¿Mejor inmoral que testigo de Jehová?
LO QUE dice la organización católica romana en los Estados Unidos de que ella cree que la salvación es posible fuera de su iglesia es difícil de armonizar con las expresiones que hacen sus portavoces en otras partes del mundo. Por ejemplo, a fines de 1952 en St. Hyacinthe, Quebec, un testigo de Jehová comenzó un estudio bíblico con un policía y su esposa. En breve la esposa comenzó a ir a las reuniones del Salón del Reino, pero el esposo se retraía un poco porque temía perder su trabajo. Después de dos meses de estudio comenzaron a sufrir persecución.
Mediante ridículo la guardia municipal trató de persuadir al policía a que dejara el estudio, y uno de ellos, su casero, lo amenazó con echarlo de su apartamiento si permitía que los testigos de Jehová lo volvieran a visitar. Sus padres y otros miembros de su familia le escribieron largas cartas suplicándole que suspendiera sus estudios con los testigos de Jehová. A todos éstos él escribió respuestas excelentes, explicando de las Escrituras lo que ahora creía y por qué ya no podía aceptar las enseñanzas de la Iglesia católica.
Un sacerdote que lo había conocido por muchos años fué a visitarlo en su lugar de empleo. El sacerdote empleó varias horas tratando de persuadirlo de que suspendiera su estudio con los testigos de Jehová; le previno que perdería su trabajo y sus amigos y traería deshonra sobre una familia católica. El policía le preguntó al sacerdote si su vida pasada como católico era mejor, saliendo, bebiendo, parrandeando y haciendo cosas semejantes. El sacerdote contestó que era peor ser testigo de Jehová. Pero los argumentos del sacerdote fueron inútiles, así como fueron inútiles las amenazas de la policía y las súplicas de parientes.
Un informe semejante se recibió de uno de los misioneros de la Watch Tówer en Santa Lucía, Antillas inglesas. Allí cierto sacerdote católico tiene espías colocados convenientemente y siempre que un católico visita el Salón del Reino de los testigos de Jehová el sacerdote envía un comité de dos para entrevistar al católico cuya curiosidad lo ha hecho pisar terreno prohibido. Dos de los tales recientemente visitaron a una señora que había manifestado algún interés en los testigos de Jehová y asistió a su reunión.
De ninguna manera intimidada o puesta a la defensiva por su aparente discusión casual de la obra de los testigos de Jehová, la señora de buena voluntad francamente les dijo: “Sí, he estado asistiendo a las reuniones de los testigos de Jehová y voy a seguir asistiendo a ellas. Por primera vez en la vida estoy consiguiendo un entendimiento de la Biblia. Ustedes están aquí para tratar de impedir que yo consiga este conocimiento. Si hubiera pasado la noche parrandeando o en conducta inmoral, si me hubiera emborrachado, no me visitarían, no se interesarían en mi bienestar; pero porque he asistido a una reunión de estudio bíblico ustedes muestran preocupación. Ustedes saben la situación de la escuela parroquial local, que varias muchachas tuvieron que ser despedidas debido a estar embarazadas, pero eso no les interesa a ustedes. Sólo cuando alguien trata de aprender la verdad de la Palabra de Dios ustedes se interesan.”
Sí, la actitud de algunos es: Mejor inmoral que testigo de Jehová.