Película bíblica revela ignorancia en cuanto a la Biblia
EL PRODUCTOR y director Cécil B. deMille ha pregonado que en la película hollywoodense “Los Diez Mandamientos” se manifiesta gran exactitud bíblica. Muchos clérigos se han puesto apresuradamente de parte de él y cual agentes serviles de Hollywood añaden sus alabanzas. En general los críticos cinematográficos se unen al coro.
Pero los hechos obligan a uno a concluir que estos hombres o están indiferentes a la verdad o la ignoran.
La primera mitad de la película es en gran parte ficción, aunque pretende tener algún apoyo histórico. Según declara la publicidad, la segunda mitad, que trata el período de la vida de Moisés que la Biblia abarca, se apega fielmente a las Escrituras. DeMille dice: “Todas estas cosas están como las he encontrado, en las Santas Escrituras.”
El rabí Magnin, de Los Ángeles, declaró: “No sé cuándo he estado más conmovido e inspirado. . . . Todo el tema se trata con reverencia, dignidad y espiritualidad.” El rabí Pressman, de Los Ángeles, dijo que esta historia “ha recibido su más poderosa y reverente narración,” y agregó: “Oro que el Hacedor Supremo acepte esta ofrenda suya como tributo genuino sobre el altar de servir y esparcir su verdad.”
El obispo metodista Kennedy, de Los Ángeles, le dijo a DeMille: “La contribución que usted ha hecho a esta generación por medio de esa película será una de las contribuciones significantes de nuestro tiempo.” George Heimrich, afiliado al Concilio Nacional de Iglesias de Cristo, escribió: “Dios verdaderamente ha usado al Sr. DeMille en un tiempo cuando es preciso que el entendimiento espiritual entre gentes de todas partes del mundo reciba mayor énfasis si hemos de escapar del caos completo. . . . Sr. DeMille, su película puede influir en la paz mundial y lo hará.” El presidente McKay, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos del Último Día, la aprobó como “una historia sagrada tratada experta y reverentemente.”
El cardenal Francis Spellman, de Nueva York, dijo: “La representación emocionante de los diez mandamientos hecha por el Sr. DeMille enriquecerá espiritualmente la vida de todos los que la vean.” El cardenal McIntyre, de Los Ángeles, dijo: “La consideramos como una gran misión dada al Sr. DeMille. . . . Estoy seguro de que el Señor en su bondad y misericordia será generoso para con él y los que lo han ayudado en esta gran producción.”
El Dr. William Lindsay Young, vicepresidente de la Conferencia Nacional de Cristianos y Judíos, escribió: “De vez en cuando en la historia han emergido hombres que han hecho impacto duradero y significante en la vida moral y espiritual de su tiempo. El apóstol Pablo en el primer siglo, San Francisco en el siglo 13, y Martín Lutero en el 16, cada uno de su propio modo aguijoneó la conciencia de su generación hasta despertarla. Bien puede ser que Cécil deMille, por la producción de ‘Los Diez Mandamientos,’ se destaque como uno de los grandes profetas del siglo 20.”
RESEÑAS DE CRÍTICOS CINEMATOGRÁFICOS
Bosley Crowther, del Times de Nueva York, escribió: “Descollante es el hecho de que el Sr. DeMille y su conjunto de investigadores y escritores se han apegado al Antiguo Testamento como fuente de los detalles de los acontecimientos fundamentales y de la guía dramática de su relato. Han seguido la historia de Moisés, como se cuenta en el libro del Éxodo, con fe absoluta en que los incidentes ocurrieron y de la manera en que allí se presentan.”
Justamente lo contrario es lo que se destaca. Descollante es el hecho de que DeMille no se apegó al relato bíblico. También parece ser evidente que este revistero y la mayoría de los demás revisteros no han dedicado algún tiempo a leerlo. Si ellos hubieran leído la Biblia por una hora después de casi cuatro horas de presenciar la película, los críticos no hubiesen disparatado y revelado así su ignorancia respecto a la Biblia.
Crowther no quedó satisfecho con tropezar como crítico cinematográfico. Él probó sus alas como crítico bíblico y sufrió una caída en eso también. Dijo que los libros de la Biblia están “cacarañados de contradicciones y, en muchos detalles, no concuerdan con el conocimiento arqueológico, pero eso no lo consideraremos aquí.” Él no conoce el sencillo relato bíblico lo suficiente como para saber que DeMille lo contradijo muchas veces, pero a pesar de eso se las da de crítico bíblico.
Igual que tantas personas de hoy en día, él cree que tiene que probar que es un intelectual moderno demasiado instruído como para creer crédulamente en la Palabra de Dios. Muchas personas hoy día descreen sin tener base sólida para su descreencia. Como loros repiten una colección de expresiones que han llegado a ser la norma, una especie de política de partido. La verdad es que la arqueología confirma la Biblia y cuanto más se aprende tanto más se disuelven las supuestas contradicciones bíblicas. Pero Crowther arroja su expresión deslustradora y luego esquiva el tener que suministrar prueba alguna, despidiendo locuazmente la cuestión con: “Pero eso no lo consideraremos aquí.” Su columna se intitula: “Lección para hoy.” Él es muy mal maestro.
Una revistera, Kate Cameron, del Daily News de Nueva York, dice: “La última mitad de la película, que trata de Moisés como el patriarca hebreo, sigue el bosquejo bíblico al pie de la letra.” Ella es muy iletrada, cuando se trata de asuntos bíblicos. Parece que los críticos cinematográficos deberían realmente usar los pocos minutos que necesitan para leer el relato bíblico de que se trata cuando revisan películas bíblicas. ¿No le deben eso a su público lector? ¿No es parte del trabajo que les atañe el criticar inteligentemente más bien que sólo esparcir las aseveraciones de los agentes de publicidad de la película? De otro modo, ¿qué requisitos llenan ellos que los muestren capacitados para escribir artículos sobre películas bíblicas? Sin embargo, casi todos los críticos se extasiaron comentando sobre la grandeza supercolosal y lo espectacularmente impresionante de “Los Diez Mandamientos” de DeMille. Impresionante es el espectáculo, y entretenido, pero lleno de ficción y de errores en cuanto a las Escrituras. Las dos cosas deben decirse.
NO TODOS LOS CRÍTICOS SON CRÉDULOS
No todos los críticos cinematográficos quedaron deslumbrados y descarriados por lo que DeMille dijo en sus anuncios ni por la ruidosa aceptación de la película por clérigos. Aun cuando estas personas de juicio más penetrante no señalaron con especialidad las inexactitudes bíblicas de la película, ellas sí percibieron el olor del brillo y hechizo y mammón hollywoodenses que más que neutralizó cualquier fragancia de espiritualidad que estuviera presente.
La revista Newsweek del 5 de noviembre de 1956 dijo: “DeMille, hombre de sentimientos religiosos profundos, ha tomado pasajes del Antiguo Testamento, hecho una variedad de conjeturas que a él le parecían razonables (después de una mirada a los historiadores antiguos Filo y Josefo), y desarrollado un cuento que de vez en cuando es fiel a la historia bíblica y a menudo es fiel solamente a la visión propia de DeMille de una ‘película religiosa.’ Saca la mayor parte de su material bíblico del Éxodo. El cuento que él relata es principalmente la historia de la vida de Moisés, desde los juncos hasta las tablillas en Sinaí. Un aspecto típico de sus obras es el hecho de que, de entre las muchas historias que ‘Los Diez Mandamientos’ relata, ninguna recibe más atención que el lance amoroso predestinado al fracaso—e hipotético—que DeMille ha elaborado entre Moisés y la seductiva princesa egipcia, Nefretiri.” Después de más crítica, la revista concluye: “Si él ha de tomar el crédito por lo que es impresionante acerca de sus obras, tiene que aceptar la responsabilidad por lo que no lo es. Cada una de estas cosas está en apreciable cantidad.”
La revista Time del 12 de noviembre de 1956, después de bosquejar el tiempo y el dinero y el esfuerzo que se habían necesitado para la película, preguntó: “¿Y el resultado de todos estos esfuerzos estupendos? Algo que quizás se pueda comparar a una corista de ocho pies de altura—bien hecha, pero demasiado grande y demasiado ostentosa. Y a veces DeMille es peor que ostentoso. Es difícil hallar otra ocasión en que se haya hecho un becerro de oro tan grande sin que se opusieran los líderes religiosos. Con piedad insuperable, el mogol cinematográfico deMille dice que ha tratado de ‘traducir la Biblia a su forma original otra vez,’ la forma en la cual se vivió. Sin embargo, lo que él ha hecho en realidad es arrojar sexo y arena en los ojos de los que van al cine por casi dos veces más tiempo que lo que cualquier otra persona jamás se ha atrevido a hacerlo.”
Time concluye con una acusación muy directa: “Hay momentos, en realidad, en que parece que el séptimo mandamiento [“No cometerás adulterio.”] es el único en que DeMille realmente se interesa; a tal grado que el mismo Éxodo parece ser casi una especie de Séxodo—el resultado de la vida amorosa infeliz (netamente ficción) de Moisés. ¿Es blasfemia esto? Técnicamente no; pero a veces es difícil determinar dónde está la línea fina que divide el mal gusto del sacrilegio. Cuando Dios le habla a Moisés desde la zarza ardiente, brama una gran voz baja y melosa que a nada se parece tanto como a un locutor de televisión dando un aviso comercial para una casa local de pompas fúnebres. En tales momentos es imposible evitar la impresión de que el hacedor de películas, indudablemente sin que tuviera la intención de hacerlo, ha tomado el nombre del Señor en vano.”
REVELADA LA IGNORANCIA EN CUANTO A LA BIBLIA
Dick Williams, en su columna en el periódico Mirror-News de Los Ángeles del 14 de noviembre de 1956, dijo: “Yo no soy experto en cuanto a la historia bíblica. Así que, aunque sospecho mucho de algunas porciones de la película que ya he visto, no estoy en posición de discutir la declaración de DeMille de que el único lugar en la película en que él no espera ser bíblicamente exacto es en la secuencia del becerro de oro. Pero otros, probablemente más versados en cuanto a los hechos, están comenzando a presentarse para contender con DeMille, y no simplemente en cuanto a cuestiones menores, tampoco. Uno de éstos es la revista religiosa Awake!, publicada por una sociedad que está asociada con los testigos de Jehová.” Luego él cita del artículo “Hollywood’s Version of ‘The Ten Commandments,’” (La versión hollywoodense de “Los Diez Mandamientos”) publicado en el Awake! del 8 de noviembre de 1956. (Vea la ¡Despertad! del 22 de enero de 1957.) ¿Cuáles son las contradicciones entre la película y la Biblia que se revelan en ese artículo?
La Biblia manifiesta que Faraón hizo que se matara a los bebés hebreos para poner fin a aumentos en la población israelita, pero la película de DeMille dice que fué para acabar con el libertador Moisés mientras era bebé.—Éxo. 1:9, 10.
La Biblia indica que Moisés siempre supo que él era hebreo, y porque sabía que lo era él mató a un egipcio que estaba hiriendo a un hermano hebreo. Él huyó de Egipto. Pero en la película se le destierra porque, cuando ya ha crecido, llega a saber que él es hebreo y ama a la misma muchacha a quien el hijo de Faraón ama.—Éxo. 2:11, 12, 15.
Es en el tiempo de Jeremías que la Biblia hace mención por primera vez de la ley que había de escribirse en corazones humanos, pero DeMille se adelanta a Dios en esto por unos novecientos años, haciendo que se le dijera a Moisés en la ocasión de la zarza ardiente.—Jer. 31:31-33.
La Biblia muestra que los israelitas usaron el nombre de Dios, Jehová, y que se trató de éste específicamente con Moisés, en Éxodo 6:3, pero la película repetidamente se refiere al nombre de Dios como desconocido a los israelitas y nunca lo revela.
La Biblia, en Hechos 7:23-30, muestra que Moisés huyó de Egipto cuando tenía cuarenta años y que tenía ochenta cuando volvió de Madián. Pero la película no muestra semejante lapso de tiempo, manteniendo maravillosamente jóvenes a todos los personajes implicados en episodios de amor, aunque se permitió que Moisés envejeciera milagrosa y repentinamente frente a la zarza ardiente.
La Biblia muestra que los enemigos de Moisés en Egipto habían muerto cuando él regresó, pero en la película su peor enemigo está sentado en el trono como Faraón.—Éxo. 4:19.
La Biblia dice que Dios se resolvió a traer la décima plaga, la muerte de los primogénitos egipcios. Pero en la película la muerte de los primogénitos es idea de Faraón; él piensa hacer esto a los israelitas, y sólo entonces Dios le vuelve la pelota matando a los primogénitos egipcios.—Éxo. 11:1-5.
El registro bíblico declara que Faraón más tarde persiguió a los israelitas para recobrar a los que le rendían trabajo forzado, pero DeMille dice que fué porque Moisés despreció el amor de la reina de Faraón.—Éxo. 14:5, 6.
Puede que sea discutible el que Faraón haya acompañado a sus tropas al mar Rojo, pero si lo hizo, allí murió él, según la Biblia. Pero en la película se permite que él sobreviva a ese desastre acuoso y vuelva a Egipto.—Éxo. 14:28.
¿Instigó Datán la adoración del becerro de oro en Sinaí, y se lo tragó la tierra a él junto con otros por eso? DeMille dice que sí, pero la Biblia dice que no. ¿Acaso murieron de esa manera los adoradores del becerro? No, sino a filo de espada y de plaga. Datán ni siquiera estaba entre ellos, porque él y otros rebeldes fueron tragados por la tierra mucho después y debido a un pecado totalmente diferente.—Éxo. 32:27, 28, 35; Núm. 16:1-3, 12, 25-32.
Irónicamente, donde DeMille dijo que él iba a apartarse de la Biblia no lo hizo. Él dijo que la gente bailó desnuda mientras adoraba al becerro de oro, pero que él iba a vestirla. Es cierto que la versión más usada en inglés, la Autorizada, dice que la gente bailó desnuda, pero otras traducciones en inglés dicen con más exactitud que la gente se desenfrenó.—Éxo. 32:25, NM, Norm. Rev., UTA, Leeser. (Compare las versiones Scío y Moderna y la margen de esta última.)
Ahora conteste usted para sí mismo la pregunta. ¿Cuánta fidelidad mostró DeMille al registro bíblico? ¿Cuánta razón tuvieron los clérigos que elogiaron la película diciendo que es conmovedora, reverente, espiritual e inspiradora? Verdaderamente, ¿usó Dios a DeMille y le dió esta misión para que la llevara a cabo, como algunos de ellos dijeron? Y ¿no es cierto que es más que levemente ridículo colocarlo en el mismo nivel del fiel apóstol Pablo, como lo hizo un clérigo? ¿Qué hay de los críticos que escribieron que se destacaba que él se había apegado literalmente a la Biblia y siguió el bosquejo bíblico al pie de la letra?
¡Esta película bíblica ciertamente ha revelado la ignorancia que existe en cuanto a la Biblia!
[Ilustración de la página 41]
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