¿Qué clase de esposo es usted?

SI USTED es casado, sabe que no es fácil ser buen esposo. Una razón para esto es que tal cosa no viene por “instinto.” El ser hábil en el matrimonio es semejante a ser hábil en cualquier otro campo de esfuerzo serio y determinado... es algo que tiene que adquirirse. Y eso requiere tiempo, pensamiento y esfuerzo.

Pero, ¿qué clase de esposo es la clase correcta de esposo? Es verdad que se pueden leer muchos libros acerca de esto, libros escritos por doctores, psiquiatras y consejeros sobre el matrimonio, y sin duda estos libros contienen información valiosa. Pero a menudo estas personas proporcionan consejo contradictorio. ¿Cuál consejo seguirá usted?

¿No es más sensato dirigirse a Aquel que originó el matrimonio para obtener información acerca del tema? Ese es Jehová Dios. Él creó al hombre y la mujer... y dio origen al matrimonio.—Gén. 2:22-24.

Cuando estudiamos el asunto desde el punto de vista de Dios, rápidamente vemos que el papel del esposo es desde ciertos aspectos más difícil que el de la esposa. ¿Por qué? Porque la Palabra de Dios declara: “El esposo es cabeza de su esposa.” (Efe. 5:23) Dios le ha asignado al hombre el papel principal en el matrimonio, el de la jefatura. De modo que su papel es más complejo.

El ser cabeza significa que usted como esposo desempeña el papel principal en cuanto a suministrar lo necesario a su familia material, espiritual y emocionalmente. Usted es el que debe tomar las decisiones principales y llevar la iniciativa en hacer cosas para el bien de la familia.

Cuando usted es acertado en su acaudillamiento, no se le hace abrumador a su esposa ‘estar en sujeción’ a usted como su esposo. (1 Ped. 3:1) Ella es más feliz porque puede concentrarse en el papel para el cual Jehová la equipó tan admirablemente, el de ser ayudante y compañera de usted, haciendo de su hogar un buen lugar donde vivir, y cuidando a los hijos.

No obstante, cualquier esposo se meterá en dificultades si cree que el papel que se le ha asignado divinamente como cabeza significa que está autorizado para ser dictador. Cuando la jefatura se ejerce así, entonces la esposa mostrará la tensión que esto produce, puesto que nadie respeta a un tirano.

Un hombre no podría ser tiránico y al mismo tiempo ser esposo de la clase correcta, pues la Palabra de Jehová dice: “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos.” (Efe. 5:28) ¿Hasta qué grado debe usted esforzarse por tratar amorosamente a su esposa? Aunque usted es cabeza de su esposa, no obstante la Biblia, en 1 Pedro 3:7, dice: “Ustedes, esposos, continúen morando con [sus esposas] de igual manera de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino.”

¿Cómo honra usted a personas que conoce? Por lo general habla bien de ellas, hace cosas para ellas y considera sus sentimientos, puntos de vista y deseos. Lo mismo aplica a asignarle honra a su esposa. Para esto es esencial comunicarse con su esposa, es decir, tener intercambios mutuos de puntos de vista. A menudo, la información que la esposa tiene hace posible que su esposo tome mejores decisiones. Y aunque como cabeza la decisión terminante le toca a él, el esposo que le ‘asigna honra a su esposa’ a menudo permite que la preferencia de ella prevalezca por encima de la de él cuando no esté envuelto algo de consecuencia.

El esposo de la clase correcta aprecia lo que su esposa hace en el hogar. ¡Pues, costaría una pequeña fortuna emplear a personas que cocinaran, hicieran la limpieza, cosieran, plancharan, cuidaran a los niños e hicieran las muchas otras cosas que hace una esposa! Entonces, ¿por qué no expresar agradecimiento y aprecio a veces por su trabajo duro? Es verdad que a veces quizás sea necesario decir algo para corregirla, pero si esto es lo que la esposa siempre oye, sin ningún encomio edificante, esto puede agriar su actitud.

Tal como los esposos necesitan un cambio de su rutina diaria, también lo necesitan las esposas. Reconociendo esta necesidad, ¿por qué no toma la iniciativa y sugiere que usted y su esposa hagan algo diferente a veces? Quizás el comer en un restaurante, disfrutar de diversión edificante, visitar a otros o hasta dar una vuelta juntos sería algo que ella apreciaría.

Todo esposo que también es padre conoce el papel importante que su esposa desempeña en la crianza de los hijos. Su ternura y amor, sus cualidades maternales, todo muestra claramente que Jehová la creó para ese papel. Pero usted no debe esperar que su esposa lo haga todo para los hijos. En realidad, usted debe desempeñar el papel clave en el desarrollo mental Y espiritual de ellos, pues la Biblia aconseja, dirigiéndose, no a las madres, sino a los padres: “Padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” (Efe. 6:4) Es por eso que el padre cristiano hace bien en conducir estudios bíblicos regularmente con la familia y guiarla en la adoración de Jehová.

Hay muchas otras ocasiones en las cuales usted puede ayudar también a atender a los hijos. Por ejemplo, cuando toda la familia sale de la casa y está en compañía de otras personas, usted puede mostrarle consideración a su esposa ayudando a atender a los hijos, en vez de dirigir toda su atención a otras personas. Esto es amoroso, y muestra que usted reconoce sus responsabilidades como cabeza de familia.

El esposo de la clase correcta también considera el carácter emocional de su esposa. Como el “vaso más débil” ella tiene sus ciclos físicos, que hacen más fuerte su inclinación a lo emocional en comparación con su esposo. En ciertos días en que ella no se siente bien, el esposo considerado se guarda de invitar compañía a casa o de esperar demasiado de su esposa.

Toda esta consideración tiene una influencia muy deseable. La esposa que recibe este tratamiento por lo general responde de modo positivo. Le tiene más profundo respeto y amor a su esposo, mayor deseo de hacer cosas para él. Y aunque no responda así, el esposo de la clase correcta continuará tratando a su esposa de esta manera amorosa. ¿Por qué? Porque es la manera correcta, la manera que Jehová aprueba.—Efe. 5:25.