Preguntas de los lectores
● ¿Cuáles son las razones para el cambio en la fecha de la creación de Adán en primer lugar de 4028 a. de J.C. a 4026 a. de J.C. y ahora últimamente en el libro “New Heavens and a New Earth” a 4025 a. de J.C.?
Debido a que hay muchos que se interesan en la cronología bíblica, publicamos aquí unas notas sobre el tema dando más información que la que se necesita para meramente contestar esta pregunta.
La cronología bíblica es un estudio interesante mediante el cual los eventos proféticos e históricos de la Biblia se colocan en la marcha del tiempo según el orden de su acaecimiento. Hay problemas en conexión con la cronología bíblica que se descifran solamente cuando llega el tiempo para el cumplimiento de las respectivas profecías de Jehová o se resuelven por causa del adelanto de la erudición bíblica o descubrimientos arqueológicos o como resultado de mejores traducciones de la Biblia que comunican con mayor claridad lo que dicen los registros escritos en los idiomas originales. También, hay que admitir que todavía quedan varios problemas cronológicos intrincados en la Biblia de un orden de menor importancia que no se han descifrado hasta ahora. Generalmente, sin embargo, la Sociedad Watch Tówer ha tratado de mantener a sus asociados al día con la más avanzada erudición asequible sobre la cronología bíblica que esté de acuerdo con los eventos históricos y proféticos internos registrados en las Escrituras.
Para tener cronología bíblica digna de confianza se requiere que se determinen ciertas fechas Absolutas. Fechas Absolutas son puntos de partida que coinciden con fechas probadas de la historia seglar que sirven para calcular con certeza una serie de fechas bíblicas hacia adelante y hacia atrás. Para la porción de la Biblia que se llama las Escrituras griegas tenemos la fecha Absoluta del 19 de agosto de 14 d. de J.C.,a calendario juliano (o el 17 de agosto según el calendario gregoriano), cuando Augusto César murió y fué sucedido en ese tiempo por Tiberio César, que llegó a ser el próximo emperador de Roma. Esta es una fecha establecida en la historia romana. Por eso cuando dice en Lucas 3:1-3 (NM): “En el año décimoquinto del reinado de Tiberio César,” sabemos con seguridad que el ministerio de Juan a que se refiere aquí debe haber comenzado en la primavera del año 29 d. de J.C., y además, que el ministerio de Jesús, que siguió al de Juan por unos seis meses, debe haber comenzado en el otoño de 29 d. de J.C.
Otra ilustración de una fecha Absoluta para las Escrituras griegas es la del 14 de nisán de 33 d. de J.C., la fecha del empalamiento de Jesús. El texto de Juan 19:31 (NM) indica definitivamente que Jesús murió en el día que para nosotros es viernes, porque se dice que el día siguiente (15 de nisán) era ‘un gran sábado,’ lo que quiere decir que dos sábados legales cayeron en el mismo día, a saber, (1) el día sabático semanal y normal de los judíos según Éxodo 20:10 y (2) según la ley de Moisés, no importaba en qué día de la semana cayera, el 15 de nisán siempre había de ser otro día de descanso, en armonía con Levítico 23:6, 7. Un día sabático doble de esta clase que caiga según la ley dentro del mismo período de veinticuatro horas acontece solamente una vez en varios años, así subrayándose el hecho de que Jesús murió un viernes por la tarde de acuerdo con los registros bíblicos.
La exactitud de las tablas astronómicas que contienen los eclipses de luna desde el año 1207 a. de J.C. establece tal fecha Absoluta. Estas tablasb dan prueba de que hubo un eclipse de luna el viernes 3 de abril de 33 d. de J.C., calendario juliano (o 1 de abril según nuestro presente calendario gregoriano), seis minutos después de las tres de la tarde, hora de Greenwich. Puesto que un eclipse de luna siempre significa una luna llena y siempre hay una luna llena el 14 de nisán, esto establece con toda seguridad que el viernes 1 de abril de 33 d. de J.C. (calendario gregoriano), es la fecha Absoluta del empalamiento de Jesús.
He aquí un tercer ejemplo de una fecha Absoluta para las Escrituras griegas de la Biblia. En la última parte del siglo diecinueve los arqueólogos descubrieron una inscripción importante en Delfos, Grecia, la que dice en parte, traducida al español: “Claudio César [emperador de Roma 41-54 d. de J.C.], Póntifex Máximus, de autoridad tribunicia por la duodécima vez [año duodécimo como emperador] . . . saluda a la ciudad de Delfos . . . como escribió Lucio Junio Galión, amigo mío, y procónsul de Acaya . . .”c El año duodécimo del reinado de Claudio como emperador sería en la primera parte de 52 d. de J.C., por cuanto el número duodécimo es un número ordinal que da a entender once años completos más unos meses; contados desde 41 d. de J.C., cuando él comenzó a reinar, once años más los meses adicionales dan por resultado 52 d. de J.C. El Galión ya mencionado es el juez romano que escuchó la demanda levantada contra Pablo en Corinto, la capital de la provincia austral romana de Grecia denominada Acaya. Está registrado en la Biblia: “Ahora bien, mientras Galión era procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal.”—Hech. 18:12, NM.
La impresión que se da en el libro de los Hechos es que Galión había llegado a Corinto solamente poco tiempo antes de que los judíos llevaran a Pablo delante de él. Puesto que Dio Casio habla de un decreto de Claudio que demandaba que los nuevos oficiales comenzaran su viaje de Roma a sus provincias asignadas para el primer día de junio,d Galión debe haber comenzado su proconsulado en Corinto cerca del 1 de julio de 51 d. de J.C. Esto, pues, establece el verano de 51 d. de J.C. como la fecha inequívoca de la estancia final de Pablo en Corinto. Esta fecha Absoluta nos ayuda a establecer la cronología para el entero ministerio conmovedor de Pablo y para la mayor parte del libro de los Hechos.
La fecha Absoluta que más se destaca para el período de antes de Jesucristo de las Escrituras hebreas es la de la caída de Babilonia como ciudad capital de la tercera potencia mundial a manos de Ciro, rey de los persas, el 13 de octubre de 539 a. de J.C., calendario juliano (o 7 de octubre según nuestro presente calendario gregoriano), suceso al cual se hace referencia en Isaías 45:1. Esta fecha se hace Absoluta a causa del descubrimiento arqueológico y desciframiento del famoso Nabunaid Chronicle, que da una fecha para la caída de Babilonia que, según las determinaciones de los especialistas, corresponde con el 13 de octubre de 539 a. de J.C., según el calendario juliano de los romanos.e
Usando esta fecha conocida podemos entonces rápidamente comprender Esdras 1:1, que el año 537 a. de J.C. fué el tiempo en que se publicó el decreto del rey Ciro permitiendo que los judíos regresaran a Palestina y que se dió comienzo a la reconstrucción del templo en el otoño de este mismo año 537 a. de J.C. ¿Cómo se calcula esto? En Asiria, Babilonia y Persia, cuando un rey recién subía al trono, ese año era llamado generalmente el año de advenimiento del rey, y él no comenzaba a contar los eventos como aconteciendo en su primer año reinante hasta el primer día del primer mes del año siguiente.f Siendo Ciro un gobernante persa, él contó sus años reinantes de primavera a primavera o de nisán a nisán. Desde octubre de 539 a. de J.C., hasta la primavera de 538 a. de J.C. sería su año de advenimiento como gobernante de la cuarta potencia mundial, con el derribamiento de Babilonia como la tercera potencia mundial. Por lo tanto, su primer año reinante como “Rey de Babilonia y Rey de Tierras” corrió aproximadamente de abril de 538 a. de J.C. a abril de 537 a. de J.C. En efecto, se ha hallado una tablilla de arcilla que lleva una fecha que es equivalente a nuestro 4 de abril de 538 a. de J.C., indicando el primer año reinante de Ciro.g Por lo tanto, la publicación del decreto de Ciro permitiendo el regreso de los judíos debe haberse efectuado antes de abril de 537 a. de J.C., y esto daría suficiente tiempo a los judíos para regresar a Jerusalén para el otoño de 537 a. de J.C. y allí reedificar el altar como el primer paso en la reconstrucción del templo.—Véase Esdras 3:1, 2.
Desde 1877 y hasta e incluyendo el tiempo de la publicación del libro “La Verdad Os Hará Libres” en 1943 los testigos de Jehová consideraron el año 536 a. de J.C. como el año del regreso de los judíos a Palestina, basando sus cálculos para la caída de Babilonia sobre historias seglares que eran inexactas y estaban atrasadas en cuanto a marchar al paso con las evidencias arqueológicas. Esto quiso decir que los setenta años de desolación profetizados por Jeremías se extendían hacia atrás desde 536 a. de J.C. hasta 606 a. de J.C., en vez de con más exactitud, como ahora sabemos, desde 537 a. de J.C. hasta 607 a. de J.C. (2 Cró. 36:21; Jer. 25:12; Zac. 1:12) Con la fecha Absoluta ya mencionada para la caída de Babilonia, la fecha de 607 a. de J.C. para la caída de Jerusalén se encuentra sobre terreno firme, fecha en que el rey Nabucodonosor de Babilonia puso término a la dinastía davídica reinante por medio de llevar al cautiverio al rey Sedequías, el último gobernante de Jerusalén.h De esta fecha se llega a la importante fecha moderna de 1914, que señala el fin de los “siete tiempos” de 2,520 años de dominación gentil desde la primera caída de Jerusalén en 607 a. de J.C. (Dan. 4:9-16; Luc. 21:24) Este ajuste de un año para la caída de Jerusalén a 607 a. de J.C. fué reconocido en el libro “El Reino se ha acercado”, publicado en 1944, nota al pie de la página 171, y también en La Atalaya de 1952, páginas 567 y 568.
Parece que se ha manifestado más de la debida preocupación en cuanto a la fecha de la creación de Adán, y algunos preguntan: ¿Qué razones hay para cambiar la fecha de la creación de Adán en primer lugar de 4028 a. de J.C. a 4026 a. de J.C. y ahora últimamente en el libro “New Heavens and a New Earth” a 4025 a. de J.C.? Examinemos los adelantos que se han logrado en la cronología bíblica que justifican los ajustes mencionados aquí a medida que hemos avanzado a posiciones de luz más nuevas en cuanto a la Palabra de Dios.—Pro. 4:18.
Mientras se preparaba en 1944 el libro “El Reino se ha acercado” se descubrió un error de dos años por medio de erudición bíblica interna. En la siguiente cita de esa publicación de la Sociedad que salió en 1944, se presenta una explicación completa: “En el libro ‘La Verdad Os Hará Libres’, publicado en 1943, la cronología en las páginas 150, 151 concerniente a los reyes de Jerusalén, desde el sucesor de Salomón hasta Sedequías, está basada en el libro de 2 Crónicas, del capítulo 12 al 36. Allí parece mostrar los reinados de esos reyes como sucesivos, de un extremo a otro. Sin embargo, en realidad esto no fué así, como es claramente mostrado en los libros de 1 y 2 Reyes, en los cuales se nos da un comprobante adicional de los sucesores de Salomón por medio de una comparación de estos reyes de Judá con los reyes vecinos del reino de las diez tribus de Israel. . . . Calculado por 2 Crónicas, el período de reyes desde Saúl hasta Sedequías fué de 513 años. Calculado por los más precisos y detallados libros de Reyes, el período fué en realidad de 511 años, o sea 2 años menos. Este hecho afecta la cronología en su totalidad y trae la creación del hombre 2 años más cerca del año 1 d. de J.C. y le da la fecha 4026 a. de J.C., y no 4028 a. de J.C.”—Nota al pie de la página 171.
En 1953, durante la preparación del cuadro que se presenta en el libro “New Heavens and a New Earth”, se sacó a luz un error de un año. Mediante la ayuda de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Hebreas se puso de manifiesto la diferencia entre los dos números que se dan en Génesis 7:6 y Génesis 7:11, especialmente en vista de que se usan dos diferentes palabras hebreas aquí que hacen una diferencia marcada. En Génesis 7:6 el número 600 que se refiere a la edad de Noé quiere decir 600 años completos, siendo lo que se llama comúnmente un número cardinal. Mientras en Génesis 7:11 (VA) el número “sexcentésimo,” un número ordinal, quiere decir 599 años completos más una parte de otro año. Por ejemplo, se dice que éste es el siglo vigésimo, queriendo decir que ya han pasado diecinueve siglos completos y ahora hemos estado por 54 años en el siglo siguiente. Al tratar de hallar la armonía entre estos dos números diferentes correctamente traducidos del texto hebreo, quedó claramente manifiesto que Noé debe haber entrado en el arca en noviembre, al comienzo del diluvio cuando él tenía 599 años y algunos meses. Pero mientras estaba en el arca unos meses después, con las aguas del diluvio todavía sobre la tierra, Noé tuvo un cumpleaños, completando los 600 años de edad. Como nuestra cronología anterior consideró que Noé tenía 600 años completos cuando entró en el arca, en vez de la edad exacta de 599 años y unos meses, como podemos apreciar ahora, esto quiso decir que las fechas antediluvianas tenían que mermar por un año, lo que trae la creación de Adán al otoño de 4025 a. de J.C. Incidentalmente, Jesús, que llegó a ser el segundo o “postrer Adán,” nació en el otoño del año cerca del primero de octubre.—1 Cor. 15:45, NM.
Debemos entender que todas las fechas que hay en la cronología bíblica para los eventos de antes de 539 a. de J.C. tienen que calcularse hacia atrás desde la fecha Absoluta de 539 a. de J.C. En la fecha inequívoca de 607 a. de J.C. para la caída de Jerusalén tenemos un ancla para el establecimiento cronológico del año importante de 1914. Por medio de un número abrumador de hechos físicos que han acontecido desde 1914, este punto decisivo en la historia del hombre, 1914, ha sido confirmado abundantemente.
Según Génesis 1:24-31 Adán fué creado durante la última parte del sexto período de los días creativos de 7,000 años. Casi todos los cronólogos independientes dan por sentado incorrectamente que, tan pronto como Adán fué creado, entonces comenzó el séptimo período de siete mil años de la semana creativa de Jehová. Esas personas entonces calculan que desde la creación de Adán, que ahora se cree aconteció en 4025 a. de J.C., pues, seis mil años del día de descanso de Jehová terminarían en el otoño de 1976. Sin embargo, de nuestra cronología presente (que se confiesa es imperfecta) a lo más el otoño del año 1976 marcaría el fin de 6,000 años de historia humana para el hombre, 6,000 años de la existencia del hombre sobre la tierra, no 6,000 años del séptimo período de siete mil años de Jehová. ¿Por qué no? Porque Adán vivió algún tiempo después de su creación en la última parte del sexto período creativo de Jehová, antes de que comenzara el séptimo período, el día de descanso de Jehová.
Pues, Adán debe haber empleado tiempo considerable en dar nombres a todos los animales, como se le había comisionado a hacer. Además, con el uso de la Traducción del Nuevo Mundo parece que, aun mientras Adán estaba en proceso de dar nombres a los animales, se estaban creando otras especies de criaturas vivientes para que Adán las señalara por nombre. (Gén. 2:19, nota d al pie de la página, NM) No fué sino hasta después que Adán terminó este trabajo que se le había asignado que su ayuda idónea fué creada. Puesto que Dios no creó absolutamente nada nuevo en el séptimo día, Eva tiene que haber sido creada durante el sexto día; y esto lo confirma el registro divino en su relato de los sucesos del sexto día: “Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”—Gén. 1:27, NM.
El mismo hecho de que, como una parte del secreto de Jehová, nadie hoy día puede saber cuánto tiempo Adán y después Eva vivieron durante los días finales del sexto período creativo, asimismo nadie puede determinar cuándo terminan seis mil años del presente día de descanso de Jehová. Obviamente, de los 930 años que duró la vida de Adán, sea cual fuere la porción que él haya vivido antes del comienzo de ese descanso del día séptimo de Jehová, esa cantidad desconocida de tiempo tendría que añadirse a la fecha 1976.
[Notas]
a La Americana, edición de 1927, Tomos II, p. 548, y XXVI, p. 606.
b Canon der Finstemisse, por T. R. Oppolzer, Viena, 1887, Tomo II, p. 344.
c Light from the Ancient Past, por Finegan, 1946, p. 282.
d Light from the Ancient Past, por Finegan, 1946, p. 282.
e Babylonian Chronology 626 B.C.—A.D. 45, por Parker y Dubberstein, 1942, p. 11.
f The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings, por E. R. Thiele, 1951, p. 14.
g Strassmaier, Cyrus, tablilla núm. 11.