Cómo los dictadores ven la Biblia
El Treasury of the Christian World cita una declaración en que Harold T. Barrow habla de cuán gran número de personas consideran la Biblia anticuada. “Se imaginan que es cosa terminada, anticuada, reemplazada,” escribe él. “Lo notable es que los Dictadores del mundo, estén ellos en Alemania, Italia o el Japón, no han sido del mismo parecer. ¡Realmente ellos han vivido en terror de toda instrucción bíblica porque se dieron cuenta de que el mensaje e influencia y los preceptos de la Palabra de Dios se oponen directamente al programa de ellos! Hasta el ateo y el agnóstico tienen que reconocer el valor ético de la Biblia aunque nieguen al Dios que ésta proclama. Un grupo de incrédulos, incluyendo a Voltaire, estaba sentado alrededor de una mesa un día hablando de sus teorías cuando de repente Voltaire dijo: ‘Silencio, caballeros—hasta que salgan los sirvientes. ¡Si ellos creyeran de la misma manera que nosotros, no estaría segura la vida de ninguno de nosotros!’” Y en el campamento de los dictadores que desechan la Biblia, ¿quién ha podido alguna vez estar seguro de su vida?