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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
w68 15/2 págs. 122-126

Determinando los principios bíblicos

“¡DECISIONES, decisiones, decisiones!” ¿Ha repetido usted recientemente esas palabras acerca de la necesidad cotidiana de tomar decisiones? Joven o anciano, hombre o mujer, usted regularmente tiene que considerar los hechos o factores de una situación y llegar a una conclusión, tomando una decisión. A veces solo es una decisión que envuelve un cambio pequeño en la marcha o actividad a medida que avanza en la carrera de la vida. En otras ocasiones usted se enfrenta a una bifurcación principal en el camino y necesita tomar una decisión que tendrá un efecto de largo alcance en su vida. En cualquier caso, ¿en qué se basa su decisión? ¿Determina usted los principios bíblicos que aplican y usa éstos como una guía?

Es fácil ver por qué muchas personas tienen dificultad cuando tratan de tomar decisiones sabias. ¿Qué tienen de guía? Quizás traten de utilizar una forma de lógica humana, como el tomar un proverbio humano o experiencia humana y usarlo como guía para sacar una conclusión acerca de su problema en particular. Pero, ¿cuán eficaz es el proverbio? O, ¿es la experiencia una que realmente resultará en una conclusión confiable en esta situación? Si éstas son defectuosas, entonces probablemente la decisión sea defectuosa también. Cuando las decisiones de uno a menudo conducen a resultados infelices, cuán entendible es el estribillo: “Decisiones, decisiones, decisiones.”

Podemos estar agradecidos de que los cristianos no son dejados en una posición bochornosa así cuando se trata de tomar decisiones. Tenemos una guía. ‘Ah,’ quizás usted piense, ‘tenemos la Biblia como un libro de reglas, y todo lo que tenemos que hacer es buscar la regla o ley que aplica.’ Sí . . . y no. Es verdad que hay varias leyes en la Biblia que aplican a los cristianos, como aquellas contra el asesinato, el hurtar y la idolatría. (1 Ped. 4:15; 1 Cor. 10:14) Sobre decisiones que envuelven conducta que es claramente correcta o incorrecta desde un punto de vista bíblico, la Biblia es un libro de reglas útil. Pero la mayoría de las decisiones a las que nos enfrentamos en la vida cotidiana aparentemente no envuelven tales cuestiones bien definidas; no son ni una cosa ni la otra, por decirlo así, sino, más bien, quedan en lo indefinido.

En tales ocasiones los principios bíblicos pueden venir a nuestro rescate. Por lo general los principios bíblicos vienen al rescate de uno debido a que uno se preparó con anticipación aprendiendo estos principios eternos, como un nadador pudiera colocarse un salvavidas que se puede inflar. Así los principios que se aprenden con anticipación están listos para usarse cuando se necesitan, cuando es necesario tomar una decisión.

Puede decirse que los principios de la Palabra de Dios son eternos, puesto que no pasan ni se hacen anticuados. Como comentó el historiador inglés, sir Juan Seeley: “Los principios duran eternamente; pero las reglas especiales pasan con las cosas y condiciones a las cuales se refieren.” De modo que, Jehová no requiere que los cristianos aprendan un interminable Talmud de reglas designadas para abarcar toda situación que pudiera suceder. En cambio, sabiamente suministró un número limitado de leyes básicas que tienen que obedecer los cristianos, y dio algunos principios generales que se pueden usar de guía en muchas situaciones, situaciones que ocurren en su vida cotidiana.—Sal. 119:129.

Estos principios son divinos y perfectos. No provienen de razonamiento humano imperfecto, sino del Creador sapientísimo y perfecto. Como Creador nuestro, ¿no es razonable que él conozca los mejores principios para la operación eficaz y feliz del mecanismo humano? ¡Por supuesto! Además, él ha observado las experiencias de millares de millones de humanos imperfectos. Por eso, obviamente se encuentra en la mejor posición de suministrar principios para la guía apropiada de nuestras vidas. Es exactamente como escribió el escritor que recibió un don de sabiduría especial de Jehová: “En todos tus caminos tómalo en cuenta [a Jehová], y él mismo hará derechas tus sendas.” (Pro. 3:6) O como dijo su padre: “He puesto a Jehová enfrente de mí constantemente. Porque él está a mi diestra, no se me hará tambalear.”—Sal. 16:8.

HALLANDO LOS PRINCIPIOS

Pero quizás usted se pregunte exactamente cómo puede uno hallar estos principios valiosos. Están en la Biblia, de modo que es vital un conocimiento de la Palabra de Dios. Un principio bíblico es una guía determinada de conducta; por consiguiente cuando leemos la Biblia debemos estar buscando tales principios, poniéndonos el salvavidas, por decirlo así, que se pueda usar en el futuro. Mientras más conozcamos de éstos, más estables estaremos y será menos probable el que tomemos decisiones imprudentes. Una breve ilustración de cómo determinar y aplicar tales principios será útil.

Al leer la declaración de nuevo de los Diez Mandamientos en Deuteronomio, capítulo cinco, encontramos estas palabras en el versículo nueve: “No debes inclinarte ante [imágenes talladas] . . . , porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva.” Esta ley en contra de la idolatría se basa en el principio general de que Jehová exige devoción exclusiva. Ese es el principio que queremos considerar. Pero, ¿parece demasiado general? ¿Tendría usted dificultades en saber cómo y cuándo aplicarlo?

Jesús ilustró una aplicación de este principio general. Como la última de tres tentaciones, Satanás le dijo a Jesucristo: “Todas estas cosas [los reinos del mundo y su gloria] te las daré si caes y me rindes un acto de adoración.” En respuesta dijo Jesús: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.’” (Mat. 4:9, 10) Ahora bien, no había ninguna ley específica en las Escrituras Hebreas que dijera: ‘Si Satanás trata de tentarte, no debes adorarlo.’ Pero por medio de aplicar el principio de dar devoción exclusiva a Jehová, Jesús tomó una decisión apropiada. También, esto lo protegió de realmente romper una ley, puesto que al adorar a Satanás lo hubiera hecho un dios, y la Ley decía: “No debes tener otros dioses contra mi rostro.”—Exo. 20:3; Isa. 44:8.

Este mismo principio general se pudiera usar en muchas situaciones hoy en día. Por ejemplo, ¿qué hay si usted fuese invitado a asistir a alguna función en la cual habría una ceremonia religiosa falsa? Es posible que no haya ninguna regla bíblica que prohíba el asistir a esa función, de modo que usted tendría que tomar una decisión personal sobre la base de los principios que aplican. ¿Consideraría usted este principio de dar devoción exclusiva a Jehová? El simplemente estar presente cuando la ceremonia religiosa falsa estuviese en acción no necesariamente lo haría a usted un adorador falso, pero el bochorno por ser diferente, ¿lo conduciría a usted a arrodillarse ante una imagen o ante una cruz con los demás? Eso sería romper la ley bíblica que prohíbe la idolatría. (1 Juan 5:21) ¿Concluirán los otros asistentes que su presencia indica que usted ha abandonado la adoración exclusiva de Jehová y ha comenzado a adorar su dios trinitario? Estas son preguntas que sugeriría el principio.

Otro punto que pudiera recalcarse en relación con este ejemplo es que por lo general bastantes principios pudieran tener una relación sobre la decisión. Un juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos dijo en una ocasión: “Difícilmente hay un punto en cuestión de alguna dificultad verdadera delante del Tribunal que no entrañe más de un llamado principio. Cualquiera puede decidir un punto en cuestión si solo un principio está en la controversia.” En este ejemplo los principios asociados pudieran ser: No hacer tropezar a otros innecesariamente. (Fili. 1:10) Hacer lo que es verdaderamente amoroso para con parientes y amigos. (Mat. 22:39) Si una esposa o hijos están envueltos, hay el principio de sujeción, al esposo o a los padres. (Col. 3:18, 20) Evitar las malas asociaciones; éstas echan a perder los hábitos útiles.—1 Cor. 15:33.

Al discernir tantos principios como pudieran aplicar, usted tiene una mayor probabilidad de tomar una decisión que verdaderamente esté en armonía con la guía provista por Dios. Los principios amplios de amar a Dios y al prójimo ciertamente abarcan toda situación (Rom. 13:8; Mar. 12:29-31), pero si usted puede hallar algunos de aplicación más directa a su problema, sería más fácil tomar una decisión prudente.

EFECTO DE PROGRESO HACIA MADUREZ

A medida que un cristiano aumenta en conocimiento de la Palabra de Dios y avanza hacia la madurez espiritual, conocerá más principios que tienen una relación sobre las decisiones que habrán de tomarse. También, permitirá que éstas tengan una mayor influencia en su vida. Así, con asuntos que tienen que decidirse personalmente, no todos llegarán a las mismas conclusiones, porque los cristianos varían en el progreso a la madurez que han logrado. El apóstol Pablo indicó que esto fue cierto en su día, escribiendo: “Cuantos somos maduros, seamos de esta actitud mental,” y, “Pasemos adelante a la madurez.”—Fili. 3:15, 16; Heb. 6:1.

Si uno solo considera unos cuantos principios bíblicos y permite que éstos solo tengan una influencia menor en sus decisiones, eso no significa que no sea cristiano. Pero una decisión imprudente podría reflejar la necesidad de ayuda para crecer en espiritualidad y conocimiento de los principios eternos de Jehová.—Sal. 86:11.

RESPONSABILIDAD PERSONAL

Aunque un cristiano maduro pudiera ayudar a uno más nuevo a determinar principios bíblicos que tengan que ver con una decisión que este último tenga que tomar,a por lo general una persona, al fin, tiene que tomar su propia decisión. Escribió el apóstol Pablo: “Cada uno cargará con su propia responsabilidad.” (Gál. 6:5) Por consiguiente, la experiencia en discernir y aplicar los principios bíblicos hará más fácil que usted ‘cargue con su propia responsabilidad’ al tomar decisiones que son responsabilidad de usted, decisiones que nadie más puede tomar por usted.

¿Le gustaría a usted tener algo de práctica para hacer eso? Hallará abajo una lista de situaciones o problemas. Asumamos que usted ha hecho la decisión en cada caso, o que a usted se le ha pedido que ayude a alguien a ver los principios que aplican para que éste pueda decidir por sí mismo. Lea uno de los problemas, y luego trate de determinar los principios envueltos. Quizás quiera sacar una hoja de papel y alistar los principios que recuerde y los versículos bíblicos donde se pueden hallar. O quizás usted quiera escoger un problema cada día y discutirlo con su familia después de comer. Posiblemente un grupo de cristianos que viajen juntos pudiera discutirlos; eso sería una conversación sumamente edificante. (Mal. 3:16) Con éstos como modelo, quizás algunos quieran proponer otros problemas y luego dejar que el grupo busque principios relacionados; ésta sería una actividad provechosa en una reunión cristiana.

En tipo más pequeño abajo de los problemas se presentan algunos principios que están envueltos. Estos no son todos los principios que aplican. Usted quizás pueda pensar en otros. Si ése es el caso, ¡excelente! Sin embargo, recuerde que éstos solo se mencionan para entrenamiento; en tales asuntos los que se enfrenten a los puntos en cuestión deben tomar una decisión personal. Por eso no trate de determinar la “respuesta,” como si usted fuese a decidir lo que otros tienen que hacer. Si la práctica le ayuda a usted a ver cómo usted haría una decisión sabia si usted se enfrentara a tal punto en cuestión, eso está muy bien. Otra persona quizás no haya logrado tanto progreso como usted, o quizás haya progresado más, de modo que él posiblemente llegue a una conclusión diferente en cuanto a lo que él haría.

Esta práctica de discernir principios bíblicos debe ayudar a todos los cristianos a medida que toman decisiones en la vida, pues ellos están “llenos del conocimiento exacto de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente.”—Col. 1:9, 10.

1. ¿Es prudente ingresar en un equipo deportivo escolar o de la oficina?

Sus asociados pueden tener un efecto bueno o malo en usted. (Pro. 13:20) ¿Implicará tiempo que debe emplearse con su familia o en actividad teocrática? (Efe. 5:15, 16) El entrenamiento físico es de valor limitado. (1 Tim. 4:8) Es prudente evitar el feroz espíritu de competencia del mundo. (Gál. 5:26) ¿Podría envolverlo a uno en ceremonias nacionalistas? (1 Cor. 10:14; Dan. 3:18) Los padres deben decidir las cuestiones por los hijos menores de edad. (Pro. 22:6; 23:22)

2. ¿Sería prudente aceptar un ascenso en mi trabajo seglar?

Un esposo es responsable de proveer materialmente para los que están bajo su cuidado. (1 Tim. 5:8) El deseo materialista de lujos puede apartarlo a uno de la fe. (1 Tim. 6:10; Mar. 4:18, 19) Jehová satisfará las necesidades de los que confían en él. (1 Tim. 6:8; Mat. 6:11, 31-34) ¿Estorbará el servicio de usted a Dios? (Col. 4:5, Heb. 11:24-26)

3. ¿Puede un cristiano ir al cine a ver una película popular?

El pueblo de Dios evita el entretenimiento que estimula deseos inmorales o un amor al mundo. (2 Tim. 2:22; 1 Juan 2:15-17; Rom. 12:9) Debemos buscar asociación y entretenimiento que edifiquen y estimulen la conducta correcta. (Fili. 4:8; Sal. 119:63) ¿Causará tropiezo en otros el que vean que usted asiste? (Fili. 2:4; 1 Cor. 10:32, 33)

4. ¿Debo permitir que mi hijo o mi hija salga a una cita con una persona de otra religión?

Como cabeza de la casa, el esposo es responsable de hacer la decisión final. (Efe. 5:22; 6:4) Debe evitarse la asociación con adoradores falsos. (2 Cor. 6:16, 17; Sal. 106:35, 36) ¿Pudiera resultar en un matrimonio con un incrédulo? (Deu. 7:3, 4; Neh. 13:25, 26; 1 Cor. 7:39) Los padres deben proteger la integridad moral de sus hijos. (Gén. 34:1, 2; Pro. 5:1-4) Los hijos pueden mostrar respeto al arreglo de cosas de Jehová siendo obedientes a sus padres. (Efe. 6:1)

5. ¿Está bien ponerse las “minifaldas” que están de moda al tiempo presente?

El adorno femenino debe ser modesto. (1 Tim. 2:9, 10) Una esposa cristiana ha de estar en sujeción a su esposo; una hija menor de edad ha de ser obediente a su padre. (Col. 3:18, 20) Los cristianos no se esfuerzan por imitar al mundo, sino que ponen un ejemplo de bondad. (1 Ped. 4:4; Efe. 5:9-12; 1 Cor. 10:31) Necesitamos evitar todo lo que causaría tropiezo o quitaría mérito a nuestro ministerio. (2 Cor. 6:3, 4; 1 Cor. 13:4, 5)

6. ¿Es compatible con los principios cristianos ir de caza o de pesca?

Los animales pueden ser muertos para alimento. (Gén. 9:3) Los adoradores verdaderos pueden obtener alimento pescando. (Juan 21:6-13; Luc. 24:42, 43) Aunque el hombre tiene dominio sobre los animales, no debe tratarlos cruelmente. (Gén. 1:28; Pro. 12:10) Debemos evitar el espíritu sanguinario de Nemrod, matando simplemente por pasatiempo. (Gén. 10:9)

7. ¿Es correcto que una esposa cristiana vaya a un “club nocturno” con su esposo incrédulo?

Las esposas cristianas han de estar en sujeción a sus esposos. (Tito 2:5) Si un cristiano maduro visita un lugar que tiene mala reputación, esto podría lastimar la conciencia de una persona débil. (1 Cor. 8:10-13) Los cristianos no se esfuerzan por estar presentes donde es común la conducta o el habla vergonzosa. (Efe. 5:3-5) Los siervos de Dios se esfuerzan por mantener una conciencia buena delante de Jehová. (1 Ped. 3:16, 21)

[Nota]

a Pudiera dirigir la atención, por ejemplo, al encabezamiento “Decisions” en “Make Sure of All Things; Hold Fast to What Is Fine.”

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