Preguntas de los lectores
● ¿Qué actitud deberían adoptar los hijos de padres cristianos dedicados respecto a las actividades artísticas de los días festivos en su escuela? ¿Qué hay del programa de Navidad con su cantar de villancicos? ¿Qué de las celebraciones de cumpleaños en la sala de clase?—M. C., EE. UU.
Durante la temporada de los días festivos puede que se requiera de todos los estudiantes que coloreen o dibujen cuadros relacionados con esa fiesta en particular. Constituye parte de una asignación de clase, y por solo dibujar o colorear los cuadros el estudiante joven no está indicando que él conmemora la fiesta o que la considera como de importancia alguna. Solamente está cumpliendo con una asignación escolar, y su destreza está siendo probada y entrenada. Por tanto, ya que se trata de destreza y de una asignación de la sala de clase, el hijo de padres dedicados puede cumplir tal asignación.
Sin embargo, el tomar parte en funciones o celebraciones de días de fiesta, que no son docentes sino principalmente recreativas, es otra cosa. Tales días festivos como el día de Todos los Santos, el día de acción de gracias, la Navidad, año nuevo, el día de San Valentín y la Pascua florida tienen sus raíces en el paganismo. Los escritores de las Escrituras Cristianas Griegas no mencionan ninguna celebración de esta clase. Respecto a ellas las palabras del apóstol Pablo aplican: “Yo digo que las cosas que las naciones sacrifican las sacrifican a demonios, y no a Dios, y no quiero que ustedes lleguen a ser participantes con los demonios. No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios. O ¿‘estamos incitando a Jehová a celos’? Nosotros no somos más fuertes que él, ¿verdad?” “¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? O ¿qué parte tiene una persona fiel con un incrédulo? Y ¿qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos?”—1 Cor. 10:20-22; 2 Cor. 6:15, 16.
En cuanto a celebraciones de cumpleaños. Es verdaderamente singular, por lo menos, que a pesar de que tenemos el registro de la celebración de cumpleaños allá en el tiempo del antiguo Egipto, no sepamos el día del nacimiento de Jesús ni el de ninguno de sus apóstoles. Claramente, la implicación es que Jehová Dios no quiere que celebremos ninguno de estos cumpleaños, de otro modo hubiese hecho que fueran registrados. En su Palabra se mencionan solamente dos celebraciones de cumpleaños, ambos de reyes impíos, y en cada caso aconteció una ejecución: la del jefe de los panaderos de Faraón y la de Juan el Bautista. (Gén. 40:20-22; Mat. 14:6-10) Aun los judíos en esos días “consideraban la celebración de cumpleaños como parte de la adoración idólatra,” y eso, sin duda, “debido a los ritos idolátricos con los cuales se celebraban para rendir homenaje a los que se consideraban como dioses patronos del día en el cual hubiese nacido el individuo.”—Cyclopædia de McClintock y Strong.
Los hijos de padres cristianos dedicados por lo tanto no deberían participar en la celebración de tales fiestas o cumpleaños. Esto incluiría los días festivos nacionales así como también los que fueran en parte o totalmente de origen pagano. Los niños mismos pueden presentar estos hechos a sus profesores; al dar testimonio de esta manera manifiestan que tienen convicciones cristianas firmes a pesar de que tengan pocos años. Pero si los niños no pueden hacerlo apropiadamente, entonces, sin falta, uno de sus padres debería hacer arreglos para que sean excusados a base del principio de la conciencia y de la libertad de adoración.—Sal. 8:2; Pro. 22:6.
● Si mi hermano carnal, que está expulsado, y su familia vienen a visitarme desde otro pueblo, ¿puedo invitarlos a entrar y hasta permitirles pasar toda la noche en mi casa si se hace necesario? —E. T., EE. UU.
La expulsión de un miembro que sea pariente de uno no cancela el lazo natural de carne y sangre. Por ejemplo, la expulsión en sí misma no rompería el lazo matrimonial. Por eso, si un hermano carnal que está expulsado visita con su familia a base del enlace de familia y no a base de unidad cristiana, entonces uno tendría el derecho de recibirlo cortésmente debido a esa base terrestre y natural, no, por supuesto, para tener asociación espiritual con él y tratarlo como miembro de la congregación, sino simplemente para considerar cosas que tuvieran que ver con la relación familiar y otros asuntos mundanos.
Es preciso que uno sea razonable en este asunto, y si el pariente fuera de otro pueblo y no le fuera posible volver a casa esa noche y por eso necesitara alojamiento para la noche, no sería incorrecto extenderle la cortesía de dejarlo quedarse toda la noche, simplemente porque este pariente y los que lo acompañan están unidos a uno por lazos de sangre y carne, aunque no por lazos espirituales.
Naturalmente, no sería bueno estimular asociación frecuente simplemente porque existe este enlace familiar. El hacerlo impediría el que uno cumpliera con sus obligaciones al Señor Dios y pudiera perjudicarle su salud espiritual e integridad. El principio tras lo que se menciona en Mateo 12:47-50 debe tenerse presente. Cuando alguien le dijo a Jesús: “¡Mire! su madre y sus hermanos están afuera tratando de hablar con usted,” él contestó: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? . . . cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”