BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ad págs. 1677-1679
  • Voto

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Voto
  • Ayuda para entender la Biblia
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • VOLUNTARIO, PERO OBLIGATORIO UNA VEZ HECHO
  • Votos de mujeres bajo la Ley
  • DISPOSICIÓN DE LAS COSAS SOBRE LAS CUALES SE VOTA
  • VOTOS IMPROPIOS O INMUNDOS
  • SACRIFICIOS CONECTADOS CON LOS VOTOS
  • COMO OBSERVÓ PABLO LA LEY EN CUANTO A LOS VOTOS
  • Voto
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2002
  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
  • “Lo que prometes en voto, págalo”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2017
Ver más
Ayuda para entender la Biblia
ad págs. 1677-1679

VOTO

Promesa solemne para llevar a cabo algún acto, hacer alguna ofrenda o dádiva, o entrar en algún servicio o condición; un compromiso, tanto positivo como negativo. Siendo una promesa solemne, un voto tiene la fuerza de un juramento y a veces las dos expresiones se acompañan la una a la otra en la Biblia. (Núm. 30:2; Mat. 5:33.) “Voto” es más bien una declaración de intención, mientras que el “juramento” se hace ante una autoridad superior en testimonio de la veracidad u obligatoriedad de la declaración. Los juramentos a menudo daban garantía a un pacto. (Gén. 26:28; 31:44, 53.)

Un voto podía ser: 1) un voto general de devoción; 2) una declaración de abstinencia (en cuyo caso una persona votaba en cuanto a abstenerse de usar durante un período de tiempo limitado o ilimitado ciertas cosas que normalmente serían lícitas); 3) la dedicación de algo para uso sagrado o para destrucción. (Lev. 27:28, 29; Núm. 30:2.)

El registro más antiguo de un voto se halla en Génesis 28:20-22, donde Jacob prometió dar a Jehová la décima parte de todas sus posesiones si Jehová continuaba con él y le llevaba de regreso en paz, probando así ser el Dios de Jacob. Jacob no estaba negociando con Dios, pero quería estar seguro de tener su aprobación. Como indica este caso, los patriarcas hacían votos (véase también Job 22:27) y, al igual que muchas otras costumbres patriarcales, lo que la ley mosaica hizo fue definir y regular estos rasgos de adoración que ya existían, no introducirlos.

Muchos votos se hacían como una súplica a Dios para recibir su favor y tener éxito en una empresa, como en el caso de Jacob. Otro ejemplo al respecto es el voto que hizo Israel de dar por entero a la destrucción las ciudades del rey cananeo de Arad si Jehová le daba a Israel la victoria. (Núm. 21:1-3.) También se hacían como expresión de devoción a Jehová y a su adoración pura (Sal. 132:1-5), o para indicar que uno se apartaba a sí mismo o a sus posesiones para un servicio especial. Los padres podían hacer votos con relación a sus hijos, como hizo Ana con Samuel. (1 Sam. 1:11; compárese con Jueces 11:30, 31, 39.) En estas ocasiones los hijos cooperaban en cumplir el voto.

VOLUNTARIO, PERO OBLIGATORIO UNA VEZ HECHO

Los votos eran completamente voluntarios. No eran un contrato o acuerdo entre el que hacía el voto y otra persona. Sin embargo, una vez que un hombre hacía un voto, la ley divina obligaba a que se cumpliera. Por eso se decía que un voto ‘ataba sobre su alma’, implicando que su mismísima vida llegaba a ser garantía del cumplimiento de su palabra. (Núm. 30:2; véase también Romanos 1:31, 32.) Como la vida está en juego, es de entender por qué las Escrituras animan a que uno tenga sumo cuidado antes de hacer un voto, considerando cuidadosamente las obligaciones que supondrá. (Deu. 23:21, 22; Ecl. 5:4-6.) Un voto hecho sin reflexionar por el impulso del entusiasmo momentáneo o de la simple emoción muy bien pudiera resultar en un lazo. (Pro. 20:25.) Bajo la Ley, el que hiciese un voto irreflexivo era culpable ante Dios y tenía que presentar por su pecado una ofrenda por la culpa. (Lev. 5:4-6.) Resumiendo, un voto no tiene mérito a los ojos de Dios a menos que esté en armonía con sus leyes justas y proceda de un corazón y de un espíritu correctamente motivados. (Sal. 51:16, 17.)

Votos de mujeres bajo la Ley

Las leyes que regulaban los votos hechos por mujeres están bosquejadas en Números 30:3-15: El voto de una hija era obligatorio una vez que su padre lo oía y no ponía ninguna objeción; o, por otra parte, el padre podría anularlo. El voto de una esposa (o una muchacha comprometida) dependía de igual manera de su esposo (o prometido) para que fuese válido. Si el hombre anulaba el voto después de dejar que tuviese validez, él cargaba con el error de ella. (Vss. 14, 15.) En el caso de una viuda o una mujer divorciada, “todo lo que haya atado sobre su alma subsistirá contra ella”. (Vs. 9.)

DISPOSICIÓN DE LAS COSAS SOBRE LAS CUALES SE VOTA

Cualquier persona o posesión, incluyendo una porción de tierra, podía ofrecerse en voto a Jehová, con la excepción de todo lo que ya estaba apartado para Él por la Ley, como el primogénito, los primeros frutos, los diezmos, etc. (Lev. 27:26, 30, 32.) Aquello que se ‘santificaba’ (heb. qó·dhesch, “algo apartado como santo, para uso sagrado”) mediante un voto, podía ser redimido por medio de pagar cierta cantidad estipulada al santuario (excepto en el caso de animales limpios). (Lev. 27:9-27.) Sin embargo, algo “dado por entero” (heb. jé·rem) no podía ser redimido, sino que tenía que ser total y permanentemente propiedad del santuario o, si se había dado por entero a la destrucción, tenía que ser destruido sin falta. (Lev. 27:28, 29.)

VOTOS IMPROPIOS O INMUNDOS

Los votos de religiones paganas muchas veces envolvían prácticas inmundas e inmorales. Por toda Fenicia, Siria y Babilonia los ingresos procedentes de la prostitución del templo se dedicaban al ídolo o al templo. Tales votos degenerados estaban prohibidos en Israel: “No debes introducir el alquiler de una ramera ni el precio de un perro [o probablemente ‘pederasta’ (sodomita)] en la casa de Jehová tu Dios por voto alguno”. (Deu. 23:18.)

Jeremías les recordó a los judíos que estaban en Egipto después de la destrucción de Jerusalén que una de las razones por las que les acaeció calamidad era porque habían dirigido impropiamente sus votos a la “reina de los cielos”, y le habían ofrecido sacrificios. Las mujeres que estaban participando de manera prominente en esta adoración idolátrica rápidamente dijeron que sus votos y adoración a la “reina de los cielos” habían sido aprobados por sus esposos y que ellas estaban determinadas a llevar a cabo sus votos a esta diosa. De esa manera se justificaban alegando que actuaban en armonía con la Ley respecto a los votos para las mujeres (Núm. 30:10-15), pero Jeremías denunció sus actos como verdaderamente desafiadores de ley, ya que eran idolátricos. (Jer. 44:19, 23-25; 2 Cor. 6:16-18; véase CORBÁN.)

SACRIFICIOS CONECTADOS CON LOS VOTOS

Bajo la Ley, a veces una ofrenda quemada iba acompañada de otros sacrificios a fin de denotar así la dedicación completa y hacer un llamamiento a Jehová para que aceptase el sacrificio con favor. (Lev. 8:14, 18; 16:3.) Eso también se hacía con relación a los votos. (Núm. 6:14.) Las ofrendas quemadas se ofrecían para hacer votos especiales. (Núm. 15:3; Sal. 66:13.) Y con respecto a un “sacrificio de comunión a Jehová a fin de pagar un voto”, el requisito era que se ofreciese un animal sin mancha, parte del cual se quemaba sobre el altar. (Lev. 22:21, 22; 3:1-5.)

Con respecto al voto de Jefté antes de luchar contra los ammonitas (Jue. 11:29-31), véase JEFTÉ.

COMO OBSERVÓ PABLO LA LEY EN CUANTO A LOS VOTOS

El apóstol Pablo hizo un voto, aunque no se sabe con seguridad si fue un voto de nazareo o no; tampoco se dice si hizo el voto antes de llegar a ser cristiano. Puede que el período de su voto concluyera en Cencreas, cerca de Corinto, cuando se hizo cortar el pelo al rape (Hech. 18:18), o quizás concluyera, como algunos creen, cuando fue al templo de Jerusalén con otros cuatro hombres cuando concluyó el período de sus votos. Sin embargo, Pablo hizo aquello por consejo del cuerpo gobernante cristiano para demostrar que estaba andando ordenadamente y que no enseñaba desobediencia a la Ley, como se decía a oídos de algunos de los cristianos judíos. Era una práctica común el que una persona pagase por otros los gastos incurridos en la limpieza ceremonial al terminar el período de un voto, como Pablo hizo en esa ocasión. (Hech. 21:20-24.)

En cuanto a por qué el apóstol Pablo y otros miembros del cuerpo gobernante cristiano aprobaban el cumplir con ciertos rasgos de la Ley, aunque la Ley había sido abolida por el sacrificio de Jesucristo, se pueden considerar los siguientes detalles:

Jehová Dios dio la Ley a su pueblo Israel, y por consiguiente, como dijo el apóstol Pablo: “La Ley es espiritual”; y en cuanto a sus reglas, “la Ley es santa, y el mandamiento es santo y justo y bueno”. (Rom. 7:12, 14.) Por consiguiente, el templo y los servicios que allí se llevaban a cabo no eran despreciados por los cristianos o mirados despectivamente como si fuesen impropios. No eran idolátricos. Además, muchas de las prácticas se habían convertido en costumbres profundamente arraigadas entre los judíos, y, voz por otra parte, como la Ley no era simplemente religiosa, sino que también era la ley nacional, algunas normas tenían que ser obedecidas por todos los que vivieran en el país, como por ejemplo las restricciones de trabajar en sábado, etc.

Pero al considerar esta cuestión, la idea básica es que los cristianos no basaban su salvación en estas cosas. El apóstol explicó que cosas tales como el comer carne o verduras, el observar ciertos días como superiores a otros, y hasta el comer carne que había sido ofrecida a ídolos antes de ser puesta a la venta en los mercados, eran asuntos de conciencia. (Rom. 14:5, 6, 17, 22, 23; 1 Cor. 10:25-30.)

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir