Examine su memoria
Después de haber leído este número de “La Atalaya,” ¿recuerda usted—
✔ ¿Por qué el ir de casa en casa y tratar de religión no le parecería extraño a Jesús? Pág. 99, §1.
✔ ¿Lo que quiere decir no tomar el nombre de Dios de manera indigna? Pág. 100, §4.
✔ ¿Por qué Dios no destruyó a Israel en el monte Sinaí por adorar un becerro de oro? Pág. 101, §2.
✔ ¿Por qué Dios restauró a Israel a la tierra de Judá después de pasar setenta años en cautiverio? Pág. 102, §1.
✔ ¿Quién es verdaderamente un hombre sabio? Pág. 108; §3.
✔ ¿Qué actividad es la de más importancia para la humanidad? Pág. 110, §3.
✔ ¿Por qué no es prudente ser un asistente instable en una asamblea cristiana, llegando tarde y saliendo temprano? Pág. 112, §3.
✔ ¿Por qué sería más fácil vivir según las reglas de Moisés que según los principios de Cristo? Pág. 114, §6.
✔ ¿Si hay prueba de que el hombre imperfecto pueda vivir en conformidad con principios? Pág. 120, §2.
✔ ¿Cómo ha faltado el clero de la cristiandad en cuanto a dar a la gente una base sólida para la fe? Pág. 123, §11.
✔ ¿Por qué les ha sido posible a los testigos de Jehová aguantar la persecución que les imponen los comunistas? Pág. 124, §15.
✔ ¿Por qué el bautismo en agua no limpia a uno de sus pecados? Pág. 126, §5.
✔ ¿Por qué se le permitía al residente temporario en Israel comer de lo que muriera de por sí pero a los israelitas no se les permitía hacerlo? Pág. 126, §8.