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  • Los jóvenes en la sociedad del Nuevo Mundo
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
w56 1/10 págs. 592-597

Los jóvenes en la sociedad del Nuevo Mundo

“Les doy buen consejo, no se aparten de mi enseñanza. . . . atiende a lo que digo, inclina tu oído a mis palabras; nunca las pierdas de vista, sino grábalas en tu mente; a los que las hallan, son vida.”—Pro. 4:2, 20-22, Mo.

1. ¿Qué determina las buenas cualidades de los jóvenes en la sociedad del Nuevo Mundo?

LOS jóvenes de hoy serán los hombres del mañana. Por lo tanto, la calidad y madurez de los hombres del mañana dependen de la educación y entrenamiento que reciben los jóvenes hoy día. Uno de los centros de educación de los jóvenes debe ser el hogar, y los padres cristianos deben estar desempeñando el papel de maestros. Los maestros maduros del hogar cristiano usarán como libro de texto principal la Palabra de Dios, la Biblia, y dicha base proporcionará la base apropiada para los jóvenes hoy día en preparación para un lugar apropiado en la sociedad del Nuevo Mundo.

2. ¿Qué factores se hallan envueltos en ensenar y criar a los hijos?

2 En el mundo la enseñanza y educación generalmente son tan variadas como los maestros y sus tradiciones y filosofías. Como resultado, ¡qué variedad de alimento mental se presenta para ser consumido, particularmente por la generación más joven! “Nosotros somos lo que comemos,” teorizan algunas autoridades. Nuestra mente llega a ser un reflejo de lo que le servimos como alimento. Dado que la mente dirige o influye en la persona, inmediatamente percibimos cuán importante es una dieta mental apropiada. La mente es alimentada directamente por los sistemas educativos, en el hogar y en la congregación cristiana cuando se oye la palabra hablada. También existe la manera indirecta, vitalmente importante, y ésa es: por medio del ejemplo, porque aun la criatura de diez años se modela mucho a la manera de sus padres, maestros y otras influencias a las que puede estar sujeta o expuesta. El seguir el modelo apropiado se ilustra por lo que dijo el Maestro Excelente: “Les he puesto ejemplo, que, así como yo hice con ustedes, ustedes también deben hacerlo.” Sin embargo, en contraste con esto muchos se modelan conforme a acontecimientos del pasado o al comportamiento de más de sólo un individuo, quizás a la manera de un grupo; o posiblemente conforme a un sistema educativo con cualquiera de una variedad de filosofías especiales, o conforme al modelo nacional o político local, o aun conforme a las normas de las organizaciones comerciales con las cuales están afiliados sus asociados o en quienes éstas influyen. Para que se eviten los modelos incorrectos, está escrito: “Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado.”—Juan 13:15; 1 Cor. 10:11; 1 Tim. 6:20, 21, NM.

3. ¿Qué gobierna el crecimiento físico? ¿Por qué es más importante el alimento espiritual?

3 El hombre fué dotado de la habilidad de procrear su propia clase. Se determinó que en el proceso de desarrollo al transcurrir cierto número de años la prole se desarrollaría físicamente, requiriendo esto aproximadamente veinte años. Esta mayor edad se alcanza si se provee buen alimento normal. Por supuesto, se desarrolla un cuerpo más fuerte si se ejercita o se entrena éste con trabajo arduo. Pero tal éxito en sí mismo llega sólo hasta cierto punto y sólo lo menciona de manera incidental el apóstol Pablo cuando declara: “El entrenamiento corporal es provechoso por un poco.” Dado que eso tiene poco valor, debe dársele consideración al sustento más importante, el alimento mental, y al valor de éste para los jóvenes de la sociedad del Nuevo Mundo y el efecto que tiene en ellos. Esto es especialmente cierto en vista de otras palabras más enérgicas que Pablo dirigió al joven Timoteo: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, ya que contiene promesa de la vida ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:8, NM.

EDUCACIÓN TEMPRANA

4. ¿Por qué es importante comenzar a educar a los hijos a edad muy temprana? Y ¿por qué no se les puede permitir que hagan sus propias decisiones?

4 La primera educación que un niño recibe durante sus primeros diez años, en casi todo caso, proviene de sus padres o sus tutores inmediatos. El niño recibe un número de síes y noes al principio, y gradualmente se le familiariza con términos elementales que lo afectan. A menudo se trata esta educación a la ligera, pues a veces los padres creen que el niño es demasiado joven. Sea que los padres lo admitan o no, la mente sumamente joven puede adquirir mucha información, y es durante este período que se establecen muchos rasgos duraderos. Frecuentemente el niño es tan perspicaz que hasta educa a los padres para que le sirvan y se sale con la suya. Sin embargo, éste no es el arreglo cristiano de las cosas, ya que a los padres se les dice: “Críese al niño en el camino en que debe andar.” El niño es imperfecto y pecaminoso (no inocente e inmaculado como algunos clérigos quisieran hacer creer a muchos) y necesita que sus pasos sean dirigidos de modo que siga un proceder justo. La selección hecha por el niño mismo a menudo lo conduciría en un camino erróneo y egoísta. Jeremías de la antigüedad confesó aptamente: “Ya sé, oh Jehová, que no es del hombre su camino; no es del hombre que anda dirigir sus mismos pasos.” ¡Cuán cierto es eso especialmente del hombre cuando es niño!—Pro. 22:6; Jer. 10:23.

5. (a) ¿Por qué es la disciplina verdadera tan imprescindible? (b) Mediante ejemplo muestre lo que sucede cuando los padres no usan la fuerza y autoridad necesarias para que se obedezcan sus mandatos.

5 Como una ilustración de cómo algunos niños mandan en el hogar, esto sucedió en un hogar cristiano. El niño suplicó y suscitó un alboroto por cierto tipo de alimento que quería y esto lo hizo de manera exigente. La madre cedió y le preparó el alimento. Cuando el alimento le fué servido, el niño decidió que después de todo no lo quería. La mamá le rogó, pero cuando el niño fingió estar enfermo la mamá se llevó el alimento. En voz baja se le oyó decir al niño: “Bueno, ¡cómo me escapé esta vez!” En este caso no había disciplina y el niño estaba desarrollando el rasgo de egoísmo y estaba llegando a ser una persona concentrada en sí misma. Quizás los padres no siempre se den cuenta de ello, pero los niños los someten a prueba también. Un caso que muestra esto sucedió cuando un niño de cuatro años, cuando le sirvieron su alimento, lo echó al piso cuando la madre salió de la pieza. Un regaño moderado resultó, después de lo cual la mamá le sirvió más alimento. Este fué tratado de manera semejante al ausentarse la mamá. Se le explicó que algún día él sería grande y tendría hijos, y, cuando se le preguntó qué haría si su hijo arrojara su alimento sobre el piso, él respondió sin vacilar: “Le daría una zurra.” Él sabía lo que era correcto y que deberían haberse aplicado las medidas correctivas apropiadas. Desde un punto de vista educativo debe haber estado algo desilusionado con sus padres. Los niños en circunstancias semejantes no podrían considerar a sus padres como un ejemplo apropiado de criar a los hijos. La educación no es simplemente un asunto de presentar información para la mente, sino que también se trata de vivir en conformidad con ella. “Simples palabras nunca entrenan a un esclavo; él entiende, pero no quiere obedecer.” “El que consiente a su siervo desde la niñez al fin sólo conseguirá ingratitud.” No es que los niños no sepan lo que debe hacerse; a menudo saben lo que es correcto y apropiado, pero no siempre practican esto, a menos que sean disciplinados. Para prestar más apoyo a la idea de que el obedecer un mandato no se deja a discreción del niño, es interesante notar lo que Jehová declaró concerniente a Abrahán: “Porque yo he llegado a conocerlo con el fin de que mande a sus hijos y su casa después de él para que ellos guarden el camino de Jehová para hacer justicia.” Nunca hubo alguna idea de que el niño decidiera el asunto, sino que el padre hacía las decisiones para el niño.—Pro. 29:18, 19, Mo; 29:21, UTA; Gén. 18:19, NM.

6. ¿Por qué necesitan mucho tiempo los padres para educar a los hijos correctamente?

6 Observando que fué tan vitalmente importante hace 3,800 años que los padres instruyeran a los hijos, podemos ver cuánto más importante lo es en el siglo veinte, cuando la vigilancia de los padres está relajada y la delincuencia desenfrenada. Verdaderamente, entonces, los padres cristianos deben emplear tiempo enseñando y modelando la mente de los jóvenes con conocimiento apropiado y luego aplicar disciplina apropiada, si es necesario, que los ayude a poner en práctica lo que han aprendido. El aprender a hacer lo que se les ha dicho, y hacerlo correctamente y continuar haciéndolo, será más fácil a medida que el edificio, por decirlo así, adquiera forma. No sólo eso, sino que fortalecerá la mente del niño de manera que discierna entre el bien y el mal y por eso fortificará la mente en contra de las doctrinas falsas y contaminación procedente de educación seglar errónea en las escuelas y relaciones con otros. También es bueno grabar en la mente del niño el consejo que Pablo dió cuando declaró: “No sean engañados. Las malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas.”—1 Cor. 15:33, NM.

7. ¿Cómo pueden ser útiles los padres a los hijos cuando éstos van a la escuela?

7 Algunos padres creen que con toda la delincuencia y corrupción del sistema escolar público, quizás sea mejor no enviar a sus hijos a las escuelas públicas. Sin embargo, cuando un niño continuamente recibe de los padres la debida educación y educación teocrática durante los años formativos por medio de asistir regularmente a las reuniones y participar en la escuela del ministerio y en la testificación de puerta en puerta, él podrá ‘resistir los dardos encendidos del Diablo’ en la escuela o en cualquier otra parte. Mientras está en la escuela él puede evitar las actividades que no forman parte del plan de estudios y que son tan perjudiciales para él. Esto es particularmente cierto cuando observamos que los contemporáneos del niño en la escuela a menudo recurren a táctica injusta en los juegos y usan lenguaje obsceno y procaz en sus asociaciones con otros. El estar en contacto estrecho con ellos sería una tentación para proceder de la misma manera y para adoptar prácticas semejantes. Pablo nos exhorta: “No proceda de su boca ningún dicho corrupto, sino todo dicho que sea bueno para edificar según haya la necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes. Quítese de ustedes toda amargura maliciosa e ira y cólera y gritería y habla injuriosa junto con todo lo perjudicial.”—Efe. 4:29, 31, NM.

8, 9. ¿Por qué es esencial que el ministro joven tenga fe firme mientras está en la escuela? ¿Qué la puede acrecentar?

8 La mente joven puede ser fuerte y puede demostrar esto por medio de resistir las atracciones falsas del mundo ya sea en la escuela o fuera de la escuela. Hemos observado cómo muchos ministros jóvenes han sufrido persecución sin pensar jamás en titubear. Muchos son de la misma actitud mental que Timoteo, de quien Pablo escribió: “Recuerdo la fe que está en ti sin ninguna hipocresía, y que primero moró en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, pero la cual estoy seguro también está en ti.” La manera en que procedió más tarde Timoteo, predicando y siendo constante en el ministerio, ciertamente confirma lo correcto de la opinión de Pablo en este respecto. También podemos notar que la fuerza de fe genuina estuvo edificada en la buena base de la instrucción temprana que Timoteo recibió. Ahora es responsabilidad de los padres dar semejante educación cristiana; entonces puede esperarse de los niños la misma fuerte manifestación de fe. Por lo tanto, cuando se coloca bien la base, la actitud mental del niño, por su propia selección, aspirará y se dirigirá a lo que ha sido el principal objeto en la mente de los padres. Si éste ha sido el ministerio de tiempo cabal, él igualmente dirigirá y escogerá sus cursos educativos mientras está en la escuela de tal modo que la cualidad de su ministerio mejore.—2 Tim. 1:5, NM.

9 La selección de oficios que se presten al trabajo de tiempo parcial con el fin de mantenerse, como lo hizo Pablo en el ministerio de tiempo cabal, se tendrá en cuenta. Con tal comienzo bien planeado el niño no tiene por qué ser como los jóvenes inestables y escépticos del mundo que tienen un futuro infeliz e inestable, teniéndose que preguntar en qué puede poner su confianza. Él mostrará el mismo estado de ánimo que mostró el salmista: “¡Felices son los que viven rectamente, viviendo de acuerdo con la ley del Eterno!” Para los que viven de acuerdo con la ley de Jehová, mostrándole respeto, no habrá temor ni incertidumbre. El ministro joven puede tener gozo y paz, como se muestra en el versículo seis del mismo salmo: “Ninguna vergüenza me sobreviene cuando presto atención a tus mandamientos.” Y, “Te obedeceré: nunca me desampares.” Se advierte aquí una petición por parte del que recibe instrucción de que él mismo obedezca aún más. En exhortación adicional el salmista continúa: “¿Cómo puede un joven mantener limpia su vida?” Verdaderamente tal pregunta se halla en la mente de los rectos que desean mantenerse separados de la corrupción y delincuencia de este mundo. Se da la respuesta: “Adhiriéndose estrictamente a tu palabra. Atesoro tu palabra dentro de mi corazón, para no pecar contra ti.” Si los principios de la enseñanza que se bosquejan en las escuelas estuvieran en conformidad y armonía con esto, los niños mostrarían la misma actitud hacia lo que es correcto y hacia las reglas escolares. Hoy, sin embargo, muchos niños, y la juventud en general, les tienen poco respeto a las autoridades escolares porque no se imponen con la fuerza y autoridad necesarias las reglas y existe falta de principios elevados.—Hech. 18:3, 4, NM; Sal. 119:1, 6, 8, 9, 11, Mo.

DELINCUENCIA MODERNA

10. ¿Qué pasa en las escuelas cuando no hay disciplina? ¿Por qué?

10 Pero ¿qué le sucede a un muchacho o muchacha adolescente cuando no se le da énfasis a la importancia de adherirse a la ley de Dios como parte de la educación temprana? ¡Mire a su alrededor y vea! Hay padres entristecidos, pedagogos perplejos y autoridades civiles cuya vara de disciplina está reprimida por ideas falsas, dándose así lugar a delincuencia aumentada y delitos de toda clase perpetrados por jóvenes. Debido a que la Palabra de Dios no es la única autoridad y guía para la educación, las autoridades responsables están divididas en cuanto a qué clase de disciplina usar, y muchos psicólogos llegan hasta el grado de declarar que el disciplinar a un niño es mostrarle odio. Los resultados de estas opiniones divididas los resumen los encabezamientos de nuestros diarios todos los días, registrando las hazañas de niños indisciplinados modernos. Pero la Palabra de Dios claramente dice: “La vara de corrección da sabiduría; pero el niño que es dejado al gobierno de sí mismo trae oprobio sobre su madre.” “Castiga a tu hijo, mientras todavía hay esperanza de él, y no lo dejes correr y dar en la ruina.”—Pro. 29:15, UTA; 19:18, Mo.

11. ¿Qué resulta cuando se permite la ociosidad?

11 Una manera casual y descuidada de educar a los hijos resulta en que tengan una mente que no está educada propiamente, una mente que tiende hacia la pereza. Los padres son responsables de esto cuando dejan de guiar a sus hijos acertadamente y no los mantienen ocupados. Salomón escribió: “Por indolencia de las manos la casa se llena de goteras,” mostrando que la pereza en el pensamiento y en la acción resulta en una condición de ruina, contraria a la condición a que conduce la exhortación de Dios de que consideremos a la hormiga industriosa como un modelo apropiado. Los niños ocupados no se meten en travesuras. Bien pudiera la libreta de todo niño escolar tener copiados en forma cabal en su primera página los versículos de la Biblia acerca de la hormiga laboriosa.—Ecl. 10:18, BC; Pro. 6:6-8.

12, 13. (a) ¿Qué ha contribuído a la delincuencia en las escuelas hoy día? (b) ¿Cómo se manifiesta la insensatez?

12 Consideremos más a los jóvenes a quienes no se ha disciplinado. A menudo, hoy, muchachos de catorce años son tenidos en alta estima por otros rufianes adolescentes cuando el más rudo y fornido de todos ellos puede reinar sobre ellos en su pandilla, imitando a los gangsters adultos, ya que los muchachos (y a veces muchachas entre ellos) imitan a los rufianes de más edad al salir por la noche para robar, violar, asesinar y aterrorizar. Recurren a los narcóticos y llegan a ser esclavos de ellos, al grado de no poder ver siquiera un vislumbre de esperanza para una vida mejor. ¡Qué cuadro más triste! En vez de ser educados para la justicia, tales jovencitos llegan a estar educados para el pecado. Todo esto puede atribuirse a la manía de libros de historietas cómicas en los días de la escuela de párvulos, a los programas de crímenes emocionantes de la radio, la televisión y el cine que consumen casi todo momento despierto que tales delincuentes tienen libre después de la escuela. Después de aprender así acerca de las muchas clases de crímenes, salen descaradamente a un mundo cargado de pecado para practicar lo que se les ha ‘predicado.’

13 Verdaderamente puede verse que “la necedad está envuelta en el corazón del niño,” indicándosenos así que la insensatez es una tendencia natural de los jóvenes y que, cuando no es removida por los padres u otros que tengan esa responsabilidad, tal insensatez aumenta y los resultados son que “aun un niño se da a conocer por sus hechos.”—Pro. 22:15; 20:11.

EDUCACIÓN CRISTIANA APROPIADA

14. (a) ¿Cuáles serán la actitud y comportamiento de los jóvenes a quienes se eduque de manera cristiana? (b) ¿Reconoce Jehová a los jovencitos? ¿Cómo los usa?

14 Contraste esto con el caso de un hombre o mujer joven educado de modo cristiano en quien la segura Palabra de Dios ha inculcado una perspectiva pura y una esperanza sólida. El resultado de eso es justicia, paz, salud y, sobre todo, el deseo sensato de servir al Dios justo, Jehová. Le agrada a Jehová que hombres y mujeres jóvenes ofrezcan voluntariamente su vida para servirle a él, libres de crímenes y pecado y de todos los actos injustos que practican los jóvenes del mundo, pensando sólo en llevar vidas limpias y rectas para alabanza de él. En el día de Jesús, cuando algunos insensatamente trataron de impedir que niños como ésos, amadores de la justicia, vinieran a él, él reprendió a los que trataban de impedírselo, diciendo: “Dejen que los jovencitos vengan a mí, no traten de detenerlos, porque el reino de Dios pertenece a personas de esa clase. En verdad les digo: El que no reciba el reino de Dios como un jovencito de ninguna manera entrará en él.” Él “tomó a los niños en sus brazos y comenzó a bendecirlos, poniendo las manos sobre ellos.” Esto les proveyó una oportunidad de experimentar felicidad genuina. Estaban libres para venir a Jesús y él sin vacilar los invitó a que lo hicieran. Dijo concerniente a ellos: “De la boca de los niños y de los que maman has proporcionado alabanza.”—Mar. 10:14-16; Mat. 21:16, NM.

15. ¿Bajo qué condiciones y a qué edad son apropiados la dedicación y el bautismo para un niño?

15 El invitarlos a ellos a cantar las alabanzas de Jehová significó también que era correcto que ellos hicieran una dedicación para hacer la voluntad de Jehová. Los niños fieles hoy día quieren servir a Jehová amorosa y lealmente y seguir en el mismo camino que sus padres devotos van. Entonces, algunos pueden preguntar: ¿Sería apropiado para mí en mi adolescencia temprana hacer tal voto de dedicación y simbolizarlo por medio de inmersión en agua? Dado que muchos niños se bautizan cada año en asambleas de circuito y otras convenciones del pueblo de Jehová, ¿puede decirse que éste es el proceder que han de seguir estos ministros jóvenes? Por supuesto, si no saben en su propia mente lo que hacen, entonces no están preparados para dar este paso vital e importante. Una edad fija en cuanto a cuándo es apropiado el bautismo o dedicación no puede designarse. Si un niño tiene suficiente conocimiento del Todopoderoso Dios, Jehová, y sus propósitos justos y se adhiere fielmente a los principios rectos asentados en su Palabra, si el niño ha alcanzado la edad de responsabilidad y desea dedicarse a Jehová, está en orden que él lo haga y entonces es apropiado dar el paso de bautismo por agua. Al dar este paso esencial y directo hacia la vida, el ministro joven no se hallará en la condición de los injustos. La dedicación es un paso esencial y necesario para conseguir la aprobación de Jehová Dios. Tome nota del consejo sabio de Salomón en conexión con esto: “Acuérdate pues de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan aquellos días aciagos. . . . Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano. Pues que Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”—Ecl. 12:1, 13, 14.

16. ¿Qué responsabilidad recae sobre los hombros de los jóvenes?

16 Por eso, entonces, nosotros, los que seamos padres, prestemos atención como tales a la Palabra de Dios. Los hijos, ¡presten atención voluntariamente, obedezcan con gozo! Aun antes de que tengan veintiún años, siempre traten de mostrar buen sentido y fuerza y estén prevenidos. Ustedes que son muchachos de diecisiete y dieciocho años, recuerden que ahora están entrando en la edad viril; tienen que hacer decisiones correctas. Están llegando a ser los hombres del mañana y cada uno de ustedes puede estar preparado como hombre hoy día.

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