El gozo de abundar en conocimiento exacto
“PAPÁ,” dijo la bonita Emilita, “la mamá de Paquita dijo que ella no puede salir porque tiene paperas. ¿Qué son paperas, papá?” Carlos sonrió. Cuando su hija de cuatro años le hacía preguntas, ¡se ponía siempre tan seria! Pero percibiendo que realmente quería adquirir información, amorosamente la tomó en su regazo y explicó sencillamente: “Las paperas . . . ”
Más tarde, cuando Emilia tenía siete años, Carlos se enfrentó a otra de sus muchas preguntas. Mientras la niña chupaba felizmente unas nueces cubiertas con chocolate dijo: “¡Qué buenas son, papá! Pero, ¿de dónde viene el chocolate?”
Ahora que ella podía leer, Carlos decidió ayudarla a aprender a buscar respuestas. “Te lo podría decir, Emilia,” dijo él, “pero busquemos ‘chocolate’ en nuestra pequeña enciclopedia y veamos lo que dice. Veras lo interesante que es buscar las respuestas.”
Cuando Emilia cumplió los dieciséis años, el oculista de la escuela le dijo que estaba ligeramente présbite y que dentro de poco probablemente tendría que usar anteojos. En camino a casa ella se detuvo en la biblioteca. Después de disfrutar de la materia que contenía la enciclopedia grande bajo “Anteojos” y “Ojo” le preguntó a la bibliotecaria: “Me intereso en aprender más en cuanto a ojos y anteojos. Busqué en la enciclopedia. ¿Podría usted sugerirme algunos libros que pudiera llevarme a casa?”
Después de casada, Emilia pensó en cubrir el piso de su pasillo. ‘¿Qué es mejor, azulejo o alfombra?’ pensó ella. Después de leer unos folletos que obtuvo de la tienda y hablar con algunas de sus amigas, obtuvo una idea bastante clara en cuanto a las ventajas y desventajas de cada una de las dos cosas. No obstante, comprendió que su esposo tenía que hacer la decisión final como cabeza de la casa.
Si usted fuera el padre o la madre de Emilia, ¿no habría sentido usted mucha satisfacción al observar cómo se desarrollaba hacia la madurez física, mental y emocional? Cuando era solo una niñita, era un placer para su padre el contestar sus preguntas. Entonces, a medida que ella fue haciéndose más hábil, él la ayudó a ver cómo ella misma podía hallar información. ¡Qué excelente entrenamiento! E imagínese el placer que debe haber tenido Emilia al llegar a estar más capacitada y más equipada.
¡Qué triste habría sido el caso si Emilia, a medida que se hacía hábil, hubiera seguido siendo una pequeñuela, por decirlo así, preguntando a sus padres cosas que ella misma estaba capacitada para averiguar. Eso habría entrañado pereza y falta de iniciativa. Ella habría perdido mucho del gozo que proviene de buscar y hallar conocimiento.
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Como cristianos, estamos conscientes de otro tipo de crecimiento a la madurez, desarrollo espiritual. Mucho de lo que se ilustra en el caso de Emilia acontece de manera espiritual con la persona que estudia la Biblia con los testigos de Jehová. Y eso es cierto sea joven o anciana la persona. La meta que ella debe tener es crecer al estado de adulto espiritual, lograr madurez espiritual. El apóstol Pablo oró que continuaran progresando en este aspecto aun los cristianos, al ‘pedir que fueran llenos del conocimiento exacto de la voluntad [de Dios] en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para que anduviesen de una manera digna de Jehová a fin de que le agradasen plenamente.’—Col. 1:9, 10.
Sea usted ya testigo de Jehová, o esté esforzándose hacia esa meta, ¿puede usted ver manifiesto este progreso en su vida? ‘Pero,’ quizás pregunte usted, ‘¿cómo puedo determinar el grado de mi progreso?’ Un indicador, y hay varios de ellos, es la manera en que usted procede cuando surge una pregunta. ¿Qué hace usted para conseguir información? ¿Le pregunta usted a alguien sin tratar de hallar personalmente una respuesta, o se pone usted mismo a investigar?
Examinemos algunos de los pasos que una persona da para progresar espiritualmente. Usted puede compararse con lo que vaya aprendiendo. Si usted ve que hay lugar para mejoramiento personal, usted puede estar seguro de que encontrará satisfacción verdadera al aplicarse para lograr tal mejoramiento. Y aunque usted ya sea bastante “adulto” en lo espiritual, quizás vea campos más especializados donde pueda progresar y así llegar a ser un portador de luz que resulte en aun mayor alabanza a Dios.—Mat. 5:14-16.
CUANDO SURGEN PREGUNTAS
Podemos continuar utilizando a Emilia como buen ejemplo. Recientemente comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Tenía mucho que aprender en cuanto a ella. Cada semana cuando venía Clorinda, la Testigo que tenía un estudio de la Biblia con ella, Emilia estaba llena de preguntas. Comprendiendo que Emilia era una pequeñuela espiritual, Clorinda estaba bastante anuente a contestar. Se complacía en ayudar a Emilia a descubrir el gozo de abundar en conocimiento exacto de Dios.
Después de haber estudiado la Biblia por unos dos meses, Emilia le mencionó lo siguiente a Clorinda: “Estaba leyendo Mateo 12:8. Jesús usó la expresión ‘Hijo del hombre.’ ¿Por qué se llamó así?” Clorinda dijo que preferiría hacer un poco más de investigación antes de contestar. Durante la semana Emilia se preguntó cómo su maestra iba a hallar la respuesta. Emilia sabía que en la congregación local de los testigos de Jehová había muchos ministros que tenían cuantioso conocimiento de la Biblia. ¿Le preguntaría Clorinda a uno de ellos?
En el siguiente estudio, Clorinda dirigió la atención a las páginas 220 y 221 de ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,’ una ayuda para el estudio de la Biblia que recientemente había obtenido Emilia. Allí se mostraba que Jesús no fue simplemente una materialización; él no había materializado un cuerpo como lo habían hecho algunos ángeles. Más bien, realmente fue humano, y la expresión “Hijo del hombre” daba énfasis a ese hecho. (Gál. 4:4) Por eso pudo servir de rescate adecuado y pagar lo que el hombre Adán había perdido.
“¿Le preguntó usted a alguien de la congregación dónde hallar la respuesta?” preguntó Emilia.
“Solo hubiera preguntado si yo misma no hubiera podido hallar la respuesta,” contestó Clorinda. “Estoy segura de que los hermanos habrían tenido gusto en hacer algunas sugerencias si yo les hubiera preguntado. Pero, en cambio, hice investigación personal. De hecho, hoy traje conmigo varios libros publicados por la Sociedad Watch Tower. Permítame mostrarle cómo usar sus índices. A medida que surjan preguntas en el futuro podemos practicar el uso de los diferentes índices. Usted verá lo rápida y satisfactoriamente que se pueden contestar casi todas las preguntas sobre una base personal.”
USO DE LOS ÍNDICES
¿Puede usted ver la diferencia en la manera en que Emilia y Clorinda procedieron en cuanto a una pregunta que ambas querían que se contestara? Clorinda no fue y simplemente le preguntó a otra persona, sino que tomó la iniciativa de efectuar investigación personal. ¿Qué habría hecho usted? A fin de ayudar a los cristianos a efectuar investigación bíblica personal y así hallar el gozo de abundar en conocimiento exacto, la Sociedad Watch Tower produce cada año un índice en el número del 15 de diciembre de La Atalaya y del 22 de diciembre de ¡Despertad!, además de los índices en casi todos los libros encuadernados publicados por la Sociedad. El índice se divide en dos secciones en La Atalaya, el Índice de textos bíblicos explicados y el Índice de los temas. La revista ¡Despertad! publica un índice en el cual agrupa los artículos bajo diferentes clasificaciones. Algunos libros encuadernados tienen índices de ambas clases, de temas y de textos. Al usar los índices uno puede localizar temas o textos bíblicos que se explican en La Atalaya, ¡Despertad! y otras publicaciones que se producen para la educación de los cristianos. Ilustremos cómo se pueden usar eficazmente estos índices.
Dirigiéndose a la lista de Palabras importantes de la Biblia para consulta rápida en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras Clorinda buscó la expresión “Hijo del hombre.” Bajo ese encabezamiento encontró textos de los cuales se cita la frase y otros que solo se mencionan. Por eliminación llegó a Mateo 8:20, de los que no se citan parcialmente sino solo se mencionan, y luego buscó ese texto en los índices de los libros y lo encontró en el Índice de textos citados del libro ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta’ y allí se le indicó que buscara la página 220 y de esa manera encontró la información que se presentó antes.
Pero, ¿qué hay si usted quisiera información sobre cierto tema y la palabra en que usted se interesa no estuviera alistada en los índices? Por ejemplo, quizás usted recordara de haber leído algo acerca de las veces en que los humanos oyeron la voz de Jehová. ¿Cuándo fueron esas ocasiones? ¿En qué índices buscaría usted? Muchos puntos de erudición bíblica semejantes a éste se consideran en la revista ¡Despertad! bajo el encabezamiento “Tu Palabra es la verdad.” ¿Qué tema buscaría usted bajo ese encabezamiento? Usted está pensando en Jehová y en su voz, cuando él no utilizó representantes. Por eso, ¿por qué no buscar bajo “Representantes de Jehová”? Así usted encontraría en el índice de ¡Despertad! de 1962 el encabezamiento “Representantes de Jehová” bajo “Tu Palabra es la verdad.” Considerando ese artículo usted hallará allí que parece que hubo tres ocasiones en que humanos oyeron la propia voz de Jehová, y todas fueron cuando Jesús estuvo en la Tierra. Leemos en cuanto a estas ocasiones en Mateo 3:17; 17:5 y Juan 12:28.
¿Qué hay si la pregunta que usted tiene es sobre un versículo de la Biblia en particular? Por ejemplo, posiblemente usted haya leído en Jueces 16:28 que Sansón cuando estaba ciego oró a Jehová: “Deja que me vengue de los filisteos con venganza por uno de mis dos ojos.” ¿Por qué solo por un ojo? Aquí es donde la sección del índice de textos citados o explicados es útil. El primer lugar en el cual buscar sería en La Atalaya del 15 de diciembre del año más reciente y si no lo halla allí retroceder al año anterior y seguir así hasta hallarlo. Así usted encontraría el texto Jueces 16:28 en el índice de La Atalaya para 1967 y una referencia a la página 432; está en el número del 15 de julio. En esa página usted hallará el comentario de que evidentemente Sansón consideró que la pérdida de uno de sus ojos se debía a que no actuó con vigilancia en su proceder con Dalila. Sin embargo, el otro ojo lo imputó a los filisteos y por eso pidió que Jehová lo ayudara a vengar ése y así sostener la adoración verdadera.
Si usted aumenta su biblioteca teocrática con regularidad guardando los números de La Atalaya y ¡Despertad! según salen, u obteniendo los volúmenes encuadernados de estas revistas al fin de cada año, así como coleccionando los libros de la Sociedad, acumulará a través de los años un almacén valioso de conocimiento. Entonces usted podrá sacar información de este conocimiento acumulado cuando surjan preguntas. Ahora bien, si usted puede leer el idioma inglés puede consultar el Index que publica la Sociedad Watch Tower. Hay un tomo que abarca los años 1930 a 1960; otro que abarca los años 1961 a 1965 y de allí en adelante se ha publicado uno año tras año. ¿Qué hay si usted busca en este Index y se le indica una publicación que usted no tiene? ¿Qué puede hacer? En la mayoría de los Salones del Reino de los testigos de Jehová hay una biblioteca que uno puede usar antes y después de las reuniones. ¿Por qué no consultar allí la publicación mencionada? O quizás alguien de la congregación local que haya estado aumentando su biblioteca personal por muchos años tenga la publicación en su biblioteca. Sin duda le daría satisfacción a esa persona saber que puede ayudarle a usted, y los dos bien podrían compartir ratos agradables de asociación cristiana.
¿Parece eso como si se requiriera esfuerzo? ¡Claro que sí! Pero, ¿no es verdad que una cosa que distingue a un adulto maduro de un bebé es la manera en que la persona madura está dispuesta a usar iniciativa y persistencia para conseguir algo que vale la pena? La Palabra de Dios dice: “El corazón del entendido adquiere conocimiento, y el oído de los sabios procura hallar conocimiento.”—Pro. 18:15.
AYUDA PERSONAL
¿Recuerda usted lo que hizo Emilia después que efectuó investigación personal pero pensó que necesitaba algunas sugerencias en cuanto a dónde obtener más información? Le preguntó a alguien que estaba capacitado para ayudar. ¿Cómo aplica eso localmente cuando uno busca conocimiento exacto de Dios?
Hablando acerca del superintendente cristiano, 1 Timoteo 3:2, 6 muestra que él ha de estar “capacitado para enseñar” y que no ha de ser “un hombre recién convertido.” De modo que si usted ha efectuado toda la investigación personal que le es posible, y aún no ha recibido respuesta a su pregunta, ¿por qué no preguntarle a uno de los muchos individuos capacitados de la congregación local? El superintendente y los siervos ministeriales han tenido años de experiencia y son reconocidos como personas especialmente capacitadas para enseñar. Quizás puedan hacer una sugerencia en cuanto a algunos lugares donde usted pudiera hallar la información que busca o quizás participen con usted en efectuar la investigación.
También, es bueno analizar la pregunta o problema. ¿Se trata de algo en que usted tiene la responsabilidad de tomar una decisión? Quizás algún otro realmente tenga esa responsabilidad. Como en el caso de Emilia, si hay una esposa envuelta en el asunto, la cuestión quizás sea una en la que el esposo tenga que decidir, después que él considere los principios bíblicos relacionados con el asunto. (Tito 2:4, 5) Las preguntas que tienen que ver con las actividades de la congregación deben ser tratadas en la congregación local por los individuos nombrados por espíritu santo para decidir sobre tales asuntos.—Hech. 20:28.
AUMENTANDO EN CONOCIMIENTO EXACTO
Como ya se hizo notar, el apóstol Pablo oró para que los cristianos continuaran aumentando en conocimiento exacto. Esta es una posibilidad aun para los que han estudiado la Biblia por años, porque Jesús indicó que habría un grupo de cristianos ungidos sobre la Tierra para suministrar alimento espiritual al tiempo debido. (Mat. 24:45) Los testigos de Jehová conocen por experiencia el cumplimiento de esto, habiendo recibido abundante alimento espiritual a través de los años en las publicaciones de la Sociedad Watch Tower.
Puesto que ésta es la realidad, si uno quiere saber cómo entienden los testigos de Jehová cierto texto o tema en particular, puede consultar las publicaciones donde ya se ha explicado. Es verdad que algunos asuntos todavía no se han considerado. Entonces, ¿sería aconsejable escribir a la Sociedad Watch Tower y pedir una explicación personal, por anticipado y especial? No, ésa no es la manera que Dios usa para suministrar el “alimento [espiritual] a su debido tiempo.” Lo suministra para su pueblo como grupo. Cuando está disponible el significado profético de alguna porción de la Biblia, esa información se publica para provecho de todos.
Los cristianos pueden esperar que la luz del entendimiento espiritual se haga ‘más y más clara hasta que el día quede firmemente establecido.’ (Pro. 4:18) De modo que pacientemente podemos esperar información sobre puntos que todavía no se han tratado, recibiendo con gozo y aprecio la progresiva y aumentante luz de verdad de la Palabra de Dios.
Pero, como hemos visto, es probable que uno halle información sobre la mayor parte de las preguntas bíblicas localmente por medio de consultar las publicaciones disponibles o por medio de considerar el asunto con los ministros cristianos experimentados de la congregación. Así uno hallará la respuesta rápidamente y obtendrá mucha satisfacción personal por sus esfuerzos.
¡Que el gozo que recibió Emilia sea simplemente una ilustración pequeña del gran gozo que usted reciba a medida que mantenga la madurez espiritual como su meta y a medida que se esfuerce por abundar en conocimiento exacto!