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JOB, LIBRO DE

Según los eruditos judíos y los cristianos primitivos este libro fue escrito por Moisés. Su poesía, lenguaje y estilo indican que originalmente se escribió en hebreo, y sus porciones en prosa guardan muchas similitudes con el Pentateuco, lo cual parece indicar que Moisés fue el escritor. Él debió de haber conocido los hechos concernientes a la prueba de Job durante su estancia de cuarenta años en Madián, y cuando en 1473 a. E.C. Israel llegó cerca de Uz, en camino a la Tierra Prometida, pudo saber cómo acabó la vida de este patriarca.

ORDEN DEL LIBRO

El libro de Job es singular debido a que en gran parte recoge un debate entre un siervo verdadero de Jehová Dios y tres compañeros que alegaban servir a Dios, pero que expresaron doctrinas erróneas al intentar corregir a Job. Ellos pensaban equivocadamente que estaba siendo castigado por Dios debido a algún grave pecado que tenía en secreto. Al argumentar sobre esta base, en realidad se convirtieron en perseguidores de Job. (Job 19:1-5, 22.) El debate consiste en tres series de discursos, en las cuales participan los cuatro oradores, a excepción de la última en la que no habla Zofar, quien había sido acallado por la argumentación de Job. Después, todos son corregidos por Elihú, el vocero de Jehová, y finalmente por Dios mismo.

Por lo tanto, al leer o citar de este libro hay que tener en cuenta que los argumentos presentados por Elifaz, Bildad y Zofar son erróneos. A veces estos tres compañeros de Job declaran verdades, pero en un contexto y con una aplicación incorrectos.

Los compañeros de Job dijeron que Dios castiga a los inicuos, lo cual es cierto (2 Ped. 2:9), pero concluyeron que todo lo que le ocurre al que sufre es como resultado de sus pecados, y que es así como Dios le castiga. Ellos afirmaban que el sufrimiento es prueba de que la persona ha pecado deliberadamente. Hablaron falsamente de Dios. (Job 42:7.) Le calumniaron. Le presentaron como alguien que no tiene misericordia. Alegaron que Dios no se deleita en el hombre que mantiene integridad y que Él no tiene ninguna confianza en sus siervos, ni siquiera en los ángeles. Esto contradice muchas declaraciones bíblicas que revelan el amor de Jehová para con sus siervos inteligentes. Un ejemplo de la confianza de Dios en sus adoradores fieles se ve en la conversación que mantuvo con Satanás. En esta conversación Él expresó una total confianza en la lealtad de Job, permitiendo que el Diablo lo pusiese a prueba. Sin embargo, hay que tener en cuenta que protegió la vida de Job. (Job 2:6.) Con relación a la manera en que Jehová trató a Job, el escritor cristiano dice explícitamente “que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso”. (Sant. 5:11.)

SU IMPORTANCIA

El libro de Job es esencial—al igual que Génesis 3:1-6 y otros pasajes de las Escrituras—para desvelar la gran cuestión de la justicia de Dios al ejercer su soberanía, así como la manera en que la integridad de los siervos terrestres de Dios entra en juego en esta cuestión. Job desconocía esto. Puesto que él no practicaba el pecado, no entendía por qué le venía la calamidad. Se había desequilibrado en relación con su propia justificación, seguramente influenciado por las constantes acusaciones de sus tres compañeros. Él también estaba equivocado al insistir en recibir una respuesta de Dios en cuanto a por qué estaba sufriendo, cuando tenía que haberse dado cuenta de que nadie puede correctamente decirle a Jehová: “¿Por qué me hiciste de esta manera?”. (Rom. 9:20.) Sin embargo, en su misericordia, Jehová respondió a Job por medio de su siervo Elihú y al hablarle a Job desde una tormenta de viento. Por consiguiente, el libro subraya firmemente que es un error intentar justificarse ante Dios. (Job 40:8.)

SU AUTENTICIDAD Y VALOR

Tanto Ezequiel como Santiago hacen mención de Job. (Eze. 14:14, 20; Sant. 5:11.) El hecho de que los judíos concediesen al libro de Job la misma autoridad que a otros libros inspirados de las Escrituras Hebreas, a pesar de que Job no era israelita, es un argumento de peso en favor de su canonicidad.

Quizás la evidencia más poderosa de la autenticidad del libro radique en su armonía con el resto de la Biblia. En él también se recogen muchos detalles en cuanto a las creencias y las costumbres de la sociedad patriarcal. Más aún, el comparar este registro con otras declaraciones bíblicas ayuda notablemente al estudiante de la Biblia a conseguir un entendimiento mejor de los propósitos de Jehová. En este libro hay un número considerable de ideas paralelas a otros pasajes bíblicos, algunas de las cuales figuran en la tabla de la página anterior.

Libro de Job

Idea

Otras referencias bíblicas

3:17-19

Los muertos no saben nada, sino que están como los que duermen.

Ecl. 9:5, 10; Juan 11:11-14; 1 Cor. 15:20

9:32, 33 (nota al pie de la página)

Se necesita un mediador entre Dios y el hombre.

1 Tim. 2:5

10:4

Dios no juzga desde el punto de vista del hombre.

1 Sam. 16:7

10:8, 9, 11, 12

El gran cuidado de Dios al formar al hombre.

Sal. 139:13-16

12:23

Dios deja que las naciones se hagan poderosas, incluso que se unan contra Él, así, en justicia, las puede destruir de un golpe.

Rev. 17:13, 14, 17

14:1-5

El hombre ha nacido en pecado y en esclavitud a la muerte.

Sal. 51:5; Rom. 5:12

14:13-15

La resurrección de los muertos.

1 Cor. 15:21-23

17:9

Al justo no se le hace tropezar a pesar de lo que ocurra.

Sal. 119:165

19:25

El propósito de Jehová de redimir (recomprar, liberar) a la humanidad fiel.

Rom. 3:24; 1 Cor. 1:30

21:23-26

Todos los hombres están sujetos al mismo suceso resultante; al morir, todos son iguales.

Ecl. 9:2, 3

24:3-12

Aflicción que causan los inicuos; trato que reciben los cristianos.

2 Cor. 6:4-10; 11:24-27

24:13-17

Los inicuos aman la oscuridad más bien que la luz; la luz les aterroriza.

Juan 3:19

26:6

Todas las cosas están expuestas ante los ojos de Jehová.

Heb. 4:13

27:8-10

El apóstata no invocará genuinamente a Dios, ni tampoco será escuchado por Él.

Heb. 6:4-6

27:12

Los que ven “visiones” de su propio corazón, no de Dios, pronuncian cosas vanas.

Jer. 23:16

27:16, 17

El justo heredará la riqueza acumulada por el inicuo.

Deu. 6:10, 11; Prov. 13:22

Capítulo 28

El hombre no puede hallar la sabiduría verdadera en el ‘libro de la creación divina’, sino solo en Dios y en el temor de Él.

1 Cor. 2:11-16

30:1, 2, 8, 12

Los haraganes inútiles e insensatos son usados para perseguir a los siervos de Dios.

Hech. 17:5

32:22

El otorgar títulos que no son bíblicos es incorrecto.

Mat. 23:8-12

34:14, 15

La vida de toda carne está en la mano de Jehová.

Sal. 104:29, 30; Isa. 64:8; Hech. 17:25, 28

34:19

Jehová no es parcial.

Hech. 10:34

34:24, 25

Según su voluntad, Jehová quita y establece a los gobernantes.

Dan. 2:21; 4:25

36:24; 40:8

Lo más importante es declarar la justicia de Dios.

Rom. 3:23-26

42:2

Para Dios todas las cosas son posibles.

Mat. 19:26

42:3

La sabiduría de Dios es inescrutable.

Isa. 55:9; Rom. 11:33

Otras comparaciones dignas de mención son: Job 7:17 y Salmos 8:4; Job 9:24 y 1 Juan 5:19; Job 10:8 y Salmos 119:73; Job 26:8 y Proverbios 30:4; Job 28:12, 13, 15-19 y Proverbios 3:13-15; Job 39:30 y Mateo 24:28.

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. La cuestión que surgió (1:1-2:10).

A. Job, su casa y sus riquezas (1:1-3).

B. Desempeña el papel de sacerdote para su familia (1:4, 5).

C. Satanás desafía a Jehová en el asunto de la integridad de Job y Sus tratos con él (1:6-12; 2:1-5).

1. A Satanás se le permite destruir la propiedad y a los hijos de Job (1:13-19).

2. Job mantiene integridad (1:20-22).

3. A Satanás se le permite herir a Job con una enfermedad, pero no quitarle la vida (2:6-10).

a. La esposa de Job ridiculiza su “integridad”.

b. Job la reprende; permanece fiel.

II. Primer turno del debate con los compañeros (2:11-14:22).

A. Elifaz, Bildad y Zofar se encuentran después de haberse citado, se lamentan por Job y observan durante siete días su intenso sufrimiento (2:11-13).

B. La queja de Job: Maldice el día en que nació; desearía no haber nacido o dejar de existir; se pregunta por qué permite Dios que siga viviendo (3:1-26).

C. Elifaz acusa a Job de haber pecado (4:1-5:27).

1. Ridiculiza la “integridad” de Job; habla del mensaje recibido de un “espíritu” que dice que Dios no tiene fe en los mensajeros angélicos y que no está interesado en la integridad del hombre (4:1-21).

2. Da a entender que los problemas de Job son el resultado de su pecado; dice que Job debería confesarse ante Dios, aceptar su disciplina; entonces Dios le redimiría, haría que prosperara y le protegería; luego, añade: nosotros hemos hallado esto por medio de investigación (5:1-27).

D. Job no entiende la cuestión (6:1-7:21).

1. Job responde que está justificado para clamar, como lo haría cualquier criatura; desea morir; sus compañeros le han decepcionado, han resultado traicioneros e inútiles; él no les pide que lo rescaten, sino que está dispuesto a aceptar que lo instruyan en el caso de que la reprensión tenga razón de ser; ¿pueden mostrar que hay injusticia en lo que él habla? (6:1-30).

2. Job ha sufrido mucho esperando la muerte, la inexistencia venidera; se pregunta por qué Dios está tan pendiente de él, haciendo de él su blanco constante; él no es peligroso; y aun si ha pecado, no podría llevar a cabo nada contra Dios; es una cuestión que Job no entiende (7:1-21).

E. Bildad dice que la calamidad de Job es el resultado de su pecado; arguye que Dios no castigaría a Job si no hubiese pecado; dice que los hijos de Job recibieron la muerte por sus pecados; para obtener una respuesta, le dice a Job que busque la respuesta en la tradición de generaciones anteriores; insinúa que Job es un apóstata que confía en una esperanza falsa; si continúa en ese derrotero, acabará mal (8:1-22).

F. Dios actúa con su creación de acuerdo con su voluntad (9:1-10:22).

1. Job sabe que Dios no es injusto; Dios no tiene que darle cuentas al hombre; Job sabe que no puede contender contra Dios con éxito, contra todo su poder y sabiduría. Jehová permite que los inicuos gobiernen y los jueces juzguen injustamente; si Él no lo hace, ¿quién entonces? Job sabe que no puede discutir con Dios poniéndose a la misma altura; sería una derrota segura; necesita a alguien entre ellos, a un mediador (9:1-35).

2. Job le pregunta a Dios por qué contiende contra él; Dios no lo considera desde el punto de vista humano; tiene una razón superior. Pero Job afirma que él no está equivocado; le pide a Dios que recuerde que Él le dio forma con gran cuidado; por lo tanto Job no puede entender por qué ahora Dios parece acosarle con sufrimiento; pide que se le libre de la mirada de Dios para que antes de morir pueda alegrarse un poco (10:1-22).

G. Zofar acusa a Job de habla vacía; a pesar de que Job alega que es limpio, debería darse cuenta de que merece más de lo que está recibiendo; dice que Job no puede sondear las cosas profundas de Dios; de hecho, asemeja a Job a una cebra joven en cuanto a no tener un buen motivo; anima a Job a que deje la injusticia; entonces tendrá seguridad, brillantez, paz y amigos; advierte a Job que, de otra manera, tendrá consecuencias terribles (11:1-20).

H. El poder de Jehová y la debilidad del hombre (12:1-14:22).

1. Sarcásticamente, Job dice que sus compañeros son los hombres que poseen toda la sabiduría; luego afirma que él tiene un buen motivo y que no es inferior a ellos, pero que ha llegado a ser un hazmerreír; añade que incluso los animales sienten el efecto de que Jehová permita que las cosas sean como son, y los inicuos no sufren por su iniquidad. Además, la sabiduría de los hombres de edad está sujeta a ser pesada y probada, pero en Jehová residen toda la sabiduría y el poder; Él puede hacer que los reyes y los jueces se extravíen o se vuelvan necios; permite que las naciones prosperen (y que parezcan poderosas contra Él) a fin de derrumbarlas (12:1-25).

2. Job está contento de presentar su caso ante Dios, pero los compañeros han hablado falsamente y no han servido de ayuda; sería sabio que se mantuviesen en silencio; consideran a Dios como a un hombre; muestran parcialidad al pretender abogar por la causa de Dios contra Job, a quien no pueden culpar de ser un pecador craso; Job empieza a expresar más confianza en Dios y en el juicio que Él conducirá respecto a su inocencia; le pide a Dios que le muestre cuáles son sus pecados y que no le considere como enemigo (13:1-28).

3. La humanidad [desde el pecado de Adán] es de vida corta, y todos han sido inmundos debido a la inmundicia de los padres; el árbol cortado retoñará de nuevo, pero cuando el hombre muere, vuelve al polvo y entra en un “sueño”. Sin embargo, Job pide ir a la sepultura sólo hasta el tiempo establecido por Dios para actuar con bondad amorosa para con él y hacerle vivir de nuevo; describe cómo se consume el hombre mortal de manera que no sabe nada, sea bueno o malo (14:1-22).

III. Segundo turno del debate (15:1-21:34).

A. Elifaz ridiculiza la alegación de integridad de Job (15:1-35).

1. Acusa a Job de responder con un conocimiento que es como el viento; afirma que no tiene temor de Dios, y que habla erróneamente; dice que los compañeros de Job saben tanto como él; de hecho, Elifaz llama la atención a la sabiduría de los hombres de edad, a la tradición, como si la de ellos fuese más grande que la de Job; él añade: “¿Acaso las consolaciones de Dios [presentadas por Elifaz y sus amigos] no te bastan […]?”. Afirma que Job se está volviendo contra Dios, como lo muestran sus palabras. Acusa incorrectamente a Dios de no tener fe en sus santos y de ver los cielos como inmundos; ridiculiza la alegación de integridad de Job e insinúa que es detestable y corrompido (15:1-16).

2. Sostiene que uno que sufre es inicuo, e indirectamente dice que Job intenta mostrarse superior a Dios; describe el mal fin que le vendrá a esa persona y a su descendencia; concluye insinuando que Job es apóstata, sobornador, perjudicial y engañoso (15:17-35).

B. Job dice que nadie le ayuda ni consuela (16:1-17:16).

1. Afirma que él podría hablar de una manera no reconfortante si ellos estuvieran en su situación, pero que no lo haría; más bien, les fortalecería; dice que Dios le entrega a sus adversarios. Hasta los muchachos lo maltratan. Dios lo convierte en su blanco. No obstante, él cuenta con Dios como testigo de su inocencia (16:1-22).

2. Nadie viene en ayuda de Job; aunque las personas rectas se quedan asombradas de su condición, no por ello se desvían de su camino, sino que aún están más decididas a permanecer en él. Los compañeros de Job no tienen sabiduría; ponen la noche por día, ya que ofrecen una esperanza falsa; Job ve cerca su descenso al lugar de descanso final (17:1-16).

C. Bildad acusa a Job de despedazarse el alma en su cólera, lo cual es inútil, pues las cosas permanentes no cambiarán por esto. Dios traerá su juicio sobre los inicuos; describe lo que le acarreará: la pérdida de la descendencia, la peor de las enfermedades y la muerte, suprimirá el nombre y los descendientes del inicuo, y se le convertirá en un ejemplo duradero. Bildad insinúa que esto es a lo que Job se encara (18:1-21).

D. Job reprocha a sus compañeros; si él ha cometido errores, no hay ninguna necesidad de que ellos incrementen su aflicción; Job no recibe respuesta a sus lamentos; sus hermanos, conocidos y siervos le han abandonado, incluso su esposa y sus hermanos le consideran asqueroso; los muchachos se mofan de él; no es más que piel y huesos. Los compañeros de Job intentan ocupar el lugar de Dios al perseguirle. Sin embargo, él está seguro de que Dios es su recomprador y que recibirá juicio favorable, incluso mientras todavía esté vivo. Sus oponentes deben tener cuidado por temor a enfrentarse al juicio de Dios (19:1-29).

E. Zofar está muy inquieto por las palabras y la advertencia de Job; se siente ofendido. Indirectamente atribuye los sufrimientos de Job a Dios; describe al apóstata como orgulloso en extremo; pero tal persona perderá sus posesiones, se consumirán como tortas de estiércol; si saborea y le gusta el mal, no tendrá escape, ni siquiera por medio de la riqueza (20:1-29).

F. Job pregunta: si lo que los oponentes dicen es verdad, entonces “¿por qué siguen viviendo los inicuos mismos, […] se han hecho superiores en riqueza?”. Continúan disfrutando, pero no tienen ninguna consideración para con Dios. ¿Cuán a menudo vemos que se termina con los inicuos y su prole? El hombre pobre muere como el rico, pero a este último se le entierra con honor. Los consoladores de Job han sido vanos (21:1-34).

IV. Tercer turno del debate (22:1-25:6).

A. Elifaz ridiculiza de nuevo la alegación de Job de que Dios se interesa en su integridad. Ahora pasa a calumniar a Job diciendo que su sufrimiento indica que él es culpable de extorsión, codicia, injusticia, irreverencia y falta de temor a Dios. Luego, de manera santurrona, aconseja que Job se familiarice con Dios, le ore y abandone la injusticia, entonces será bendecido; pero de la arrogancia resultará la humillación (22:1-30).

B. Job se pregunta si Dios está interesado en la aflicción del justo y las acciones del inicuo (23:1-24:25).

1. Job no puede hacer lo que los compañeros le aconsejan erróneamente. Él desearía poder presentar su caso legal ante Dios; de ser así, Él le escucharía; pero Dios no se manifiesta; no obstante, conoce la manera recta de andar de Job; sabe que Job ha seguido sus mandamientos; sin embargo, ahora Dios está haciendo algo que Job no entiende, y esto le aterroriza (23:1-17).

2. Job arguye de nuevo que los inicuos (en este sistema) prosiguen sin que les venga ningún castigo; llevan a cabo toda clase de injusticias. Describe la situación de los que son afligidos por los inicuos: están desnudos, con frío, hambrientos, trabajan duro, claman por ayuda y mueren. Al parecer, Dios no se interesa en esto. Algunos aman la oscuridad más bien que la luz; bajo su amparo se sienten libres de cometer asesinato, robo, adulterio; la luz de la mañana es para ellos como una sombra de muerte. Los inicuos pasan rápidamente; se ensalzan y luego, como los demás, dejan de ser; no reciben sufrimiento por sus pecados (24: 1-25).

C. Bildad repite que el hombre mortal, nacido de mujer, no puede ser considerado justo delante de Dios, quien (según dice Bildad) considera la Luna y las estrellas como inmundas. Niega que Dios tenga interés en la integridad del hombre (25:1-6).

V. Discurso final de Job; hace callar e instruye a sus oponentes (26:1-31:40).

A. Con ironía, alaba la “sabiduría” de sus compañeros y la “ayuda” que le han prestado; pregunta si son como Dios, ante quien todas las cosas están expuestas. Dios cuelga la Tierra en el espacio, suspende el agua en las nubes, sacude las montañas, agita el mar. Estas cosas no son más que los bordes de sus caminos, un mero susurro de su grandeza (26:1-14).

B. Job expresa su determinación de mantener integridad hasta la muerte; no justificará a sus compañeros por medio de aceptar su razonamiento falso y considerarse un malhechor. Debido a la justicia de Job, su enemigo es un hombre inicuo. Si Job fuese realmente un apóstata, como le habían acusado sus compañeros, entonces él no se deleitaría en invocar a Dios, y Él no le escucharía. Job ha hecho callar a sus oponentes; ahora los instruirá. Ellos dicen que han visto “visiones”; si es así, ¿por qué han sido consoladores vanos? Es verdad que aquel que es verdaderamente inicuo trae una espada e indigencia sobre sus descendientes; la riqueza que él acumula es para que la reciba el justo después de su muerte; puede que él muera rico, pero lo pierde todo (27:1-23).

C. Ahora Job repasa los descubrimientos y las actividades del hombre; ha entrado en las profundidades de la tierra, sacando a la luz cosas escondidas; ha ido a las profundidades del mar; ha explotado el almacén de riquezas de la tierra. Pero con todo el conocimiento que ha conseguido por medio del estudio del ‘libro de la creación divina’, el hombre no ha hallado verdadera sabiduría ni entendimiento; solo Dios los posee; la única manera que tiene el hombre para conseguirlos es temer a Jehová y apartarse del mal (28:1-28).

D. Job pasa a recordar los días que antecedieron a la prueba; entonces andaba en la luz de Dios; sus servidores eran muchos; cuando él aparecía en la puerta de la ciudad, los jóvenes, los mayores e incluso los caudillos lo recibían con sumo respeto. Era conocido por su justicia, dones de misericordia, rectitud; defendía al oprimido y castigaba al opresor; todos prestaban atención a su consejo. Era como un rey entre sus tropas (29:1-25).

E. Ahora la situación de Job se había invertido; los que no servían para nada se reían de él. Esta hez de la humanidad, a quienes las personas echan del país a azotes, se han convertido en sus atormentadores, escupiéndole, haciéndole tropezar. Los compañeros de Job no le han ayudado en su terrible sufrimiento, sino que han sido crueles. Está afligido, reducido a un esqueleto (30:1-31).

F. Job no practica el mal. Pide ser pesado por Dios. Desea pagar las consecuencias si él ha hecho el mal. Pasa a enumerar las siguientes transgresiones: el adulterio, la injusticia, la falta de misericordia, la opresión, el materialismo, la idolatría, Ja actitud vengativa, la falta de hospitalidad, la hipocresía, el ocultar las transgresiones para ‘salvar las apariencias’. Después de decir que desea presentar su litigio ante Dios, enfrentarse a las acusaciones que su oponente tenga registradas en un documento contra él, menciona otro mal del cual es inocente: la codicia, pues él no cultivó ni comió el fruto del campo por el cual no había pagado. Tampoco consiguió ilegalmente ningún campo de sus dueños (31:1-40).

VI. Elihú corrige a Job y a sus compañeros (32:1-37:24).

A. Elihú ha escuchado la discusión. Se enciende su cólera contra Job por justificarse a sí mismo más bien que a Dios, y aún más contra los compañeros de Job por pronunciar culpable a Dios. Elihú se había reprimido por respeto a la edad; pero el espíritu de Jehová, que es lo que da entendimiento, le impele a hablar. Elihú les dice a los tres compañeros de Job que no han contestado a este espíritu; Elihú no hablará como ellos. No mostrará parcialidad ni otorgará ningún título adulador (32:1-22).

B. Elihú no alega ser superior; reprende a Job por estar demasiado interesado en su propia justificación y por contender con Dios debido a que Él no respondió. Describe cómo Dios exhorta o corrige al hombre a fin de apartarle del pecado: 1) por medio de una visión en la noche, 2) permitiendo que venga sobre él la calamidad. Para ser liberado, el hombre necesita un mediador que le diga lo que es correcto. A través de este mediador se provee rescate para ser restaurado; entonces Dios hace llegar su justicia al hombre, y este le cantará alabanzas. Al obrar así, Dios muestra su paciencia y su bondad inmerecida (33:1-33).

C. Elihú acude a los oyentes para que pongan a prueba sus palabras. Job había dicho en realidad que Dios había apartado su juicio; pero Él no deja de recompensar a aquel que le sirve de manera altruista. ¿Quién le dio a Dios la responsabilidad de gobernar y cuidar de la Tierra? Si Él lo desea, puede quitar la vida de todas las personas. Uno no puede decirle a un rey o a un gobernante que está equivocado o que es inútil. Dios juzga a todos sin parcialidad; repentinamente quita a los gobernantes de su lugar y coloca allí a otros, de manera que todos pueden ver que se lo merecían porque habían llegado a ser opresores. Dios juzga y actúa con los individuos o incluso con las naciones como a Él le place. Al tratar de autojustificarse, Job obró sin conocimiento; su prueba debía continuar hasta que la cuestión estuviese resuelta (34:1-37).

D. Job dijo: “Mi justicia es más que la de Dios”. Él creyó que su proceder justo no le servía de nada ante Dios. Sin embargo, uno no le hace ningún favor a Dios al servirle, y si peca, tampoco le afecta a Él personalmente, aunque los hombres sí pueden ser afectados. Gran parte de la opresión no es aliviada por Dios porque los hombres no le invocan en verdad. Job, el siervo de Dios, debería haber confiado y esperado en Jehová en lugar de hablar irreflexivamente (35:1-16).

E. Elihú expresa su convicción de que Dios tiene un buen motivo; Él juzgará a Jos afligidos, haciéndolos conscientes de su mal proceder. Librará al obediente, pero el apóstata morirá. Bendecirá al obediente con aumento y prosperidad. Este debe ejercer cuidado para no permitir que la furia le haga rencoroso. A causa de su condición afligida, Job había estado demasiado deseoso de contender contra Dios, como en un pleito. Debería recordar que Dios es sublime, el mejor Instructor. Job no debería desafiar sus caminos, sino, más bien, ensalzar su actividad. Elihú describe el poderío de Dios (36:1-33).

F. Mientras se acerca una tormenta, Elihú continúa ensalzando la, grandeza de Dios: Él usa las fuerzas naturales, con las cuales puede detener la actividad de los hombres. Él dirige el viento, el frío, la luz y las nubes. Trae tormentas cuyos efectos sirven para corregir y castigar así como para mostrar su bondad amorosa. El hombre no puede entender o controlar completamente los elementos o el clima. Nadie debería creerse sabio en su propio corazón y censurar las acciones de Dios. Él es sublime en poder y nunca actuará sin derecho o justicia (37:1-24).

VII. Jehová reprende a Job y a sus compañeros (38:1-42:6).

A. Jehová habla desde la tormenta. Muestra que el hombre no existía cuando tuvo lugar la creación; por consiguiente, Job no puede responder a preguntas básicas acerca del universo visible. Le pide a Job que le informe sobre la Tierra, el mar, la luz, la muerte y la sepultura, la nieve, el granizo, el viento, la lluvia, el rocío, la escarcha, las constelaciones y los relámpagos (38:1-38).

B. Jehová empieza con la creación animal, demostrándole a Job cuán poco sabe de las maravillosas características que Dios ha puesto en los animales, de manera que no necesitan que el hombre cuide de ellos o de la tierra. Se hace mención de algunos animales y sus sorprendentes instintos: el león, el cuervo, la cabra montés, la cebra, el asno silvestre, el toro salvaje, la hembra del avestruz, la cigüeña, el caballo, el halcón y el águila (38:39-39:30).

C. Luego, Jehová plantea la siguiente pregunta: “¿Debiera contender de manera alguna un señalador de faltas con el Todopoderoso?”. Contrito, Job responde que no tiene nada que decir. Jehová le hace notar que estaba invalidando Su justicia con el fin de justificarse a sí mismo. A continuación, Él le hace notar que puede humillar a los inicuos (40:1-14).

D. Jehová señala a la fuerza y tranquila confianza de “Behemot” (hipopótamo), a quien Él creó como uno de los animales más grandes, así como de “Leviatán” (cocodrilo), y el peligro de luchar con él. De este último se destacan la dureza de su corazón, su orgullo y falta de temor (40:15-41:34).

E. Job se arrepiente, confiesa que habló sin conocimiento; ‘los caminos de Dios son superiores a los caminos del hombre, y sus pensamientos a los pensamientos del hombre’. Admite haber hablado irreflexivamente sobre las acciones de Dios, dado que él no tenía sabiduría, discernimiento y capacidad para hacer tal juicio. Se retracta en polvo y ceniza (42:1-6).

VIII. Jehová bendice a Job, juzga a sus compañeros (42:7-17).

A. Jehová expresa su gran enojo hacia los compañeros de Job, pues ellos hablaron lo que no era verídico. Les manda que lleven sus ofrendas a Job como Su sacerdote, porque Jehová sólo aceptará a Job, Su “siervo”, y sus oraciones a favor de ellos. Ellos lo hacen así (42:7-9).

B. Jehová sana a Job cuando él ora por sus compañeros, le da el doble de las posesiones que tenía y hace que sus parientes y amigos vuelvan a él. Es evidente que su esposa vuelve a su lado; tiene siete hijos y tres hijas, las más hermosas del país. Job vive ciento cuarenta años más y ve cuatro generaciones de descendientes (42:10-17).

Véase el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, págs. 95-100.

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