Aprecio por la Traducción del Nuevo Mundo
EN UN MOTEL
Un ministro precursor de Colorado, EE. UU., escribe: “Acompañé a una hermana a una visita a gente que tenía un motel u hotel para motoristas. Mientras yo usaba mi Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, el caballero le prestó atención y preguntó por qué era más clara que su Biblia. De modo que se lo expliqué. Él dijo: ‘Quiero una, y, a propósito, quiero una para cada habitación del motel. ¿Cuánto cuestan?’ Le dije que un dólar. Él dijo: ‘Tráigame una caja.’”
ESPERANDO EL ÓMNIBUS
Una hermana precursora de Luisiana entabló una conversación con una señora mientras esperaban un ómnibus. “Le dije que yo solía visitar los hogares de la gente diariamente alentándola a leer con mayor frecuencia la Biblia, porque la Biblia es nuestra Guía. Ella dijo que no la leía mucho porque las palabras eran demasiado difíciles de entender. Le dije que yo tenía una traducción al inglés moderno. Subimos al ómnibus y nos sentamos juntas y consideré con ella el sermón. Luego leí unos versículos en los que se usa la palabra caridad, tales como 1 Corintios 13:1, en la Versión del Rey Jaime. Le pregunté qué significado atribuía ella a esa palabra. Ella habló de donaciones. Le mostré de la Traducción del Nuevo Mundo que la palabra realmente quería decir amor. Me preguntó cuánto costaba la Biblia. Le dije que un dólar. Ella dio su nombre y dirección para que yo pudiera entregársela en su domicilio. A otra persona le enseñé la ‘Tabla de los libros de la Biblia,’ en la que se puede aprender quién escribió cada libro, cuándo y dónde. Se quedó con un ejemplar. Así, por medio de usar las varias sugerencias de la Sociedad, coloqué diecisiete Biblias.”