Sea fuerte, ¡como Sansón!

¿YO, SER fuerte como Sansón? ¿Cómo puede ser eso? bien pudiera usted preguntar. ¡Pues, Sansón fue el hombre más fuerte que se menciona en la Biblia! En realidad, su nombre ha llegado a ser sinónimo de la fuerza.

Es verdad, la fuerza de Sansón o Samsón ha llegado a ser proverbial, y eso no sin buenos motivos. Una vez mató un león con solamente las manos. En otra ocasión mató a mil hombres, sí, a mil hombres, y eso con tan solo la quijada de un asno como arma. También, se llevó las puertas de la ciudad de Gaza y las depositó sobre una colina a muchos kilómetros de distancia. Y para mencionar una más de sus hazañas—la más notable de todas—él derribó las dos columnas que sostenían un templo pagano. En el derrumbamiento resultante, que le quitó la vida a él también, unos tres mil enemigos paganos perdieron la vida, de modo que Sansón mató a más enemigos al tiempo de su muerte que los que mató durante toda su vida.—Capítulos 13 al 16 de Jueces.

Por supuesto, si ciertos críticos modernos tuvieran razón, nadie querría ser fuerte como Sansón. Estos quisieran hacernos creer que el registro acerca de Sansón no es sino una compilación de cuentos tradicionales exagerados y que un Sansón “netamente indisciplinado” temerariamente “se imponía,” de la misma manera en que dictadores totalitarios modernos abusan de su poder. Empero no es así. Sansón está alistado, en Hebreos 11:32-34, con otros hombres de la antigüedad quienes por medio de la fe se probaron valientes, y su uso de la fuerza está de acuerdo con la declaración profética que se halla en Jueces 13:5, de que él comenzaría a librar a su pueblo Israel de la mano de los filisteos.

La nación de Sansón, Israel, estaba ocupada por paganos odiosos opresivos de manera muy parecida a como en tiempos modernos ciertos países están ocupados por potencias totalitarias despiadadas. Pudiera decirse que Sansón fue un ejército de un solo hombre comisionado por su Dios Jehová para ablandar la ocupación filistea de la Tierra Prometida antes de que los filisteos fueran expulsados bajo el profeta Samuel y el rey David. Esto es lo que deberíamos esperar en vista del hecho de que el mismísimo nacimiento de Sansón se debió a intervención divina, pues la madre de éste había sido estéril por mucho tiempo. Esto también está de acuerdo con el hecho de que Sansón no solo se distinguió en proezas guerreras sino que también juzgó o gobernó a Israel por veinte años.—Jue. 13:2; 16:31.

¿Cómo puede usted ser fuerte como Sansón? No en fuerza física, sino en fuerza espiritual, porque eso es lo que importa hoy en día. Recuerde, Sansón recibió su fuerza de Dios y usted también puede. Sansón estuvo dedicado a Dios desde el día de su nacimiento; era nazareo, apartado para el servicio de Dios. Para que pudiera llevar a cabo la obra que Dios tenía para él se le dotó de fuerza especial.—Jue. 13:3-5.

Si usted quisiera ser fuerte como Sansón, entonces tendría que dedicarse a Dios para hacer su servicio. Obviamente, antes de poder hacerlo inteligentemente usted tendría que primero adquirir conocimiento acerca de Jehová Dios, de sus propósitos y de su voluntad para usted. También tendría que poner su vida en armonía con los justos requisitos de Dios para que su dedicación pudiera ser acepta a Dios. Tal como el espíritu de Dios le dio poder a Sansón para que llevara a cabo la obra que Dios tuvo para él, así Dios hoy en día da su espíritu santo a los que se dedican a él para hacer su voluntad de modo que puedan llevar a cabo esa voluntad. Como leemos: “No por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu.” Para recibir ese espíritu, sin embargo, tenemos que también orar por él, tal como lo manifestó Jesús.—Zac. 4:6; Luc. 11:13.

Jehová Dios, sin embargo, no imparte su espíritu hoy día aparte de su Palabra ni aparte de la asociación con su pueblo organizado. Por lo tanto, para llegar a ser espiritualmente fuerte es preciso que uno, además de orar por el espíritu de Dios, se alimente continuamente de la Palabra de Dios y se asocie con su pueblo.—Mat. 4:4; Heb. 10:23-25.

Por medio de seguir estos principios bíblicos usted llegará a ser espiritualmente fuerte, no con el propósito de que haga exhibición de su fuerza, sino para que sea luchador valiente en guerra espiritual. Como el apóstol Pablo declara: “Las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios para trastornar cosas fuertemente atrincheradas.” Entonces, como él, usted podrá decir: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.”—2 Cor. 10:4; Fili. 4:13.

Usted puede esperar confiadamente que esto sea verdad en su caso, porque los testigos cristianos de Jehová están mostrando diariamente que son fuertes como Sansón. Están haciendo esto particularmente en tres respectos: Han ajustado su vida en armonía con los justos requisitos de Dios. Están dando un gran testimonio en toda la Tierra acerca del nombre y reino de Dios, y eso hasta en países totalitarios donde tienen que trabajar clandestinamente. Y siguen reteniendo firmemente su integridad a pesar de todos los esfuerzos de sus perseguidores totalitarios por “lavarles el cerebro.” Por medio de desenmascarar falsas enseñanzas y prácticas religiosas han hecho estragos, por decirlo así, entre los filisteos modernos, haciendo que clamen en angustia, como lo hicieron los filisteos antiguos. Un incidente que ilustra esto ocurrió hace aproximadamente un año en Eire. Allí el People’s Press de Donegal se quejó de que su ciudad había “sido invadida una vez más por una plaga de insectos nocivos. . . . Un ejército de hombres y mujeres, algunos de ellos andando en derredor en motonetas, haciendo visitas de casa en casa en el pueblo y en el campo, dejando sus revistas gratuitas, . . . las cuales critican la doctrina de nuestra santa religión.” Este “ejército” en particular de hombres y mujeres ¡constaba de dos ministras!

En todo esto, sin embargo, no podemos pasar por alto el hecho de que la vida de Sansón también contiene una advertencia a todos los que están dedicados a servir a Dios. Debido a asociación imprudente él perdió su fuerza por un tiempo y llegó a estar en esclavitud a sus enemigos. Por lo tanto, “no sean engañados. Las malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas.” Guárdese del llegar a estar en esclavitud por medio de un proyecto comercial, el casarse con una persona que no cree o la relación ilícita. Sí, sea fuerte como Sansón, pero ¡al mismo tiempo esté alerta!—1 Cor. 15:33.