JEZREEL, JEZREELITA
(“Dios Sembrará Semilla [Simiente]”).
En el registro bíblico se hace mención de dos hombres que llevaron el nombre Jezreel. (1 Cró. 4:3; Ose. 1:4.) También había dos ciudades conocidas como Jezreel: una en la región montañosa de Judá (Jos. 15:56) y otra en el límite del territorio de Isacar. (Jos. 19:17, 18.) A los habitantes de las dos ciudades se les llamaba jezreelitas. (1 Sam. 27:3; 1 Rey. 21:1.) A menudo, cuando se alude al valle de Jezreel, tan solo se hace referencia a la llanura baja que se extiende en dirección SE., desde la ciudad de Jezreel, en Isacar, hasta Bet-seán. Pero en la actualidad, en la expresión “valle de Jezreel” a veces se incluye la llanura baja al oeste de Jezreel o llanura de Esdrelón (forma griega de la palabra hebrea Jezreel).
La ciudad de Jezreel situada en el límite del territorio de Isacar es identificada con la ciudad de Zerin, la cual se encuentra a unos 11 Km. al N. de Jenin (En-ganim). (Jos. 19:17, 18.) Justo al SE., se levanta una cadena montañosa en forma de media luna con colinas de piedra caliza que tradicionalmente es identificada como el monte Guilboa.
Desde lo alto de un declive rocoso, Zerin domina toda la llanura baja de Jezreel, extendiéndose hacia el SE. a lo largo de unos 19 Km. y con una anchura de aproximadamente 3 Km. En el tiempo de Josué, esta zona estaba controlada por los cananeos, los cuales estaban equipados con poderosos carros de guerra. (Jos. 17:16.) Asimismo, en la llanura baja de Jezreel, Gedeón y sus 300 hombres fueron testigos de la mano de salvación de Jehová, cuando las fuerzas enemigas de los madianitas, amalequitas y orientales se volvieron unos contra otros en confusión. (Jue. 6:33; 7:12-22.) Más tarde, el ejército israelita bajo el rey Saúl acampó junto al manantial de Jezreel (quizás ’Ain Jalud, en la estribación al NO. del monte Guilboa, o ’Ain el-Meiyiteh, debajo del pueblo de Zerin), frente a los enemigos filisteos. Y fue de Jezreel de donde llegó la noticia de las muertes de Saúl y su hijo Jonatán. (1 Sam. 29:1, 11; 2 Sam. 4:4.) Jezreel y sus alrededores llegaron a formar parte del territorio gobernado por Is-bóset, hijo de Saúl. (2 Sam. 2:8, 9.) Y durante el reinado de Salomón, el territorio que se hallaba bajo el comisario Baaná incluía la fértil llanura de Jezreel. (1 Rey. 4:7, 12.)
En el transcurso de la última mitad del siglo x a. E.C., Jezreel sirvió como residencia real para Acab, el rey de Israel, y su sucesor, Jehoram, aunque Samaria era en realidad capital del reino norteño. (1 Rey. 18:45, 46; 21:1; 2 Rey. 8:29.) En la viña de Nabot, cerca del palacio en Jezreel, el profeta Elías pronunció el juicio de Jehová contra la casa de Acab. (1 Rey. 21:17-29.) La profecía se cumplió. Jehú mató al rey Jehoram, hijo de Acab, y luego hizo que arrojasen el cadáver en el campo de Nabot. Jezabel, esposa de Acab, fue comida por los perros en Jezreel, después de que fuese arrojada desde una ventana por orden de Jehú. Las cabezas de los 70 hijos de Acab, ejecutados por sus guardianes en Samaria, fueron apiladas en dos montones junto a la puerta de Jezreel. No se escapó ninguno de los hombres distinguidos, de los conocidos ni de los sacerdotes de Acab que estaban en Jezreel. (2 Rey. 9:22-37; 10:5-11.)
LA PROFECÍA DE OSEAS
vEl nombre profético “Jezreel”, por el que Jehová le mandó a Oseas que llamara al hijo que había tenido con Gomer, dirigió la atención al tiempo en el que se le pedirían cuentas a la casa de Jehú. Ese tiempo llegó cuando Zacarías, tataranieto de Jehú, después de gobernar seis meses, fue asesinado por Salum, quien se apoderó del trono. (2 Rey. 15:8-10.) Fue así como llegó a su fin la dinastía de Jehú. Unos cincuenta años después, en 740 a. E. C., cuando el reino norteño cayó ante Asiria y sus habitantes fueron llevados al exilio, el gobierno real de la casa de Israel cesó completamente. En aquel tiempo, el “arco de Israel”, es decir, su poderío militar, fue quebrado definitivamente. La profecía ya había indicado que esto ocurriría en la llanura baja de Jezreel, quizás debido a que los asirios consiguieron en aquel lugar una victoria decisiva. (Ose. 1:4, 5.)
Sin embargo, a través de su profeta Oseas, Jehová también señaló un significado favorable del nombre “Jezreel”. Por medio de recoger al resto de Israel y Judá y traer a su pueblo de nuevo a su tierra, Jehová sembraría semilla. (Ose. 1:11; 2:21-23; compárese con Zacarías 10:8-10.)