La religión se pone de moda
Hoy está en progreso el más grande auge religioso de la historia. Es abrumadora la evidencia, especialmente en los Estados Unidos de América. No sólo abre el presidente norteamericano con oración silenciosa las reuniones de su gabinete, no sólo hay un cuarto de meditación para oración en el capitolio de Wáshington, no sólo aparecen libros religiosos semana tras semana en las listas de los libros que más se venden, no sólo se han inscrito en los sellos de correo de los Estados Unidos las palabras “En Dios confiamos,” sino que, lo que es más significativo, la construcción de iglesias ha alcanzado un auge sin precedentes al desbordarse de gente los bancos de las iglesias establecidas. Además, datos estadísticos que se hallan en el Yearbook of American Churches para 1956 muestran que 97,482,711 estadounidenses ahora son miembros de iglesias—alrededor del 60 por ciento de los habitantes. Esto se compara con la cifra de sólo 16 por ciento de hace un siglo. “Aparentemente la gente está interesada en la religión,” declaró el redactor del anuario citado, el Dr. Benson Y. Landis, “hasta un grado sin precedente en los tiempos modernos.” ¿Qué significa todo esto?
La opinión general entre clérigos prominentes que recientemente han hablado sobre el tema es que el auge religioso significa poco porque es más bien hueco que sólido, más bien una cosa de moda que de fe.
Así fue que el clérigo C. Newman Hogle, de la Primera Iglesia Metodista de Nueva York en Jamaica, Queens, concordó con Billy Graham en que el auge religioso corriente es de varias maneras “hueco” o falto de sinceridad. (Times de Nueva York, 12 de septiembre de 1955) Y el predicador y escritor Bernard Iddings Bell, canónigo de la Iglesia episcopal, dijo: “La religión se ha puesto de moda. Muchísimas personas están uniéndose a la iglesia, pero no sé lo que eso pueda significar. No estoy seguro de que signifique cosa alguna. . . . Es demasiado fácil estar en la iglesia.” (Time, 17 de enero de 1955) El Dr. Eugene G. Blake, portavoz principal del protestantismo y presidente del Concilio Nacional de Iglesias de Cristo en los Estados Unidos, también expresa el punto de vista de que puede que el auge religioso sea sólo una “manía” o “sombra.” Como escritor de un artículo en la revista Look del 20 de septiembre de 1955, el Dr. Blake hizo surgir la pregunta provocativa: “¿Es el auge religioso una quiebra espiritual?” Sus respuestas, también, sugirieron que la religión se ha hecho sólo una cosa de moda.
Pero ¿por qué debería la religión llegar a ser sólo una cosa de moda? Porque la gente está descubriendo que a menudo puede conseguir por medio de la religión lo que ella quiere. Esta es la opinión de clérigos sobresalientes. Declaró el clérigo Henry Knox Sherrill, obispo presidente de la Iglesia episcopal protestante en los EE.UU.: “Mucho del despertamiento del interés en lo religioso parece colocar el énfasis en usar a Dios para nuestros propios propósitos de éxito, de salud, de estar libres de cargas y tensión nerviosa.” (Look, 20 de septiembre de 1955) El clérigo James A. Pike, deán de la catedral de San Juan el Divino en la ciudad de Nueva York, está de acuerdo con esto. Dijo el deán Pike: “En el campo de la religión personal, hay una tendencia hacia el tratar de usar a Dios como uno de entre un número de recursos que nos permitan conseguir lo que deseamos y gozar de la vida como querramos. La verdadera religión pone a Dios primero y a nosotros segundos; su verdadera oración es: ‘Hágase Tu voluntad con nuestra ayuda; no: hágase mi voluntad con Tu ayuda.’”—Times de Nueva York, 6 de septiembre de 1955.
Otro avalúo del auge religioso muy parecido a éstos fué el que expresó el Dr. Blake en su artículo en la revista Look. Ahora ha llegado a estar de moda, dice el clérigo Blake, el “hacer que Dios sea un instrumento” al usarse la religión para fines egoístas. Explica el Dr. Blake: “Hoy en día se expresa el temor de que muchas personas que tienen un nuevo interés religioso estén tratando de convertir en magia ese interés; de usar a Dios para sus propios propósitos en vez de servir a Dios y hallar los propósitos de él. El tratar de usar a Dios para propósito alguno, por más noble que fuere, siempre es malo. . . . Lo que preocupa a las iglesias es que parece haber un interés aumentante en lo que una religión puede hacer para un hombre, sin que acompañe a esto preocupación alguna en cuanto a lo que un hombre religioso debiera ser y hacer.”
¿De qué maneras usan las masas la religión para su propia ganancia egoísta? El rabí William F. Rosenblum, del Templo Israel, de Nueva York, sugiere que mucho del despertamiento es “sólo una huída del temor.” El Dr. Landis, redactor del anuario de las iglesias de América, sugiere que “el horroroso poder destructor de la energía atómica quizás tenga algo que ver con ello.” Y el Dr. Blake aptamente preguntó si acaso el auge religioso no sea el “paralelo de la religión de las trincheras en la edad de la fisión atómica.”
Estrechamente relacionados con los que usan la religión para escapar del temor están los que buscan tener paz mental, los que van a la iglesia para ser calmados y arrullados por la música, oración y psicología. El Dr. Blake escribe acerca de éstos: “Tal vez el más popular movimiento religioso en las iglesias de América hoy es el esfuerzo por suministrar ‘paz mental’ a hombres inquietos. Aquí de nuevo, es menester que recordemos que un cristiano debiera ser de espíritu reposado, una persona íntegra que esté por encima del temor y las neurosis de ansiedad que afligen a tantos hombres del día moderno. . . . El Evangelio cristiano no debe ser desfigurado para dar a los hombres un sentimiento de paz donde no hay paz y no la debiera haber.”
Otra razón por la cual la religión está convirtiéndose en sólo una cosa de moda es el uso que se hace de ella al buscar el éxito, la clase de éxito que se modifica por la palabra “financiero.” Acerca de esto el Dr. Blake escribe: “Mammón se viste de ropa moderna y la palabra de Jesús se cambia de: ‘Buscad primeramente el reino de Dios, y Su justicia; y todas estas cosas os serán dadas por añadidura,’ a la versión un poco diferente pero idólatra: ‘Crea en “el Hombre de arriba” y él lo hará próspero y le dará éxito.’”
También arroja luz sobre el capricho por la religión el aumento en el número de personas que se apiñan en las oficinas y guaridas de los Father Divine, los Oral Roberts y los profetas Jones y los centenares de otros proveedores de fe que sugieren que ellos han recibido comisiones directamente de Dios para proveer salud a todo el mundo. El Dr. Blake escribe acerca de los abundantes adherentes de los curados por fe: “El hombre del día moderno, preocupado acerca de la seguridad de su empleo, también está neuróticamente preocupado por su salud. . . . La gente no iría a los curadores a menos que se creyera enferma y no supiera a qué otro lugar ir.”
El temor al comunismo también ilumina la moda religiosa, porque la gente ha llegado a contemplar la religión como un instrumento con el cual combatir el comunismo. “Aquí de nuevo,” dice el Dr. Blake, “el tratar de usar a Dios o a la religión aun para este propósito vital es hacer de Dios un instrumento.” Semejantemente, el deán Pike comenta: “Se nos dice que debemos volver a la religión para fortalecernos contra el comunismo. Por supuesto estamos en contra del comunismo y si como pueblo estuviéramos verdaderamente dedicados a Dios—con Él primero en nuestra vida—estaríamos seguros y nada perturbaría nuestra paz. Pero el tratar de usar a Dios, quien es eterno, como medio para lograr algo que está conectado con intereses terrenales—algo que es parte del desfile pasajero, a saber, nuestro interés particular nacional—es invertir completamente las cosas.”—Times de Nueva York, 6 de septiembre de 1955.
Luego existe el sentimiento que prevalece entre los que practican la religión como cosa que está de moda de que la asistencia a la iglesia es una útil costumbre familiar y algo que puede ayudar a la reputación de uno. Acerca de esta centelleante capa de respetabilidad provista por la religión, el filósofo John Dewey escribió: “Me parece que el peligro principal en lo que toca a la religión yace en el hecho de que haya llegado a ser tan respetable. Ha llegado a ser mayormente una sanción de lo que existe socialmente—una especie de barniz lustroso para las instituciones y convenciones.” (The Christian Century, 13 de julio de 1955) Es este manto de respetabilidad lo que muchos que tienen la religión como cosa de moda hallan conveniente llevar.
Pero el que se use la religión como una capa de respetabilidad no oculta la podredumbre moral del mundo. La mayor decadencia moral de la historia marca el presente despertamiento religioso como “hueco” o insincero. Aunque el número de miembros en las iglesias de los Estados Unidos ha crecido más rápidamente que el número de habitantes, la horrenda realidad es que el número de crímenes perpetrados ha crecido más rápidamente que el número de miembros de iglesia. Así que el Dr. Blake escribe: “Actualmente en nuestro país, es motivo para preocuparse el que la moralidad parezca estar en decadencia al mismo tiempo que parece haber un auge religioso.” Entonces declara: “La religión sin moralidad no es ninguna religión.”
De modo que el usar la religión como cubierta para ocultar la inmoralidad es otro de los instrumentos que usan los que practican la religión como cosa de moda. Por supuesto, no hay nada malo en tales cosas como el desear la salud, el éxito y la paz. Pero cuando se les “hace objetos de la preocupación primaria del hombre,” declara el Dr. Blake, “entonces llegan a ser ídolos y los que se dedican a ellos fanáticos. Entonces la religión es sólo una cosa de moda, la ‘cosa que hay que hacer.’ Entonces nuestra fe es sólo una sombra, una quiebra espiritual.”
Lo que el mundo moderno está experimentando, entonces, es un auge, sí, pero es un auge de religión falsa. Esto en sí es muy significativo. Porque un auge de religión falsa—un número sin precedente de personas que practica la religión como cosa de moda—constituye más evidencia del cumplimiento de la señal de los “últimos días”: “Conoce esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos y difíciles de manejar. Porque los hombres serán amantes de sí mismos, . . . teniendo una forma de devoción piadosa pero mostrándose falsos a su poder.”—2 Tim. 3:1-5, NM.
[Ilustraciones de la página 293]
LIBROS RELIGIOSOS, LISTA DE LOS QUE MÁS SE VENDEN
SELLOS DE CORREO
97,482,711 MIEMBROS DE IGLESIAS EN EE.UU.
USO DE LA RELIGIÓN
PARA ESCAPAR DEL TEMOR
PARA ÉXITO
PARA SALUD
PARA COMBATIR EL COMUNISMO