Satisfaciendo el requisito divino de obediencia
“Obedezcan mi voz, y ciertamente llegaré a ser su Dios, y ustedes mismos llegarán a ser mi pueblo; y tienen que andar en todo el camino que yo les mande, a fin de que les vaya bien.”—Jer. 7:23.
1. (a) ¿Qué situación existe hoy en cuanto a la obediencia? (b) ¿Con qué resultado?
COMO sucede en el caso de una joya rara, es difícil encontrar obediencia en este mundo del siglo veinte. Los gobiernos han experimentado con muchos métodos en su esfuerzo por hacer que esta cualidad deseable se deje ver en sus súbditos. Agencias destinadas a hacer cumplir la ley encuentran que el temor y la fuerza no producen ciudadanos obedientes. Las organizaciones religiosas encuentran mucha desobediencia en sus rebaños. Sin importar la ubicación geográfica, la situación financiera o la posición social, el hogar resulta ser un lugar donde hay relaciones tirantes, donde las tensiones llegan al punto del rompimiento, donde los jóvenes desafían a los mayores, y donde el amor lentamente se desvanece en lontananza. En el fondo de esta grave situación está el asunto de la obediencia. Hay mujeres a quienes ha irritado la sujeción a los esposos, por significar que han de ser esposas obedientes. La obediencia a Dios ha sido puesta a un lado con teorías de hechura humana, a tal grado que la mayoría de la humanidad no sabe lo que Dios requiere de ella.
2, 3. ¿Qué resultado les ha sobrevenido a los hombres desobedientes desde el principio hasta ahora, y dónde nos encontramos ahora?
2 La desobediencia no es cosa nueva. Ha estado aquí en la Tierra casi tanto tiempo como el hombre. Podemos leer la descripción sin ambages de su llegada en Romanos 5:19: “Por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores.” Desde el tiempo de la desobediencia de Adán a través de la corriente del tiempo la desobediencia entre la humanidad ha estado aumentando a tal proporción que los hombres obedientes de Dios han resaltado como diferentes y como dignos de notarse. La Biblia menciona a algunos de éstos en el capítulo once de Hebreos. De uno de éstos, Abrahán, el Heb. 11 versículo ocho dice: “Por fe Abrahán, cuando fue llamado, obedeció.” Otro sobresaliente hombre obediente, Jesús, dijo que vendría el tiempo en que, “por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:12) Parece que hemos penetrado mucho en ese tiempo.
3 De modo que por casi seis mil años la desobediencia ha aumentado, creciendo a tal grado que puede compararse al agua y aire contaminados de la Tierra. Hombres descuidados continuamente vacían indeseables desperdicios en su abastecimiento de agua y aire, y a la vez que lo hacen quizás se quejen de la calidad deficiente de estas cosas esenciales y sostenedoras de la vida. El hombre, desde su rebelión temprana hasta esta fecha, ha desatendido la adoración pura y ha contribuido a la desobediencia tanto por tendencias pecaminosas heredadas como también por su deseo voluntarioso de seguir su propio camino independiente.
4. (a) Defina obediencia. (b) ¿Cómo entra el temor en nuestra obediencia a Dios?
4 El diccionario define la obediencia así: “Acto o hecho de obedecer, o condición de ser obediente.” El obedecer es “estar gobernado o controlado por; seguir la guía, operación, etc. de; como, obedecer la razón; obedecer la ley de la gravedad.” La Biblia tiene un modo de expresarlo: “La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque esto es el deber todo del hombre.” (Ecl. 12:13) Algunos presentan objeciones a este asunto de obedecer a Dios por temor. Sin embargo obedecemos las leyes que tienen que ver con la gravedad, y cada día de nuestra corta vida respetamos temerosamente esta fuerza. Lo hacemos como parte de la vida, aceptándola y rara vez oye uno que alguien se queje; no obstante, es rígida y exigente. Si nos interesáramos en entender los requisitos de Dios tan bien como entendemos la operación de la gravedad, encontraríamos que el Salmo 112:1 describiría nuestra actitud: “Feliz es el hombre que teme a Jehová, en cuyos mandamientos se ha deleitado muchísimo.”
5. ¿Cómo dio énfasis el juez Samuel a la obediencia?
5 Jehová Dios exige obediencia de su pueblo. Él hizo que el juez Samuel le dijera al desobediente rey Saúl: “El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que la grasa de carneros; porque la rebeldía lo mismo es que el pecado de adivinación, y el adelantarse presuntuosamente lo mismo que usar poder mágico y terafim. Puesto que tú has rechazado la palabra de Jehová, él en conformidad te rechaza de ser rey.” (1 Sam. 15:22, 23) A los israelitas se les requirió que fueran obedientes. (Deu. 10:12, 13) Jesús fue obediente. (Heb. 5:8) Los apóstoles obedecieron. (Hech. 5:29) Millares de siervos fieles de Dios bajo toda clase de condiciones han sido obedientes a Dios.
6. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a la obediencia?
6 ¿De dónde brota la obediencia? ¿Es igual para un cristiano que para un niño, que hace las cosas porque un superior le dice que las haga? ¿Es la obediencia una actitud que solo tienen los cristianos? Puesto que todos los hombres nacen en pecado, ¿puede uno realmente practicar obediencia en esta presente generación ‘desaforada’? (Mat. 24:12) La Palabra de Dios nos trae las respuestas junto con mucho consejo que produce ánimo.
7. (a) Explique el punto en cuestión que Pablo considera en Romanos 2:8-11. (b) ¿De dónde nos dice Romanos 6:17 que proviene la obediencia piadosa?
7 Diríjase a Romanos, capítulos cinco y seis. Allí el apóstol Pablo da consideración al asunto de la obediencia. La obediencia que debe rendirse, ¿será a la Ley que se había dado a los israelitas y a la que muchos se habían adherido por mucho tiempo, o será obediencia a la bondad inmerecida de Dios, hecha disponible por medio de la provisión que ayuda a la humanidad a llegar a ser obediente a Dios, es decir, el arreglo del sacrificio de rescate que instituyó Jehová por medio de Cristo Jesús? Hoy todos tienen que decidir si quieren obedecer a Dios o seguir a la muchedumbre desobediente, desaforada, de este sistema de cosas actual. No se trata simplemente de escoger entre el antiguo pacto de la Ley de Dios y Su nuevo pacto, sino que se trata de obediencia a la verdad de Dios. Observe la descripción claramente definida de esto en Romanos 2:8-11: “Sin embargo, para los que son contenciosos y que desobedecen a la verdad pero obedecen a la injusticia habrá ira y cólera, tribulación y aflicción, sobre el alma de todo hombre que obra lo que es perjudicial, del judío primero y también del griego; pero gloria y honra y paz para todo el que obra lo que es bueno, para el judío primero y también para el griego. Porque con Dios no hay parcialidad.” Pero, ¿qué es lo que motiva a una persona a ser obediente a Jehová y a hacerlo voluntariamente? Romanos 6:17 nos inicia en la dirección del entendimiento: “Pero gracias a Dios que eran ustedes esclavos del pecado pero se hicieron obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual fueron entregados.”
OBEDIENCIA DE CORAZÓN
8. ¿Por qué no es la obediencia a Dios un derrotero que haya de temerse?
8 De modo que la obediencia proviene del corazón. En cuanto al cristiano, él no la ve desde el punto de vista de estar obligado a adherirse a reglas o disposiciones reglamentarias. El Salmo 112:1 indica lo siguiente: “Feliz es el hombre que teme a Jehová, en cuyos mandamientos se ha deleitado muchísimo.” Además, el Salmo 119:33, 34 revela: “Instrúyeme, oh Jehová, en el camino de tus disposiciones reglamentarias, para que lo observe hasta lo último. Hazme entender, para que observe tu ley y para que la guarde con todo el corazón.” Si llenamos el corazón con la sabiduría que ahora está disponible en la Palabra de Dios y seguimos adquiriéndola como alimento, entonces tiene que haber crecimiento. Ese conocimiento llena la clase correcta de corazón con aprecio y resulta en obediencia voluntaria.
9. (a) Describa algunas de las leyes físicas que observamos en operación. (b) ¿Qué significan para nosotros?
9 En los campos químicos funcionan ciertas leyes de manera equilibrada y confiable y producen cambios, y la humanidad las aprecia. El oxígeno produce herrumbre en el hierro y causa descomposición en un árbol caído. También es importante para la respiración. Las plantas despiden oxígeno, el cual inhalan los hombres y los animales. Estos obtienen su oxígeno del aire; los peces adquieren oxígeno que el agua ha absorbido del aire o que ha sido descargado por plantas verdes que crecen en el agua. El oxígeno que se inhala es tomado por la hemoglobina de la sangre y se lleva a todas partes del cuerpo. Los tejidos se oxigenan lentamente y se produce calor y se mantiene caliente el cuerpo. Estos procesos han estado allí desde que Jehová los puso en funcionamiento, pero hay que investigar para hallarlos y para familiarizarnos con el efecto que tienen en nosotros antes de que podamos cooperar plenamente. El uso pleno de estas cosas en nuestra vida produce mayor contentamiento y felicidad. Estas reglas no se cambian para complacer al hombre. Posiblemente él sea demasiado perezoso o terco para acatarlas. Más bien, el hombre cambia para acatar los principios fijos de la operación de la creación. El obedecer estas reglas de operación fijas realmente significa vida tanto para el que recibe como para el que da. El obedecer no puede ser malo, entonces, sino que significa bien para los que reconocen la operación y el fin determinado de ellas.
10. ¿Qué, razonablemente, precede a un proceder de obediencia a Dios, y dónde se puede hallar la prueba que se necesita?
10 Prestamente se ve que la obediencia a Dios requiere investigación que pruebe fuera de duda que Dios existe y se interesa en los que quieren servirle. El examen detallado de la creación visible a nuestro alrededor pronto establece ese hecho. Solo una extraordinaria persona inteligente con una variedad de cualidades pudiera haber producido el sinnúmero de artículos que forman la exhibición que se ve en los anaqueles de conocimiento de la Tierra. La profecía bíblica, historia escrita con anticipación, también prueba la existencia de Dios. En todas partes de la creación se encuentra más evidencia de la que realmente se necesita para probar la existencia de Dios.—Isa. 45:18; Rom. 1:20; Sal. 19:1-4; Isa. 40:26.
11. ¿Qué responsabilidad tiene el individuo respecto a la Biblia?
11 Puesto que la Biblia es la palabra de Jehová, es responsabilidad del individuo probar que ésta es la auténtica comunicación inspirada de Dios. A pesar de la infundada chismografía de que se contradice, la Biblia continúa estando unificada y presenta un cuadro claro de los propósitos de Dios y de lo que él espera del hombre. La continua comparación de nuestra Biblia con los hallazgos de manuscritos, rasgos topográficos de las tierras bíblicas, hallazgos arqueológicos y artefactos sacados a luz, todos verifican la veracidad de los relatos bíblicos. (Vea “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa,” página 331.)
12, 13. ¿Cómo hace resaltar Esdras la obediencia a Dios? Describa el resultado.
12 En la Biblia hay ejemplos de obediencia a los deseos de Jehová. El libro de Esdras pone de relieve la obediencia más de una vez en su registro del regreso de los desterrados a Jerusalén para reedificar el templo y reparar la ciudad. De Esdras, el Esd. capítulo siete, versículo diez, dice: “Porque Esdras mismo había preparado su corazón para consultar la ley de Jehová y para ponerla por obra y para enseñar en Israel disposiciones reglamentarias y justicia.” Este fue un hombre que rehusó depender de la sabiduría o fuerza del hombre, y que, más bien, obedeció fielmente la palabra de Jehová, acudiendo a él para protección. Esdras dijo cuando estaba listo para iniciar el largo viaje a Jerusalén: “Me dio vergüenza pedir una fuerza militar y hombres de a caballo del rey para ayudarnos contra el enemigo en el camino, porque le habíamos dicho al rey: ‘La mano de nuestro Dios está sobre todos los que lo buscan para bien, pero su fuerza y su cólera están contra todos los que lo dejan.’”—Esd. 8:22.
13 Bueno, Jehová ciertamente protegió a Esdras y su grupito que llevaban un rico tesoro de vuelta a Jerusalén. “La mismísima mano de nuestro Dios resultó estar sobre nosotros, de manera que nos libró de la palma de la mano del enemigo y de la emboscada por el camino.” (Esd. 8:31) Al llegar a Jerusalén Esdras entregó el oro, la plata y los utensilios del templo al sacerdote allí y las leyes del rey a sus sátrapas.
14, 15. ¿Qué aprendemos de la manera en que Esdras manejó los asuntos en Jerusalén al regresar allí?
14 Entonces Esdras se entera de que aquellos desterrados, incluso sus líderes que habían regresado previamente, que ya tenían unos sesenta y nueve años de vivir en Jerusalén, no habían obedecido los mandamientos de Jehová. Se habían casado con personas de cinco de las siete naciones que Jehová les había mandado que evitaran. (Deu. 7:1-4; Esd. 9:1, 2) Esdras, con espíritu sumamente contrito, dice: “Oh Dios mío, de veras que me da vergüenza y bochorno levantar mi rostro a ti, oh Dios mío, porque nuestros errores mismos se han multiplicado sobre nuestra cabeza y nuestra culpabilidad se ha hecho grande aun hasta los cielos.”—Esd. 9:6.
15 Este mismo hombre humilde había esperado bendiciones de Jehová ahora que las cosas iban tan bien, como dijo: “Y ahora por un momentito ha venido favor de parte de Jehová nuestro Dios al dejar que nos queden los que escapen y al darnos una clavija en su lugar santo, para hacer brillar nuestros ojos, oh Dios nuestro, y para darnos un poco de reavivamiento en nuestra servidumbre. Y ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque hemos dejado tus mandamientos.” (Esd. 9:8, 10) Esdras obró prontamente y procedió a arreglar el asunto, dando a este asunto el primer lugar en su vida hasta que la obediencia a la ley de Dios se logró.
16. (a) Describa el punto de vista de Jesús acerca de la obediencia. (b) ¿Cómo respondieron los apóstoles a la enseñanza de Jesús respecto a esto?
16 Jesucristo fue un hombre de genio sumamente apacible y humilde de corazón. (Mat. 11:29) Continuamente ofreció estímulo a ser obediente. Lo hizo tanto por palabra como por hecho. De hecho, el texto de Hebreos 5:8, 9 dice: “Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió; y después de haber sido hecho perfecto vino a ser responsable por la salvación eterna de todos los que le obedecen.” Algunos años después Pablo explica lo vigorosos que eran los apóstoles en cuanto a enseñar obediencia, diciendo: “Porque estamos derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada levantada contra el conocimiento de Dios; y estamos haciendo cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente al Cristo; y nos estamos manteniendo listos para infligir castigo por toda desobediencia, luego que la propia obediencia de ustedes haya sido plenamente llevada a cabo.”—2 Cor. 10:5, 6.
17. ¿Debe parecernos gravosa la obediencia a Dios?
17 ¿Había de ser algo difícil? ¿Es parecido a entrar a pagar una condena de prisión lo que sucede cuando uno decide servir a Dios? El hombre trataría de hacer que fuera así con sus muchas reglas y disposiciones reglamentarias. Con las tendencias del hombre hacia el hacer reglas para todo, junto con los medios modernos aumentados de análisis mediante registros, muchos se han apartado de las enseñanzas claras y sencillas de la Palabra de Dios y de la obediencia desde el corazón. (Sal. 119:11, 12; Rom. 6:17) 1 Juan 5:2-4 señala el camino, y no obstante reconoce los problemas y da la solución, diciendo: “En esto adquirimos el conocimiento de que estamos amando a los hijos de Dios, cuando estamos amando a Dios y cumpliendo sus mandamientos. Pues esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos, porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”
18, 19. ¿Qué es lo de más importancia en nuestra vida, y qué puntos de vista incorrectos podrían interponerse?
18 Lo importante en nuestra vida entonces al servir a nuestro Dios Jehová es esta devoción amorosa, para edificar y retener la fe eternamente. No servimos porque a este viejo sistema le queda poco tiempo de vida, ni porque otra criatura pecaminosa imperfecta nos vigila. (Tito 3:3-6) Si somos obedientes a Dios porque lo amamos entonces vamos a obtener placer de trabajar junto con nuestros hermanos cristianos y disfrutaremos a grado cabal de estar con ellos.
19 Reflexione un poco: Si usted sirve apresuradamente a Dios porque súbitamente se ha dado cuenta de dónde estamos en la corriente del tiempo, ¿qué hará usted cuando desaparezca este viejo sistema y haya miles de años en el futuro? Si usted observa los mandamientos de Dios porque otra criatura humana sigue instándolo a ir a las reuniones, o a estudiar, o a predicar la Palabra, ¿qué hará usted cuando esa persona deje de instarlo o cuando sea hora de actuar de corazón? Si usted está empleando celosamente mucho tiempo en la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios, estando interesado constantemente en alcanzar su cifra de horas, ¿cuáles serían sus acciones si usted no hubiera de entregar informes? Muchos hermanos han sobrevivido a años de persecución, trabajando de manera clandestina con el interés principal puesto en mantener la fe, no informes, y Jehová ciertamente los ha bendecido. Si hubiera alguna otra razón además de devoción amorosa en la adoración que usted rinde, coloque esa razón bajo el poder desenmascarador de la Palabra de Dios y examínela cuidadosamente.
20. (a) ¿Dónde podemos hallar ejemplos y consejo que nos guíen en un camino equilibrado? (b) Según lo mostró Jesús, ¿es complicado el servir a Dios?
20 Considere a los cristianos primitivos, a los apóstoles. Estos hermanos fieles fueron entrenados por Jesucristo. También en aquel entonces el tiempo era precioso. Había muchas razones para actuar con urgencia en su trabajo, y ellos fueron urgentes. Pero jamás estuvieron demasiado ocupados para practicar el amor de unos a otros. Su manera de adorar era sencilla, no estaba complicada por los métodos modernos de transporte o comunicación. ¿Por qué permitir que la presión del sistema frenético de hoy cambie las cosas? Usamos la misma Biblia, adoramos al mismo Dios y seguimos al mismo caudillo, Cristo Jesús. El solo hecho de que haya disponibles y sean populares hoy en el mundo ciertos dispositivos mecánicos rápidos y eficaces, respaldados por especificaciones de toda clase y exigiendo obediencia de parte de millones de personas, no significa que tenemos que hacernos cristianos que obramos como si estuviéramos en una empresa comercial. Cristo Jesús es nuestro dechado perfecto y por su proceder nos puso ejemplo, declarando él mismo: “Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”—Mat. 11:30.
21. ¿Cuál debe ser nuestro interés principal, entonces, y cómo podemos cultivar esto en otros?
21 Si nuestro interés, pues, es servir a Jehová con devoción amorosa estaremos deseosos de mantener fuerte nuestra fe por medio de alimentarnos de alimento espiritual con regularidad. Al enseñar a otros apoyaremos todas las ideas que les presentemos a estos nuevos con pruebas bíblicas. A medida que se logre progreso y a medida que la obediencia a Dios se haga más fuerte, ésta será de corazón. (Heb. 4:11, 12) Note cómo Pablo muestra la necesidad de que uno sea motivado por devoción amorosa, al decir: “Y él pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que por perseverancia en la obra que es buena buscan gloria y honra e incorruptibilidad; sin embargo, para los que son contenciosos y que desobedecen a la verdad pero obedecen a la injusticia habrá ira y cólera . . . Porque con Dios no hay parcialidad.” (Rom. 2:6-11) El equipo mecánico debe ser siervo del hombre si va a ayudarle. De modo que los cristianos deben considerarlo así y no despertar y hallarse esclavizados a satisfacer las necesidades de una máquina y sus disposiciones reglamentarias asociadas.
MOTIVADOS POR AMOR
22, 23. ¿Cuál es la motivación apropiada para la obediencia?
22 Ilústrelo de esta manera: Una carreta es un medio de transporte, pero no es autopropulsada o autoimpulsada. Para ir a algún lugar hay que usar el caballo, el buey u otro medio de fuerza que tire de ella o la empuje. Sin fuerza la carreta es equipo inútil. Como cristianos es necesario que nos motive la devoción amorosa a Jehová, que se reconoce prestamente por el deseo de hacer la voluntad de Dios. Quizás necesitemos algunos tirones o empujones amorosos que nos inicien en el camino de la obediencia, pero no parece razonable que el ministro cristiano tenga que ser halado o empujado a cada reunión bíblica o a cada rasgo del ministerio cristiano. Tenemos que ser motivados por un deseo interior; nuestro deseo es servir a Jehová; llega a ser nuestra vida. En vez de irritarnos cuando se requiera obediencia, el aprecio a la guía hará que nos acerquemos más a nuestro Padre celestial.
23 Acuérdese del Salmo 112:1: “Feliz es el hombre que teme a Jehová. En cuyos mandamientos se ha deleitado muchísimo.” Un individuo de esa clase no será inactivo ni indiferente, sino uno que ha decidido que quiere servir a Jehová para siempre en cualesquier circunstancias. Esta motivación no proviene del hombre, sin importar la presión que ejerza ni la tentación que ofrezca, sino más bien proviene de Jehová, por medio de su Palabra y según se aplica por su espíritu.
24, 25. ¿Qué beneficios hay en que el cristiano sea obediente a Dios y esté libre de las reglas del hombre?
24 Los beneficios de proceder así son innumerables. Esto permite que la gente obre naturalmente, sin deformar su verdadera personalidad entrenada bíblicamente por amoldarse a los gustos o aversiones faltos de perspicacia de su semejante. Esto llena las congregaciones de una gran variedad repleta de colorido, de personas que tienen la cualidad refrescante de no temer obrar con naturalidad, de no estar inhibidas. Uno de los disfrutes de los niñitos es que en ellos no hay temor de lo que otros piensen de ellos. Jesús amó a los niños y su modo de ser. Informa Mateo 19:13, 14: “Entonces le fueron traídos unos niñitos, para que pusiese las manos sobre ellos y dijese oración; mas los discípulos los regañaron. Sin embargo, Jesús dijo: ‘Dejen a los niñitos en paz, y cesen de impedir que vengan a mí, porque el reino de los cielos pertenece a los que son así.’”
25 Examine la variedad de personas que hay en las diversas partes de la Tierra en la actualidad. Son diferentes unas de otras. Varían en sus hábitos y costumbres; hacen las cosas de maneras diferentes, a diversas velocidades. No obstante, Jehová les permite que aprendan la verdad y le sirvan. ¿Por qué ahogar alguna variedad que haya en su hermano con una regla de medir de hechura humana? Otra evidencia de este acatamiento de lo que los hombres dispongan se ve en el hecho de que muchedumbres enormes sigan alguna manía que barre por el mundo, la cual en poco tiempo queda reemplazada por otra que la saca rápidamente de la escena de lo corriente. Los elementos comerciales de este sistema hacen fortunas confiando en la habilidad que tienen para sofocar la personalidad individual haciendo que la gente obre como una masa.
26, 27. (a) ¿Son consecuentes los cristianos en su manera de adorar? ¿Permite la obediencia variedad llena de colorido en la congregación de Dios? (b) ¿Qué más hay en cuanto a este tema?
26 La obediencia a Dios elimina este peligro. Es verdad que hay una semejanza en la manera en que estos ministros llevan a cabo su trabajo, pero la expresión individual, la profundidad de devoción, el grado de progreso hacia la madurez, la habilidad de la criatura, el fondo lleno de colorido de la persona y el propósito detrás de la obra del individuo contribuyen a una extensa variedad y a una asociación deleitable.
27 Examine detalladamente a los hombres fieles mencionados en el capítulo once de Hebreos. Una cosa tenían en común: su fe en Jehová. Pero los individuos tenían muchas cosas diferentes en sí y en su vida. Considere a los hombres a quienes se usó para escribir la Biblia. Fieles y obedientes, sí, pero diferentes de tantas otras maneras. Si Jehová no solo permite que hombres de esa clase le sirvan, sino que los invita a hacerlo, ¿por qué deberíamos nosotros tratar de hacer robots de la gente que desea servir a Dios hoy? Pedro dijo: “Sean como personas libres, y sin embargo teniendo su libertad, no como disfraz para la maldad moral, sino como esclavos de Dios.” (1 Ped. 2:16) Ahora bien, ¿cómo obran estas verdades en nuestra vida como ministros que aprendemos obediencia a Dios? ¿Cómo afectan a los padres que enseñan a los hijos? ¿Dónde encaja en el cuadro la congregación? ¿Tiene alguna conexión con la relación de la esposa con su esposo? ¿Nos afecta de manera alguna al trabajar bajo los diversos gobiernos de este sistema de cosas? Debemos tener presentes estas preguntas al estudiar el siguiente artículo: “Obediencia el proceder deseado.”
[Ilustración de la página 714]
“El obedecer es mejor que un sacrificio,” dijo el juez Samuel al rey Saúl, que no satisfizo el requisito divino de obediencia
[Ilustración de la página 718]
El que verdaderamente ama a Jehová no necesita que otros lo insten constantemente para mantenerse activo en el servicio de Dios