ARAÑA
Según la clasificación científica, la araña, que cuenta con ocho patas y carece de alas, no es un insecto sino un arácnido. Las dos veces que aparece ese término en las Escrituras forma parte de una ilustración. Una es cuando Bildad, hablándole a Job, se refirió a un apóstata diciendo que era comparable a alguien que confía o que se apoya en una “casa de una araña”, o tela de araña, algo que sería demasiado frágil para mantenerle en pie. (Job 8:14, 15.) La otra vez es cuando se asemejan las obras dañinas y violentas de los israelitas infieles a la acción de tejer una tela de araña. Aquellas personas infieles no podrían cubrirse a sí mismas con sus obras, como tampoco una tela de araña serviría para prenda de vestir. (Isa. 59:5, 6.)