. (Jer. 36:1, 2.) Jehoiaquim fue quemando este rollo a medida que Jehudí lo iba leyendo. Pero a Jeremías se le mandó que lo escribiera otra vez, lo cual hizo por medio de su secretario Baruc, insertando otras muchas palabras. (Jer. 36:21-23, 28, 32.)
El resto del libro debió ser añadido más tarde. Por ejemplo, la introducción, donde se hace mención del año undécimo de Sedequías (Jer. 1:3), algunas profecías que Jeremías escribió al tiempo de pronunciarlas (Jer. 30:2; 51:60), la carta a los exiliados en Babilonia (Jer. 29:1), así como las proclamaciones declaradas durante el reinado de Sedequías y el relato de los acontecimientos que tuvieron lugar después de la caída de Jerusalén hasta cerca del año 580 a. E.C. Aunque el rollo que escribió Baruc componía una gran parte del libro, es posible que Jeremías lo organizara y volviera a ordenar cuando añadió las últimas secciones.
ORDEN DEL LIBRO
El libro no está ordenado cronológicamente, sino más bien por temas. Aunque cuando es necesario se dan fechas, la mayoría de las profecías aplican a la nación de Judá durante el período general de los reinados de Josías, Jehoacaz, Jehoiaquim, Joaquín y Sedequías. Dios le dijo repetidas veces a Jeremías que la nación era incorregiblemente inicua. No obstante, los que eran de corazón recto recibieron toda oportunidad para reformarse y conseguir liberación. En lo que respecta a su valor profético para nuestro día, el orden de los escritos de Jeremías no incide en su entendimiento ni en su aplicación.
AUTENTICIDAD
La autenticidad del libro de Jeremías es generalmente aceptada. Solo ha sido cuestionada por unos pocos críticos que se basan para ello en las diferencias que hay entre el texto hebreo masorético y la Versión de los Setenta del Manuscrito Alejandrino. En el libro de Jeremías se aprecian más variaciones entre los textos hebreo y griego que en cualquier otro libro de las Escrituras Hebreas. Se dice que la Versión de los Setenta tiene aproximadamente dos mil setecientas palabras menos que el texto hebreo, es decir, una octava parte del libro. La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que la traducción griega de este libro es deficiente, pero eso no menoscaba la confiabilidad del texto hebreo. Hay quien opina que el traductor pudo haber tenido un manuscrito hebreo de una “familia” diferente, una recensión especial, pero los estudios hechos por los críticos ponen de manifiesto que este no parece ser el caso.
El cumplimiento de las profecías registradas por Jeremías, además de su propio contenido, constituyen un fuerte testimonio a favor de la autenticidad del libro. Entre las numerosas profecías de Jeremías, estas son algunas que él vio personalmente cumplidas:
El cautiverio de Sedequías y la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, rey de Babilonia. (Jer. 20:3-6; 21:3-10; 39:6-9.)
El destronamiento y la muerte en cautiverio del rey Salum (Jehoacaz). (Jer. 22:11, 12; 2 Rey. 23:30-34; 2 Cró. 36:1-4.)
El que se llevara cautivo al rey Conías (Joaquín) a Babilonia. (Jer. 22:24-27; 2 Rey. 24:15, 16.)
La muerte, antes de un año, del falso profeta Hananías. (Jer. 28:16, 17.)
El que algunos de los recabitas y Ébed-mélec, el etíope, sobrevivieran a la destrucción de Jerusalén. (Jer. 35:19; 39:15-18.)
Algunas de las profecías que tuvieron cumplimiento más tarde:
La invasión y la conquista de Egipto por Nabucodonosor. (Jer. 43:8-13; 46:13-26.)
El regreso de los judíos así como la reconstrucción del templo y de la ciudad después de setenta años de desolación. (Jer. 24:1-7; 25:11, 12; 29:10; 30:11, 18, 19; compárense con 2 Crónicas 36:20, 21; Esdras 1:1; Daniel 9:2.) Ammón quedaría como un yermo desolado. (Jer. 49:2.)
Edom cortado como nación. (Jer. 49:17, 18.) (Con la muerte de los Herodes, Edom desapareció como nación.)
Babilonia llegaría a estar permanentemente desolada. (Jer. 25:12-14; 50:35, 38-40.)
Las Escrituras Griegas Cristianas indican que las profecías de Jeremías tienen un cumplimiento mayor, espiritual. Veamos algunos ejemplos:
Un nuevo pacto establecido con la casa de Israel y la casa de Judá. (Jer. 31:31-34; Heb. 8:8-13.)
La casa de David no dejaría de tener nunca un hombre que se sentara sobre el trono del reino. (Jer. 33:17-21; Luc. 1:32, 33.)
La caída de Babilonia la Grande es una ampliación y aplicación simbólica de las palabras de Jeremías contra la antigua Babilonia, como se muestra en las siguientes comparaciones:
En Jeremías En Revelación
50:2 14:8
50:8; 51:6, 45 18:4
50:15, 29 18:6, 7
50:23 18:8, 15-17
50:38 16:12
50:39, 40; 51:37 18:2
51:8 18:8-10, 15, 19
51:9, 49, 56 18:5
51:12 17:16, 17
51:13 17:1, 15
51:48 18:20
51:55 18:22, 23
51:63, 64 18:21
PRINCIPIOS Y CUALIDADES DE DIOS
Además de los cumplimientos supracitados, el libro presenta muchos principios y provee muchas ilustraciones que revelan las cualidades de Dios y sus tratos con su pueblo. El libro subraya que el formalismo no es de ningún valor a los ojos de Dios, sino que lo que Él desea es adoración y obediencia desde el corazón. A los habitantes de Judá se les dijo que no confiaran en el templo ni en sus edificios circundantes, y se les exhortó con las siguientes palabras: “Circuncídense a Jehová, y quiten los prepucios de sus corazones”. (Jer. 4:4; 7:3-7; 9:25, 26.) La liberación de un resto de su pueblo y el que finalmente fueran restaurados a Jerusalén, como había profetizado Jeremías, fue un ejemplo de la gran bondad amorosa y misericordia de Jehová. El modo en que Dios cuidó de los recabitas, de Ébed-mélec y de Baruc destaca su aprecio y consideración por aquellos que muestran bondad a sus siervos, así como el hecho de que Él es Remunerador de los que le buscan y obedecen. (Jer. 35:18, 19; 39:16-18; 45:1-5.)
A Jehová se le representa de manera sublime a través del libro como el Creador de todas las cosas, el Rey hasta tiempo indefinido y el único Dios verdadero. Tan sólo Él debe ser temido, Aquel que dirige y corrige a los que invocan su nombre, y ante cuya denunciación ninguna nación puede mantenerse en pie. Él es el Gran Alfarero, en cuya mano los individuos y las naciones son como vasijas de barro que puede moldear o destruir de acuerdo con su voluntad. (Jer., cap. 10; 18:1-10; Rom. 9:19-24.)
El libro de Jeremías revela que Dios está muy apegado al pueblo que lleva su nombre, y que Él espera que ese le sirva de gloria y alabanza. (Jer. 13:11.) Los que profetizan falsamente en Su nombre, diciendo “Paz” a aquellos con los que Dios no está en paz, tendrán que rendir cuentas a Dios por sus palabras, y tropezarán y caerán. (Jer. 6:13-15; 8:10-12; 23:16-20.) Los que sirven al pueblo como sacerdotes y profetas tienen una gran responsabilidad ante Dios, como Jehová dijo a los habitantes de Judá: “Yo no envié a los profetas; no obstante, ellos mismos corrieron. No les hablé; no obstante, ellos mismos profetizaron. Pero si se hubieran parado en mi grupo íntimo, entonces habrían hecho que mi pueblo oyera mis propias palabras, y habrían hecho que se volvieran de su camino malo y de la maldad de sus tratos”. (Jer. 23:21, 22.)
Al igual que en otros libros de la Biblia, se considera que la nación santa de Dios es como una esposa para Jehová, y su infidelidad equivale a “prostitución”. (Jer. 3:1-3, 6-10; compárese con Santiago 4:4.) Sin embargo, la lealtad de Jehová a sus pactos es inquebrantable. (Jer. 31:37; 33:20-22, 25, 26.)
Muchos son los excelentes principios e ilustraciones que contiene este libro y a los que otros escritores de la Biblia han hecho referencia. También se encuentran en él otros muchos modelos simbólicos y proféticos cuyo significado es vital y que aplican al cristiano de tiempos modernos y a su ministerio.
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
I. Introducción; Jeremías es nombrado profeta en el año decimotercero de Josías (1:1-19).
II. Proclamaciones pronunciadas en su mayor parte durante el reinado del rey Josías (2:1-20:18).
A. Primera proclamación (2:1-3:5).
1. El amor que Jerusalén, como ‘esposa’, le tuvo a Jehová en un principio; el cuidado de Jehová; pero ella le abandonó, profanó la tierra, llegó a ser peor que las otras naciones y por su propia culpa llegó a estar en servidumbre (2:1-17).
2. La vid selecta degenera; Jerusalén se prostituye; adora a Baales; rechaza la disciplina; es infiel; culpable de derramar sangre (2:18-35a).
3. Dios entra en controversia con Jerusalén (2:35b-3:5).
B. Segunda proclamación (3:6-6:30).
1. Israel sufre el divorcio, el exilio; Judá todavía es más corrupto; pero Dios amorosamente llama de vuelta a Israel; Él promete la restauración y la unidad entre Judá e Israel (3:6-4:2).
2. Dios desea la circuncisión de corazón. (4:3, 4; compárese con 9:26.)
3. Advertencia sobre la caída de Judá (4:5-18).
4. Jeremías se siente muy afligido; se estremece por la calamidad que ve venir (4:19-31).
5. El pueblo es infiel y ha negado a Jehová (5:1-13).
6. Destrucción, pero no aniquilación completa; una nación extranjera invadirá y tomará cautivos (5:14-19).
7. Dios pedirá cuentas a Jerusalén, porque los profetas, los sacerdotes y el pueblo están ciegos espiritualmente, son de corazón terco y están corrompidos (5:20-31).
8. La noche de la calamidad para Jerusalén se acerca; se dan advertencias de sitio (6:1-9).
9. No hay oídos que oigan; de modo que viejos, mujeres y niños experimentarán el derramamiento de la furia de Jehová (6:10-12).
10. Grandes y pequeños son falsos; dicen “Paz” cuando Jehová no está en paz con ellos; sus sacrificios no le son de ningún placer a Dios; los entregará a una nación cruel que viene del norte. (6:13-26; véanse 8:10, 11; 23:17.)
11. Jeremías e s comparado a un “ensayador de metales”, y la gente es como un metal rechazado (6:27-30).
C. Tercera proclamación, pronunciada en la puerta del templo (7:1-10:25).
1. Dios desea tratos justos, no adoración llena de formalismos (7:1-28).
2. Judá culpable de cosas detestables (7:29-8:12).
3. Vergüenza y terror están por venir (8:13-22).
4. Jeremías se halla muy entristecido por su pueblo, pero desea dejarlos debido a sus tratos traicioneros (9:1-3a).
5. La falta de confiabilidad y la falsedad les acarrearán un ajuste de cuentas; se prevé desolación para Jerusalén y el pueblo será esparcido (9:3b-24).
6. Dios pedirá cuentas a Egipto, Judá, Edom, Ammón y Moab (9:25, 26).
7. Los dioses de las naciones no pueden compararse con Jehová (10:1-18).
8. Quebranto de Judá; petición a Jehová para que dirija, corrija a su pueblo en juicio y derrame su furia sobre las naciones enemigas (10:19-25).
D. Cuarta proclamación para Judá y Jerusalén (11:1-12:17).
1. El pueblo es maldecido debido a la desobediencia; los dioses de Judá “han llegado a ser tantos [ ... ] como el número de [sus] ciudades”; Jeremías no debe orar por ellos (11:1-15).
2. Judá es como un olivo con ramas quebradas. (11:16, 17; compárese con Romanos 11:17.)
3. Jeremías es como un cordero llevado al degüello, pues se han pensado proyectos contra él (11:18-20).
4. Los hombres de Anatot, la ciudad natal de Jeremías, se oponen a él; una calamidad los aniquilará (11:21-23).
5. Jeremías se pregunta por qué tienen éxito los inicuos (12:1-4).
6. Él verá cómo aumentan la iniquidad y la oposición; incluso sus parientes cercanos están contra él (12:5, 6).
7. Juicio sobre la nación por rechazar a Dios (12:7-13).
8. La restauración vendrá; también para otras naciones, pero tienen que ser obedientes en medio del pueblo de Dios (12:14-17).
E. Quinta proclamación (13:1-27).
1. Jeremías esconde un cinto cerca del Éufrates; Judá es como este cinto arruinado; está sobre las caderas, pero no sirve para nada (13:1-11).
2. Judá será emborrachado y hecho pedazos (13:12-14)
3. La altivez será rebajada; la nación irreformable quedará avergonzada (13:15-27)
F. Sexta proclamación (14:1-17:18).
1. La sequía causa lamento en Judá; Jeremías ora por la ayuda de Dios (14:1-10).
2. Jehová no ayudará, pues los profetas han mentido; ellos y los que los escuchan morirán (14:11-18).
3. Jeremías reconoce los pecados nacionales; ora por causa del nombre, el trono y el pacto de Jehová (14:19-22).
4. Las peticiones a Dios no salvarán ya al pueblo; Manasés ha hecho que la nación peque más allá de toda posibilidad de recobro (15:1-9).
5. Jeremías clama a causa de los enemigos; Jehová lo consuela, pero dejará que Judá sea saqueado debido a sus pecados (15:10-14).
6. Jeremías dice no tener nada que ver con los que causan oprobio, y por eso sufre gran angustia (15:15-18).
7. Jehová fortalece a Jeremías para que resista; Él lo librará (15:19-21).
8. A Jeremías se le ordena que no se case, porque se avecina una gran angustia para todos, incluso para los niños; no debe lamentarse, compadecerse o banquetear con el pueblo, cuyo pecado conducirá a la esclavitud (16:1-13).
9. Israel volverá, pero primero debe ser castigado por su error y pecados (16:14-21).
10. El pecado de Judá está grabado profundamente, pero el hombre que confía en Jehová prosperará; Dios escudriña el corazón (17:1-11).
11. Jeremías reconoce la esperanza de Israel, ora por el apoyo de Jehová (17:12-18).
G. Séptima proclamación, pronunciada en la puerta de Jerusalén (17:19-27).
1. Advertencia sobre la observancia del sábado, disposición que los antepasados quebrantaron (17:19-23).
2. Si obedece, Jerusalén permanecerá; de otro modo, será destruida (17:24-27).
H. Octava proclamación (18:1-23).
1. Jehová es el Alfarero; Judá, desobediente, es un vaso para destrucción (18:1-17).
2. Jeremías ora a Dios para que juzgue a sus adversarios (18:18-23).
I. Novena proclamación (19:1-20:18).
1. Jeremías quiebra un frasco en la Puerta de los Tiestos, tal como Jehová quebrará a Jerusalén, haciendo de Hinón un valle de matanza (19:1-13).
2. Se dirige al templo; declara calamidad (19:14, 15).
3. Pasjur golpea a Jeremías y lo pone en el cepo toda la noche (20:1-3a).
4. El rey de Babilonia tomará Jerusalén; Pasjur morirá en Babilonia (20:3b-6).
J. Jehová y su palabra sostienen a Jeremías en su servicio a pesar de las dificultades (20:7-18).
1. Soltado del cepo, Jeremías dice que Jehová ha permitido que se le cause oprobio; quiere dejar de hablar, pero el fuego de la palabra de Dios lo impele; Jehová está con él “como un terrible poderoso” (20:7-13).
2. Jeremías clama debido al duro trabajo y desconsuelo. (20:14-18; compárese con Job, capítulo 3.)
III. Profecías especiales de juicio (21:1-29:32).
A. Juicio sobre la casa real (21:1-22:30).
1. Se le dice al rey Sedequías que Jerusalén será entregada a Nabucodorosor (Nabucodonosor); los que se pasen a los caldeos vivirán (21:1-14).
2. A menos que Judá se arrepienta, se convertirá en un desierto; el rey exiliado Salum (Jehoacaz) no volverá (22:1-12).
3. Se condena al rey Jehoiaquim por su injusticia; se predice su muerte y que no recibirá entierro (22:13-23).
4. El rey Jeconías (Conías) y su madre irán al exilio, y ninguno de sus hijos ocupará el trono (22:24-30).
B. Juicio sobre los sacerdotes, profetas y pastores (23:1-40).
1. Las ovejas están esparcidas, pero serán recogidas (23:1-8).
2. Calamidad sobre los profetas a quienes Jehová no envió; los sacerdotes también se han contaminado (23:9-40).
C. Las personas son comparadas con higos buenos e higos malos; recibirán juicio (24:1-10).
1. Algunos exiliados volverán (24:1-7).
2. Otros, entre ellos Sedequías, serán echados definitivamente del país (24:8-10).
D. Controversia de Jehová con las naciones. (25:1-38; véanse también capítulos 46 al 49.)
1. Nabucodonosor desolará Judá; este reino y las naciones vecinas servirán a Babilonia durante un período de setenta años (25:1-11).
2. Babilonia, en cambio, será desolada para siempre (25:12-14).
3. Jeremías debe hacer que las naciones beban de la copa del vino de la furia; los muertos estarán de un extremo a otro de la Tierra y no serán lamentados (25:15-38).
E. Advertencia de calamidad pronunciada en la puerta del templo (26:1-24).
1. Sacerdotes y profetas quieren que se dé un juicio de muerte a Jeremías; él se defiende (26:1-15).
2. Príncipes y otras personas intervienen y salvan a Jeremías (26:16-24).
F. Juicios contra Edom, Moab, Ammón, Tiro y Sidón (27:1-22).
1. Nabucodonosor los gobernará (27:1-10).
2. Los pueblos que capitulen ante Babilonia, incluyendo a los judíos, vivirán (27:11-14).
3. Los falsos profetas engañan; todos los utensilios del templo irán a Babilonia (27:15-22).
G. Juicio contra el falso profeta Hananías (28:1-17).
1. Hananías quiebra el yugo de madera; profetiza que el yugo del rey de Babilonia será quebrado en dos años (28:1-11).
2. Jeremías predice un yugo de hierro y la muerte de Hananías, la cual acontece ese año (28:12-17).
H. Carta de Jeremías a los exiliados en Babilonia (29:1-32).
1. Los exiliados deben edificar casas, tener hijos y buscar la paz de Babilonia (29:1-9).
2. Regresarán del exilio después de setenta años (29:10-14).
3. Juicio sobre los falsos profetas que están en Babilonia (29:15-32).
IV. Profecías de restauración (30:1-33:26).
A. Israel y Judá volverán a su tierra (30:1-10).
B. Las naciones que oprimen a Jerusalén serán destruidas; Jerusalén sufrirá, pero luego será reconstruida (30:11-24).
C. Jehová traerá de vuelta y plantará a su pueblo esparcido; entonces cada uno rendirá cuentas por sus propios pecados (31:1-30).
D. El nuevo pacto; nunca se rechazará a toda la descendencia de Israel (31:31-40).
E. Durante el sitio, el primo de Jeremías lo visita en el Patio de la Guardia donde está preso; como recomprador, Jeremías compra el campo de su tío paterno que está en Anatot; esto simboliza la certeza de la restauración (32:1-44).
F. Jerusalén será curada y producirá alborozo; un brote justo de la línea de David ejecutará justicia sobre la descendencia de Abrahán (33:1-26).
V. Profecías posteriores durante los reinados de Jehoiaquim y Sedequías (34:1-36:32).
A. Se le informa a Sedequías que será capturado y que tendrá una muerte pacífica en Babilonia (34:1-7).
B. Cuando Nabucodonosor sitia Jerusalén, Sedequías y sus príncipes, obrando en conformidad con la Ley, liberan a sus siervos hebreos (34:8-10).
C. Los príncipes cambian de parecer y esclavizan de nuevo a sus hermanos; de modo que Jehová da libertad a la espada, a la peste y al hambre (34:11-22).
D. Los recabitas demuestran su fidelidad bajo prueba; son usados como ejemplo para la infiel Jerusalén; Jehová pacta que siempre tendrán un hombre que esté de pie delante de Él (35:1-19).
E. En el cuarto año de Jehoiaquim, Jeremías recibe el mandato de dictar a Baruc, quien escribe dos veces el libro de todas las palabras que Jehová le ha dado a Jeremías hasta la fecha (36:1-32).
1. Baruc lee el rollo en el templo durante un día de ayuno celebrado en el mes noveno del quinto año (36:4-10).
2. Se informan las palabras a Jehoiaquim; los príncipes tienen una audiencia privada con Baruc; Jeremías y Baruc se esconden para que el rey no los encuentre (36:11-19, 26).
3. Jehudí lee el rollo y Jehoiaquim lo quema (36:20-25).
4. Jehoiaquim condenado; Jeremías escribe de nuevo el rollo, al cual se le añaden más cosas (36:27-32).
VI. Acontecimientos ocurridos durante los últimos días de Jerusalén (37:1-45:5).
A. Cuando los babilonios se retiran temporalmente, Jeremías es arrestado al tratar de ir a Anatot; es puesto en la casa de grilletes y trasladado por Sedequías al Patio de la Guardia (37:1-21).
B. Jeremías es echado en una cisterna y, posteriormente, liberado por Ébed-mélec; es llevado al Patio de la Guardia; le aconseja a Sedequías que se rinda ante Babilonia (38:1-28).
C. Caída de Jerusalén; el rey Sedequías es cegado; la ciudad es incendiada (39:1-40:12).
1. A Ébed-mélec se le promete que sobrevivirá (39:15-18).
2. Se libera a Jeremías por orden de Nabucodonosor; permanece bajo Guedalías (39:11-14; 40:1-10).
3. Vuelven los judíos que estaban dispersados por muchos países (40:11, 12).
D. Baalís, rey de Ammón, envía a Ismael para asesinar al gobernador Guedalías; Ismael cumple esta misión y también mata a los hombres de Guedalías, pero Johanán le hace huir; la gente se prepara para ir a Egipto (40:13-41:18).
E. Jeremías aconseja que no vayan a Egipto, pero la gente se pone en camino llevando consigo a Jeremías a la fuerza (42:1-43:7).
F. En Tahpanhés, Egipto, Jeremías profetiza la derrota de Egipto a manos de Nabucodonosor y la calamidad para los judíos en este lugar; el pueblo declara que seguirá haciendo sacrificios a la “reina de los cielos”; se profetiza la derrota del faraón Hofrá (43:8-44:30).
G. Jehová advierte a Baruc que no siga buscando cosas grandes para sí, y lo consuela con la promesa de liberación (45:1-5).
VII. Profecías contra las naciones (46:1-51:64).
A. El faraón Nekó es derrotado en Carquemis; Egipto caerá en manos de Nabucodonosor (46:1-28).
B. Los filisteos caerán ante e l faraón (47:1-7).
C. Moab se ha dado ínfulas contra Jehová y ha ridiculizado a Israel; su dios Kemós así como sus sacerdotes y príncipes irán al exilio; no obstante, los cautivos de Moab serán recogidos (48:1-47).
D. Ammón, que había tomado las ciudades israelitas, será desolado; su dios Malcam irá al exilio, pero a los cautivos de Ammón se les hará volver (49:1-6).
E. Edom llegará a ser como Sodoma y Gomarra (49:7-22).
F. Damasco sufrirá derrota (49:23-27).
G. Quedar y Hazor caerán ante Nabucodonosor (49:28-33).
H. Elam será desbaratado, pero después se hará volver a los cautivos (49:34-39).
I. Babilonia y sus dioses irán al cautiverio (50:1-51:64).
1. Los hijos de Israel serán liberados para volver a Sión (50:1-9, 19, 20).
2. Caldea se convertirá en un desierto desolado que nunca será habitado, porque se alborozó cuando Israel fue saqueada y no dejó libres a los cautivos (50:1-13, 33-39).
3. Un pueblo del norte, diestro en el arco y la jabalina, devastará a Babilonia y esta quedará como Sodoma y Gomorra (50:14-32, 40-51:5).
4. Mandato de salir de Babilonia; ella ha emborrachado a otras naciones; ahora no será sanada (51:6-10).
5. Los reinos de Media, Ararat, Miní y Askenaz son llamados contra Babilonia (51:11-29).
6. Las barras de Babilonia serán quebradas y la ciudad “tomada en todo extremo” (51:30-33).
7. Dios dirige la causa judicial de Sión contra Babilonia por su culpa de sangre contra Sión (51:34-58).
8. Jeremías escribe en un libro las calamidades de Babilonia; Seraya lo lleva a Babilonia, lo lee y lo echa al Éufrates (51:59-64).
VIII. Epílogo (52:1-34).
A. Sitio de Jerusalén, desde el mes décimo del noveno año de Sedequías hasta el noveno día del cuarto mes del año undécimo; Jerusalén cae (52:1-7).
B. El templo es incendiado y las murallas derruidas en el décimo día del quinto mes del decimonoveno año de Nabucodonosor; Sedequías es cegado y llevado a Babilonia; el pueblo es llevado al exilio; tan solo se deja a los de condición humilde (52:8-16).
C. Inventario de los objetos valiosos del templo que fueron llevados a Babilonia (52:17-23).
D. El sacerdote principal y otros hombres prominentes son ejecutados en Riblá (52:24-27).
E. Recuento de todos los exiliados llevados por Nabucodonosor en los años séptimo, decimoctavo y vigésimo tercero de su reinado (52:28-30).
F. En el año trigésimo séptimo de su exilio, Joaquín es liberado de la prisión, pero debe permanecer en Babilonia (52:31-34).
Véase el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, págs. 124 a 130.