Lo que significa para mí la dedicación
“Yo he venido para hacer tu voluntad.”—Heb. 10:9, NM.
1. ¿Por qué es importante estudiar el tema de la dedicación?
LA DEDICACIÓN a Jehová Dios es un requisito divino que nadie que vivirá en el nuevo mundo de Dios puede pasar por alto o eludir. Y sin embargo hoy día hay muchos miles de personas asociadas con la creciente sociedad del Nuevo Mundo que hasta este tiempo no han hecho una dedicación. Millones de lectores de La Atalaya todavía no han dado este paso importantísimo. ¿Ha pensado usted seriamente alguna vez en este tema? Como regla general, los que todavía no han dado este paso ven ellos mismos que están bajo uno de tres encabezamientos.
2. ¿A qué se debe que ciertas personas no se hayan dedicado, y qué deben hacer concerniente a ello?
2 Primero, hay los que son bebés en la verdad y que todavía no han cobrado suficiente fuerza y no tienen suficiente conocimiento para dar este paso serio. Dichas personas deben ser muy diligentes en cuanto a estudiar y aprender lo que Jehová requiere de ellas en conexión con esto.
3. ¿Qué impide el que algunos se dediquen?
3 Segundo, hay unas cuantas personas que saben que la dedicación es un requisito divino, y que desean dar este paso, pero, dado que son comparativamente nuevas en la verdad, no han tenido suficiente tiempo para despojarse de sus hábitos inmundos o para corregir los envueltos asuntos de su vida conyugal. Sin demora y con gran prisa estas personas deben corregirse y alinearse debidamente con los requisitos limpios de Jehová para que puedan disfrutar de los privilegios benditos que sólo vienen con la dedicación a Jehová.
4. Describa la posición peligrosa en que se encuentra una tercera clase de personas no dedicadas.
4 En la tercera clase de personas no dedicadas se encuentran las que tienen suficiente conocimiento y disciernen la responsabilidad que la dedicación trae, pero que por una razón u otra intentan evitar, eludir o aplazar su dedicación. A estas personas también les gusta la verdad. Disfrutan del mensaje concerniente al nuevo mundo y sus bendiciones prometidas. Les agradan los testigos de Jehová. Hasta asisten a nuestras reuniones. Sin embargo adoptan la actitud de esperar hasta un tiempo más favorable para dedicarse. A algunas de estas personas les gusta pensar que es más seguro no hacer una dedicación y así evitar el peligro de ser infieles a esa obligación. Otros, quizás por razones de negocios o a causa de sus asociados, tratan de evitar el estigma que el viejo mundo asocia con los testigos de Jehová. Todavía otros aman los placeres y los caminos fáciles del viejo mundo. Algunos hasta pueden ser demasiado orgullosos para ir predicando de casa en casa, y por eso creen que pueden eludir esta responsabilidad por medio de no hacer una dedicación y sin embargo de alguna manera entrar en el Arca de preservación antes de que se desaten las aguas inundadoras del Armagedón. ¡Cuán insensatas todas estas excusas! ¡Qué peligrosos y falsos razonamientos! ¡No se equivoque, la posición de uno en cuanto a la dedicación a Jehová, el Dios del “reino triunfante,” ahora es una selección de vida o muerte que nadie puede evitar, eludir o aplazar indefinidamente! Y tan importante como hacer una dedicación es el ser fiel en cumplirla. Por lo tanto que todas las personas, tanto las dedicadas como las no dedicadas, se pregunten: ¿Qué significa para mí la dedicación?
5. ¿Qué dicen las Escrituras que Jehová demanda de todos nosotros?
5 Jehová demanda y exige devoción exclusiva. En las mismas primeras palabras escritas por el dedo de Dios se manifestó con énfasis esta gran verdad. “Yo soy Jehová tu Dios, . . . Nunca debes tener otros dioses algunos contra mi rostro [u, otros dioses en desafío a mí]. No debes hacer para ti una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna . . . No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová el Dios tuyo soy un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 20:2-5, NM, margen; Deu. 9:10) De nuevo nos dice este Dios exclusivo: “Tú no debes inclinarte ante otro dios, porque Jehová está dedicado exclusivamente a su nombre. Él es un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 34:14, NM; F. Fenton) En una ocasión durante la historia antigua de la nación de Israel, si no hubiera sido por la rápida acción por parte de Finees, el nieto del Sumo Sacerdote Aarón, al “no tolerar él rivalidad alguna” hacia Jehová, los israelitas hubieran sido exterminados a causa de la “insistencia en devoción exclusiva” de Jehová. (Núm. 25:11, NM) En consecuencia, si usted no quiere que la ira de Jehová “se encienda contra” usted de modo que ‘lo aniquile de sobre la superficie del suelo,’ entonces, como Deuteronomio 6:14, 15 (NM) dice: “ustedes no deben andar en pos de otros dioses, de ninguno de los dioses de los pueblos que se hallan todo alrededor de ustedes, (porque Jehová tu Dios que se halla en medio de ti es un Dios que exige devoción exclusiva).”
6. ¿A qué está dedicada la gente del sistema del viejo mundo, y con qué resultados?
6 Sólo eche una mirada a los dioses que los pueblos todo alrededor de nosotros en el viejo mundo están sirviendo. Algunos se idolatran a sí mismos. Son orgullosos, altivos, y ponen su honor, reputación y dignidad personales sobre todo lo demás. Otros hacen de su vientre su dios, sólo piensan en ellos mismos, y a todo tiempo buscan los placeres y complacencias de la carne. Todavía otros dan su devoción y alabanza a otras criaturas o cosas. Dinero, poder e influencia son las cosas “poderosas” para muchas personas y ellas hacen grandes sacrificios para lograr estas metas. Y así sucede en el viejo mundo hoy día: la gente está tan dedicada a sus intereses personales, a sus negocios, a sus profesiones, a sus carreras, o está tan ocupada con sus aficiones, con sus animales domesticados y mimados o sus antojos, que no tiene tiempo para dedicar atención a la adoración pura y el servicio al único Dios vivo y verdadero, el único “cuyo nombre es JEHOVÁ.”—Sal. 83:18.
7. ¿Qué consejo nos da 1 Juan 2:15-17?
7 Cuando una persona sale de este viejo sistema de cosas y lo abandona sólo es razonable que deje de amar y servir a sus muchos dioses falsos. Jehová tiene absoluta razón cuando insiste en que tal persona dé su devoción exclusiva a Él. El apóstol Juan apreció lo justo de este requisito divino y por eso escribió a los cristianos: “No estén amando al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo en el mundo—el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno—no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo está desapareciendo y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” Tal persona, que “hace la voluntad de Dios” en vez de su propia voluntad, se dedica a Dios para hacer eso, porque eso es lo que abarca la dedicación.—1 Juan 2:15-17, NM.
POR QUÉ MUCHOS REHUSAN DEDICARSE
8. ¿Por qué es un proceder tan peligroso el transigir cuando se debe devoción a Jehová?
8 Algunas personas al oír el mensaje del Reino que les predican los testigos de Jehová están muy satisfechos con la prueba del alimento espiritual de la mesa generosa de Jehová. Les sabe bien y vienen a nuestras reuniones por más, pero en vez de comer exclusivamente de la mesa de Jehová intentan completar su dieta con migajas de la mesa del Diablo. Rehusando dedicarse entera y completamente al Dios vivo, Jehová, intentan seguir un proceder de avenencia. Después de mordisquear y comer bocaditos a la buena mesa de Jehová dan la vuelta y emplean su fuerza y tiempo sirviendo los intereses y placeres de este viejo mundo, todo lo cual es contrario a las sagradas Escrituras. Sin embargo, ¿podemos ser amigos del viejo mundo y amigos de Dios al mismo tiempo? Realmente no, no podemos, “porque Jehová tu Dios es un fuego consumidor, un Dios que exige devoción exclusiva.” (Deu. 4:24, NM) Jesús declaró enfáticamente: “Nadie puede ser esclavo de dos señores; porque u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas.” (Mat. 6:24, NM) O como el Altísimo mismo lo expresa: “Yo Jehová tu Dios soy un Dios que no tolera rivalidad.” (Deu. 5:9, NM, margen) Dichos decretos divinos absolutamente no dejan lugar para que una persona dedicada transija.
9. ¿Qué consejo da Jesús a los que están tan preocupados con las cosas materiales que no se dedican?
9 De nuevo, quizás algunos permitan que los cuidados y ansiedades de este mundo de movimiento rápido, de competición excesiva y amenazado por la guerra los agobien y les impidan el dar devoción exclusiva a Jehová. La parábola de Jesús predijo que algunas personas aceptarían prontamente la palabra de la verdad así como el suelo acepta la semilla del sembrador, permitiendo que echara raíces y brotara, pero al mismo tiempo también permitirían que semillas de cizaña crecieran hasta que “la ansiedad de este sistema de cosas y el poder engañoso de la riqueza [ahogaran] la palabra,” y tales personas llegarían a ser improductivas. (Mat. 13:22, NM) ¡Cuánto mejor sería el que tales personas agobiadas escucharan el consejo de Jesús! Él dijo: “Dejen de estar ansiosos acerca de su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o acerca de su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. Por eso nunca estén ansiosos y digan: ‘¿Qué habremos de comer?’ o, ‘¿Qué habremos de beber?’ o, ‘¿Qué habremos de vestir?’ Porque todas éstas son las cosas que las naciones buscan con anhelo. Porque su Padre celestial sabe que necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” El poner los intereses del Reino en primer lugar, no en el segundo o el tercero, sino por delante de todas las demás consideraciones en nuestra vida, significa nada menos que la plena y completa dedicación a Jehová Dios.—Mat. 6:25, 31-33, NM.
10. ¿Hasta qué grado debe uno ir en amar y servir a Jehová?
10 El adorar a Jehová, es decir, el estar exclusivamente dedicado a él, significa que uno le sirve como un esclavo anuente sirve a su amo. El servir significa obedecer, y los que obedecen a Jehová lo hacen por amor a él. (Juan 14:23, 24) El amor es, en realidad, la suma y substancia de toda la ley y los mandamientos de Dios, como Cristo Jesús verificó: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas [o, energía vital].” (Mar. 12:30 y Deu. 6:5, NM) Eso ciertamente no deja nada fuera; y el amar y servir a Jehová a ese grado no significa nada que no sea completa dedicación a él.
11. Cuando se trata de dedicación, ¿qué ejemplo nos puso Cristo Jesús?
11 El Fundador del cristianismo no sólo predicó este mandamiento fundamental de la ley de Dios para que otros lo cumplieran, sino que él mismo también lo puso en práctica en su propia vida por medio de dedicarse sincera e inequívocamente a hacer la voluntad de Jehová, como leemos: “Dije yo [Jesús]: ‘¡Mira! yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.’” (Heb. 10:7, NM; Sal. 40:7, 8) Una vez que puso su mente y corazón resueltamente en este proceder de dedicación a la edad de treinta años, Jesús nunca titubeó o vaciló, nunca intentó substituir la voluntad de Dios con su propia voluntad. “No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa,” dijo Jesús. “Yo busco, no mi propia voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” En realidad, el hacer la voluntad de Dios le fué tan importante a Jesús como el ingerir alimento para permanecer vivo. Citándolo: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió y terminar su obra.”—Juan 4:34; 5:30; 6:38, NM.
12. ¿Qué, entonces, se requiere de todos los cristianos verdaderos?
12 ¿Puede usted imaginarse que Cristo dijera que estaba demasiado ocupado con sus deberes de carpintero para asumir las responsabilidades de la dedicación como ministro de Jehová? O ¿puede usted imaginarse que Jesús adoptara la actitud de que el trabajo de predicar de casa en casa era inferior a lo que su dignidad le permitía o de que ello exigía de él demasiada energía y demasiado tiempo? Al contrario, de Jesús se escribió proféticamente: “‘Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.’ He dicho las buenas nuevas de liberación en la gran congregación; he aquí, no he reprimido mis labios.” (Sal. 40:8, 9, Norm. Rev.) Ciertamente a ustedes que realmente quieren ser cristianos no les gustaría que alguien los llamara paganos o gentiles impíos, ¿no es cierto? Pero para ser cristianos verdaderos ustedes tienen que seguir en las pisadas de Cristo Jesús, porque Cristo nos dejó el modelo o ejemplo verdadero, aun en cuanto a su primer paso de dedicarse para hacer la voluntad de su Padre, Jehová. Y aun en ese primer paso importante que él dió debemos seguirlo. (1 Ped. 2:21) Usted no puede imaginarse a apóstoles como Pablo y Pedro excusándose y tratando de esquivar o aplazar el seguir en las pisadas dedicadas de Jesús, ¿no es cierto? ¡De ninguna manera! Pablo hasta recomendó que lo imitemos a él así como él imitó a Cristo Jesús.—1 Cor. 11:1; Fili. 3:17; 2 Tes. 3:7, 9, NM.
SIGUIENDO EL EJEMPLO MÁS GRANDE
13. ¿Qué significa el ‘negarse’ uno mismo?
13 El que los seguidores verdaderos de Cristo de igual manera deben dedicarse a hacer la voluntad de Jehová se manifiesta por las palabras de Jesús: “Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo.” (Luc. 9:23, NM) El que se niega a sí mismo niega su posesión personal de sí mismo o su selección de una carrera en la vida y, en cambio, se esfuerza por aprender cuál es la voluntad y propósito de Jehová concerniente a su futuro, y luego por comportarse en conformidad con ello. Deja de hacer su propia voluntad y, en cambio, diligentemente se esfuerza por aprender y hacer la voluntad de Dios. Entonces si el negarse usted en cuanto a su selección personal de un derrotero o manera de vivir con el fin de que la voluntad de Dios sea hecha por usted trae ridículo, oprobio y todo género de sufrimientos y persecuciones, quizás hasta cruel tormento y encarcelamiento en un campo de trabajo totalitario; sin embargo eso; de acuerdo con la Biblia, sólo es el servicio razonable que uno le rinde a Dios; y eso es todo lo que Jehová requiere. “Les ruego,” escribió el apóstol Pablo a sus hermanos cristianos en Roma, “por las misericordias de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, en servicio sagrado con su facultad de raciocinio.”—Rom. 12:1, 2, NM.
14. ¿Debe uno titubear en cuanto a dedicarse a causa de que algunos fracasen en cumplir los votos de la dedicación?
14 Es cierto que la dedicación coloca una carga pesada de responsabilidad sobre uno. ¡Y la fidelidad al llevar esa carga es obligatoria! Por esta razón algunos lectores que todavía no se han dedicado a la Gran Persona, Jehová, quizás titubeen en cuanto a dar un paso hacia adelante y decir, no a los hombres, sino a Jehová, como Isaías dijo: “¡Aquí estoy yo; envíame a mí!” (Isa. 6:8) ¿Y es porque usted teme que tal vez no pueda cumplir con los requisitos? Quizás conozca a algunas personas o haya oído de ciertas personas que hicieron una dedicación y luego no cumplieron con ella. Ellas, usted dice, son hipócritas y usted no quiere ser hipócrita. Bueno, si usted odia la hipocresía (y usted debe odiarla), ¿está usted haciéndose el hipócrita por medio de decir que es cristiano y sin embargo rehusar dedicar su vida entera como siervo o esclavo anuente del Dios vivo, Jehová, así como Cristo lo hizo al poner el ejemplo para cada uno de sus seguidores verdaderos? O ¿sólo piensa usted en los ejemplos de alfeñiques que fracasaron con el fin de justificarse para aplazar el tiempo de dedicarse? Si tal es el caso, entonces usted puede señalar a Judas Iscariote como otro que quebrantó la fidelidad bajo la prueba. Y no se olvide de pensar sobriamente en Satanás el Diablo, que deliberadamente se desvió de su devoción a Jehová, abandonando sus responsabilidades. Satanás y Judas y otros infieles ciertamente son ejemplos amonestadores de un modo de vida que ha de ser evitado, del que se ha de huir, que no debe copiarse o seguirse.
15. ¿Por qué debemos disipar de nuestra vida el espíritu de cobardía?
15 Usted también por naturaleza puede ser débil, puede estar temiendo fracasar. Por naturaleza puede que sea un cobarde. Pero si espera vivir en el nuevo mundo eterno de Jehová usted tiene que despojarse de ese espíritu de temor y de cobardía. No hay duda concerniente a esto, porque Jehová mismo reveló su camino verdadero, del cual Juan escribió, diciendo: “Y o vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, . . . Todo el que venza heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe . . . y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fu ego y azufre. Esto significa la muerte segunda.” (Apo. 21:1, 7, 8, NM) Si usted ejerce fe y se dedica enteramente a Jehová, entonces él pondrá sobre usted su espíritu de valor, como Pablo escribió a fin de infundir confianza: “Dios no nos dió un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de mente sana. Por esto no te avergüences del testimonio acerca de nuestro Señor, ni de mí un preso por su causa, sino que acepta tu parte en sufrir maldades por causa de las buenas nuevas de acuerdo con el poder de Dios.” (2 Tim. 1:7, 8, NM) Por lo tanto, en vez de considerar los ejemplos incorrectos puestos por los pusilánimes y por los cobardes, ¿no es correcto, sí, mucho mejor, fijar la atención en la larga línea de vencedores fieles que se ponen como ejemplos para nosotros en la Biblia?
16. ¿Qué ejemplos sobresalientes hay, tanto pasados como presentes, de siervos de Jehová dedicados y libres de temor?
16 Cristo Jesús fué un vencedor, no un cobarde. Desde el comienzo y a través de los años que estuvo en la tierra se enfrentó al Diablo y sus demonios como un león; en realidad, como el “León de la tribu de Judá.” Los primeros cristianos, incluyendo a los fieles apóstoles de Jehová, igualmente fueron todo menos cobardes. También, hombres como Abrahán, Isaac, Jacob y David; mujeres como Sara, Rahab, Débora y Jael—y los muchos otros testigos valientes, guardadores de pacto en la larga línea de testigos de Jehová que se remonta hasta el justo Abel—estuvieron enteramente dedicados a Jehová y firmemente retuvieron su integridad aun cuando se enfrentaron a la muerte a manos del enemigo. Pero ¿sufrió naufragio su vida! No, de ninguna manera, porque tenían una fuerte ancla de esperanza en el poder supremo de Jehová aun para resucitar a los muertos. Y por eso hoy los fieles esclavos dedicados de Jehová, que ascienden a más de seiscientos mil, tienen sobre ellos el espíritu de poder y de amor de Dios; y esto hace de ellos combatientes libres de temor, impávidos, celosos, valientes en la lucha por la verdad y la justicia a pesar de los números superiores en su contra.—Heb. 11:4-39; 12:1, 2.
UNA SELECCIÓN PERSONAL
17. ¿De qué fuente proviene la vida, a quién se ofrece, y cómo se obtiene?
17 Todos los humanos, incluyendo a todos nosotros, nacen pecadores y desde el nacimiento están bajo condenación a la muerte sin derecho a la vida, por razón de la transgresión del primer hombre Adán al mandato de Dios. Por lo tanto la vida eterna es una dádiva inmerecida de parte del Dador de vida, Jehová; y él ha optado por hacer accesible esta dádiva a cualquier humano que la desee, pero sólo por medio de Cristo Jesús. (Hech. 3:23; 4:12; Rom. 5:19; 6:23; 1 Cor. 15:22) Entonces, la única manera de ganar vida eterna es aceptarla bajo las condiciones que Dios ha puesto para darla; es decir, por medio de confiadamente llegar por medio de Cristo al Dador de vida, Jehová, y dedicarse uno gustosamente a servirle ahora y para siempre. Esta dedicación a Dios tiene que hacerse gozosa y voluntariamente. Es una selección personal y nadie puede hacerla por otro. No es una selección que ha de ser hecha bajo coerción tampoco. Uno no debe hacer tal dedicación sólo para mantener la paz en la familia o porque uno siente que cierta presión le obliga a hacerla. A nadie se obliga a escoger el único camino que conduce a la vida. La selección es responsabilidad personal de cada individuo. Como Moisés dijo: “He puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición, y debes escoger la vida a fin de que puedas mantenerte vivo, tú y tu prole.” Y ¿cómo escoge uno la vida ahora? El siguiente versículo explica cómo: “Amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote tenazmente a él, porque él es tu vida y la longitud de tus días.” En otras palabras, uno escoge la vida por medio de dedicarse enteramente a Jehová su Dios, para obedecerle siempre.—Deu. 30:19, 20, NM.
18. ¿Qué selección tiene que hacer toda persona informada?
18 Josué también recalcó el hecho de que el servicio dedicado a Jehová es una selección personal que le toca a cada uno hacer. “Ahora, si es malo a sus ojos servir a Jehová, escojan para ustedes mismos hoy a quién servirán, si a los dioses que sirvieron sus antepasados que estaban al otro lado del Río o a los dioses de los amorreos en cuya tierra ustedes están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová.” (Jos. 24:15, NM) Por eso hoy cada una de ustedes las personas no dedicadas tiene la misma libertad para escoger, la selección de vida o muerte. Si usted deliberadamente rehusa dedicarse a Jehová Dios en este día de juicio de él en que ahora vivimos, su vida terminará en el Armagedón, si es que no termina antes, como un pecador condenado sin el derecho a la vida y sin siquiera la esperanza de una resurrección. Por otra parte, al escoger el camino de Jehová que conduce a la vida usted dedicará entera y gustosamente y con gran deleite su corazón y su mente, su fuerza y su substancia, a Jehová Dios y su reino triunfante.
19. ¿Vale la pena lo que cuesta la dedicación a Jehová?
19 ¡Cuente el costo, sí, sin falta! Medite en lo que ello va a requerir de usted en este mundo. (Luc. 14:26-33) Sin embargo, compare lo que usted da con lo que Jehová le ha prometido. ¿Tiene usted algo que no haya recibido de Jehová en primer lugar, aparte de su facultad de devoción y alabanza y servicio anuente? Por esto todo lo que usted tiene gozosamente lo dedica a Dios. ¡Lo que usted ya ha recibido de él usted se lo da a él por los inefables privilegios y bendiciones que de continuo se les otorga a los siervos dedicados de Dios! Él pone su espíritu y poder sobre ellos y les da autoridad para ser llamados de su nombre y para hablar en su nombre como testigos suyos. Entre este viejo mundo condenado y moribundo estos siervos dedicados de Dios son el pueblo más feliz en existencia. La esperanza que tienen de sobrevivir al Armagedón, en vindicación de la palabra y nombre de Dios, remueve el temor de esa tempestad inminente y ellos confiadamente esperan vivir para siempre en un nuevo mundo con nuevos cielos y un paraíso de perfección que abarcará toda la tierra. Ciertamente mucho depende ahora de hacer una dedicación; todo depende de fidelidad a esa dedicación.—Luc. 9:59-62.
20. ¿Qué razones hacen sumamente urgente el que las personas de buena voluntad se dediquen a Jehová Dios ahora?
20 Por varios años en lo pasado grandes multitudes, cuyo número asciende a más de 50,000 personas al año, se han presentado y dado el paso de dedicarse al Dios vivo, Jehová. Pregúntese: “¿Qué significa para mí la dedicación?” Con el Armagedón avanzando aceleradamente, el tiempo favorable para la salvación es ahora, no más tarde. Ahora, no más tarde, la paciencia de Dios espera que todos los que quieran vivir lo busquen mientras todavía puede ser hallado. Ahora, no más tarde, es el tiempo para huir a las montañas teocráticas para conseguir seguridad. Por lo tanto, ahora no es tiempo de aplazar el dedicar uno su vida a Jehová Dios. De modo que no deje para mañana lo que debe hacerse ahora cuando usted aprecia lo que significa la dedicación y las bendiciones que trae. Si usted tiene verdadera fe y esperanza y es una persona de buena voluntad para con Dios, y si tiene suficiente conocimiento y entendimiento y apreciación de la dedicación, y si usted está moral y bíblicamente limpio, entonces hoy día, en lo secreto de su oración, usted debe jurar solemnemente a Jehová Dios que de aquí en adelante y para siempre lo adorará y servirá exclusivamente, y que usted hará su voluntad como se manifiesta en su Palabra escrita, la Biblia, venga lo que venga. Si eso es lo que usted hace, ¿por qué no se bautiza después? ¡Entonces Jehová lo bendecirá a usted ricamente!