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  • ¿Por qué hay tanto que hacer?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1967
w67 15/6 págs. 382-384

¿Por qué hay tanto que hacer?

NO HAY duda en cuanto a ello, en la actualidad los testigos cristianos de Jehová tienen mucho que hacer. Es menester leer y estudiar la Biblia y la literatura bíblica. Hay cinco reuniones semanales de la congregación para las cuales prepararse y asistir. Hay los diversos rasgos del ministerio del campo, el predicar de casa en casa, volver a visitar y conducir estudios bíblicos en los hogares de la gente. También hay la necesidad de ayudar a los hermanos cristianos, así como el prepararse para partes de los diversos programas, y así sucesivamente. Y los que son siervos de las congregaciones tienen aun más deberes que desempeñar.

¿Mucho que hacer? ¡No hay duda! Pero, ¿ha considerado usted el hecho de que al tener tanto que hacer los ministros cristianos no son del todo singulares? Hombres profesionales como los que practican la medicina general con frecuencia tienen mucho que hacer. Un practicante de medicina general que es concienzudo puede dedicar tantas como setenta horas o más a la semana a su profesión, todo a causa de las demandas que le imponen los pacientes. Y, además, tiene que leer mucho para mantenerse al día con el progreso que se logra en la medicina.

Si el médico que es concienzudo tiene razón para mantenerse ocupado, si tiene mucho que hacer, los ministros cristianos de Jehová tienen aun más razón de estar ocupados. ¿Por qué? Porque el trabajo de ellos es mucho más importante, el de curación espiritual, que conduce a la vida eterna, y, lo que es más, todos necesitan la clase de curación que ellos ofrecen. Sin embargo, el trabajo de ellos exige mucho tiempo y paciencia porque primero tienen que mostrarle a la gente la necesidad imperiosa de curación espiritual que hay y lo grave que es la enfermedad espiritual, porque la mayor parte de las personas no está consciente de su condición espiritual.

LA URGENCIA DE NUESTROS TIEMPOS

Otra razón por la que tales ministros están tan ocupados, teniendo tanto que hacer, es que queda muy poco tiempo en el cual efectuar la curación espiritual. En efecto, estamos viviendo en tiempos urgentes. Jesús asemejó nuestros tiempos urgentes a los días de Noé, y sabemos que Noé tuvo mucho que hacer, atendiendo a su casa, predicando, edificando el arca, recogiendo los animales y almacenando un abastecimiento de alimento para un año para todos. (Gén. 6:13–7:5; Mat. 24:37-39) Y, ¿recuerda usted a Gedeón y su grupo, que hicieron huir a los madianitas? Tenían ante ellos una tarea urgente si es que iban a lograr la victoria, y por eso leemos que estaban “cansados pero continuando con el seguimiento.”—Jue. 8:4.

Como cristianos estamos en una guerra espiritual, oponiéndonos a las fuerzas que causan enfermedad espiritual. Esto nos mantiene ocupados y a veces nos cansamos; pero continuamos el seguimiento, por decirlo así. Continuamos porque apreciamos que la vida de otros está implicada.

Jesús dijo en una ocasión: “Tenemos que obrar las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.” Tal noche vino sobre Jesús. Pero en el día de hoy viene el Armagedón, el cual no puede estar muy lejos, ¡puesto que la generación de 1914 no pasará antes de que éste venga! ¡No hay duda, el tiempo se está acabando! ¿No es apropiado, entonces, que tengamos mucho que hacer al acercarse más el Armagedón?—Juan 9:4; Mat. 24:34.

UNA PROTECCIÓN PARA NOSOTROS

Realmente, ‘el tener mucho que hacer en la obra del Señor’ es una protección, una bendición para nosotros. (1 Cor. 15:58) ¿De qué manera? En que, puesto que no somos parte del mundo, el tener mucho que hacer nos protege de sus tentaciones y lazos que nos acosan por todos lados. El “esclavo fiel y discreto” es considerado al proveernos de mucho que leer y estudiar, con muchas reuniones a las cuales asistir y con mucho que hacer en el ministerio del campo. Al mantenernos ocupados en estas cosas hallaremos llenas nuestras mentes de las cosas que son edificantes. Esto protege nuestras mentes del espíritu de este mundo, y a nosotros mismos de estar ocupados con las obras de la carne.—Gál. 5:19-23; Fili. 4:8.

Aprenda una lección del rey David. Nunca hubiera cometido el error más nefando de su vida si se hubiera mantenido ocupado. Una vez el rey David se quedó en casa, evidentemente decidiendo “tomar las cosas con calma.” Si hubiera estado ocupado peleando contra los hijos de Amón en Raba, junto con su general, Joab, David nunca se habría expuesto a aquella tentación a la que sucumbió, ¡oh para después pesarle tan amargamente! ¿Puede usted reflexionar y ver cómo a veces por haber tenido mucho que hacer quizás haya evitado el cometer un error grave?—2 Sam. 11:1; Salmo 51.

PROVISIONES PARA DAR CABIDA A TODOS

El hecho de que el “esclavo fiel y discreto” nos provee de tanto que hacer en el ministerio del campo no significa que se espera que cada uno haga todo lo que hacen todos los demás. Por ejemplo, la congregación local puede hacer provisión para servicio del campo antes del estudio los martes por la noche; para actividad de revisitas los miércoles por la noche; para testificación durante el día a mediados de semana y para la obra de revistas los sábados, así como para el servicio de casa en casa y de revisitas los domingos. Estos arreglos no se hacen con la idea de que todos tienen que salir al servicio prácticamente cada día de la semana. Las reuniones para el servicio son para nuestra comodidad, para ayudarnos.

Para las amas de casa cristianas cuyos esposos no son creyentes y que quieren que ellas estén en casa los domingos, hay la testificación de a mediados de semana. Además, uno quizás pueda participar en la actividad de antes del estudio los martes; otro quizás no, pero quizás pueda salir el miércoles por la noche. Además, otro quizás pueda participar en el trabajo de revistas los sábados, pero otro quizás solo pueda salir los domingos para el ministerio del campo. Por medio de tener muchos arreglos hay oportunidad para que todos participen de acuerdo con sus condiciones y circunstancias, y nadie necesita sentirse empujado o apremiado para salir en una ocasión que no le sea posible.

Por supuesto, no todos tienen la misma fuerza o energía. Algunos quizás puedan dedicar solamente una o dos horas en vez de tres los domingos por la mañana o por la tarde. Es mejor emplear esa única hora que no salir en absoluto. Aquí uno puede cobrar ánimo de la viuda que tenía sus monedas de muy poco valor. El caso es que ella dio todo lo que tenía; el motivo por el cual dio poco no era porque no desease dar más.—Luc. 21:1-4.

De modo que cada uno de nosotros puede examinar su propia posición. Si estamos de todo corazón en el servicio de Jehová, tenemos razón de regocijarnos. Pero si nos abstenemos del servicio porque preferimos otra actividad, entonces necesitamos mejorar nuestro punto de vista espiritual.

SUFICIENTE ALIMENTO ESPIRITUAL PARA TODOS

El mismo principio aplica a nuestra lectura de las publicaciones de la Sociedad Watch Tower. Algunos tienen más tiempo para leer que otros; algunos leen más aprisa que otros; algunos pueden entender las cosas más aprisa que otros. Pudiéramos asemejar nuestras provisiones espirituales a un banquete grande que se da a muchos invitados, viejos y jóvenes, grandes y pequeños. No todos pueden comer la misma cantidad de alimento, pero hay abundancia para todos. Así sucede con nuestro alimento espiritual.—Isa. 25:6.

Quizás no todos puedan leer todo lo que la Sociedad publica. Pero ciertamente todos deben esforzarse por hallar tiempo para leer la Biblia con regularidad y para leer la revista oficial de la Sociedad, La Atalaya, de principio a fin. Si hallamos que no estamos efectuando esto podemos preguntarnos: ¿Estamos haciendo el mejor uso posible del tiempo que tenemos a nuestra disposición? ¿Pudiera ser que estamos empleando tiempo para leer revistas mundanas que pudiera emplearse para leer La Atalaya? ¿O estamos empleando más tiempo del que deberíamos emplear con el periódico o la televisión?

¿Qué hay de la lectura de la revista ¡Despertad!? Para interesar a muchas diferentes clases de personas contiene una gran variedad de artículos. Quizás una hermana no se interese en lo que diga acerca del cuidado mecánico de los autos o un hermano quizás no se interese en un artículo acerca de coser. Pero hay algo para todos, una amplia variedad de temas para las personas en diversas circunstancias.

Sin embargo, no tenga en menos el valor de ¡Despertad! Si usted puede, lea cada número de principio a fin. ¡Despertad! nos protege de la adoración de criaturas, lo que las revistas mundanas estimulan al dar prominencia especial a personalidades, y al mismo tiempo nos da la perspectiva teocrática de todo lo que publica. Por ejemplo, las revistas mundanas quizás hablen del aumento de “ética que se adapta al ambiente,” pero no nos dan el punto de vista de Dios concerniente a ésta. Quizás tengan relatos interesantes acerca de casas embrujadas pero no tienen idea alguna de lo que está detrás de todo ello. Los artículos de ¡Despertad! son preparados por la organización de Dios, que se interesa en nuestro bienestar espiritual.—Rom. 8:6.

Como testigos cristianos de Jehová, tenemos mucho que hacer en lo que toca a lectura personal de la Biblia y estudio de la literatura bíblica, reuniones a las cuales asistir y ministerio del campo que desempeñar. Pero si apreciamos el porqué tenemos tanto que hacer —debido a la importancia de nuestro trabajo y la urgencia de nuestros tiempos— no nos quejaremos. El tener tanto que hacer es una verdadera salvaguarda para nosotros. Y al usar el espíritu de un juicio sano podemos proceder con un equilibro feliz entre lo que hay que hacer y lo que podemos hacer, para alabanza de Jehová y para nuestro propio bienestar.

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