Edificando para el futuro durante la juventud
Hechos útiles que desean saber los jóvenes
¿ERES joven, quizás de menos de veinte años de edad? Entonces estás pasando por una parte muy importante, muy crítica, de tu vida. ¿Por qué?
Porque estás colocando el fundamento para la clase de hombre o mujer que serás en el futuro. Ya sabes por experiencia que lo que haces hoy afecta tu vida mañana. Si riñes con un amigo hoy, mañana o te reconcilias o se ensancha la brecha entre ustedes. Si estudias bien hoy, se te hace más fácil la escuela mañana.
Pero las cosas que piensas, dices y haces afectan más que lo que será tu vida mañana. Afectan la semana siguiente y el mes siguiente, hasta años y decenas de años más tarde. Pueden dejar cicatrices que casi no pueden borrarse. O pueden contribuir a la edificación de un fuerte fundamento para una vida feliz, productiva, satisfactoria. ¿Es eso lo que quieres?
Algunos jóvenes ya están lisiados o ciegos o sordos por haberse arriesgado tontamente, resultando esto en accidentes serios. Algunos se dejan ‘enganchar’ por las drogas, y de entonces en adelante su vida es una lucha agotadora para sostener un hábito costoso. Algunos contraen una enfermedad venérea, y antes que pueda detenerse, daño irreversible ha debilitado alguna parte de su cuerpo. Las muchachas pueden llegar a estar encintas y hallarse con la carga de un hijo ilegítimo temprano en su juventud. Convenimos en que éstas no son cosas agradables en las cuales pensar. Pero están sucediendo, como tú sabes. ¿Te sucederán algunas de ellas? Eso depende de cuán sabiamente edifiques para el futuro.
Pero algunos dicen: “¿A quién le importa lo que venga después? La juventud es el único tiempo que verdaderamente vale; después de eso nada importa.” ¿Es cierto eso?
No, no lo es. En vez de ser el punto culminante de tu vida, la juventud es solo un período de transición. Tu cuerpo, por ejemplo, no alcanza madurez física completa sino hasta entre la edad de veinte y veintitrés años. La madurez emocional puede tomar más tiempo. Por eso, dado que todavía estás en un período “intermedio” de preparación para el futuro, ¿por qué considerar la juventud como si fuese el “fin del camino”?
Es verdad que ya no eres un niño. Pero todavía no eres adulto. Hay muchos cambios efectuándose en ti... físicos, mentales y emocionales. Algunos de estos cambios pueden hacer que te sientas desorientado, trastornado o inseguro de ti mismo. Sientes nuevas presiones dentro de ti y quizás te sientas perplejo en cuanto a cómo controlarlas sabiamente. Pero si entiendes estos cambios y presiones, puedes ajustarte a ellos, aprender a afrontarlos y hallar satisfacción al hacerlo. Todo esto forma parte de llegar a ser un individuo, una persona particular: Tú.
Así, pues, la juventud es un tiempo de verdadero desafío. La manera en que hagas frente a ese desafío afectará grandemente la clase de persona que llegarás a ser. Y recuerda, una vez que la juventud se vive, se ha ido para siempre. ¿Por qué desperdiciar las oportunidades que ofrece de edificar para el futuro?
Hoy por lo general se permite que los jóvenes dediquen mucho de su tiempo a equiparse de conocimiento, y quizás hasta aprendan oficios o artes. Pero también pueden observar lo que personas de mayor edad han hecho, y están haciendo ahora, y pensar en ello antes de envolverse en ocupaciones y búsquedas similares ellos mismos. Sí, en la juventud puedes comenzar a obtener discernimiento de lo que es la vida. Puedes considerar en lo que han resultado los diferentes procederes para evitar los errores disparatados de muchos y también sacar provecho de la sabiduría de otros. Puedes fijar tu propia meta en la vida.
¿Puedes hacer todo esto por tu propia cuenta? ¿Tendría sentido el intentarlo? Antes de contestar, considera esto:
Si eres un muchacho, ¿tratarías de construir un motor de automóvil por tu propia cuenta sin primero tratar de aprender acerca de mecánica de otros, de personas con experiencia en ese campo? O, si eres una muchacha, ¿tratarías de confeccionar un vestido de noche sin patrón, sin jamás haber leído nada sobre costura o siquiera haber visto coser a alguien? ¿No? Entonces, recuerda que la vida humana es mucho más complicada que un motor de automóvil o un vestido de noche.
Todos edificamos sobre el conocimiento y la experiencia de otros. Este es un hecho sencillo de la vida. Pero para hacer esto tenemos que comunicarnos. Si no hay comunicación, no podemos valernos del conocimiento y la experiencia que otros tienen. ¿Te comunicas? ¿Con quiénes? ¿Con los que tienen conocimiento y experiencia? ¿Con tus padres?
Quizás des una mirada al mundo alrededor de ti y sientas disgusto. Ves crimen, injusticia, guerra, codicia, mentira, fraude e hipocresía. Tal vez digas: “¿Por qué debo hablar con las personas de mayor edad cuando ellas han hecho un lío tan grande de todo? ¿Qué podría aprender de ellas?” Es verdad, muchas personas de mayor edad son culpables de estas cosas... ya sea porque hacen estas cosas o porque apoyan y aprueban los sistemas que son responsables de ellas.
Pero, ¿has pensado alguna vez que muchas personas de mayor edad están tan disgustadas con la maldad que ven como tú lo estás? Comprende, también, que todas las dificultades del mundo no comenzaron simplemente con la generación de tus padres. Las cosas han estado empeorándose rápidamente por más de medio siglo ya, especialmente desde 1914... y los que son ancianos ahora eran jóvenes entonces más o menos de tu propia edad.
Entonces, ¿por qué no tratas de aprender cuanto puedas de tus padres? Después de todo, ¿por qué has vivido estos años que has vivido? Por el amor e interés de tus padres en ti te alimentaron, te vistieron y te mantuvieron limpio, te atendieron cuando estabas enfermo. Sería difícil calcular cuánto de su tiempo, dinero y esfuerzo representas tú. Además de esto, ¿de quién aprendiste acerca de los peligros del fuego, del agua hirviente, de los objetos afilados, de los enchufes eléctricos, de las cosas venenosas, de los peligros del tránsito urbano? Si no hubieras aprendido estas cosas de tus padres, ¿estarías aquí en tan buena forma como estás hoy? Entonces, ¿por qué empezar a dudar del interés sincero que ellos tienen en ti y en tu felicidad ahora?
Por supuesto, puedes ver que la edad y la experiencia solas no traen todas las respuestas a los problemas de la vida. De otra manera las cosas en todas partes estarían mejorando en vez de empeorando. Bueno pues, ¿hay una fuente superior de información y guía a la cual puedes acudir? Sí, la hay. Esa Fuente es tu Creador, Jehová Dios. Él ha dado a la humanidad su Palabra, la Biblia, para contestar sus preguntas y guiarla en sabiduría. Y la Biblia no dirige tus esperanzas hacia los sistemas actuales en decadencia que han llenado la Tierra de tantos peligros y problemas. Te señala nuevos sistemas que ofrecen algo muy superior.—2 Ped. 3:13; Rev. 21:1-4.
Quizás nunca hayas leído la Biblia. Es posible que te preguntes si la información que contiene realmente puede resolver tus problemas, contestar tus preguntas. Nunca lo sabrás a menos que la examines. Más que eso, aunque la Biblia contiene el mejor consejo, esto no te beneficiará en lo más mínimo si no te esfuerzas por aplicarlo en tu vida.
Los publicadores de esta revista que estás leyendo comprenden el desafío al cual la juventud se encara hoy. A causa de esto, durante los meses venideros esta revista publicará artículos dirigidos especialmente a los jóvenes. Tratará de contestar muchas de las preguntas que están haciendo los jóvenes, preguntas que quizás otros no les hayan contestado. Estos artículos no se publicarán en cada número, aunque esperamos publicar por lo menos uno cada mes. Búscalos. Léelos. Ve cómo la Palabra de Dios, la Biblia, puede ayudarte a hacerle frente al desafío que afrontas y a edificar para un futuro feliz y que valga la pena.