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  • La prueba que lleva a una Bendición

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  • La prueba que lleva a una Bendición
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
w56 15/1 págs. 48-56

La prueba que lleva a una Bendición

“Traigan todo el diezmo a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi casa, y pruébenme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no les abro las ventanas de los cielos, y les derramo una bendición, hasta que no haya lugar para ella.”—Malaquías 3:10, Darby.

1. ¿A qué se debe el que la prosperidad mundial haya sido incierta y tambaleante?

LA PROSPERIDAD no existe sin razón. Si es prosperidad verdadera tiene que haber base sólida para ella. Esto es verdad de la prosperidad material; es verdad de la prosperidad espiritual. Los hombres cuyo corazón está determinado a conseguir las cosas materiales de este mundo por mucho tiempo han tratado de poner los cimientos para una prosperidad duradera en las cosas materiales y han usado a los mejores cerebros de este mundo con ese fin, pero su prosperidad ha sido muy incierta y tambaleante y hasta se hallan temerosos, nerviosamente tensos y esperando ciclos de depresión. Hay una explicación sencilla para esto. Su prosperidad, mientras se disfruta, es de una clase egoísta, unilateral, mantenida por la sabiduría de este mundo. Pasa por alto a la verdadera fuente y a la verdadera base para la prosperidad real, duradera.

2. ¿Cuál es la base para la verdadera prosperidad material, y sobre qué verdad descansa este hecho comprobable?

2 Lo que ahora decimos puede sonar raro, pero con todas sus bajas repentinas en la economía y la inseguridad de su presente condición floreciente los materialistas no tienen base para negarlo y no pueden refutarlo. La base para la verdadera prosperidad material es la prosperidad espiritual. Esta verdad comprobable descansa en el hecho de que la única fuente infalible de prosperidad es la Persona más rica, Aquel que es el más feliz del universo, Aquel que dice: “Así dice el Dios Jehová, el que crea los cielos y les da su expansión, el que extiende la tierra y sus productos, el que da aliento a la gente que sobre ella vive, y espíritu a los que caminan por ella: Yo soy Jehová; éste es mi nombre, mi gloria no la daré a otro, ni mi alabanza a las esculturas. (Isa. 42:5, 8) Él, aunque es espíritu, es el Creador de todas las cosas materiales. Él tiene el monopolio continuo de todas las cosas materiales. Él tiene a su mando la producción de todas las cosas materiales. La fuente de toda la prosperidad material verdadera y duradera por lo tanto tiene que ser espiritual. Prosperidad espiritual significa prosperar en nuestras relaciones con Jehová Dios.

3. ¿A qué prosperidad pone en primer lugar la gran Fuente espiritual, y por qué?

3 La gran Fuente espiritual pone a la prosperidad espiritual delante de la prosperidad material como la de más importancia, pues aquélla es la base para ésta. El famoso “sermón del monte” manifiesta muy bien esa verdad con estas palabras de Jesucristo, el Hijo del gran Dios próspero: “Nunca estén ansiosos y digan: ‘¿Qué habremos de comer?’ o, ‘¿Qué habremos de beber?’ o, ‘¿Qué habremos de vestir?’ Porque todas éstas son las cosas que las naciones buscan con anhelo. Porque su Padre celestial sabe que necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:31-33, NM) El seguir tras la prosperidad material puede llevar a disfrutar egoístamente de muchas cosas de esta tierra por un tiempo largo o corto, pero el seguir tras la prosperidad espiritual llevará a vida eterna en un mundo sin fin de prosperidad en unión con la Fuente inmortal de ello, Jehová Dios.

4. ¿Qué ejemplos tenemos en el pasado y en el presente que nos hacen estar seguros de esto?

4 No sólo tenemos las palabras de Jesús para que estemos seguros de esto. Tenemos un ejemplo nacional de esto en el pasado y un ejemplo nacional de ello hoy día. El ejemplo de hace tiempo fué la nación de Israel en la tierra de Palestina. El ejemplo de hoy es la “nación santa” de los testigos ungidos de Jehová. (Isa. 66:8; 1 Ped. 2:9) ¿Los testigos de Jehová un ejemplo de prosperidad? Sí, ¡espiritualmente! Pero ¿qué hay de todo el odio internacional que se les tiene y la persecución que reciben por dondequiera? Eso acompaña a la prosperidad espiritual, porque Jesús dijo: “Nadie ha dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mi causa y por causa de las buenas nuevas que no haya de recibir un céntuplo ahora en este período de tiempo, casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y campos, CON PERSECUCIONES, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.”—Mar. 10:29, 30, NM.

5. ¿Qué profecía predijo la ilustración que los testigos de Jehová están suministrando hoy, y qué requiere el cumplimiento de ella?

5 La ilustración que los testigos de Jehová están suministrando hoy fué predicha en una profecía que se dió al antiguo Israel. Expresó la regla que es necesaria para conseguir prosperidad verdadera. Como esta regla está en oposición a las reglas de este mundo, el aplicarla exige valor, fe y perseverancia y da origen a una prueba. Pero es una prueba que manifiesta lo correcto de la regla y conduce a una bendición satisfaciente. La profecía que da a conocer la regla se dió hace veinticuatro siglos por medio del profeta hebreo Malaquías con estas palabras: “Traed todo el diezmo al granero, para que haya alimento en mi Casa, y probadme, si queréis, en esto, dice Jehová de los Ejércitos; y veréis si no os abro las ventanas del cielo, y os derramo una bendición tal que no haya [ya más necesidad, UTA] donde quepa.”—Mal. 3:10.

POR QUÉ LA PRUEBA

6. ¿Por qué no prosperaban materialmente los israelitas del día de Malaquías?

6 ¿A qué se debió el que se pidiera que se hiciera esta prueba a Jehová de los ejércitos? La profecía de Malaquías lo muestra claramente. Se debió a que la nación de Israel en el siglo quinto antes de la era cristiana no estaba espiritualmente sana. ¿Podría una nación de ladrones estar espiritualmente sana, especialmente si le robaba a Dios? ¿Podrían estarlo los quebrantadores de un pacto o de un contrato solemne que tenían con él? No, porque estaban obrando en contra.de la mismísima Fuente de toda la prosperidad. De modo que a causa de que no estaban ricos espiritualmente no estaban prosperando materialmente. La gran Fuente divina de prosperidad quería verlos prosperar materialmente de acuerdo con sus promesas en su pacto con ellos. Pero primero tenían que cumplir con su parte de este pacto. Note por qué el único Dios vivo y verdadero los llama una nación de ladrones y los exhorta a que se vuelvan:

7. ¿De qué proceder malo los exhortó Jehová a que se volvieran a él?

7 “Yo, Jehová, no cambio, por eso vosotros, los hijos de Jacob [cuyo sobrenombre era Israel], no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres, os habéis apartado de mis estatutos, y no los habéis guardado. ¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros! dice Jehová de los Ejércitos. Mas vosotros decís: ¿En qué nos hemos de volver? ¿Robará el hombre a Dios? pues vosotros me habéis robado a mí. Mas decís: ¿En qué te hemos robado? En los diezmos y las ofrendas. ¡Con maldición sois malditos [más bien, Con una maldición vosotros habéis estado maldiciendo, Ro]; porque me habéis robado; es decir, esta nación entera!”—Mal. 3:6-9.

8. ¿Cómo podía decirse que ellos le robaban a Dios, y cuál se mostró que era su actitud para con el altar y nombre de Dios?

8 Cuando una nación entra en un pacto con Jehová Dios y se le da el mandato de ofrecer ciertos sacrificios y luego egoístamente rehusa y no ofrece la clase de sacrificios requeridos, esa nación está defraudando; está robándole a Dios lo que es de él y así está quebrantando el pacto. Las estipulaciones del pacto requerían que sólo animales sanos, sin mancha, se ofrecieran y se aceptaran para el altar de Jehová. (Lev. 22:21, NM) La profecía de Malaquías indicó que estaban ofreciendo animales ciegos, cojos, violentamente despedazados, enfermos y flacos y sus sacerdotes estaban aceptándolos para el altar de Jehová. Su altar es como una mesa y los sacrificios que se ofrecen en ella son como alimento para él. (Eze. 41:22; Núm. 28:2, NM) En vista de esto tanto el pueblo como los sacerdotes le estaban mostrando desprecio a su mesa del templo; estaban ofreciendo sobre ella alimento contaminado. No estaban dándole mucha importancia a su nombre; lo estaban despreciando. No estaban dándole gloria alguna. Las ofrendas que hacían ciertamente no eran ‘ofrendas en justicia’ y por consiguiente no eran ‘gratas a Jehová, como en los días de la antigüedad, y como en los años de remotos tiempos’ cuando el rey Salomón edificó e inauguró el primer templo en el monte Moría en Jerusalén. (Mal. 1:6-8, 12-14; 3:3, 4; 2 Cró. 3:1-3; 5:1-14; 7:1-3) Cuando de esa manera estaban defraudando a Dios y los sacerdotes descuidados daban la impresión de que a él no le importaba, ¿cómo podían ellos esperar con justicia recibir las bendiciones prometidas en el pacto sólo a los que adoraban fiel y apreciativamente a Jehová Dios?

9. Por eso ¿qué les aplicó, y cómo se hizo esto evidente?

9 En vez de las bendiciones, recibieron la maldición de la cual Dios les había advertido en el pacto. Lo que sembraban en el campo no llegaba a madurar; las langostas y otros insectos lo devoraban. Los racimos de uvas de sus parras se marchitaban o dejaban caer las uvas antes del tiempo de la vendimia. Las naciones de alrededor de ellos no veían ninguna razón para llamarlos un pueblo feliz y a su tierra deleitable. Ellos no disfrutaban de prosperidad material porque no buscaban primero la prosperidad espiritual.

10. ¿Por qué razón principal se restauró al resto de judíos a su tierra natal, y cómo manifestó esto la acción de Ciro?

10 Los israelitas habían llegado a olvidar o pasar por alto el propósito principal de haber sido librados de Babilonia y restaurados a su tierra natal en Palestina en 537 a. de J.C. La ocupación de nuevo de la tierra de Judá y Jerusalén que había yacido deshabitada durante setenta años y la transformación de ella de una selva y desolación en un paraíso terrestre no fué la razón principal por la que Dios hizo que el conquistador de Babilonia los librara y los hiciera volver a casa. La razón principal fué restaurarlos a sus privilegios y obligaciones espirituales, que reedificaran el templo para Jehová en el lugar donde había puesto su nombre y lo adoraran a él allí. El rey Ciro de Persia, el conquistador de Babilonia, en el primer año de su reinado publicó un decreto y en él dijo a los judíos por qué los estaba librando: “Esto es lo que Ciro el rey de Persia ha dicho: ‘Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová el Dios de los cielos y él mismo me ha comisionado para edificarle una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quienquiera que se halle entre ustedes de todo su pueblo, resulte su Dios estar con él. Por eso que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa de Jehová el Dios de Israel—él es El Dios [verdadero]—que estaba en Jerusalén.’” (Esd. 1:1-8, NM) Los judíos que no regresaron hicieron grandes contribuciones materiales tanto para la casa que iba a ser reedificada en Jerusalén como también para el resto judío que iba a reedificarla. Y el rey Ciro entregó a este resto los vasos sagrados que el rey Nabucodonosor de Babilonia había tomado del primer templo de Jerusalén, que él había destruído. De modo que la rehabilitación espiritual de los israelitas condujo a su rehabilitación material en su propia tierra natal. ¡No hay duda sobre eso!

11. ¿Qué se pusieron a hacer los judíos restaurados, qué pasó cuando dejaron sin terminar el trabajo, y qué pregunta surgió cuando lo terminaron?

11 Luego que regresaron a Jerusalén se pusieron a llevar a cabo su propósito principal. El altar a Jehová—su mesa del templo—fué reedificado y se colocaron los cimientos de su segundo templo en el sitio donde había estado el primero. Cuando enemigos de afuera se interpusieron, los edificadores del templo suspendieron el trabajo. ¿Qué siguió después de este infiel abandono de la casa de Jehová? Durante los dieciséis años que el templo yació incompleto, escasamente comenzado, no prosperaron materialmente, sin decir nada de prosperar espiritualmente. Los profetas Aggeo y Zacarías llamaron esto a su atención. De modo que desafiaron a sus enemigos y reanudaron la edificación del templo. Entonces Dios comenzó otra vez a bendecirlos materialmente en armonía con su pacto. En 516 a. de J.C. el templo fué completado e inaugurado. Ahora tenían otra vez el templo de Jehová con su sacerdocio activo y sus levitas, los auxiliares de los sacerdotes, y sus netineos, los esclavos del templo no israelitas. ¿Continuarían dando el primer lugar a los asuntos espirituales, con el entendimiento correcto de que lo espiritual viene antes de lo material y de que lo material depende de lo espiritual? Durante los días del gobernador judío Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, sí.

12. Después de los días de Zorobabel y Josué ¿qué se hicieron los israelitas, y qué mató esta condición de ellos?

12 Pero después de los días de estos hombres fieles, de inclinación a lo espiritual, los israelitas comenzaron a perder el aprecio que le habían tenido a las bendiciones puras de la adoración de Jehová Dios. Pusieron más anhelosamente el corazón en las cosas materiales. Se hicieron materialistas. Su materialismo mató su espiritualidad. Pensaron que al seguir tras el materialismo a costo de la espiritualidad aumentarían sus cosas materiales. ¡Todo lo contrario! Su materialismo también mató su prosperidad material, pues pasó por alto a la Fuente de la prosperidad. Jehová Dios no bendice el materialismo. Lo maldice.

13. ¿Por qué razón debemos examinar hoy esos ejemplos antiguos?

13 “Ahora estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que desean cosas perjudiciales, así como ellos las desearon. Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado.” Así dijo el apóstol Pablo, quien también citó de la profecía de Malaquías. (1 Cor. 10:6, 11 y Rom. 15:4, NM) Por eso tenemos que examinar cómo estos ejemplos antiguos nos aplican hoy, porque nosotros hemos estado viviendo en el “tiempo del fin” de este sistema de cosas desde 1914 d. de J.C. La sucesión de acontecimientos desde entonces, comenzando con la I Guerra Mundial y todo lo que Jesucristo predijo, prueba eso.

14. ¿Acerca de la venida de quién amonestó Malaquías a los israelitas, y cómo explica esto el procedimiento de juicio escrutador que se está efectuando con todas las religiones?

14 Otra cosa: A causa del materialismo egoísta e impío de los israelitas el profeta Malaquías les advirtió que el Señor Jehová Dios vendría repentinamente a su templo acompañado de su Ángel o Mensajero del pacto de bendición, y entonces Él sería un juez y testigo veloz y ejecutor contra los materialistas infieles entre el pueblo que pretendía ser suyo. (Mal. 3:1) Jesús, después que su precursor Juan el Bautista había muerto, mostró que Malaquías 3:1 tuvo un cumplimiento en su día como un ejemplo amonestador para nosotros en este día en que viene el cumplimiento mayor y final. (Mat. 11:10-15; 17:10-13) El libro You May Survive Armageddon into God’s New World, que se presentó al público en junio pasado, y el artículo “Jehová está en su Santo Templo,” que se publicó en el número del 15 de noviembre de The Watchtower, prueban que Jehová vino al templo espiritual acompañado de su Ángel del pacto, Jesucristo, en la primavera de 1918. A esto se debe el procedimiento de juicio escrutador que se está llevando a cabo en el templo de Jehová, desenmascarando las filosofías vacías, tradiciones falsas hechas por el hombre y las enseñanzas demoníacas de todas las religiones que son parte de este viejo sistema de cosas.

15. ¿Con quién empezó el juicio desde el templo, y por qué?

15 Recuerde, sin embargo, que el pueblo a quien Malaquías amonestó fué aquel de quien Dios había dicho: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová.” (Isa. 43:10, 12) De modo que el juicio primero comenzó con los testigos de Jehová después que él vino a su templo espiritual en 1918. En ese tiempo ellos entraron en grandes pruebas a causa de las persecuciones que eran amontonadas sobre ellos, particularmente por las naciones que estaban embrolladas en la I Guerra Mundial. Especialmente entonces entraron en una condición de cautiverio y destierro, semejante a la de los antiguos israelitas en la Babilonia pagana. Había un “temor al hombre” que entrampaba, que acarreaba cautiverio. Esto resultó en descuidar el templo espiritual, que se compone de sus testigos ungidos. Restringidos por el temor a los hombres, éstos estaban perjudicando sus propios intereses espirituales, por consiguiente los intereses de la clase del templo de Dios; y el servicio del templo o trabajo que Dios les había asignado a ellos no se estaba haciendo. A ellos la Biblia dice: “¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en ustedes? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, templo que son ustedes.” (1 Cor. 3:16, 17, NM) Pero el resto de la clase del templo sobre la tierra no estaba dando al servicio del templo el apoyo debido a causa del egoísta temor al hombre y a los gobiernos del hombre, que trataban de destruir a este resto de la clase del templo. Por consiguiente el juicio de Jehová en su templo espiritual tenía que comenzar con este resto ungido de sus testigos.

16. ¿A qué preguntas se enfrentaron los del resto ungido al ser librados de la Babilonia antitípica en 1919, y en respuesta a qué invitación actuaron?

16 En 1919 Jehová Dios mediante su Ciro Mayor, el Rey reinante Jesucristo, libró a sus testigos de esta condición babilónica moderna de cautiverio a los hombres mundanos. Un número considerable de ellos salió de prisiones literales adonde habían sido encerrados a causa de su fe religiosa. Ahora ¿qué harían? El mundo postbélico se les presentaba ahora con todas sus oportunidades para tratar de reedificar a este viejo mundo rasgado por la guerra bajo su nueva Sociedad de las Naciones y darle una prosperidad artificial. ¿Se unirían ahora a este mundo en sus deseos y búsquedas materialistas? ¿Era eso lo que habían estado pidiendo en oración cuando se hallaban en cautiverio babilónico y anhelando ser libres? ¿Era por eso que el Ciro Mayor de Jehová los había librado? Desde un punto de vista materialista las oportunidades mundanas eran muy atractivas. Pero la invitación y mandato de Dios a ellos fué: “Traigan todo el diezmo a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi casa, y pruébenme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no les abro las ventanas de los cielos, y les derramo una bendición, hasta que no haya lugar para ella.” (Mal. 3:10, Da) El resto del templo respondió a la invitación de Dios de probarlo. ¿Cómo?

“TODO EL DIEZMO” ESPIRITUAL

17. ¿Cómo era que Dios no estaba pidiendo más de lo que había estipulado en el pacto, y quién fué un ejemplo digno de obedecer este rasgo de la ley de Dios?

17 Jehová Dios no estaba pidiendo más de lo que había estipulado en el pacto. En las leyes de su pacto con Israel Jehová mandó que la nación le diera un diezmo o décima parte de toda su ganancia: “Sin falta debieras dar la décima parte de todo el producto de tu simiente, lo que brote en el campo año por año.” (Deu. 14:22, NM) Jehová Dios colocó su nombre en el templo que se reedificó en Jerusalén. Por lo tanto los diezmos o décimas partes tenían que ser llevados allí y ser depositados en la casa del tesoro o almacenes allí. “Al lugar que Jehová su Dios escoja de todas sus tribus para colocar allí su nombre, para que resida, ustedes buscarán y allí deben venir. Y allí deben traer sus ofrendas quemadas y sus sacrificios y sus décimas partes y la contribución de su mano y sus ofrendas de voto y sus ofrendas voluntarias y los primogénitos de su vacada y de su rebaño. Y allí deben comer ante Jehová su Dios y regocijarse en toda empresa suya, ustedes y los de sus casas, porque Jehová tu Dios te ha bendecido.” (Deu. 12:5-7, 11, 12, 17-19; 14:23, NM) Dios merecía lo mejor: “Lo mejor de los primeros frutos maduros de tu suelo lo has de traer a la casa de Jehová tu Dios.” (Éxo. 23:19, NM; Deu. 26:2-4, 10, 12) Ezequías (rey de 745-716 a. de J.C.) fué un ejemplo digno de un gobernante de Jerusalén que hizo que Israel obedeciera este rasgo de la ley de Jehová.—2 Cró. 31:2-16.

18. ¿Por qué había de pagarse el diezmo a los levitas, y cómo afectaba el pago la condición material de los levitas·?

18 El diezmo o décima parte se requería de las doce tribus de Israel con el fin de sostener a la tribu de Leví, cuyos varones directamente servían a Dios en su templo como sacerdotes y levitas. “Y a los hijos de Leví, ¡mira!, he dado toda décima parte en Israel como una herencia en cambio por su servicio que ellos están efectuando, el servicio de la tienda de reunión. . . . en medio de los hijos de Israel ellos no debieran obtener posesión de una herencia. Porque la décima parte de los hijos de Israel, que ellos contribuirán a Jehová como contribución, yo la he dado a los levitas como herencia.” (Núm. 18:21-24, NM) De esa manera las nueve décimas partes de su ganancia se quedaban con cada una de las doce tribus, y la tribu de Leví recibía en total doce décimas partes. A medida que la nación de Israel prosperaba, los levitas no podrían menos que prosperar si se les pagaba todo el diezmo.

19. ¿Cómo aplicaba el requisito del diezmar a los levitas no sacerdotales, y qué permitían los diezmos que hicieran los que los recibían?

19 Aun se requería que los levitas no sacerdotales pagaran diezmos, a los sacerdotes, de la familia de Aarón el levita. “Y debieras hablar a los levitas y debes decirles: ‘Ustedes recibirán de los hijos de Israel la décima parte que les he dado a ustedes procedente de ellos como su herencia, y ustedes deben contribuir de ella como una contribución a Jehová una décima parte de la décima parte. . . . De esta manera ustedes mismos también contribuirán una contribución a Jehová de todas sus décimas partes que recibirán de los hijos de Israel, y de ellas ustedes deben dar la contribución que es para Jehová a Aarón el sacerdote. De todas las dádivas que reciben ustedes, ustedes contribuirán toda clase de contribución a Jehová, de lo óptimo de ello, como alguna cosa santa de ellas.’” Los diezmos eran como salario para ellos: “Ustedes deben comerlo en todo lugar, ustedes y los de su casa, porque es su salario en cambio por su servicio en la tienda de reunión.” (Núm. 18:25-32, NM) “Y el sacerdote hijo de Aarón debe estar con los levitas cuando los levitas reciban la décima parte, y los levitas mismos debieran ofrecer la décima parte de la décima parte a la casa de nuestro Dios para los comedores de la casa de las provisiones. Porque es a los comedores que los hijos de Israel y los hijos de los levitas debieran traer la contribución.” (Neh. 10:38, 39, NM) Así el pago de todo el diezmo permitía que los sacerdotes y levitas dedicaran su tiempo y fuerza al cumplimiento de sus deberes en el templo de Jehová; mantenía funcionado el servicio del templo en su capacidad máxima.

20. El no pagar o rehusar pagar todo el diezmo, ¿qué era en realidad? ¿Cómo mostró Nehemías que esto afectaba a los siervos del templo de Jehová?

20 El rehusar pagar todo el diezmo era robar a Jehová Dios, porque era retener aquello por lo que él había pactado y lo que merecía. (Lev. 27:30) Era negarse a sostener a sus sacerdotes y levitas en su servicio en Su templo; resultaba en una disminución de su personal de trabajadores y de sus actividades en Su templo. Era descuidar la casa sagrada de él y los intereses espirituales de ellos. Afectaba a los siervos del templo de Jehová, así como Nehemías, gobernador de Judá, lo describió: “Llegué a enterarme de que las mismísimas porciones de los levitas no [se] les habían dado, de modo que los levitas y los cantantes que hacían la obra se fugaron, cada uno a su propio campo. Y empecé a censurar a los gobernantes diputados y a decir: ‘¿Por qué se ha descuidado la casa de El Dios [verdadero]?’ En consecuencia los junté [a los levitas] y los aposté en su sitio fijo [en el templo]. Y todo Judá, por su parte, trajo la décima parte del grano y del vino nuevo y del aceite a los almacenes. Luego puse a Selemías el sacerdote y a Sadoc el copista y a Pedaya de los levitas a cargo de los almacenes, . . . y sobre ellos recayó el hacer la distribución a sus hermanos.” (Neh. 13:10-13, NM) El robar a Dios tocante a sus diezmos resultó en menos beneficios y servicios espirituales para Israel.

21. ¿Por qué, desde 1918, no pueden pagar diezmos los testigos ungidos de Jehová de acuerdo con la ley antigua, y por qué no pudieron haberlos pagado los cristianos del primer siglo?

21 Ya que Malaquías 3:10 aplica a los israelitas espirituales, el resto de la clase del templo, desde que Jehová vino a su templo para obra de juicio en 1918, ¿tienen que traerle estos testigos ungidos de Jehová diezmos literales? No; así como ya no hay una casa literal en Jerusalén con levitas y sacerdotes de la familia de Aarón literales a la cual casa llevar dichos diezmos literales. La primera aplicación de Malaquías 3:10 tuvo que ver con los testigos cristianos ungidos de Jehová allá en el primer siglo, desde el Pentecostés de 33 d. de J.C. en adelante. De modo que ellos son un ejemplo para nosotros. Después que fueron ungidos con el espíritu santo de Dios en el día del Pentecostés estos cristianos judíos ya no pudieron llevar los diezmos literales al templo de Herodes en Jerusalén. El haberlo hecho hubiera querido decir el sostener un templo material que Dios había abandonado. Hubiera querido decir el sostener a un sacerdocio que odiosamente había dado muerte a Jesucristo y que estaba combatiendo al cristianismo, oponiéndose a los apóstoles de Cristo, aprisionándolos y tratando de matarlos.—Mat. 23:37, 38; 27:20; Hech. 4:1-10; 5:17-27, 40; 12:1-5.

22. ¿Cómo muestra el registro que aquellos cristianos del primer siglo no daban diezmos literalmente?

22 Tampoco dió diezmos ese resto de cristianos judíos para sostener a los doce apóstoles y al resto del cuerpo gobernante de la congregación en Jerusalén. Si ellos entregaban el diezmo o la décima parte literalmente en obediencia a Malaquías 3:10, ¿cómo es que el registro dice que los creyentes “estuvieron juntos, teniendo todas las cosas en común, y se pusieron a vender sus posesiones y propiedades y a distribuir los productos a todos a medida que cualquiera tuviera la necesidad”? “Y ni siquiera uno decía que cosa alguna de las que él poseía era suya, sino que tenían todas las cosas en común.” (Hech. 2:44, 45; 4:32-37; 6:1-6, NM) Materialmente, esto era más que un diezmo entero y no era únicamente para los apóstoles, superintendentes y siervos ministeriales.

23, 24. ¿Qué es el diezmo antitípico, y cómo lo ilustró el puñado de la ofrenda de grano que el sacerdote quemaba en el altar?

23 ¿Cuál, pues, es el diezmo que el pueblo de Jehová tiene que traer al granero del templo espiritual de Jehová hoy día? ¿Qué cosa de hoy tipificó o prefiguró el diezmo o décima parte del antiguo Israel?

24 Es cierto que en las Escrituras diez se usa como símbolo de totalidad, integridad, entereza terrestres, pero no la décima parte. El diezmo israelita no tipificó el todo que los cristianos dedican a Dios por medio de Cristo. De modo que el acto del israelita de dar el diezmo no representó el dedicarnos enteramente a Jehová y el simbolizarlo por medio del bautismo en agua. El diezmo israelita no era toda su ganancia; era una fracción, sólo la décima parte. Por lo tanto representa sólo una parte de todo lo que hemos dedicado. El que traigamos el diezmo antitípico al granero del templo de Jehová simplemente es una señal representativa o símbolo del hecho de que hemos dedicado nuestro todo a Jehová como nuestro Dios; es un memorial de nuestra dedicación. Es como el memorial que el sacerdote ofrecía directamente sobre el altar a Dios: “En caso de que alguna alma presentase como ofrenda una ofrenda de grano a Jehová, su ofrenda debiera resultar ser harina fina y debe derramar aceite sobre ella y ponerle incienso. Y debe traerla a los hijos de Aarón, los sacerdotes, y el sacerdote debe agarrar de ella su puñado de la harina fina de ésta y el aceite junto con todo su incienso, y debe hacerlo humear como un recordatorio de ella sobre el altar, como una ofrenda hecha por fuego de un olor de apaciguamiento a Jehová. Y lo que queda de la ofrenda de grano pertenece a Aarón y sus hijos, como algo santísimo de las ofrendas de Jehová hechas por fuego.” (Lev. 2:1-3, 7-10, 14-16; 6:14-18, NM; Núm. 5:25, 26) El puñado que el sacerdote quemaba directamente sobre el altar sólo era un recordatorio de la entera ofrenda a Dios. El sacerdote podía usar el resto.

25. En vista del propósito del diezmo israelita, ¿qué, en breve, es nuestro diezmo antitípico?

25 Así, también, nosotros los cristianos que hemos llegado a ser el pueblo de Dios tenemos que dar prueba de que hemos dedicado nuestro todo a Jehová por medio de Cristo, y esta prueba tenemos que darla año tras año. Esta contribución regular que damos en representación del hecho de que hemos dado todo lo que somos y tenemos al Altísimo Dios—ésta es nuestro diezmo antitípico. Recuerde que el propósito del diezmo israelita era sostener el templo de Jehová y su servicio mediante sus sacerdotes y levitas escogidos. De modo que nuestro diezmo antitípico es el sostén que damos directamente al servicio del templo de Jehová. Podemos traer este diezmo antitípico al granero del templo espiritual de Jehová de dos maneras.

26. ¿Cómo podemos nosotros, en parte, traer el diezmo antitípico?

26 Podemos, en parte, traer el diezmo antitípico o espiritual haciendo dádivas de dinero o materiales para el adelanto de la adoración de Jehová en su templo espiritual, la Piedra Angular de cual templo es Jesucristo. (Efe. 2:20-22, NM; 1 Ped. 2:4-6) Estas contribuciones materiales no están limitadas a una décima parte, ni tienen que ser de por lo menos una décima parte; pueden ascender a más o pueden ser de menos de una décima parte. Pero tienen que darse alegremente, porque “Dios ama al dador alegre.” (2 Cor. 9:7, NM) Podemos hacer dichas contribuciones para el mantenimiento y adelanto de la adoración de Jehová al donar dinero a la agencia de servicio de Sus testigos, la Watch Tówer Bible & Tract Society de Pensilvania, o contribuyendo para los gastos de nuestra congregación local o de una asamblea más grande o directamente a individuos ocupados en algún departamento del servicio del templo o haciendo dádivas a los pobres que pertenecen a Jehová, mediante cuales dádivas prestamos a Jehová. (Pro. 19:17) El contribuir materialmente sólo es parte de traer el diezmo.

27. ¿Cómo podemos traer el diezmo antitípico en lo tocante a reuniones?

27 También podemos traer el diezmo antitípico o espiritual por medio de participar nosotros mismos directamente en la adoración del templo y promoverla. La antigua adoración del templo quería decir que uno iba con su diezmo al templo y estaba en contacto con los sacerdotes, levitas y otros israelitas que se hallaban en la casa de Dios; era más que adoración privada en casa. Por eso nosotros podemos traer el diezmo espiritual por medio de asistir a reuniones en los lugares de asamblea de los adoradores de Jehová y no sólo estar personalmente presentes sino también participar en todo lo que se permita en dichas reuniones y así edificar a los otros que se hallen allí mediante alguna palabra o ayuda espiritual; por medio de animar después a recién llegados o recién interesados, así como también ayudando a otros a que vengan a las reuniones. Todo esto quizás requiera el hacer alguna preparación privada de uno mismo para las oportunidades de adoración del templo. El descuidarse en cuanto a asistir a las reuniones es descuidar la adoración del templo ahora cuando el día de Jehová se acerca.—Heb. 10:24, 25.

28. ¿Cómo traemos también el diezmo antitípico en lo tocante a actividad del campo?

28 También traemos los diezmos espirituales por medio de prepararnos y luego salir al campo ya sea solos o en grupo a predicar el mensaje del Reino que se ha mandado predicar, de tal modo mostrando a otros que adoramos a Jehová y animando así a otros a adorarlo. Al prepararnos para esto recibimos ayuda por medio de asistir nosotros a las “reuniones de servicio” y a la “escuela del ministerio teocrático” de congregación. Los diezmos antiguos sostenían a los sacerdotes y levitas. Nosotros tenemos que sostener así a los “hijos de Leví” antitípicos, el resto del “sacerdocio real” de Jehová del día presente, en su predicación del reino establecido de Dios y en hacer descollar su adoración, muy por encima de todos los “montes” políticos y religiosos de este sistema de cosas. (1 Ped. 2:5, 9) Esta actividad en el campo también incluye el anunciar reuniones públicas verbalmente y mediante volantes, asistiendo a ellas uno mismo y ayudando a otros a asistir, ya sean hermanos dedicados o personas recién interesadas. El diezmar o dar la décima parte espiritualmente incluye el prestar nuestro apoyo al movimiento global en subida de “todas las naciones” y “todos los pueblos” al monte ensalzado de la casa de Jehová a los atrios de Su templo, para adorarlo allí juntos.—Isa. 2:2-4.

29. ¿Por qué aplica el traer diezmos espirituales tanto a los pobres como a los materialmente ricos?

29 Esta contribución espiritual, acompañada de oración, es más importante que la contribución material. Todas las personas dedicadas a Jehová Dios, ya sean ricas o pobres materialmente, pueden traer esta clase de diezmo espiritual a su granero. Mientras que algunos tal vez vean que sólo pueden dar la ‘blanca de la viuda’ (Luc. 21:1-4), todavía pueden dar el diezmo espiritual más vital para la adoración del templo haciendo directamente la obra de testificación según haya oportunidad, ofreciendo la casa para celebrar reuniones de adoración del templo, o mediante alguna otra ayuda valiosa para la obra de Jehová. Los que están bien provistos en cuanto a lo material y pueden dar dinero o mercancías no han de pensar que eso es suficiente. La dádiva de dinero no los excusa de la contribución espiritual a modo de predicar y hacer declaración pública ya sea en el lugar de reunión o afuera en el campo en el trabajo de casa en casa. “Estas buenas nuevas del reino” tienen que ser predicadas por todos los adoradores del templo en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y tenemos que traer todo el diezmo espiritual por medio de apoyar la predicación y personalmente participar en ella.—Mat. 24:14, NM.

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