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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
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La historia de la Biblia alemana

LA CONFUSION de lenguas en la torre de Babel produjo en el campo del idioma tremendos cambios que no han cesado hasta nuestro día. Todos los idiomas que se usan viven; nuevas palabras se forman continuamente. Solo hay que pensar en las muchas expresiones nuevas que se han introducido en el campo de la tecnología. Algunas palabras también sufren un cambio de significado o son desechadas completamente con el tiempo.

Estos desenvolvimientos y cambios en el campo de los idiomas son grandes obstáculos para una distribución mundial de cualquier libro, puesto que no solo hay que traducir este libro en todos los idiomas sino que, después de que se traduzca, hay que mantener vivo su idioma.

Fue necesario que los que amaban la Palabra de Dios y por lo tanto se interesaban en distribuirla entre todos los pueblos lucharan continuamente contra este obstáculo aparentemente insuperable. Sus esfuerzos no fueron infructuosos. En el campo de la traducción de la Biblia verdaderamente ha habido un logro fenomenal, cuando se considera que hasta el día presente la Biblia se ha traducido totalmente o en parte en más de 1.200 idiomas o dialectos.

LA PRIMERA BIBLIA ALEMANA

El idioma literario alemán, que en la actualidad se habla no solo en Alemania, sino también en Austria y Luxemburgo y en partes de Francia y Suiza, se ha formado de los idiomas que hablaban diferentes tribus germánicas que han vivido en secciones del último imperio alemán. La primera traducción conocida en una lengua alemana es la Biblia gótica de Wulfila, mencionada frecuentemente como la primera traducción bíblica alemana. Probablemente es más correcto hablar de ella como la primera traducción bíblica germánica, puesto que no es a los godos, sino, más bien, a los pueblos germánicos occidentales que hay que considerar como los antepasados del presente populacho de habla alemana.

Wulfila, el traductor de la Biblia gótica, no era teutón él mismo. Sus abuelos vinieron de Asia Menor; de allí guerreros góticos los obligaron a salir como esclavos de su propia patria. De acuerdo con la tradición, Wulfila (en alemán “Lobito”) fue consagrado como obispo de Donaugoten cuando solo tenía veintinueve años de edad. Cuando Wulfila comenzó su trabajo de traducir en 350 E.C. se enfrentó a grandes problemas, ya que la lengua gótica común, la lengua de los guerreros góticos, tenía un vocabulario comparativamente pequeño. Era un idioma que no parecía adecuado para expresar el contenido sumamente lleno de colorido de las Santas Escrituras. Pero Wulfila resultó ser un genio para crear idioma, y tuvo éxito en traducir la Biblia de tal manera que sus compatriotas pudieran entenderla. Además de esto, Wulfila tuvo que inventar sus propias letras antes de poder empezar el trabajo. El alfabeto griego le sirvió de modelo; sin embargo, lo cambió agregando determinadas runas (caracteres germánicos).

La copia mejor conocida y más valiosa de la Biblia gótica de Wulfila es el Codex Argenteus que se halla en la biblioteca de la universidad de Upsala, Suecia, que está escrito en letras de plata y de oro sobre material de color púrpura. De las 330 páginas que se encontraron alrededor del año 1550, solo quedan 187.

LA BIBLIA ALEMANA DURANTE LA EDAD MEDIA

La “cristianización” de Europa después del concilio de Nicea no sobrevino mediante conversiones individuales, sino, más bien, mediante conversiones en masa basadas en la decisión de una entera tribu o la voluntad de un gobernante. “El cristianismo” había llegado a ser la religión estatal en el extenso Imperio Romano, llegando hasta las regiones septentrionales. Esta circunstancia quiso decir que los “cristianos” recién ganados no recibieron instrucción bastante extensa en las Santas Escrituras.

La instrucción de la gente en leer y escribir fue descuidada severamente por las personas responsables. Por esa razón no nos sorprende que aun entre los clérigos prevalecía una gran ignorancia y falta de conocimiento en cuanto a las verdades bíblicas. El Dr. Oscar Paret escribió en su libro The Bible, Its Tradition in Print and Writing (Stuttgart, 1949; página 25): “Lo bajo del nivel en que se hallaba por lo general la educación a principios de la edad media (800) puede verse por el decreto de Carlomagno, a saber, que todo clérigo por lo menos tenía que saber el padrenuestro y el credo de la fe.” La mayoría de los clérigos no tenían una Biblia completa. Adolfo Risch escribió en su libro The German Bible in Its Historical Development (Berlín-Lichterfeld, 1907; página 10): “Aun la gran mayoría de los clérigos aprendía el contenido esencial de la Vulgata solo de extractos y manuales eclesiásticos según los escogía y consideraba la iglesia.” La necesidad de Biblias ni siquiera podía comenzar a atenderse, ya que el duplicarlas mediante el copiarlas progresaba muy laboriosa y lentamente. Además de este factor, la mayor parte de los copistas usaba su tiempo principalmente para copiar la Vulgata latina, obras de los padres de la iglesia y las leyendas “santas.”

Un dato interesante es que la “cristianización” de Alemania aconteció de norte a sur, y eso por misioneros irlando-escoceses y anglosajones. Probablemente solo quede una copia de los textos que usaron, y ésa es el Codex Fuldensis, escrito en latín, que a menudo fue copiado en la edad media y usado frecuentemente para traducciones posteriores en el idioma alemán. Este códice no es el texto bíblico puro que conocemos por las Biblias del día moderno, sino, más bien, una llamada armonía de Evangelios, una historia progresiva de la vida de Jesús que se compuso de los cuatro Evangelios.

LAS PRIMERAS TRADUCCIONES BÍBLICAS ALEMANAS

La mayoría de las primeras traducciones verdaderamente alemanas de material bíblico se produjeron en el período cuando se escribió la Heiland (825-835). De los textos latinos con anotaciones alemanas (comentarios sobre el texto) se sabe que se produjeron en períodos todavía más tempranos. Estas anotaciones que se supone que eran de ayuda al clero al explicar el texto no pueden considerarse textos de calidad elevada, ya que a menudo no son reproducciones justas del texto sino que, más bien, son explicaciones de él. Además, existen aproximadamente ochocientas traducciones interlineales de este tiempo. Cada vez la palabra alemana correspondiente está escrita encima de la palabra latina. Probablemente estos textos se usaban en los monasterios.

Alrededor del año 1000 E.C. hizo una traducción libre de los Salmos Notker Labeo, jefe de la famosa escuela del monasterio de San Gallen, Suiza. Su traducción se usó por centenares de años como la original para traducciones adicionales de los Salmos en alemán. Para mencionarse entre las traducciones que datan de este tiempo está la del Cantar de los Cantares por Walliram, que vino de Worms. Su texto con tres columnas contiene el texto de la Vulgata en la columna del centro, una refundición latina en una forma especial de versículos en la columna de la izquierda, y a la derecha una traducción alemana libre, que, de acuerdo con expertos del idioma, se halla entre las mejores que se han conservado de aquel tiempo.

La más antigua transcripción alemana conocida de la literatura bíblica es una traducción del Evangelio de Mateo del octavo o noveno siglo, el llamado Mondseer Matthew. Se descubrió por casualidad en 1930 que las cubiertas y los lomos de madera de algunos libros que provenían del monasterio de Mondsee, Austria, estaban cubiertos de pedazos de material que habían sido tomados de un libro. Con mucho trabajo duro se removieron con éxito las tiras y se juntaron. Veintitrés páginas del Mondseer Matthew se restauraron de esta manera. En el lado izquierdo de sus páginas esta copia manuscrita tiene la Vulgata latina, y en el lado derecho el texto alemán en un dialecto franco-bávaro.

Mucho antes de Lutero, el reformador y traductor bíblico alemán, y mucho antes de Gutenberg, inventor de la imprenta de tipo movible, muchas partes de la Biblia, sí, aun la Biblia entera, habían sido traducidas al alemán. La más antigua de las aproximadamente cincuenta Biblias manuscritas conservadas en alemán es el manuscrito Augsburger Pergament de las Escrituras Griegas Cristianas del año 1350.

De consiguiente, Lutero estuvo lejos de ser el primero en traducir la Biblia al alemán, como a menudo se supone incorrectamente. El Dr. Oscar Paret escribió en la página 23 de su libro ya mencionado: “Los . . . archivos de Biblias alemanas en Hamburgo por medio de los manuscritos, de los cuales solo se conservan fragmentos, y dando consideración a las impresiones más primitivas, por ejemplo el Salmo 6, todavía han hallado 97 diversas traducciones alemanas de los tiempos de antes de Lutero y 60 diversas transcripciones de 1 Corintios.” Sin embargo, él ciertamente menciona que las diferentes traducciones revelan una gran falta de conocimiento de los idiomas antiguos y del idioma alemán.

Ninguna de estas traducciones tuvo una distribución extensa. Por otra parte, no podían producirse en cantidades suficientes y, por otra parte, valían tanto que un individuo particular difícilmente podía obtener una. Copias hechas especialmente lujosas solo podían ser pagadas por príncipes y reyes. Acá y allá se han hallado referencias al precio de tales Biblias. En el año 1388, por ejemplo, Johannesberg en Rheingau, Alemania, compró una Biblia por setenta guldens de oro de Florencia. Pues con uno a dos guldens de oro una persona podía comprar un novillo gordo en aquel tiempo. Una Biblia, por lo tanto, representaba un hato de reses vacunas de buen tamaño.

LAS PRIMERAS BIBLIAS ALEMANAS IMPRESAS

Aun cuando la Biblia pudo imprimirse, al principio todavía era muy cara. El impresor de Strassburger, Mentelin, publicó su primera Biblia alemana impresa en 1466, y eso solo diez años después de la Biblia de Gutenberg (texto de la Vulgata), que por lo general se reconoce como el primer libro impreso con tipo movible. La Biblia de Mentelin costó entre 2.000 y 2.500 marcos alemanes en aquel tiempo. En una copia existente hay una anotación exacta: “El 27 de junio de 1466 se compró este libro, no encuadernado, por 12 gulden.” Lo caro que era este precio en realidad puede verse por la siguiente cita: “La cantidad de 50 gulden en este tiempo corresponde a los ingresos de un año en el nivel de salario de personas de término medio. Este es el salario que recibe el director de Leipziger, el consejero profesional del administrador de construcción del ayuntamiento de la ciudad.” (Dr. Federico Schulze, German Bibles, Leipzig, 1934; páginas 8, 9) Los manuscritos textuales para la Biblia de Mentelin fueron manuscritos de la edad media que todavía existen.

Ya en 1470 se había publicado la segunda edición impresa de la Biblia alemana en Strassburg, que, sin embargo, principalmente fue una reimpresión de la Biblia de Mentelin. En orden rápido se publicaron ediciones impresas adicionales en ciudades alemanas: en Nuremberg y Augsburgo, Biblias de alemán elevado, y en Luebeck y Colonia, Biblias de alemán bajo. En 1522 la Biblia Halberstaedter fue publicada en alemán bajo como la última Biblia del período de antes de Lutero.

REACCIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA

En el período de antes de Lutero la distribución de Biblias experimentó un ímpetu. Esto, por supuesto, no sucedió sin oposición de la Jerarquía Católica Romana, que repetidamente pronunció prohibiciones de leer la Biblia y trabajo de traducción bíblica adicional. (Edicto del arzobispo Berthold de Mainz contra todas las traducciones de la Biblia y cualesquier otros libros del griego, latín u otro idioma el 22 de marzo de 1485.) Los legos que deseaban leer la Biblia en su lengua vernácula fueron amenazados con excomunión y multas elevadas. Una autoridad sobre Biblias católicas, el Dr. Hans Rost, escribe en su libro The Bible in the Middle Ages (Augsburgo, 1939; página 76): “Puesto que existía continuamente el peligro de que por medio de Biblias y libros en la lengua vernácula los legos pudieran celebrar servicios religiosos secretos y dar sermones con una desviación deseada de la enseñanza oficial y el concepto de la Biblia, la iglesia reaccionaba con prohibiciones de vez en cuando.” Se entiende la conducta de la Iglesia Católica cuando leemos lo siguiente en la lectura marginal de Mateo 16:18 de la Biblia de Luebecker de 1914: “Tú eres Pedro, uno que profesa la roca verdadera Cristo, y sobre esta roca, que tú has profesado, sobre Cristo, edificaré mi iglesia.” De acuerdo con esta nota marginal todo lector podría entender que Cristo, y no Pedro, es la roca sobre la cual se edificó la iglesia. El profesor D. Dr. von Dobschuetz escribe en su libro The Bible in the Life of Nations (página 127): “Donde la Biblia se publicaba en la lengua común la iglesia rechazaba esto y trataba de suprimirlo.” La distribución de la Biblia en el idioma de la gente no podía detenerse, sin embargo. La acumulación de prohibiciones por la jerarquía sobre la lectura de la Biblia prueba lo ineficaces que éstas eran realmente. La Biblia de Koberger se publicó en 1483 y fue la más extensamente distribuida en el período de antes de Lutero. La imprenta de Nuremberg en la que se imprimió fue el primer establecimiento grande de imprenta. Koberger manejaba veinticuatro prensas y empleaba a cien impresores.

TRADUCCIÓN DE LUTERO

Con la traducción bíblica de Lutero se comenzó una procesión triunfal para la Biblia alemana, una que no podría ser restringida. Brillantemente, Lutero dominó la obra de hallar un lenguaje que todos entendieran. El mismo escribió en su obra intitulada “Carta en cuanto a traducción” (1530): “Debemos interrogar a la madre en su casa, a los niños en la calle y al hombre común en el mercado, y luego observar su boca para ver cómo hablan y luego traducir de acuerdo con ello.” Su traducción se aceptó con entusiasmo. Para el tiempo de su muerte en 1546 había visto trece ediciones de toda la Biblia y veintiuna ediciones del llamado Nuevo Testamento. En cada nueva edición hizo mejoramientos. La demanda de la Biblia era tan grande, sin embargo, que los impresores que trabajaban para Lutero no podían hacerle frente. Su traducción fue reimpresa por toda Alemania, pero no siempre con el cuidado necesario.

Se ha establecido que hubo 253 reimpresiones durante la vida de Lutero dentro de un período de veinticuatro años. La Biblia, sin embargo, todavía era comparativamente cara. El historiador eclesiástico Gualterio Koehler escribe que el Nuevo Testamento “costaba tanto como un caballo.”

La traducción de Lutero naturalmente produjo muchos contrarios. Uno de ellos, el duque Georg de Sajonia, autorizó a Jerónimo Emser para hacer una nueva traducción alemana, que habría de reemplazar la traducción bíblica de Lutero. La “traducción presuntuosa” de Lutero, sin embargo, no fue eclipsada por la traducción de Emser, que fue “autorizada por la iglesia cristiana.” Hasta la actualidad la traducción de Lutero, que ha tenido que ser revisada varias veces (la última revisión en 1964), sigue siendo la traducción más extensamente distribuida de la Biblia alemana, aunque desde aquel tiempo se han publicado muchas traducciones bíblicas alemanas.

MAS TRADUCCIONES ALEMANAS MODERNAS

En el campo del estudio de los idiomas se ha logrado enorme progreso desde el tiempo de Lutero, especialmente en los siglos diecinueve y veinte. Se han hallado muchos manuscritos, que permiten una traducción cada vez más precisa de la Biblia. Muchos errores que se introdujeron en los textos originales debido a faltas en su transcripción pudieron eliminarse en las traducciones nuevas, a causa de los muchos hallazgos de manuscritos antiguos y el mejor conocimiento de los idiomas antiguos.

De esta manera se desarrollaron traducciones buenas y confiables de la Biblia alemana, que, en muchos respectos, superan la traducción de Lutero. Especialmente las Biblias Elberfelder y Zuercher sobresalen en su estilo moderno en lo que toca a la exactitud de la traducción. De lados católicos y protestantes recientemente se han publicado varias traducciones completamente nuevas. Las traducciones Kautzsch, Menge y Schlachter junto con la Biblia Lutero se hallan entre las Biblias protestantes mejor conocidas. Las Biblias Allioli, Arndt, Riessler-Storr y Hamp-Stenzel-Kuerzinger son las traducciones católicas mejor conocidas. Los traductores judíos Zunz y Buber también han de mencionarse por su traducción recientemente publicada de las Escrituras Hebreas al alemán. Los que conocen hebraísmos aprenderán muchos pensamientos interesantes de la traducción de Buber.

Al comienzo del siglo pasado, cuando varias sociedades bíblicas se fundaron en la región de habla alemana, la distribución bíblica asumió proporciones que no se habían alcanzado hasta entonces. La producción en masa redujo grandemente el precio. El Libro de los Libros llegó a ser un libro para el hogar de muchas familias alemanas, la mayoría de las cuales eran protestantes. Sin embargo, es lamentable el que en Alemania la lectura de la Biblia haya estado descuidándose cada vez más en décadas recientes. La generación más joven está tan absorta en otras actividades que cree que no hay tiempo para escudriñar la Palabra de Dios. Pocos de ellos comprenden el precioso tesoro que rechazan por su indiferencia.

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA BIBLIA

Los testigos de Jehová siempre han estado muy interesados en la distribución de la Biblia entre todos los pueblos de la Tierra, y en todas partes han trabajado con todos los medios que han tenido para efectuar esto. Así, usaron las diversas traducciones. Aun en el campo de la traducción bíblica han trabajado productivamente. En 1961 la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras se publicó en inglés en un solo volumen, después que diversos tomos aislados se habían publicado en los once años anteriores.

Se hicieron planes para publicar esta traducción distinguida en versiones en alemán, francés, holandés, italiano, portugués y español. Sin demora los traductores se pusieron a trabajar, y ya en 1963 pudieron publicarse en estos idiomas las Escrituras Griegas Cristianas. Ya se han impreso 640.000 copias en alemán.

Después de haber leído usted este artículo comprenderá sin duda cuánto esfuerzo y cuánto trabajo se han hecho a través de los siglos para que la gente se familiarice con el Libro de los Libros, la Palabra de Jehová. Un sinnúmero de personas ha dedicado toda su vida a esparcir la Palabra de Dios; muchos han sacrificado su vida por ella. La Biblia también puede llegar a ser un tesoro valioso para usted si diariamente la lee y busca sus verdades en compañerismo con otros cristianos fieles.

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