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  • Alabanza al fundador del Nuevo Mundo

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  • Alabanza al fundador del Nuevo Mundo
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1951
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1951
w51 15/6 págs. 357-364

Alabanza al fundador del Nuevo Mundo

“Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.”—Apo. 19:6, NM

1. ¿Debido a qué podemos decir ¡Aleluya! y qué significa?

¡ALELUYA! Jehová ha tomado su poder legítimo sobre nuestra tierra y ha empezado a gobernar como su rey. Ese es un hecho que debe tomarse en cuenta seriamente por todas las gentes de la tierra durante el año de 1951. Significa que un justo nuevo mundo está a las puertas y que seguramente habrá de entrar por el poder del Dios Todopoderoso. ¡Es algo que merece aclamaciones! Ciertamente vendrá un cambio maravilloso alrededor de todo este globo el cual será un encomio para el mando de Dios y querrá decir una vida tranquila, segura y próspera para todos los hombres de buena voluntad. Los hombres ya no creerán que Dios ha abandonado la tierra ni preguntarán por qué permitió él que la iniquidad gobernara la tierra durante los últimos seis mil años. Ha llegado su tiempo señalado para aclarar el gran misterio y para dirimir la controversia ardiente acerca de la soberanía del universo.

2. ¿Qué es menester que toda persona informada haga ahora?

2 ¡Qué parte tan insignificante del universo ilimitado es nuestra tierra! No obstante éste es el único lugar perturbado y el lugar donde ha de dirimirse finalmente la controversia acerca de la soberanía universal. Y sí se dirimirá, no, no a favor de las Naciones Unidas ni de otros elementos de este viejo mundo, sino a favor del Personaje apropiado, Jehová. Por esa razón él ha empezado a gobernar como rey con un gobierno mundial completamente nuevo para esta tierra desde la fecha que él mismo fijó, 1914. No importa que ya hayan pasado treinta y siete años, eso suministra más razón por la cual toda persona informada debe examinar su curso en esta vida y sus proyectos futuros para ver si están en armonía con el cambio inevitable que se aproxima rápidamente. También es menester que toda persona informada esparza esta información alegre a cuantos sea posible para que ellos también puedan prepararse para la vida en el nuevo mundo de Dios.

3. ¿Para hacer qué cosa es el tiempo oportuno ahora?

3 Estamos viviendo en el tiempo más maravilloso de toda la historia humana, cuando tenemos el privilegio de presenciar la transición de este viejo mundo mortífero al nuevo mundo dador de vida acerca del cual los profetas inspirados han hablado en términos tan agradables. Ahora es el tiempo oportuno para jurar nuestra lealtad eterna al Fundador, Edificador y Gobernador del nuevo mundo, y para iluminar a otros e instar que ellos hagan igual, porque el resultado de esa acción será ganar vida en el nuevo mundo. Todas las profecías radiantes están enfocadas sobre este período importante de transición para manifestar su significado, para que podamos seguir el curso apropiado. El último libro de la Biblia describe los eventos trascendentales que han marcado o que todavía marcarán este tiempo, y nos indica qué es lo que debemos hacer si deseamos gozar la vida en el mundo venidero. Predice lo que una grande muchedumbre de personas hará con ese fin. Ahora nos toca a nosotros decidir si deseamos estar incluídos en esa grande muchedumbre que tiene parte en cumplir la profecía. Allí, en Apocalipsis 19:6, según el Nuevo Testamento del Siglo Veinte (edición de 1901, en inglés), leemos: “Luego oí lo que parecía ser las voces de una grande multitud, y como el sonido de muchas aguas, y como el sonido de un fuerte estrépito de truenos, todos diciendo—‘¡Alaben al Señor! El Señor es Rey, nuestro Dios, el Todopoderoso.’” El Nuevo Testamento en inglés fundamental (edición de 1941), lee: “Y llegó a mis oídos la voz de un gran ejército, como el sonido de aguas, y el sonido de fuertes truenos, diciendo: ‘Alabanza al Señor: porque el Señor nuestro Dios, Gobernador de todo, es Rey.’”

4. ¿Qué quiere decir “Aleluya” aquí, y dónde sé traduce de la mejor manera?

4 En el texto griego original de la Biblia la palabra “Aleluya” ocurre en el versículo citado más arriba. El proceder general de los traductores es transferir esta palabra literalmente, como, por ejemplo, en la Versión Moderna y en la Versión Valera: “Aleluya; porque reina el Señor Dios Todopoderoso.” No obstante, usted notará que el Nuevo Testamento del Siglo Veinte y El Nuevo Testamento en inglés fundamental traducen la palabra para que lea: “Alaben al Señor,” y, “Alabanza al Señor,” respectivamente. Pero “Alelu-ya” es hebreo y literalmente quiere decir “Alaben a Jah”, como mandato a varias personas. Por esta razón la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras cristianas griegas (en inglés) hace la traducción más directa cuando traduce Apocalipsis 19:6 como sigue: “Y oí lo que era como la voz de una grande muchedumbre y como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos. Decían: ‘Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.’” Esta traducción también aclara, no sólo que Jehová reina o gobierna como rey, sino también que él empezó a gobernar como rey a un tiempo designado. Esto concuerda con la traducción por Nácar-Colunga: “Aleluya, porque ha establecido su reino el Señor, Dios todopoderoso.” Su reino comenzado es la razón para alabarlo.

5. ¿Por qué se hace esta llamada para que le alaben, y en qué serie de llamadas?

5 El nombre “Jah” es una abreviatura para “Jehová” o “Yavé”. La llamada que aquí se hace para que le alaben es la última de una serie de cinco llamadas que se hacen para que le alaben debido a los eventos asombrosos que él lleva a cabo, eventos que estamos viendo en cumplimiento hoy día. Para que podamos apreciar las circunstancias rodeando esta serie de llamadas citamos aquí el pasaje entero (Apocalipsis 19:1-6) de la Traducción del Nuevo Mundo: “Después de estas cosas oí lo que era como una voz fuerte de una grande muchedumbre en el cielo. Decían ‘¡Alaben a Jah [lectura marginal: Decían ‘¡Aleluya!’]! La salvación y la gloria. y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus juicios son verídicos y justos. Porque él ha ejecutado juicio sobre la gran ramera la cual corrompió la tierra con su fornicación, y él ha vengado la sangre de sus esclavos a su mano.’ Y en seguida por segunda vez dijeron: ‘¡Alaben a Jah [Aleluya]! Y el humo de ella sigue ascendiendo para siempre jamás.’ Y las veinticuatro personas de edad avanzada y las cuatro criaturas vivientes se cayeron y adoraron a Dios sobre el trono y decían: ‘¡Amén! ¡Alaben a Jah [Aleluya]!’ También salió del trono una voz y decía: ‘Estén alabando a nuestro Dios, todos ustedes sus esclavos, que lo temen, los pequeños y los grandes.’ Y oí lo que era como la voz de una grande muchedumbre y como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos. Decían: ‘Alaben a Jah [Aleluya], porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.’”

6. ¿En vista de qué cosa es seguramente apropiado alabarle ahora?

6 Por miles de años los hombres fieles de la antigüedad, contando desde Juan el Bautista y retrocediendo hasta Abel el primer mártir, miraron hacia adelante al establecimiento del reino de Dios en manos de su Simiente, el Mesías o Cristo. Por diecinueve siglos los seguidores cristianos del Mesías, Jesucristo, han orado la oración que él nos enseñó: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10, NM) Y ahora que el Padre celestial ha empezado a gobernar como rey en cumplimiento de su promesa antigua y en contestación a las oraciones cristianas, ¿no es correcto alabarlo? ¡Ciertamente que sí! porque su mando real significa nuestra liberación de este mundo opresivo y el goce de bendiciones inefables en el nuevo mundo libre. Pero ¿cómo es que decimos nosotros, en nuestro primer párrafo, que él empezó a gobernar como rey en 1914 d. de J.C.? De la siguiente manera.

NACIMIENTO DE LOS REINOS DEL VIEJO MUNDO

7. ¿El derrocamiento de qué cosa se proclama en conexión con su gobierno como Rey? ¿A quién asombra esto?

7 Notamos en el Apocalipsis, capítulo 19, que la proclamación de que Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey se hace en conexión con su derrocamiento de la grande Babilonia mística. El Apocalipsis 19:2 (NM) la describe como la “gran ramera la cual corrompió la tierra con su fornicación”. El ángel que trajo la revelación al apóstol Juan habla de Babilonia como la “gran ramera que se sienta sobre muchas aguas, con quien los reyes de la tierra cometieron fornicación, entre tanto que los que habitan la tierra se emborracharon con el vino de su fornicación”. Juan nos dice: “En su frente estaba escrito un nombre, un misterio, ‘Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra.’” (Apo. 17:1, 2, 5, NM) Esto fué más de seiscientos años después que la ciudad literal de Babilonia sobre el río Éufrates fué derrocada por los reyes Darío y Ciro en 539 a. de J.C. de acuerdo con el decreto de Jehová Dios. Cuando esa Babilonia antigua fué derribada de su posición como la tercera potencia mundial de la historia bíblica, Dios allí manifestó su poder supremo pero no empezó en ese entonces a gobernar sobre toda la tierra. La Babilonia mística, la organización mundial de Satanás, todavía permaneció. Es cuando Dios realmente ha empezado a gobernar como rey que él trastorna y destruye a la gran mística Babilonia de poder e influencia mundiales. Este acto moderno de Dios cuando se haya completado asombrará a toda la tierra mucho más que el trastornamiento de la antigua Babilonia.

8. ¿Por qué es apropiado que se anuncie en ese evento que él gobierna como Rey?

8 ¡Cuán apropiado es que, cuando Jehová Dios trastorna y destruye la Babilonia del día presente, se anuncie que él está gobernando como Rey! El primer lugar donde se estableció un reino contra Jehová después del diluvio del día de Noé fué en Babilonia o Babel. El primer rey de esa ciudad fué Nimrod, el adversario rebelde del Dios verdadero. Génesis 10:8-10 nos informa: “Cus [el nieto de Noé] engendró también a Nimrod; éste fué el primero que se hizo poderoso en la tierra. Él era poderoso cazador delante de [o, en oposición a] Jehová; por lo cual se suele decir: Como Nimrod, poderoso cazador delante de Jehová. Y fué el principio de su reino Babilonia, y Erec, y Acad, y Calne, en la tierra de Sinar.” (McClintock & Strong’s Cyclopœdia [en inglés]) El reino de Nimrod en Babel o Babilonia nunca fué autorizado por Jehová sino que fué establecido en desafío de él y para menospreciar su nombre y soberanía universal. Muchos siglos después, cuando Babilonia llegó a ser una potencia mundial mayor que Egipto y Asiria, demostró su hostilidad a Jehová Dios por medio de destruir a Jerusalén y desterrar a su pueblo.

9, 10. ¿Quién fue el primer rey humano que Jehová aprobó? ¿Por qué?

9 El Dios Altísimo retuvo sus bendiciones de los reyes de Babilonia, pero levantó y aprobó a Melquisedec, el rey de Salem, lugar que después llegó a ser Jerusalén. Su nombre pone de manifiesto la razón, por cuanto significa “rey de justicia”, y el nombre de su ciudad Salem significa “paz”. Melquisedec no heredó su reinado de su padre terrenal ni por medio de su madre, y él no tuvo sucesor alguno a su trono. Por esto él fué usado en la historia profética para prefigurar al justo Rey del nuevo mundo, a Jesucristo, el Hijo de Jehová.

10 Melquisedec se encontró con el fiel Abrahán después que éste obtuvo su victoria sobre el rey de la Sinar babilónica y sobre sus aliados. Concerniente a esto leemos: “Y Melquisedec, rey de Salem, el cual era sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: ¡Bendito sea Abram del Dios altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra! ¡y bendito sea el Dios altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano! Y dióle Abram el diezmo de todo.” (Gén. 14:18-20) En cuanto a por qué Melquisedec prefiguró a Jesucristo leemos: “Jesús, que ha llegado a ser sumo sacerdote parecido a Melquisedec para siempre. Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que encontró a Abrahán regresando del degüello de los reyes y le bendijo y a quien Abrahán entregó el diezmo de todas las cosas, es primeramente, por traducción, ‘Rey de justicia,’ y después también rey de Salem, es decir, ‘Rey de paz.’ Estando él sin padre, sin madre, sin genealogía, sin tener ni principio de días ni fin de vida, sino habiendo sido hecho como el Hijo de Dios, permanece sacerdote perpetuamente.” (Heb. 6:20 a 7:3, NM) Melquisedec representó a Jehová como Rey.

11. ¿Sobre qué nación asumió Jehová el reinado? ¿Cómo se confirma esto?

11 Siglos más tarde Jehová empezó a reinar sobre una nación, la de Israel. La ciudad de Jerusalén llegó a ser su capital, y el rey David fué el primero que reinó allí. Pero siglos antes de eso, Dios había sido su verdadero Rey, aunque invisible. El profeta Moisés testificó en cuanto a este hecho en el mar Rojo, cuando Dios ahogó a los ejércitos egipcios que estaban persiguiendo acaloradamente a los israelitas que se escapaban. Moisés en ese entonces cantó: “¡Jehová reinará para siempre jamás! Porque los caballos de Faraón y sus carros y su gente de a caballo entraron en la mar, y Jehová hizo volver sobre ellos las aguas del mar; pero los hijos de Israel anduvieron en seco por en medio del mar.” Y cuando acababan de cruzar las fronteras de la Tierra Prometida, hablando de Israel como “Jesurún” o “el Justo”, Moisés cantó: “Y Él era Rey en Jesurún cuando se juntaron las cabezas del pueblo, reunidas en uno las tribus de Israel.” (Éxo. 15:18, 19 y Deu. 33:5) Gedeón, el libertador de los israelitas de manos de los invasores madianitas, reconoció ese hecho vital. Por eso, cuando el pueblo quiso nombrarlo para ser su rey humano visible, Gedeón dijo: “No reinaré yo sobre vosotros, ni reinará mi hijo sobre vosotros: Jehová reinará sobre vosotros.”—Jue. 8:23.

12. ¿Qué cosa manifiesta que es proceder sabio reconocerlo como rey ahora?

12 ¿Será manifestar sabiduría el que nosotros ahora reconozcamos a Jehová nuestro Dios como rey? Sí. Es verdad que entre este mundo de reyes humanos y gobernantes principescos se requiere fe para reconocer que él ahora está gobernando como Rey sobre su pueblo y que ha de obedecerse como tal. Pero los israelitas manifestaron que seguramente sufriremos si nosotros rechazamos o nos apartamos de esa fe. En los días del profeta Samuel ellos le pidieron que nombrara un rey visible sobre su nación que fuera como los reyes de este mundo. Con pesar Samuel llevó el asunto a Dios en oración. “Y Jehová respondió a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo cuanto te dijeren; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que yo no reine sobre ellos.” (1 Sam. 8:7) El resumen de la experiencia que tuvieron con reyes humanos se declara concisamente en las palabras de Jehová a los israelitas: “¿Dónde está tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades? ¿y tus jueces, de los cuales dijiste: Dame rey y príncipes? Díte rey en mi furor, y quitélo en mi ira.” (Oseas 13:10, 11, Va) Su último rey humano fué quitado en indignación divina cuando los ejércitos de Babilonia destruyeron a Jerusalén en 607 a. de J.C. De igual manera, los últimos reyes y gobernantes principescos de la cristiandad serán quitados en la indignación de Dios en la batalla del Armagedón entre una tribulación que fué prefigurada por la destrucción de Jerusalén.

13. ¿Cómo llegó a ser Jerusalén la “ciudad del gran Rey”?

13 El segundo rey que fué ungido por el profeta de Jehová como rey de Israel era un hombre conforme a su corazón, David el pastor de Belén. El rey David fué quien arrebató a Sión, la fortaleza de Jerusalén, de manos de los ocupantes paganos para hacer de ella la ciudad capital de Israel. Él trajo a la ciudad capital y cerca de su palacio el símbolo de la presencia de Jehová con su pueblo, el arca sagrada del pacto. Él hizo preparaciones para la construcción de un templo glorioso en que alojarla. Debido a este celo hacia la adoración del Dios vivo y verdadero Jehová hizo un pacto con David para un reino eterno, indicando que uno de los descendientes de David sería rey para siempre. Este descendiente o “hijo de David” había de ser Jesucristo, que nació de una virgen que trazaba su descendencia del rey David. Los reyes del linaje de David gobernaron como representantes visibles del verdadero Rey de Israel, Jehová Dios, y por esto se decía que ellos se sentaban sobre el trono de Jehová. Así como está escrito acerca del hijo y sucesor del rey David: “De modo que Salomón se sentó sobre el trono de Jehová, como rey, en lugar de su padre David, y prosperó; y le obedeció todo Israel.” David, cuando abdicó el trono a favor de Salomón, oró y reconoció a Dios como el Rey, diciendo: “¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder, y la gloria, y la victoria, y la majestad; porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú te ensalzas como cabeza sobre todas las cosas! La riqueza también y la honra de ti proceden, y tú lo gobiernas todo.” (1 Cró. 29:23, 10-12) En armonía con el Salmo 48:1, 2, Jesús mismo dijo acerca de Jerusalén: “Es la ciudad del gran Rey.” (Mat. 5:34, 35) Por esto, mediante su rey reinante y ungido en Jerusalén, Jehová Dios gobernaba como rey sobre el territorio de Israel.

REY DEL MUNDO ¿DESDE CUÁNDO?

14. ¿Qué reprensión fué prometida en el pacto para el Reino? ¿Cómo se infligió finalmente?

14 Mediante su pacto con David por un reino eterno Dios prometió nunca remover el reinado del linaje de David y dijo concerniente a los sucesores de David sobre el trono: “Cuando cometiere iniquidad, le reprenderé con vara de hombres, y con azotes de hijos de Adam; empero no se apartará mi favor de él como lo aparté a Saúl, a quien quité de delante de ti. Y tu casa y tu reino serán eternamente estables delante de ti: tu trono será inmoble para siempre.” (2 Sam. 7:14-16) De modo que desde 621 hasta 607 a. de J.C. Dios reprendió a los sucesores infieles de David, desde Joaquim y siguiendo hasta Sedequías, con la vara de los imperialistas babilonios. Los reyes Joaquín y Sedequías fueron obligados a evacuar el trono y fueron llevados cautivos a Babilonia, y Jerusalén y sus palacios y templos fueron destruídos.

15. ¿Cómo se suspendió el reino de Dios, y qué período empezó entonces?

15 De esta suerte se cumplió la profecía dada al rey Sedequías: “Así dice Jehová el Señor: ¡Apártese la mitra sacerdotal, y quítese la diadema real! ésta no será más así: ¡elévase lo bajo y abátase lo alto! Haré que haya trastorno, trastorno, trastorno: ni aquélla tampoco será más, hasta que venga Aquel cuyo es el derecho, y a Él se lo daré.” (Eze. 21:26, 27) Así, mediante su propia decisión, Jehová dejó de gobernar como rey sobre Israel y su dominio. Con el uso de ejércitos gentiles, él trastornó la representación visible de su reino sobre la tierra, en 607 a. de J.C. En el otoño de ese año, con la desolación completa de Jerusalén y Judá, empezaron los tiempos de los gentiles o los “tiempos señalados de las naciones”, los cuales durarían “siete tiempos”, o 2,520 años. (Dan. 4:16, 23, 25, 32) El reino de Dios sobre cualquier parte de la tierra así fué suspendido.

16. ¿Cuál fué la actitud de Jesús y el curso que él tomó con respecto a los “tiempos señalados de las naciones”?

16 Cuando el clero judío rechazó a Jesús delante de Poncio Pilato en Jerusalén en 33 d. de J.C. con el grito, “¡No tenemos más rey que César!”, los tiempos de los gentiles ciertamente tenían que seguir su curso. Jesús rehusó entremeterse con el permiso de “siete tiempos” que Dios había dado para la dominación gentil. De manera que él no ‘restituyó en ese tiempo el reino a Israel’. Él profetizó que seguirían su curso completo, lo cual sería hasta el otoño de 1914 d. de J.C. (Juan 19:15; Hech. 1:6; Luc. 21:24) “Pero este hombre ofreció un sacrificio por los pecados perpetuamente y se sentó a la diestra de Dios, desde entonces esperando hasta que sus enemigos fueran hechos un banco para sus pies.” (Heb. 10:12, 13, NM; Sal. 110:1, 2) Eso quiso decir que Jesús tuvo que esperar a la diestra de Dios hasta 1914, porque Jehová Dios no cambia sino que cumple fielmente sus tiempos y sazones señalados. En 1914 fué el tiempo para que Dios diera el reino a su Hijo fiel, “cuyo es el derecho,” y para que el Hijo viniera a su reino en cumplimiento del pacto hecho con su antepasado David. En esa fecha llegó el tiempo para que él actuara de acuerdo con la invitación de su Padre celestial: “¡Pídeme, y te daré las naciones por tu herencia, y por tu posesión los confines de la tierra! Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.” (Sal. 2:7-9) Siendo que él recibió las naciones de la tierra para quebrantarlas como vasijas de barro despedazadas con una vara de hierro, entonces esto indicaría que los “tiempos señalados de las naciones” habían terminado.

17. ¿Por qué fué 1914 d. de J.C. el tiempo apropiado para que Jehová empezara a gobernar?

17 En 1914, al fin de esos “tiempos señalados”, Jehová empezó a gobernar como rey. ¿Cómo sabemos eso? Pues, al principio de esos tiempos en 607 a. de J.C. él dejó de reinar, por medio de trastornar el dominio del rey Sedequías en Jerusalén. Lo echó fuera del “trono de Jehová” y permitió que los gentiles babilonios hicieran pedazos de Jerusalén y dejó que ésta fuera hollada por las naciones. Por eso el fin de esos tiempos en 1914 quiso decir precisamente lo contrario. Allí Dios el Todopoderoso volvió a tomar para sí su gran poder. Él empezó a gobernar como rey, no en la Jerusalén terrestre ni sobre lo que en tiempos pasados fué la tierra prometida de Palestina, sino sobre toda la tierra y sobre todas sus naciones dentro de la cristiandad y fuera de ella. Él hizo esto en memoria de su pacto para el Reino hecho con David y por medio de instalar al Hijo merecedor de David, Jesucristo, como Rey del nuevo mundo. No como un rey sobre un trono material en una Jerusalén terrenal, sino sobre el “trono de Jehová” que está en el cielo y donde Jesús había estado sentado esperando que todos sus enemigos fueran hechos el estrado de sus pies. “El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies,” dice Jehová. (Hech. 7:49, NM; Isa. 66:1) De manera que desde 1914 es el tiempo para que las naciones gentiles ya no estén por arriba sino por debajo, para ser pisoteadas por los Gobernantes celestiales hasta que sean pulverizadas y el viento se las lleve en la batalla del Armagedón.

18. En el cielo ¿qué anuncio y acción de gracias se rindieron? ¿Qué nacimiento aconteció allí?

18 Los ángeles en el cielo estaban muy al tanto de esos eventos en 1914: “Y acontecieron fuertes voces en el cielo diciendo: ‘El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.’ Y las veinticuatro personas de edad avanzada que estaban sentadas delante de Dios sobre sus tronos cayeron sobre sus rostros y adoraron a Dios, diciendo: ‘Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, el que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y tu propia ira llegó, y el tiempo señalado . . . para traer a la ruina los que están arruinando la tierra.’” (Apo. 11:15-18, NM) Se refiere a la organización celestial de Jehová como la Jerusalén simbólica. Esta produjo a Jesucristo para ser aquel que había de ser entronizado como Rey del nuevo mundo de Jehová. Por esto el capítulo doce de Apocalipsis asemeja esto al nacimiento de un hijo varón: “Y [ella] dió a luz un hijo, un varón, que está destinado a pastorear a todas las naciones con una vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado a Dios y a su trono.”—Apo. 12:1-5, NM.

19. ¿Cómo han reaccionado las naciones al nacimiento del reino?

19 Su vara de hierro quiso decir ira para las naciones cuyos “siete tiempos” habían expirado. De modo que 1914 no fué tiempo para que las naciones gentiles se regocijaran debido a que Jehová había asumido su poder gobernante sobre la tierra y había nacido el reino de su Cristo. Se airaron. Los sucesos de la historia manifiestan que se airaron justamente en la fecha decisiva de 1914. Se lanzaron en guerra mundial entre ellas mismas para conseguir la dominación mundial en vez de portarse como cristianas y ceder su poder terrestre al Rey entronizado de Jehová. En los treinta y siete años desde esa fecha su ira no se ha aplacado sino que ha aumentado, lo cual se prueba por el aumento de su persecución contra los testigos de Jehová que anuncian Su reino mediante Cristo y que lo representan como embajadores.

LA BABILONIA MÍSTICA SUFRE UNA CAÍDA

20. ¿Cómo sufrió una caída la Babilonia moderna? ¿Qué destino le espera?

20 Se usó el imperio babilónico para destruir a Jerusalén en 607 a. de J.C. y para dar principio a los “tiempos señalados de las naciones”. Es muy apropiado, entonces, que al fin de esos tiempos señalados en 1914 la Babilonia moderna, la organización mundial del Diablo, haya sufrido una caída como resultado del juicio de Jehová contra ella, y que fuera puesta debajo de sus pies. ¿Cómo sucedió esto? Por medio de arrojar al rey invisible de la Babilonia mística, Satanás el Diablo, y su organización demoníaca fuera de las alturas celestiales y de su asociación con los santos ángeles y hacia abajo al estrado de los pies de Jehová, la tierra. La acción para llevar esto a cabo empezó inmediatamente después que nació el reino en 1914. “De modo que fué arrojado hacia abajo el gran dragón, la serpiente original, aquel que es llamado Diablo y Satanás, el cual está desviando a toda la tierra habitada; fué arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: ‘¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado hacia abajo . . . ! ¡Alégrense por causa de esto, ustedes cielos y los que residen en ellos! Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.’” (Apo. 12:7-12, NM) En la batalla del Armagedón, después de este “corto período de tiempo”, la Babilonia moderna u organización mundial de Satanás será destruída y el nuevo mundo entrará completamente.

21-23. (a) ¿La prominencia mundial de quién es indicativa de esa caída? (b) ¿Qué parábola adoptan ellos, contra quién y para alabanza de quién?

21 Indicativo de la caída de la Babilonia moderna desde las alturas celestiales es la liberación del fiel resto consagrado de Jehová y de sus compañeros de buena voluntad de esa organización mundial. Esa es la razón por la cual los testigos de Jehová se han hecho tan prominentes en el mundo desde 1919. Cuando la antigua Babilonia fué destruída como una potencia mundial en 539 a. de J.C., el resto israelita fué librado de su poder. Se le permitió regresar al sitio de Jerusalén y reedificar el santo templo por decreto del conquistador de Babilonia, el rey Ciro de Persia. Y ahora, igual que entonces, el resto de israelitas espirituales y sus compañeros de buena voluntad que han sido librados pueden entonar y cantar la parábola en contra de Satanás, el dios y rey de la mística Babilonia:

22 “Acontecerá en el día que te haga descansar Jehová de tus penas y de tu aflicción, y de la dura servidumbre con que te han hecho servir; que entonarás este cántico triunfal respecto del rey de Babilonia, y dirás: . . . ¡Cómo caíste de los cielos, oh Lucero, hijo de la aurora! ¡has sido derribado por tierra, tú que abatiste las naciones! Y tú eres aquel que dijiste en tu corazón: ¡Al cielo subiré; sobre las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de Asamblea, en los lados del Norte; me remontaré sobre las alturas de las nubes; seré semejante al Altísimo! ¡Pero ciertamente al infierno [Sheol, margen] serás abatido, a los lados del hoyo!” “Yo también me levantaré contra ellos, dice Jehová de los Ejércitos; y cortaré de Babilonia nombre y resto, y posteridad y descendencia, dice Jehová. . . . la barreré con escoba de destrucción.”—Isa. 14:3-23.

23 Aunque ésta es una parábola de vituperio para el dios degradado de la Babilonia mística, es un cántico de alabanza al Fundador del nuevo mundo, mundo que viene después de la destrucción de Babilonia. Denota que Jehová Dios reina, vindicado sobre sus antiguos enemigos.

¡Aleluya! Alabad a Yavé, porque es bueno, cantad salmos a nuestro Dios, porque es deleitoso; a Él conviene la alabanza. Es grande Yavé, grande su poderío, y su inteligencia es inenarrable. Sostiene Yavé a los mansos, y humilla a los impíos hasta tierra. Cantad a Yavé y alabadle. No se agrada de la fortaleza del caballo, no se complace en las piernas del hombre. Le complacen los que le temen, los que esperan en su misericordia. Alaba . . . a Yavé.—Sal. 147:1, 5-7, 10-12, NC.

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