Bendiciendo diariamente el nombre del Soberano del Nuevo Mundo
EL Soberano del nuevo mundo es tal por virtud de ser también su Creador. Y él es el Soberano y Creador no sólo del nuevo mundo sino también de todo el universo. Y ¿cuál es su nombre, el nombre que hemos de bendecir? Isaías 65:13-17 nos dice que el nombre del que crea el nuevo mundo, los nuevos cielos y nueva tierra, es Jehová.a
Como testigos cristianos, que hemos hecho la decisión de tener a Jehová como nuestro Dios y Rey, tenemos que ensalzarlo, colocarlo en un alto lugar en nuestra propia vida, y entonces debemos procurar hacer eso en la vida de otros por medio de anunciar por todas partes su soberanía y dignidad real.
Bendecir el nombre del Soberano del nuevo mundo significa hablar bien de él y para su crédito y ensalzamiento, siempre manteniendo uno su integridad hacia él y jamás siendo inducido o forzado por el Diablo a maldecir o renunciar a Dios. Quiere decir tratar de quitar el reproche que ha sido amontonado sobre ese nombre.
El Salmo 145 nos dice que alabemos a Jehová en gran manera, sí, elevadamente. Eso quiere decir darle nuestra alabanza ilimitada. Cuando estuvo en la tierra, Cristo Jesús tomó la delantera en alabar a Jehová, y hoy nosotros, como cristianos dedicados, tenemos más razones cada vez para alabar y bendecir el nombre de Jehová. Este es el día del establecimiento de su reino y por lo tanto es muy apropiado que contemos de su gloria y hablemos del poder y los poderosos hechos por medio de los cuales Dios estableció ese reino. Además, estamos viviendo en tiempos peligrosos, y el bendecir el nombre de Jehová significa protección para nosotros y para todos los que nos escuchan y actúan en obediencia.
¿Y cuán frecuentemente bendeciremos el nombre de Jehová? “Cada día te bendeciré,” contesta el salmista. ¿Y no es así como debe ser? ¿No somos recipientes diarios de la bondad de Jehová? ¿No añade cada día más razones para que le alabemos?
El determinarnos a bendecir a Jehová diariamente nos pone en línea para el ministerio de tiempo cabal; y, si no eso, por lo menos para tratar de hallar diariamente oportunidades para bendecir a Jehová, para hablar bien de él ante otros, y para hacer que todas nuestras obras cuenten para él.
No sólo debemos bendecir a Jehová diariamente ahora, sino que debe ser nuestra firme decisión ‘alabar su nombre para siempre y eternamente,’ ¡puesto que él nunca podría hacer algo ignominioso de manera que no mereciera nuestra alabanza! A todos los que ahora bendicen diariamente su nombre y quienes hacen suya la determinación de bendecirlo para siempre, Jehová les otorgará vida eterna, para que cumplan tal determinación.
[Notas]
a Para los detalles vea La Atalaya del 1 de marzo de 1954.