UZAH
(“[Jehová es] Fuerza”).
Hijo de Abinadab, evidentemente levita. Uzah y Ahió, su hermano, conducían el carruaje que llevaba el arca del pacto desde su casa cuando David quiso traerla a Jerusalén. Cuando los toros que tiraban del carruaje casi lo volcaron, Uzah alargó su mano y sujetó el Arca, por lo cual Jehová le dio muerte en el acto. David llamó al lugar Pérez-uzah debido a que allí Jehová había llevado a cabo una “ruptura contra Uzah”. (2 Sam. 6:3-8; 1 Cró. 13:7-11.)
A pesar de la posible buena intención de Uzah por evitar que el Arca cayese, lo que hizo fue juzgado como un “acto irreverente”. (2 Sam. 6:7.) La razón es que hubo desobediencia deliberada. Jehová había ordenado que bajo ninguna circunstancia tocasen el Arca las personas que no estaban autorizadas para ello. Este mandato, conocido por todo el pueblo de Israel, indicaba que aquel que lo violase recibiría la pena de muerte. (Núm. 4:15, 19, 20.) Si, tal como Dios había mandado, las personas autorizadas —los levitas qohatitas— la hubiesen llevado con los varales sobre sus hombros, no se habría provocado la cólera de Dios. (Éxo. 25:13, 14; Núm. 7:9.)