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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1961
w61 1/6 págs. 325-328

¿Debe usted bautizar a su bebé?

¿Quita los pecados el bautismo? ¿Por qué se bautizó Jesús?

TODO aquel que haya pensado alguna vez en su propio bautismo o en el de su hijo debería estar vitalmente interesado en esta pregunta. No hay duda de que el bautismo es un requisito para los cristianos. Jesucristo mismo se bautizó en el río Jordán. Pero, ¿cuál es el punto de vista de la Biblia respecto al bautismo de infantes, lo cual generalmente se efectúa mediante unas cuantas gotas de agua? Cuando un infante no bautizado muere, ¿sufre en un mundo del más allá en lo que se ha llamado “perdición”? ¿Hay esperanza para infantes no bautizados que mueren?

No se sabe exactamente cuándo comenzó el bautismo de infantes, pero definitivamente fue después de la muerte de los apóstoles de Jesucristo que la práctica apareció. Explica The Enciclopædia Britannica: “Todo el período primitivo conoce el bautismo solamente para adultos, quienes por resolución propia se unen a la comunidad cristiana. El bautismo de infantes aparece esporádicamente hacia fines del segundo siglo y se practicó también durante los siglos subsiguientes, pero únicamente como excepción.”—Tomo 3, página 84.

Esta misma autoridad manifiesta que fue casi cuatrocientos años después del tiempo de Jesucristo que el bautismo de infantes vino a tener considerable prominencia, debido en gran parte a la influencia de Agustín: “El teórico del bautismo que ha sido más influyente para épocas siguientes es S. Agustín.” ¿Qué creía él? “Los infantes que mueren sin ser bautizados son excluidos del Reino del cielo a consecuencia del pecado original, y viven en el mundo del más allá en alguna forma de perdición, aunque sea de la clase más moderada. El bautismo tiene efecto en el pecado original, en el sentido de que quita de éste su característica de culpa.”

Pero, ¿qué hay de la opinión de que el bautismo de infantes es de origen apostólico? El historiador religioso Neander escribe acerca de los cristianos del primer siglo: “La fe y el bautismo siempre estaban asociados la una con el otro; y por lo tanto es del sumo grado probable que el bautismo se efectuaba solamente en los casos en que ambos podían coincidir, y que la práctica del bautismo de infantes fuera desconocida en este período.... Que no fue sino hasta en un período tan avanzado como (al menos ciertamente no antes de) el de Ireneo, que aparece una leve evidencia de bautismo de infantes, y el que éste viniera a reconocerse como tradición apostólica por la primera vez en el transcurso del tercer siglo, constituye evidencia en contra más bien que a favor de la admisión de origen apostólico.”—Planting and Training of the Christian Church.

NINGÚN PRECEDENTE BÍBLICO

Además, el abad Julio Corblet, historiador del bautismo, escribe: “En breve, no hallamos en las Escrituras ningún hecho en particular, ningún pasaje preciso que demuestre fuera de duda que se bautizaba a infantes en tiempos apostólicos.”a

De estos varios hechos históricos tenemos que sacar la siguiente conclusión: Que el bautizar a infantes no era práctica de los cristianos primitivos. ¿Qué, entonces, condujo a la práctica? Principalmente es la creencia de que el bautismo es un sacramento que resulta en que se quiten pecados.

¿No habla la Biblia acerca del bautismo para el perdón de pecados? Sí, tanto respecto al bautismo llevado a cabo por Juan el Bautista como al que se efectuaba en el nombre de Jesucristo. Primero, examinemos el bautismo de Juan. Juan bautizaba a “los que se arrepentían para el perdón de pecados.... fueron bautizados por él en el río Jordán, abiertamente confesando sus pecados.” (Mar. 1:4, 5) Esto no significa que el bautismo mismo quitaba pecados. Así como muestra Hechos 19:4, según varias traducciones modernas: “Juan bautizó con el bautismo de los que se arrepentían.” “El bautismo de Juan fue un bautismo en señal de arrepentimiento.” (UTA) “Juan bautizó con un bautismo que era una expresión de arrepentimiento.” (Williams) El bautismo de Juan, entonces, era señal o símbolo de que el judío natural se había arrepentido de pecados contra el pacto de la ley. Así que el bautismo de Juan preparaba a esas personas arrepentidas para el Mesías. El bautismo de Juan, además, no era por aspersión sino por inmersión en agua: “Juan también estaba bautizando en Enón cerca de Salim, porque allí había una gran cantidad de agua.” (Juan 3:23) El arrepentirse de pecados exigía el que se tuviera suficiente edad para entender el arrepentimiento. Debido a eso Juan no bautizó a infantes.

¿Cambiaron las cosas con la institución del bautismo cristiano, de modo que los infantes debiesen ser bautizados? Para contestar esa pregunta tenemos que preguntar: ¿Cómo se bautizó Jesús? ¿Por qué se bautizó Jesús?

SÍMBOLO DE DEDICACIÓN

El Hijo de Dios se acercó a Juan el Bautista y, para sorpresa de Juan, le pidió que lo bautizara. Juan no entendía por qué Jesús debiera ser bautizado y dijo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por usted, ¿y usted viene a mí?” (Mat. 3:14) Jesús permaneció firme en su solicitud y Juan obedeció, sumergiendo a Jesús bajo el agua como había estado sumergiendo a otros. Jesús no fue meramente rociado sino que fue metido en el agua: “Jesús subió inmediatamente del agua.”—Mat. 3:16.

¿Por qué se hizo bautizar Jesús? No pudo haber sido para la remoción de pecados ni para señal de que se había arrepentido de pecados, porque él era “sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores.” Y “él no cometió pecado, ni engaño se halló en su boca.” ¡Hombre perfecto—sin embargo Jesús se bautizó!—Heb. 7:26; 1 Ped. 2:22.

El hombre inmaculado Jesús se hizo bautizar porque era su deseo hacer la voluntad de su Padre. Explicando esto, el apóstol Pablo aplica el Salmo 40:6-8 a Jesucristo: “¡Mira! yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.” (Heb. 10:4-7) Jesús fue bautizado porque él quería simbolizar su dedicación para hacer la voluntad de Jehová; y él probó que había hecho esta dedicación por medio de volver las espaldas a la carpintería y emprender el ministerio. Jesús hizo esta dedicación como hombre completamente desarrollado: Jesús también fue bautizado.... Además, Jesús mismo, cuando comenzó su obra, era como de treinta años.”—Luc. 3:21, 23.

El bautismo cristiano hoy día debería efectuarse en imitación del ejemplo que puso Jesucristo. Por lo tanto el significado del bautismo de Jesús se adhiere al bautismo de sus seguidores hoy. El bautismo del cristiano sirve como símbolo de que uno ha dedicado su vida a Dios y que ha hecho un voto, como Jesús: ‘He venido para hacer tu voluntad, oh Dios.’

Los que creen que el bautismo en agua lava o quita pecados citan a menudo Hechos 2:38 como apoyo. Este versículo contiene las palabras del apóstol Pedro: “Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes sea bautizado en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados.” Aquí Pedro, en el Pentecostés, hablaba a los que habían pecado contra Jesús. ¿Cómo podían ellos conseguir perdón? Era menester que se arrepintieran y aceptaran a Jesús y su sangre limpiadora y manifestaran esto por medio de ser bautizados en el nombre de Jesús. No que el agua bautismal misma los lavara o limpiara de pecados; si ese fuera el caso hubieran tenido que ser rebautizados después de cada pecado nuevo. Empero como Hechos 22:16 explica: “Y ahora ¿por qué te demoras? Levántate, bautízate y lava tus pecados por medio de invocar el nombre de él.” ¿Cómo se lavan los pecados? No mediante el agua misma sino por medio de “invocar el nombre de él.”

De manera que el bautismo en agua es para los cristianos un símbolo de haberse arrepentido de sus pecados y de haber aceptado a Jesús y de haber dedicado uno su vida para hacer la voluntad de Jehová fielmente, como Jesús lo hizo.

HAY QUE TENER FE Y CONOCIMIENTO

El mandato dado por Jesús fue: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado.”—Mat. 28:19, 20.

¿Incluía a infantes la expresión “gente de todas las naciones”? Manifiestamente no, ¡porque eso hubiera cambiado el significado del bautismo que Jesús instituyó! Los bebés no pueden hacer una dedicación personal a Dios, basada en fe y conocimiento. Además, el bautismo no es lo que remueve los pecados de uno. El apóstol escribió: “A menos que se derrame sangre, ningún perdón se efectúa.” (Heb. 9:22) El sacrificio rescatador de Cristo y el arrepentimiento y aceptación de ese rescate por parte del cristiano, probado por el nuevo derrotero de éste en la vida, es lo que hace que el perdón sea posible. Además, el apóstol explica: “Porque ‘cualquiera que invoque el nombre de Jehová será salvo’. Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto su fe? ¿Cómo, en cambio, pondrán su fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, en cambio, oirán sin alguien que predique?” (Rom. 10:13,14) No, la “gente de todas las naciones” que había de ser bautizada no incluía a bebés; éstos tenían que desarrollarse primero para que pudieran entender el valor del sacrificio rescatador de Jesús y poner su fe en él, después de oír acerca del Mesías.

Uno de los motivos por el entendimiento erróneo acerca del bautismo cristiano es la creencia de que el “agua” de la cual Jesús habló en Juan 3:5 es el agua del bautismo. Dijo Jesús “A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Los que siguen leyendo pueden ver que esta agua no es el agua del bautismo. Esta agua se menciona en Juan 4:14 y también en Apocalipsis 22:1, 17 como “agua de vida” y “agua de la vida.” En cada uno de estos casos no es el agua del bautismo sino es algo que uno ha de beber simbólicamente. En vez de ser el agua del bautismo es el agua de la verdad, el conocimiento refrescante, dador de vida y limpiador de la Palabra de Dios. Esta agua de verdad transforma la disposición de uno y abre el camino a la vida eterna.

Por más que busque usted en las Sagradas Escrituras, ¡jamás hallará ni un solo ejemplo del bautismo de un bebé recién nacido! Los apoyadores del bautismo de bebés tratan de defender la doctrina diciendo que familias enteras aceptaron el cristianismo en los días de los apóstoles y fueron bautizadas. Pero si estas familias incluían a bebés pequeños, los apóstoles no lo dijeron—a pesar de la excelente oportunidad que esto les hubiera dado para recalcar la importancia de tal doctrina.

HIJOS SANTOS SIN BAUTISMO

¿Pero qué hay si un bebé muere antes de poder desarrollarse y aprender acerca del camino de Dios a la salvación? Al contestar esta pregunta, las Escrituras destacan una razón notable por la cual no es necesario el bautismo de bebés: Dios considera al bebé como “santo” a causa de tener éste padres creyentes, cristianos. ¿Qué si solamente uno de los padres es creyente? El apóstol Pablo declara: “El esposo incrédulo es santificado en relación con su esposa, y la esposa incrédula es santificada en relación con el hermano; de otra manera, sus hijos en verdad serían inmundos, pero ahora son santos.” (1 Cor. 7:14) De modo que los bebés son hechos “santos” a los ojos de Dios, no por medio de una ceremonia de rociadura, sino por medio de tener un padre o madre creyente.

En vez de preocuparse acerca de bautizar a su bebé, los padres cristianos harán caso del consejo de las Escrituras inspiradas y criarán a su hijo “en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” (Efe. 6:4) Enseñe al niño la voluntad y los mandamientos de Jehová Dios. Haga como dice el proverbio inspirado: “Educa al muchacho según el camino que es para él; aun cuando llegue a viejo no se apartara de él.” (Pro. 22:6) Si los padres han sido diligentes en enseñar a sus hijos la verdad de Dios, entonces cuando éstos crezcan podrán hacer una decisión personal de dedicar su vida a Dios. Después de haber hecho esta decisión, ellos, en imitación de Jesús, simbolizarán esa dedicación por medio de la inmersión en agua. Mediante el ser fieles a esa dedicación, probarán que son dignos de gozar de la vida eterna en la Tierra, bajo el reino del cielo.

¿Qué si el niño muere antes de tener suficiente edad para hacer una dedicación personal a Dios? Puesto que Dios considera como “santos” a los hijos de padres creyentes, podemos estar seguros de que cualquier hijo de tales padres fieles que muriera sin duda alguna será resucitado de entre los muertos. Los padres que obedecen y siguen el ejemplo de Jesús nunca van por mal camino. Aun el malhechor que fue ejecutado en el madero de tormento al lado de Jesús recibió la promesa de una resurrección y de la oportunidad de conseguir la vida eterna en el justo nuevo mundo. “Usted estará conmigo en el Paraíso,” dijo Jesús. (Luc. 23:43) Si este malhechor, persona no bautizada hasta ese momento, estará en el paraíso cuando éste se haya restaurado en la Tierra, entonces ciertamente los hijos de padres creyentes que siguen el ejemplo de Jesús, en vez de hacer que éstos sean bautizados como bebés, gozarán de una bendición parecida.

Para los cristianos verdaderos las palabras y el ejemplo de Jesucristo son de mucha más autoridad que las tradiciones de los hombres. Los cristianos verdaderos siguen estrechamente el ejemplo de Cristo. Ven de un estudio de las Sagradas Escrituras evidencia incontrastable de que (1) ningún bebé jamás fue bautizado por los cristianos del primer siglo; (2) que el bautismo cristiano no es para lavar pecados sino que es un símbolo de una dedicación personal a Dios, y (3) que los hijos de padres creyentes, sin ser bautizados, son considerados por Dios como “santos.”

Los bebés, entonces, no necesitan y no deberían ser bautizados. El bautismo es una ceremonia que marca una promesa personal, promesa que ningún otro puede hacer para usted y que ciertamente no puede hacer para sí mismo un bebé de pecho. La doctrina bíblica de bautismo en agua, y por lo tanto también el único bautismo en agua que Dios realmente acepta, permanecen idénticos hoy a lo que fueron cuando Jesús los comenzó.

[Nota]

a Histoire dogmatique, liturgique et archéologique du sacrement de baptême, Tomo 1, pág. 380.

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