NABONIDO
(acadio, Nabuna’id; “El dios Nabu [Nebo] Es Exaltado”).
Último monarca supremo del imperio babilonio y padre de Belsasar. Por los textos cuneiformes se cree que gobernó unos diecisiete años (556-539 a. E.C.). Nabonido se interesó en la literatura, el arte y la religión.
En sus propias inscripciones Nabonido alega ser de noble descendencia y en varios textos cuneiformes se refiere a su padre como “el príncipe sabio”. Una tablilla algo mutilada que se encontró cerca de la antigua Harán permite suponer que la madre de Nabonido era una sacerdotisa del dios-luna Sin. Más tarde, siendo ya rey, Nabonido demostró tener gran devoción al dios-luna, tanto en Harán como en Ur, donde este dios ocupaba una posición dominante.
Al considerar los acontecimientos ocurridos en el año vigésimo de Nabucodonosor (Nisán 605 a Nisán 604 a. E.C.), el historiador griego Heródoto describe un tratado entre los lidios y los medos negociado por un tal Labineto de Babilonia en papel de mediador. Se cree que Heródoto utilizaba ese nombre para referirse a Nabonido. Posteriormente, Heródoto hace referencia a la lucha de Ciro el persa contra el hijo de Labineto y Nitocris. (Libro I, sec. 188.)
En un libro titulado “Nabonidus and Belshazzar” (Yale Oriental Series), el profesor R. P. Dougherty propone la hipótesis de que Nitocris era la hija de Nabucodonosor y que por lo tanto Nabonido (Labineto) era el yerno de Nabucodonosor. A su vez, el “hijo” de Nitocris y Nabonido (Labineto), mencionado por Heródoto, se cree que es Belsasar, contra quien Ciro efectivamente peleó. Aunque está basado en razonamiento deductivo e inductivo, este argumento ayuda a explicar la razón por la que Nabonido ascendió al trono de Babilonia. Más importante aún, armoniza con el dato bíblico donde se habla de Nabucodonosor como el “padre” de Belsasar, quien en realidad era hijo de Nabonido. (Dan. 5:11, 18, 22.) El término “padre” a veces tiene el significado de abuelo o antepasado. De modo que Belsasar sería el nieto de Nabucodonosor. La tabla al pie de la página muestra la dinastía de los reyes neobabilonios según el profesor Dougherty.
La ascensión de Nabonido al trono ocurrió después del asesinato de Labashi-Marduk, hijo de Neriglisar. No obstante, el que en una de sus inscripciones Nabonido se refiera a sí mismo como el “poderoso delegado” de Nabucodonosor y Neriglisar se cree que indica, junto con otras evidencias, que consiguió el trono legítimamente y no por usurpación.
En sus oraciones al dios-luna registradas en varios prismas, Nabonido asocia consigo a su hijo primogénito Belsasar. Una inscripción registra que en su tercer año, antes de salir a la campaña que resultó en la conquista de la ciudad de Temá (Arabia), Nabonido nombró a Belsasar rey de Babilonia. (Véase BELSASAR.)
Parece que Nabonido estableció su residencia real en Temá y otros textos muestran que las caravanas de camellos llevaban allí provisiones procedentes de Babilonia. Aunque no renunció a su posición de rey del imperio, Nabonido confió la administración del gobierno de Babilonia a Belsasar. Ya que por la ciudad de Temá pasaban las antiguas rutas de caravanas por las que se transportaban oro y especias a través de Arabia, de este a oeste y de norte a sur, el interés de Nabonido en esa ciudad pudiera deberse a razones económicas o bien a intereses militares.
No hay disponible ninguna información sobre las actividades de Nabonido entre el duodécimo año de su reinado y el último. Previendo la agresión de los medos y los persas bajo Ciro el Grande, Nabonido había hecho un pacto con el imperio lidio y con Egipto. La crónica de Nabonido registra que este volvió a Babilonia en el año de la invasión medopersa, cuando se celebraba la fiesta del Año Nuevo y se metían en la ciudad los diferentes dioses de Babilonia. Con respecto al avance de Ciro, la crónica dice que, después de la victoria conseguida en Opis, capturó Sippar (a unos 56 Km. al N. de Babilonia) y “Nabonido huyó”. Luego, sigue el relato de la conquista medopersa de Babilonia y se dice que Nabonido fue hecho prisionero cuando volvió a esa ciudad. Los escritos de Beroso, sacerdote babilonio del tercer siglo de la era común, relatan que Nabonido había salido a guerrear contra las fuerzas de Ciro pero que fue derrotado, se refugió en Borsippa (al SSO. de Babilonia) y, después de la caída de Babilonia, se rindió ante Ciro, siendo posteriormente deportado a Carmania (en la parte sur de Persia). Este registro coincide con el relato bíblico del capítulo 5 de Daniel, el cual indica que Belsasar era el rey en funciones de Babilonia al tiempo de su conquista.
En el capítulo 5 del libro de Daniel no se menciona directamente a Nabonido pero debe tenerse en cuenta que el relato de Daniel hace referencia a muy pocos acontecimientos anteriores a la caída de Babilonia, y que el desplome final del imperio se describe en muy pocas palabras. Sin embargo, en Daniel 5:7, 16, 29 parece indicarse la gobernación de Nabonido, pues se dice que Belsasar le ofrece a Daniel ser el tercer gobernante del reino, lo cual implica que Nabonido era el primero y Belsasar el segundo. El profesor Dougherty comenta al respecto: “[…] Puede considerarse que el quinto capítulo de Daniel concuerda con los hechos al no hablar de Nabonido en la narración, puesto que parece que no tuvo ninguna participación en los acontecimientos que tuvieron lugar cuando Gobrias [a la cabeza del ejército de Ciro] entró en la ciudad”.
CRÓNICA DE NABONIDO
La Crónica de Nabonido, llamada también “Crónica de Ciro-Nabonido” y “La tablilla de los anales de Ciro”, es un fragmento de una tablilla de arcilla que actualmente se conserva en el Museo Británico. Describe principalmente los acontecimientos más importantes del reinado de Nabonido, el último monarca supremo de Babilonia, y contiene un relato conciso de la caída de Babilonia ante las tropas de Ciro. Aunque no hay duda de que proviene de Babilonia y ha sido escrita en caracteres cuneiformes babilonios, los eruditos que han examinado su estilo dicen que puede datar del período seléucida (312 a 65 a. E. C.), es decir, unos dos siglos después del tiempo de Nabonido. Es casi seguro que se trata de una copia de un documento anterior. Toda la crónica glorifica de manera tan notable a Ciro y desprecia tanto a Nabonido que se cree obra de un escriba persa, e incluso se ha hablado de ella como “propaganda persa”. Sin embargo, aunque pueda ser así, las autoridades en el tema piensan que “la información circunstancial” que contiene es confiable.
A pesar de la brevedad de la Crónica de Nabonido—la tablilla mide aproximadamente 14 cm. en la parte más ancha y otros tantos de longitud—sigue siendo el registro cuneiforme existente más completo de la caída de Babilonia. Algunas secciones de la tercera de sus cuatro columnas, empezando en la línea cinco, leen: “[Decimoséptimo año] […] En el mes de Tašritu, cuando Ciro atacó el ejército de Akkad en Opis, junto al Tigris, los habitantes de Akkad se rebelaron, pero él (Nabonid) pasó a cuchillo a los aturdidos habitantes. El día 14 Sippar fue tomada sin combate. Nabonido huyó. El día 16, Gobrias (ugbaru), gobernador de Gutium, y el ejército de Ciro entraron en Babilonia sin combate. Después Nabonid fue apresado en Babilonia, a la que volvió. […] En el mes de Arahšamnu, el día 3, Ciro entró en Babilonia, ramas verdes se extendieron delante de él: el estado de ‘Paz’ (šulmu) se impuso en la ciudad”. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, de James B. Pritchard, pág. 241.)
Debe decirse que la expresión “Decimoséptimo año” no aparece en la tablilla, puesto que esta parte del texto está deteriorada. Los traductores la han insertado al no haber encontrado otras tablillas cuneiformes fechadas después del año decimoséptimo de Nabonido. De modo que deducen que la caída de Babilonia se produjo en aquel año de su reinado y que estas palabras aparecerían en la tablilla si no estuviera deteriorada. Aunque el reinado de Nabonido hubiera durado más de lo que generalmente se ha supuesto, no afectaría la fecha aceptada de 539 a. E.C. como el año de la caída de Babilonia, puesto que hay otras fuentes que señalan ese año. (Véase CIRO.) Sin embargo, este factor resta algo de valor a la Crónica de Nabonido.
Aunque falta el año, no obstante la tablilla da el mes y el día de la caída de la ciudad. Con estos datos, los cronólogos seglares calculan que el día 16 de Tašritu (Tishri) corresponde al 11/12 de octubre del año 539 a. E.C. según el calendario juliano (5/6 de octubre según el gregoriano). Ya que esta es una fecha aceptada, y no hay evidencia que la contradiga, se usa como una “fecha absoluta” al coordinar la historia seglar con la bíblica.
Es interesante lo que la crónica dice con respecto a la noche de la caída de Babilonia: “El ejército de Ciro entró en Babilonia sin combate”. Estas palabras probablemente signifiquen que se produjo sin que hubiera un conflicto general, y concuerdan con la profecía de Jeremías de que ‘los hombres poderosos de Babilonia cesarían de pelear’. (Jer. 51:30.)
[Tabla de la página 1169]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
NABOPOLASAR
(Fundador de la dinastía)
NABUCODONOSOR
(Hijo de Nabopolasar)
AWEL-MARDUK (Hijo de Nabucodonosor)
NERIGLISAR (Yerno de Nabucodonosor) LABASHI-MARDUK (Hijo de Neriglisar)
NABODINO (Yerno de Nabucodonosor[?]) BELSASAR (Hijo de Nabonido)
[Imagen de la página 1170]
La Crónica de Nabonido