Preguntas de los lectores
● ¿Es correcto decir que los testigos de Jehová hacen una obra de conversión o una obra de proselitismo?
Conforme al Webster’s Third New International Dictionary convertir es “persuadir (a una persona o grupo) a aceptar una creencia, punto de vista, derrotero, partido, o principio particular, a menudo de una posición sostenida previamente” o “efectuar una conversión espiritual en (como una conversión religiosa en una persona o grupo).” Al prosélito se le define como “uno que ha sido convertido de una fe religiosa a otra.” Por consiguiente, hacer prosélitos es “convertir de una religión, creencia, opinión, o partido a otro.” Un proselitista es por lo tanto “el que hace o trata de hacer prosélitos.”
En tiempos bíblicos, algunos extranjeros llegaron a ser conversos de la religión de los judíos. Se hizo referencia a ellos en las Escrituras Griegas Cristianas con la palabra griega prosélytos, que significa “la persona que se ha pasado al judaísmo, un converso, prosélito.” (A Greek-English Lexicon, por Liddell, Scott y Drisler, 1849, página 1272) Las Escrituras y Jesús mismo llamaron a tales individuos prosélitos, aunque esta voz no se aplica en las Escrituras Griegas a los conversos al cristianismo. (Vea Mateo 23:15; Hechos 2:10; 6:5; 13:43.) No obstante, conforme al uso del diccionario moderno, se puede decir que un individuo que cambia de alguna otra religión al cristianismo es un converso o prosélito.
La palabra griega para “converso” es strefo, que significa “volver.” Se vierte “vuelvan” en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en Mateo 18:3, donde Jesús dijo: “A menos que se vuelvan y lleguen a ser como niñitos, de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos.” Una palabra relacionada, epistrefo, que significa “volverse” o “volverse contra” se usa en Santiago 5:20, donde se dice: “Sepan que el que hace volver a un pecador del error de su camino, salvará su alma de la muerte y cubrirá una multitud de pecados.” El nombre griego epistrofé, que es análogo a epistrefo, significa “un volverse, o vuelta, conversión” y se usó en Hechos 15:3. En Hechos 15:1-3 Lucas no trató de evitar el indicar que los cristianos primitivos hacían conversos. No, sino que después de decir que a Pablo, Bernabé y otros se les envió a preguntar a los apóstoles y hombres de mayor edad en Jerusalén concerniente a la circuncisión, explicó que durante su viaje “estos hombres continuaron su camino a través de Fenicia y también de Samaria, contando en detalle la conversión de la gente de las naciones.” Por eso, cuando las personas en ese tiempo abrazaban el cristianismo, eran convertidas.—Vea An Expository Dictionary of New Testament Words, W. E. Vine, páginas 238, 239.
Jesús dijo a sus seguidores: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) ¿No habían de hacer obra de proselitismo, hacer discípulos? Verdaderamente que sí, y los seguidores del día moderno de Cristo hacen la misma cosa. Si el convertir a paganos de la adoración falsa al judaísmo era hacer prosélitos de ellos, entonces, también, el convertir paganos al cristianismo significa hacer prosélitos de ellos. Por supuesto, ellos no usan fuerza ni métodos anticristianos en su obra de predicación. No se usa coerción para efectuar la conversión. En vez de eso, hoy en día los testigos cristianos de Jehová enseñan verdades bíblicas. Los de corazón justo responden a la verdad. No es la fuerza personal del ministro la que cambia a la persona, porque Cristo dijo: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga.” (Juan 6:44) Es la verdad de la Palabra de Dios, como la predican los testigos de Jehová, la que liberta a las personas de la esclavitud religiosa. (Juan 8:32) Los que oyen el mensaje de la verdad tienen que decidir individualmente si lo aceptan o lo rechazan. De terminan si se volverán, si harán un cambio en la vida, para cesar de amoldarse a este sistema de cosas y llegar a ser conversos del cristianismo verdadero.—Rom. 12:2.
Pero los testigos de Jehová están efectuando un trabajo de proselitismo, un trabajo de conversión, exactamente como el de los cristianos primitivos. Debido a su ministerio, centenares de miles de personas han abandonado a Babilonia la Grande. Y gozosamente esperamos el futuro, porque todavía queda algún tiempo para que otros presten atención a la exhortación: “Sálganse de ella, pueblo mío.”—Rev. 18:4.
● En la Versión del Rey Jaime de la Biblia, en inglés, Mateo 28:9 habla de las mujeres que se encontraron con Jesús después de su resurrección. Esta dice: “Y al partir para contarlo a los discípulos, mire, Jesús las encontró, diciendo: Saludos. Y ellas vinieron y lo asieron por los pies, y lo adoraron.” ¿No es ésta una clara contradicción de la enseñanza de los testigos de Jehová de que no se ha de adorar a Jesús?
A los trinitarios que creen que Jesús es Dios, o por lo menos la segunda persona del Dios trino y uno, no les gusta que los testigos de Jehová digan que no es bíblico que los adoradores del Dios vivo y verdadero rindan adoración al Hijo de Dios, Jesucristo. Para los trinitarios eso significa negar adoración a Jehová Dios. Sin embargo, sabemos que cuando Jesús estuvo en el desierto y fue tentado por el Diablo y éste lo invitó a ejecutar un acto de adoración al Diablo para que adquiriera todos los reinos de este mundo de manos del Diablo, Jesús hizo referencia al libro de Deuteronomio y dijo, conforme a la Versión del Rey Jaime: “Vete, Satanás: porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios, y solo a él servirás.” (Mat. 4:10) Por esas palabras Jesús excluyó a sus seguidores de adorarle.
Lo que dice la Versión del Rey Jaime en Mateo 28:9 superficialmente parece una contradicción completa de lo que enseñan los testigos de Jehová, pero, por supuesto, los traductores de la Biblia del Rey Jaime naturalmente querrían apoyar su punto de vista trinitario vertiendo esta palabra griega al inglés como “adoraron.” Sin embargo, es interesante observar cómo La Biblia Completa, Una Traducción Americana por Smith y Goodspeed, en inglés, vierte Mateo 28:9. Dice: “Y Jesús mismo las encontró, y dijo: ‘¡Buenos días!’ Y ellas fueron hasta él y abrazaron sus pies, y se postraron a tierra ante él.” La Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas dice: “Ellas se acercaron y lo asieron de los pies y le rindieron homenaje.” Este postrarse a tierra o rendir homenaje al resucitado Jesús no significa adorarle. Si significara adorarle, entonces a hombres de Dios de tiempos antiguos se les pudiera hallar culpables de adorar a criaturas humanas porque se inclinaron ante ellas, mientras que el ángel al cual se usó para transmitir la Revelación al apóstol Juan lo detuvo cuando éste quería adorar al ángel, y le dijo que adorara solo a Dios.—Rev. 19:10; 22:8.
El verbo griego de Mateo 28:9 que la Versión del Rey Jaime vierte “adoraron” es proskyneo. Este verbo griego aparece en la versión griega de los Setenta de las Escrituras Hebreas. Aparece en la de los Setenta griega al verter ésta Génesis 23:7, donde la Versión del Rey Jaime dice: “Y Abrahán se puso en pie, y se inclinó ante la gente de la tierra, aun ante los hijos de Het.” El libro publicado por Samuel Bagster & Sons, Ltd., de Londres, Inglaterra, e intitulado “The Septuagint Version, the Old Testament With an English Translation,” muestra este verbo griego proskyneo en el texto griego de la de los Setenta, y en vez de decir que Abrahán adoró a la gente de la tierra, aun a los hijos de Het, esta traducción inglesa de la de los Setenta griega dice en Génesis 23:7: “Y Abrán se levantó y rindió homenaje a la gente de la tierra, a los hijos de Chet.”
En consecuencia, el que los trinitarios arguyan que el verter Mateo 28:9 por la Versión del Rey Jaime, o por alguna otra versión trinitaria, prueba que tenemos que adorar a Jesús como miembro de la trinidad, significa que estos trinitarios basan su argumento en un fundamento muy débil. En toda la Versión del Rey Jaime se vierte el verbo griego proskyneo como “adorar,” aun en Revelación 3:9, donde Jesús dice a sus seguidores: “Mirad, haré a los de la sinagoga de Satanás, que dicen que son judíos, y no son, sino que sí mienten; mirad, haré que vengan y adoren ante tus pies, y que sepan que te he amado a ti.” Aquí la Versión del Rey Jaime muestra la debilidad de su traducción, puesto que ni siquiera los trinitarios afirman que otros adorarán a los seguidores de Jesús.
Aunque la Versión del Rey Jaime vierte proskyneo como “adorar” desde el principio hasta el fin, otras traducciones modernas no lo hacen de manera uniforme. Esta variación concuerda con el texto hebreo, porque en hebreo el verbo shahhah es el que se traduce en la de los Setenta griega con el verbo proskyneo y es el verbo hebreo que aparece en Génesis 23:7. En la Versión del Rey Jaime esta palabra hebrea shahhah se traduce en diversos lugares como “inclinarse, hacer reverencia, suplicar humildemente, agacharse, caerse, caer tendido, rendir homenaje, reverenciar y adorar.” Puesto que el verbo griego proskyneo es el equivalente de la palabra hebrea shahhah, la misma cosa se debería hacer tocante a verter proskyneo al inglés para indicar que no siempre significa adoración tal como la que ha de rendirse al Dios Altísimo Jehová mismo, y a nadie más.
Otras traducciones, como Una Traducción Americana, reconocen la necesidad de hacer esto. El Nuevo Testamento en Habla Moderna de Weymouth vierte Mateo 28:9 de esta manera: “Y luego súbitamente vieron a Jesús que venía a encontrarlas. ‘Paz tengan ustedes,’ dijo Él. Y ellas vinieron y abrazaron Sus pies, postrándose a tierra ante Él.” La Nueva Biblia Inglesa, publicada en 1961, lo vierte de esta manera: “De súbito Jesús estaba allí en su senda. Las saludó, y ellas vinieron y abrazaron sus pies, cayendo postradas ante él.” De modo que éstas, así como otras traducciones, muestran que el que la Versión del Rey Jaime vierta proskyneo como “adoraron” no lo hace correcto. Por consiguiente, Mateo 28:9, vertido correctamente, de ninguna manera contradice la enseñanza de los testigos de Jehová de que Jesús no ha de ser adorado, como adoramos solo a Jehová Dios.