TIESTO
Casco o trozo de vasija rota; fragmento de vasija de barro. La palabra hebrea jé·res, aunque a veces aplica a una vasija o frasco de barro que no está roto (Núm. 5:17; Jer. 19:1), proviene de una raíz que significa “raspar” o “rayar” y puede por lo tanto denotar algo áspero como un tiesto. Cuando Satanás hirió a Job con “un divieso maligno” desde la coronilla de la cabeza hasta la planta del pie, Job “procedió a tomar para sí un fragmento de vasija de barro con el cual rasparse” (Job 2:7, 8); y concerniente a Leviatán se dice: “Como fragmentos puntiagudos de vasijas de barro son sus partes inferiores “. (Job 41:1, 30.)
La palabra griega ó·stra·kon (que aparece en la Versión de los Setenta en Job 2:8) significa “concha” o “teja”, aunque los griegos también aplicaron el término a tiestos en los que se hacía constar un voto. Las palabras “ostraca”, “ostracismo”, etc., se derivan del término griego. Según la antigua ley ateniense, un ciudadano impopular o alguien que fuese considerado peligroso podía ser desterrado si la asamblea popular y el senado votaban en su contra. Los votos se escribían en conchas, trozos de teja o tiestos.
DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
Los tiestos o fragmentos de vasijas de barro son los objetos que en mayor cantidad han hallado los arqueólogos durante las excavaciones de los lugares antiguos. En el pasado, se podía usar un trozo de vasija rota a modo de rastrillo para recoger cenizas o de cucharón para sacar agua. (Isa. 30:14.) Pero antiguamente, tanto en Egipto como en Mesopotamia y otras partes del Oriente Medio, los tiestos se usaban especialmente como materiales económicos sobre los cuales escribir. Por ejemplo, se usaron fragmentos de vasijas de barro para las bien conocidas Cartas de Lakís, en las que figuran repetidas veces el nombre divino Jehová en la forma del Tetragrámaton (YHWH).
Más de sesenta ostraca inscritos con tinta en escritura paleohebrea fueron descubiertos en las ruinas del palacio real de Samaria. Parecen ser registros de la producción vinícola, muchos de los cuales posiblemente datan del tiempo de Jeroboán II. En ellos aparecen nombres de lugares y personas, contándose entre estos últimos algunas formas compuestas de los nombres Baal, Él y Yavé. Los ostraca griegos hallados en Egipto incluyen varias clases de documentos, pero principalmente ingresos recibidos por impuestos. Dan alguna idea de cómo era el lenguaje griego que se hablaba entre el pueblo común de esa tierra durante las épocas tolemaica, romana y bizantina y también han servido de ayuda en el estudio del griego koi·né usado por los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas. Veinte ostraca griegos hallados en el Alto Egipto tenían inscritas porciones de los cuatro evangelios que probablemente datan del siglo VII E.C.
USADOS DE MANERA FIGURATIVA
Los tiestos también se usaban de manera figurativa en las Escrituras. David, angustiado y rodeado de enemigos, dijo en un salmo profético referente a los sufrimientos del Mesías: “Mi poder se ha secado como un fragmento de vasija de barro”. (Sal. 22:11-15.) Los artículos de arcilla eran endurecidos por el proceso de cocción y quedaban muy secos.
Los métodos de vidriado evidentemente eran comunes en los días del rey Salomón, puesto que en Proverbios 26:23 se dice: “Como vidriado de plata que recubre un fragmento de vasija de barro son los labios fervientes junto con un corazón malo”. Igual que un “vidriado de plata” ocultaba la vasija de barro que recubría, los “labios fervientes” podían ocultar “un corazón malo” cuando la amistad era solo fingida.