El crecimiento... impelido por Jehová
1. Describa el punto de vista del hombre en cuanto al crecimiento.
POR todas partes hay cosas creciendo... animales, plantas, árboles, vegetación de toda clase, la humanidad, organizaciones, ciudades, países, condiciones y proyectos. Debido a que algunos no pueden ver cambios exteriores, llegan a la conclusión de que no hay crecimiento. En esta era moderna el hombre busca grandes adelantos y cambios drásticos. En la comunicación, el transporte, las modas, la arquitectura, la diversión y las normas de vida cotidianas, la educación que recibe el hombre hace que espere y busque cambios extraordinarios. Los cambios a menudo traen aventura y excitación que retienen la atención del hombre y lo sacan momentáneamente de su aburrido modo de ver la vida cotidiana. No obstante, día tras día el hombre se mira en el espejo y casi no nota cambio alguno. Físicamente cambia muy lentamente. Habiendo llegado a la estatura adulta, permanece más o menos igual por años. Pero, ¿qué hay del crecimiento que no es evidente en el reflejo de un espejo? ¿Qué hay del equilibrio mental, del crecimiento espiritual? Sí, ¿qué hay en cuanto al crecimiento de usted como siervo de Dios?
2. ¿Qué estimula el crecimiento? ¿Se le puede impedir?
2 Detrás de todo está la fuerza impulsora que promueve el crecimiento. Por supuesto, sabemos que la lluvia y el suelo nutritivo inducen el crecimiento de la vegetación y que el alimento también estimula el crecimiento del hombre físicamente. Pero, ¿qué es lo que impele a una persona a crecer espiritualmente? ¿Qué es lo que activa a una persona a adorar a Dios? ¿Qué es lo que no solo la mantiene fiel año tras año, sino también hace que los ministros de Dios crezcan más plenamente todavía en todos los frutos del espíritu que se describen en Gálatas 5:22, 23? En los campos de la vegetación y entre los animales siempre podemos hallar a los achaparrados, a algunos que parecen estar impedidos de alguna manera en su crecimiento. Al hacer un examen esto también se puede hallar en la congregación cristiana. (Vea Gálatas 5:7.) ¿Por qué? ¿No deberían estar floreciendo y medrando debido a su abundante dieta espiritual todos los que están sirviendo a Jehová?
3. Dé razones para que haya crecimiento tanto físico como espiritual.
3 Para que cumpla el propósito para el cual fue hecha una criatura, tiene que haber crecimiento tanto físico como espiritual. El crecimiento físico es impelido por Jehová, porque él suministró las cosas materiales en primer lugar para las necesidades y disfrute del hombre. Ha mantenido un abastecimiento abundante de alimento, aire y agua a través de las generaciones del tiempo, y aunque el hombre ha usado incorrectamente estas provisiones, miles de millones de la humanidad todavía viven usando estas cosas esenciales para vivir. Jehová no se ha retraído de suministrar estas cosas necesarias, ni ha procedido de la manera que el hombre a veces lo hace, la de causar restricción a las pocas personas buenas debido al uso incorrecto de parte de las muchas personas malas. No, “él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.” (Mat. 5:45) El también proveyó su Palabra, su Hijo y su espíritu para alimentar al hombre para que creciera. A pesar de que tantos lo pasan por alto y se oponen a él, todavía podemos conseguir la Palabra de Dios en muchos idiomas. Su Hijo todavía está vivo, el rescate todavía está pagado y sus beneficios se mantienen disponibles a todo el mundo de la humanidad. (Juan 3:16) El espíritu de Dios opera hoy tan eficazmente para efectuar su voluntad como operó al mismísimo principio.—Gén. 1:2; 2 Ped. 1:21.
4. Ilustre el placer de disfrutar de la vida mientras se crece.
4 Jehová ha provisto más que simplemente las cosas esenciales. Hay una sobreabundancia, cosas adicionales que aumentan en gran manera el placer de simplemente vivir. Considere la necesidad de comer. Uno puede sobrevivir muy fácilmente ingiriendo alimento sencillo de cualquier manera apresurada y utilizando medios limitados. Pero, emplee un poco más de tiempo preparando el alimento, añadiendo sabores y especias; sirva cada platillo de manera apetitosa y llena de colorido, arregle el servicio y adorno de la mesa de modo sencillo y atractivo, y agregue el ambiente acogedor de unas velas de llamas titilantes. Rodee la mesa de amigos que saben sentir y demostrar aprecio, oiga su conversación agradable y feliz, quizás con amena música de fondo que haga desaparecer toda preocupación. ¿No es ésta una ocasión sumamente gozosa? Una de todas estas cosas más allá de lo estrictamente necesario, o todas, sirven para estimular el crecimiento, mucho más que el simplemente ingerir alimento a la carrera. No obstante, todos éstos son rasgos adicionales de los que puede disfrutar el hombre, no solo en el comer, sino también en otros aspectos de la vida.
5. ¿Por qué no puede uno proyectar un arreglo de tiempos fijos para el crecimiento de otra persona?
5 Otro asunto que debe considerarse está relacionado con el trato de uno con sus hermanos. Todos tienen un límite, y cada uno prudentemente conoce el suyo. Sin embargo, a menudo otros intervienen en esta responsabilidad personal instando a uno más allá de lo que quiere hacer. Es la verdad de la Palabra de Dios bajo el espíritu de Jehová lo que impele a los de su pueblo a mayor servicio. Ellos tienen que rendir cuentas a Dios por sus acciones. Responden a su propia conciencia. Nadie puede escuchar la conciencia de otro individuo ni hablar a Dios por él. Entonces no hay por qué interrogar a su hermano acerca de sus paraderos o poner en tela de juicio sus motivos, exigiendo de él un informe sobre cada acción suya. Si su hermano rehúsa una asignación o privilegio de servicio, no se apresure y llegue a la conclusión de que él se está deslizando y abandonando la verdad. (Pro. 18:13) Si su servicio disminuye algo, quizás esté trabajando en otro rasgo de su ministerio que requiere atención y es asunto estrictamente de él. Si alguien se va de vacaciones o hace un arreglo para un descanso de la actividad estrenua, no hay por qué excitarse indebidamente. Jesús discernió la necesidad de descansar y de alejarse de la presión de la actividad cotidiana. Después de un programa muy activo los apóstoles le dieron un informe a Jesús y él les dijo: “Vengan, ustedes solos, privadamente a un lugar solitario y descansen un poco.” Porque “eran muchos los que venían e iban, y ni oportunidad tenían siquiera para tomar una comida.” (Mar. 6:31; vea también Mateo 14:13.) No obstante ni Jesús ni los apóstoles estaban debilitándose en la fe ni progresaba a paso inseguro su crecimiento como resultado. ¿Estorbaría usted a un siervo de casa ajeno al llevar a cabo sus deberes asignados? No, por supuesto que no. Bueno, así es como Pablo expresa el asunto en Romanos 14:4: “¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie.”
6, 7. (a) ¿Cuál es la mala hierba en el campo del crecimiento? ¿Cómo empieza? (b) ¿De qué manera podemos protegernos de todas las dudas que invaden?
6 Las dudas pueden asemejarse a mala hierba en el campo de los ministros que crecen; minan la fuerza y causan estragos en el contentamiento, la tranquilidad de ánimo y el gozo de uno en el servicio de Jehová. Pueden venir dudas como resultado de conocimiento insuficiente sobre algún tema, y éstas causan preocupación. Otros quizás cultiven algún gusto personal y, debido a que no se le dé reconocimiento inmediatamente, critiquen y comiencen a dudar que Jehová esté apoyando a su “esclavo fiel y discreto.” Algunos aflojan el paso en su adoración y, estando bajo bombardeo constante por el espíritu de independencia, y rebelión en este viejo sistema de cosas, no tienen la fuerza necesaria para resistir la entrada de dudas en su pensar. Muchos se preocupan impacientemente por el alimento material, la ropa, las casas y los lujos que se pueden conseguir, llenando su mente de cosas deseables, lo cual tuerce su sentido de los valores y llena su pensar de un miedo de pasarlo sin ellas. Lucas 12:29 aconseja así: “Por eso dejen de andar buscando qué podrán comer y qué podrán beber, y dejen de estar en ansiedad y suspenso.”
7 La autodisciplina tiene mucho que ver con la defensa contra todas las dudas que invaden. Jesús dijo que, donde hay fe, no habrá duda. (Mat. 21:21) Entonces es preciso proteger el pensar de uno, y esto requiere autodisciplina, así como señala vívidamente Proverbios 5:1, 2: “Hijo mío, oh de veras presta atención a mi sabiduría. A mi discernimiento inclina tus oídos, para guardar las habilidades para pensar.” Pablo señala en Filipenses 4:7 que la paz de Dios “guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” Si uno tiene su mente trabajando continuamente en algún empeño, lo más probable es que desee ir en la dirección de alcanzar esa meta. Entonces este pensar se alimenta y se fortalece por conocimiento adicional de este tema, que atrae al individuo más fuertemente a medida que pasa el tiempo, y este deseo actúa como un motor que lo impele a uno a esa meta. “Porque los que están en conformidad con la carne fijan su mente en las cosas de la carne.” (Rom. 8:5) Si uno no quiere llegar a esa meta, entonces tiene que ejercer gobierno de sí mismo y dejar de pensar en el asunto. Proverbios 23:7 lo describe así: “Porque como quien ha calculado dentro de su alma, así es él.” Job explica que Jehová actúa de acuerdo con su modo de pensar y deseo; note Job 23:13: “Y él está en un solo pensar, y ¿quién puede resistirlo? Y su propia alma tiene un deseo, y eso hará.”
8, 9. (a) ¿Cómo posiblemente consideran algunos la vida gobernada por principios bíblicos? (b) Describa brevemente el campo en el cual el hombre debe ser gobernado por lo razonable.
8 Sucede, pues, que a menudo el crecimiento se detiene o se estorba debido a que los individuos no hacen el esfuerzo necesario para realmente disfrutar de la vida. Otros creen que el servir a Dios y el obrar de acuerdo con los principios bíblicos restringe y estorba su crecimiento. No obstante, un examen revela que, si uno vive en armonía con los principios bíblicos, puede crecer a mayor desarrollo y alcanzar más de lo que la mayoría de los hombres ha alcanzado hasta ahora. La Biblia llama a nuestra atención un principio que gobierna: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes.”—Fili. 4:5.
9 Este campo de lo razonable incluye nuestras necesidades como punto central. Por una parte estarán nuestros gustos, necesidades, deseos y la variedad interminable de cosas que provee Jehová, nuestras aversiones y la libertad a que otros tienen derecho. Por otra parte, fuera del campo de lo razonable hay manías transitorias, rebelión, independencia, temor, tal como el temor al hombre y al futuro, temor de perder el trabajo, de que se agoten el alimento, la ropa y el abrigo, temor de la muerte y de la calamidad.
NECESIDADES DEL HOMBRE
10. ¿Cuáles son las necesidades del hombre, y cómo se atienden?
10 Nuestras necesidades son de sencillo alimento sustentador del cuerpo, que se encuentra en todas partes de la Tierra, simplemente lo esencial que mantiene vivo al hombre y suficientemente fuerte para trabajar. Quizás conste de pan, arroz, pescado, frutas, carne, legumbres, pero lo hay. De esto nos da seguridad una expresión que tiene centenares de años y todavía aplica, la cual se encuentra en el Salmo 104:14, 15, 24: “Él está haciendo brotar hierba verde para las bestias, y vegetación para el servicio de la humanidad, para hacer salir alimento de la tierra, y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal. ¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones.” Y de nuevo, en el Salmo 136:25: “Aquel que le da alimento a toda carne: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido.” Necesitamos ropa, y Jehová la proveyó en los tiempos tempranos de la existencia del hombre. (Gén. 3:21) El abrigo, otra necesidad básica, lo construye el hombre de diversas maneras y con arquitectura variada utilizando los materiales que ha provisto Jehová.
GUSTOS Y DESEOS DEL HOMBRE
11. ¿Debe disfrutar el hombre de las cosas que desea y puede obtener?
11 Además de las necesidades básicas hay muchas cosas que nos gustan y deseamos tener. Al dar instrucciones a los israelitas, Jehová les dijo: “También tendrás que dar el dinero, por lo que sea que tu alma desee con vehemencia en lo que respecta a reses vacunas y ovejas y cabras y vino y licor embriagante y cualquier cosa que te pida tu alma; y tendrás que comer allí delante de Jehová tu Dios y regocijarte, tú y tu casa.” (Deu. 14:26) De modo que agregamos a nuestras necesidades alimentos sabrosos, variedad en el vestir, comodidades en nuestros hogares, sonidos agradables a nuestros oídos y la asociación edificante de nuestros hermanos. Jehová ofrece aun más: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.”—Sal. 145:16.
JEHOVÁ PROVEYO VARIEDAD INTERMINABLE
12. ¿Tiene el hombre deseos que puedan sobrepasar de lo que Jehová proveyó para que lo usara? Por favor explique.
12 Pero los deseos del hombre, hasta los que están en condiciones de ver realizados, ni siquiera principian a usar la cantidad y calidad de las cosas materiales que Dios creó para que el hombre disfrutara de ellas en la Tierra. Pablo exclamó: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!” (Rom. 11:33) La sabiduría de Dios se identifica fácilmente en multitudes de cosas para el hombre. Se nos invita a usarlas con este lenguaje: “Toda creación de Dios es excelente, y nada ha de desecharse si se recibe con acción de gracias.” (1 Tim. 4:4) ¿Limitadas? ¿Exploradas en unos cuantos minutos? Eclesiastés 8:17 informa esto sobre la búsqueda de un investigador: “Y vi toda la obra del Dios verdadero, cómo la humanidad no puede descubrir la obra que se ha hecho bajo el sol; por mucho y duro que siga trabajando el hombre en buscar, no obstante no descubre. Y aunque dijere que es bastante sabio para saberlo, no podría descubrirlo.” Hay delante del hombre belleza indescriptible. ¿Qué pincel de pintor o lente de cámara puede captar el color, la intensidad, las impresiones en la emoción, la expansión de los cielos? ¿Ha probado usted todos los sabores que existen hoy? ¿Ha oído usted toda la música y las canciones de la Tierra? ¿Ha participado usted de la alegría despreocupada del niño receptivo, de manera que cada vuelta del camino le revele una experiencia inolvidable? ¿Ha llegado a saber usted lo que es el maravilloso mundo de la gente asociándose con los de toda nación y tribu de la Tierra?
AVERSIONES Y PREJUICIOS DEL HOMBRE
13. ¿Cómo podemos hacer que nuestros prejuicios cedan a lo razonable? ¿Cuál sería el derrotero seguro a seguir?
13 Estrechamente enlazado con el orgullo y la tradición inestable está el prejuicio, que brota de la ignorancia. Por lo general existe entre los que no tienen suficiente conocimiento acerca de otras personas, y por eso están anuentes a aceptar rumores o propaganda infundada. Hay muchas clases de prejuicios: orgullo de raza, de familia, de país, de riqueza, de clase o profesión, de religión y a causa de agravios y otras cosas. Común es la actitud que se retrata en estas palabras: ‘Si no me gusta, es incorrecto y no debe permitirse.’ Pedro habló como se registra en Hechos 10:34, 35: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.” Otro texto que revela el parecer de Jehová sobre el asunto se encuentra en 1 Corintios 4:6, 7: “‘No [vayan] más allá de las cosas que están escritas,’ a fin de que no se hinchen individualmente a favor del uno contra el otro. Pues, ¿quién hace que tú difieras de otro? En realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Si, pues, verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” Demasiados son los factores que figuran en los sentimientos de uno que afectan sus decisiones, de modo que no es prudente que uno se rija por sus aversiones o prejuicios. El punto de vista de los padres de uno, los años en que uno era flexible en medio de diversos ambientes y las presiones de la actualidad ocasionadas por el espíritu de este sistema de cosas no permiten que uno esté completamente libre de favoritismo. Es una falta común entre los humanos el recordar los errores de otros, y hasta un solo paso incorrecto se recuerda y se tiene en cuenta al obrar por años después. Cada vez que se menciona el nombre de la persona se recuerda la falta. Es una forma de vengarse, aunque fue un asunto que se arregló y supuestamente quedó borrado. Entonces, el proceder prudente es seguir los principios bíblicos. Amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia.—Vea Proverbios 6:16-19; Salmos 97:10; 11:5; Hebreos 1:9.
SE CONCEDE LIBERTAD A OTROS
14. Al conceder libertad a otros, ¿qué instrucción bíblica seguiría usted? ¿Hasta dónde podemos ir en este asunto?
14 Debido a la aversión insufrible que les tenemos a algunas cosas quizás estemos privando a otros de la libertad a que tienen derecho. Pablo trata de este asunto muy francamente en el capítulo catorce de Romanos. “Reciban con gusto al que tiene debilidades en su fe . . . porque Dios ha recibido con gusto a ése.” (Rom. 14:1-3) El alimento y la bebida pueden causar problemas ahora como los causaron entonces, y Pablo dijo que no hiciéramos de tales cosas el punto importante, sino, más bien que enfocáramos la atención en el Reino. “Deja de estar derribando la obra de Dios simplemente por causa de alimento.” (Rom. 14:20) Esto se extiende a otros asuntos además del alimento. Hermanos celosos quizás se sientan tan animados con la verdad que constantemente estén empujando a otros a mayor actividad sin dejar que ellos tomen su propia decisión tocante a cuánto tiempo quieren dedicar a varias actividades de la congregación. Vaya solo hasta donde van las Escrituras. (1 Cor. 4:6) Permita que otros se encarguen de las responsabilidades que ellos tienen, responsabilidades que quizás usted no entienda o quizás hasta ignore. Ayude donde pueda, pero no empuje. “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos.”—Sant. 3:17.
FUERA DEL CAMPO DE LO RAZONABLE: DESEOS PERJUDICIALES
15. ¿Qué halla uno que prevalece fuera del campo de lo razonable? ¿Es prudente seguir a la mayoría de la gente o sus ideas?
15 Fuertes deseos rigen y motivan al hombre en este presente sistema de cosas. Impelidos por fuerzas de poder explosivo, se hace cada vez más difícil hallar a los que observan el consejo de Tito 3:2: “No hablen perjudicialmente de nadie, que no sean belicosos, que sean razonables, desplegando toda apacibilidad para con todos los hombres.” El espíritu del mundo hace que uno dirija la atención a sí mismo, que empuje, que se apresure por ser personaje importante, y su entero concepto se describe muy bien en 1 Juan 2:16: “Porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.” Estos deseos perjudiciales incluyen un extenso campo de actividad. Manías que atraen a los intereses egoístas barren por las poblaciones como epidemias, y persisten en la escena hasta que las elimina la siguiente ola de cosas extremadas. ¿Por qué debe querer una persona razonable pasar apresuradamente sin valerse de las provisiones ilimitadas de Jehová Dios para el placer del hombre y descender a lo que es producto del pensar degradado de criaturas humanas imperfectas? Hay modas del vestir que están diseñadas para vender el sexo; los anteojos que en otro tiempo eran útiles y necesarios ahora están diseñados para atraer la atención a quien los lleva. El alimento y la bebida se sacan de su propósito deseado y se desvían a un conducto que provee excitación.
FUERA DEL CAMPO DE LO RAZONABLE: TEMOR
16. Describa los muchos temores que plagan al hombre; ¿qué recomendaría usted para vencer estos temores?
16 El temor al hombre es una fuerza apretadora; puede congelar el crecimiento y apretar al ministro de Dios hasta hacerlo inactivo. Si usted conoce los principios bíblicos por los cuales vivir y hace cuanto puede por seguirlos, ¿por qué temer lo que el hombre piense, sí, hasta lo que piense su hermano? El temor indica falta de conocimiento de lo correcto o el abstenerse de hacer lo que uno sabe que es correcto. Si uno sabe lo que es correcto hacer y lo hace sin temer lo que piensen los hombres, está creciendo. Jesús dijo: “Cuídense mucho de no practicar su justicia delante de los hombres a fin de ser observados por ellos.” (Mat. 6:1) Más bien, consiga la bendición de temer a Jehová, como se menciona en Proverbios 15:33: “El temor de Jehová es disciplina hacia la sabiduría”; y otra vez, en el Salmo 145:19: “Ejecutará el deseo de los que le temen.” De modo que podemos ser razonables y evitar el temor de otros dioses, de la superstición y de la calamidad. Los resultados: “En paz ciertamente me acostaré y también dormiré, porque tú, sí, tú solo, oh Jehová, me haces morar en seguridad.” (Sal. 4:8) La muerte pierde su dominio que infunde temor y tenemos la promesa de ser librados pronto de su señorío. (Heb. 2:14, 15) Con dignidad y respeto apropiados, y desprovistos de temor cobarde, nos mantenemos libres de muchos problemas: “El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo.”—Pro. 29:25.
17. ¿Cuál debe ser la conclusión del hombre humilde para siempre?
17 La vida es suficiente complicada sin agregar más problemas para estorbar el crecimiento de otra persona o ponerle obstáculos al suyo propio. Disfrute ahora de la vida mientras sirve a Jehová. Prescindiendo de cuántos privilegios de servicio reciba, de lo capacitado que sea en el desempeño de su trabajo, de lo eficaz que sea y bien organizado que esté usted, jamás confíe en la habilidad del hombre para el crecimiento, sino para siempre reconozca que ‘es Dios quien lo hace crecer.’—1 Cor. 3:7.