¡No una carrera de 100 metros!
● El pensar en un boxeador recuerda a uno una lucha de por lo menos media hora. Menciónese una carrera de resistencia, y uno piensa en hombres que corren muchos kilómetros. Pero la carrera del cristiano es más larga y su lucha más ardua que una u otra de estas cosas. Por eso se le amonesta en Hebreos 12:1 (NM) que se ‘quite todo peso’ y ‘corra con aguante’ la carrera que ha sido puesta delante de él. Pablo puso el ejemplo, como se registra en 1 Corintios 9:26, 27, (NM): “El modo en que estoy corriendo no es incierto; el modo en que estoy dirigiendo mis golpes es como para no golpear al aire; sino que trato mi cuerpo severamente y lo guío como a un esclavo.” ¿Por qué aferrarse tan tenazmente al proceder cristiano? Porque, como dijo Jesús en Mateo 10:22, es el que haya perseverado hasta el fin que será salvo. ¿Cómo corre usted?