Preguntas de los lectores
● ¿Hemos de entender por lo que dice Génesis 8:22 que en el nuevo mundo existirán las estaciones del año como las conocemos hoy, con sus condiciones extremadas?—E. E., EE. UU.
En su corazón Jehová dijo, como se registra en Génesis 8:22: “Por todos los días que continúe la tierra, siembra y cosecha, y frío y calor, y verano e invierno, y día y noche, jamás cesarán.” Hace algunos años un inquiridor presentó un problema conectado con esto, al decir:
“Mi pregunta es como se declara en Génesis 8:22. Mientras la Tierra dure habrá invierno. Ahora bien, sabemos que la temporada del invierno produce molestia. Las calles llegan a estar cubiertas de nieve y hielo, los automóviles patinan, se producen accidentes, la gente cae en el hielo resbaloso, se moja los pies, pesca resfriados, y ciertamente el invierno no es cómodo. ¿Se consideraría eso en algún sentido como estar viviendo en condiciones perfectas? El tener que batallar con eso no sería como estar viviendo en el paraíso. ¿No es cierto?”
Ahora bien, es cosa fácil de entender el que alguien piense así en este asunto. Sin embargo, aun hoy, ¿es siempre la estación del invierno así de mala? Depende del punto de vista de uno. ¡Es emocionante observar los copos de nieve cayendo! Silenciosamente las colinas, los árboles, los campos—sí, y hasta las calles de las ciudades—se cubren con una sábana blanda y blanca de nieve. En realidad, ¡es un gozo observar esto! Muchos ven la belleza de la estación en sus alrededores, si viven en secciones de la Tierra en que se produce este espectáculo. Por supuesto, deben equipar apropiadamente su automóvil para manejar en esas condiciones, o quizás no los usen cuando las carreteras están resbalosas. Las personas que se visten apropiadamente no se sienten incómodas, ni resultan tener los pies mojados. La imperfección humana sí desempeña su papel en cualquier tiempo del año, y por lo tanto, en hielo y nieve, algunos quizás se caigan u otros pesquen un resfriado. Pero aun hoy en medio de las condiciones actuales el invierno, en las regiones en que engalana el terreno con blancura nívea, puede ser un tiempo del año hermoso y placentero. Hay, por supuesto, muchos lugares en la Tierra en que no hay nieve ni hielo durante la temporada del invierno, con las condiciones que éstos producen.
La declaración de Génesis 8:22, por supuesto, debe tomarse junto con otras promesas concernientes a las condiciones perfectas que han de existir bajo el reino de Dios. Lo que Jehová quiso decir en Génesis 8:22 fue que la condición de clima igualado que existía por toda la Tierra antes del Diluvio no existiría más. ¿Por qué? Porque el gran dosel de agua que era responsable por tal condición había caído, con el resultado de las estaciones como se describen en Génesis 8:22. No obstante, tal como Dios produjo súbitos cambios revolucionarios en las condiciones de vida en la Tierra por el diluvio del día de Noé, de modo que ahora hay extremos de calor y frío, así en el Armagedón y con la inauguración de su reino mesiánico puede producir cambios rápidos que mejoren cualesquier condiciones duras del invierno o aspectos desagradables de otras estaciones.
¿Se logrará esto por una restauración del dosel de agua? ¿Lo suspenderá de nuevo el Creador en el espacio para producir una condición de invernadero en la Tierra de modo que de nuevo haya una temperatura uniforme alrededor del globo terráqueo? La Biblia no dice que eso se hará, mientras que la formación del dosel acuoso antediluviano fue parte de la obra creativa de Dios en uno de sus días de trabajo antes de que empezara su séptimo día cesando de aquellas obras creativas para la Tierra. Todavía quedan mil o más años de su día de descanso. Es suficiente decir que Jehová Dios, quien ya sabe lo que hará, se encargará perfectamente de los asuntos. Producirá las condiciones más deseables y agradables por medio de su Rey Jesucristo. Este cambio, que eliminará las condiciones estacionales desagradables, armonizará con la restauración del paraíso por Dios y su remoción de la muerte, el dolor, la aflicción, la enfermedad y el llanto.—Rev. 21:4; Deu. 32:4.
● En la página 49 del libro “Santificado sea tu nombre” aparece la declaración: “Mientras Enoc estaba en un éxtasis tuvo una visión del nuevo mundo venidero en el cual la ‘muerte no será más,’ y durante esa visión Dios acortó la vida de Enoc y llevó su cuerpo muerto adonde enemigos religiosos no pudieran hallarlo.” ¿Cuál es la base bíblica para esta declaración?— M. Y., EE. UU.
Enoc fue un proclamador denodado de los juicios de Jehová contra los hombres impíos de su día. “Sí, también profetizó respecto de ellos Enoc, el séptimo hombre en línea desde Adán, cuando dijo: ‘¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos, y para probar la culpabilidad de todos los impíos respecto de todos sus hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron contra él.’” (Jud. 14, 15) Los que hablan contra Dios también odian a sus siervos y los persiguen. Puesto que estas personas impías quedan manifiestas como condenadas por la proclamación de los juicios de Jehová, entonces tratan de echar mano a los que proclaman estos juicios para librarse de ellos. Tal persecución no fue algo que llegara a existir solo en tiempos más tardíos. Según Jesús, comenzó en los días de Abel, el hijo de Adán. (Mat. 23:34, 35) Pero en el caso de Enoc, Jehová Dios no permitió que sus enemigos religiosos se libraran de él. Como se declaró en Génesis 5:24: “Enoc siguió andando con el Dios verdadero. Luego no fue más, porque Dios lo tomó.” Aparentemente hasta no se pudo hallar en ningún lugar su cuerpo; no fue dejado para que abusaran de él sus enemigos religiosos. “Dios lo tomó.” Parece que en su caso Dios dispuso de su cuerpo así como hizo con el cuerpo de Moisés, concerniente al cual cuerpo Miguel tuvo una disputa con Satanás.—Deu. 34:5, 6; Jud. 9.
En cuanto a que la vida de Enoc fuera acortada mientras tenía una visión, esto se basa en las declaraciones de Pablo en Hebreos 11:5, donde dice: “Por fe Enoc fue transferido para que no viese la muerte, y no fue hallado en ningún lugar porque Dios lo había transferido; porque antes de su transferencia tuvo el testimonio de que había agradado bien a Dios.” El hecho de que estas palabras no significan que Enoc fue llevado al cielo, como generalmente se sostiene en la cristiandad, se desprende del siguiente testimonio bíblico:
En Mateo 11:11 se registran las palabras de Jesús de que no se había levantado uno mayor que Juan el Bautista; no obstante, uno de los menores en el reino del cielo sería mayor que Juan, lo cual indica que Juan no estaría en el cielo. Si Juan no estaría en el cielo, entonces ciertamente que no lo estaría Enoc. Además, tenemos las palabras claras de Jesús en Juan 3:13 de que hasta su día era cierto que ‘ningún hombre había ascendido al cielo,’ ni siquiera Enoc. Solo por medio de la muerte de Jesús se abrió un camino nuevo y vivo para llegar al cielo. Jesús ha llegado a ser “el que es primero en todas las cosas,” incluyendo la entrada al cielo.—Col. 1:18; Heb. 10:20.
Más que eso, el apóstol Pablo, en el capítulo 11 de Hebreos, considera a individuos fieles como Enoc, Noé y Abrahán. En los versículos treinta y nueve y cuarenta de este capítulo, Pablo contrasta a los hombres de fe de antes de la congregación cristiana con los que, como él mismo, eran parte de ella: “Y no obstante todos éstos, aunque se dio testimonio de ellos por su fe, no obtuvieron el cumplimiento de la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para nosotros, para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros.” En otras palabras, solo después que los miembros de la congregación cristiana reciban su galardón estos hombres fieles de la antigüedad recibirán el suyo.
Por lo tanto, dado que no podemos concluir que por el ser transferido Enoc se da a entender que fue llevado al cielo, ¿a qué alude esto? Evidentemente en el caso de Enoc la muerte le llegó de manera diferente que al resto de la humanidad, por la cual razón está escrito que “fue transferido para que no viese la muerte.”
La palabra griega en Hebreos 11:5 vertida “transferido” en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas tiene el significado de “transferir,” “transportar” o “cambiar el lugar de.” Parece que la experiencia del apóstol Pablo esclarece este asunto, puesto que fue transferido o arrebatado hasta el tercer cielo; si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no pudo decir. En esta condición alcanzó una visión del futuro paraíso espiritual de la congregación cristiana. (2 Cor. 12:1-4) Aparentemente fue en una condición semejante de arrobamiento o éxtasis espiritual, mientras tenía una visión del paraíso terrestre (Enoc no sabía nada en cuanto a un paraíso espiritual), que Dios se llevó a Enoc o lo puso a dormir. No vio la muerte en el sentido de que no vio que su propia muerte se acercaba, y por lo tanto Enoc no sufrió las angustias de la muerte. En su caso la resurrección significará una transición de su visión a la realidad de la vida del nuevo mundo que tuvo el privilegio de ver.