Respetabilidad y decaimiento religiosos
● “El poder de la Sociedad cristiana no puede ser determinado por el número de sus miembros cuyos nombres se hallan incluidos en la lista de ‘personajes importantes’.” Esa fué la idea dada a entender recientemente por Elton Trueblood, profesor de filosofía y religión en el colegio Earlham de Richmond, Indiana. Escribió en el Presbyterian Life: “En muchas localidades la iniciativa se ha mudado de los lugares identificados por sus bancos de iglesia acojinados, costosos órganos y cantadores profesionales a las pobres iglesitas que sencillamente parecen tiendas del comercio. Pequeñas pero vigorosas bandas de testigos de Jehová se reunen en sus locales modestos que ellos llaman Salones del Reino. . . . Pero el no tener un ambiente impresionante no parece impedirlos de manera alguna.” Refiriéndose a los cristianos primitivos, continuó: “Pero ellos fueron quienes salieron victoriosos, mientras que casi toda la gente respetable de ese tiempo ya se ha echado al olvido. . . . De una vez debemos enfrentarnos al hecho de que, en lo que toca a nuestra religión siendo representada exclusivamente o aun principalmente por la concurrencia de personas bien vestidas de la clase media elevada en una iglesia impresionante por una hora los domingos por la mañana, ya estamos en decaimiento.”