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  • Seguidores de Jesús, el glorioso Dechado

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  • Seguidores de Jesús, el glorioso Dechado
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
w73 1/3 págs. 149-150

Seguidores de Jesús, el glorioso Dechado

1. ¿Qué escribió el apóstol Pedro a los cristianos, haciendo surgir qué pregunta que debemos hacernos nosotros mismos?

MEDITANDO retrospectivamente unos treinta años en la vida y ministerio terrestres de Jesucristo, el apóstol Pedro escribió alrededor de 62-64 E.C. a compañeros cristianos: “Ustedes fueron llamados a este derrotero, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.” Nosotros, también, después de leer el artículo anterior en esta revista, podemos meditar en el maravilloso registro que Jesús realizó. Y al hacerlo, que cada uno de nosotros nos preguntemos: “¿Alego ser cristiano y estoy siguiendo a este Dechado, este adorador Modelo de Jehová?” El seguir a tan glorioso dechado ciertamente incluye mucho, ¿no es verdad?—1 Ped. 2:21.

2. ¿Quién está supervisando y dirigiendo la actividad de predicar de los testigos de Jehová hoy día?

2 Por ejemplo, el seguir en los pasos de Jesús significaría participar en la misma obra de predicar el Reino y hacer discípulos que él inició y que ahora está supervisando. Sí, así es. El glorificado Señor Jesucristo está dirigiendo actualmente la obra de testimonio en la cual se ocupan los testigos cristianos de Jehová. Recuerde lo que Jesús dijo después de conseguir la victoria sobre la muerte y antes de su ascensión al cielo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones . . . Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” Toda la evidencia muestra que estamos viviendo en la conclusión de este sistema de cosas y que la presente obra de hacer discípulos está bajo supervisión celestial.—Mat. 28:19, 20.

3, 4. En este sentido, ¿qué preguntas pertinentes debemos estar haciéndonos?

3 Sin embargo, ¿con cuánto cuidado y atención sigue usted los pasos de Jesús? Si uno participa en la obra de predicar de vez en cuando o cuando esto no cause incomodidad personal, ¿sería eso imitar a Cristo? Si usted carece de transportación, ¿anda al territorio, quizás kilómetros, para llevar las buenas nuevas a personas aisladas o para estar con sus hermanos en las reuniones? Jesús anduvo muchísimo.

4 ¿Afronta usted los elementos del calor o el frío para ir y regresar de un trabajo seglar, pero luego halla usted que pone las comodidades corporales adelante del servicio del Reino cuando el tiempo no es favorable? ¿Es ése el dechado que nos dejó Jesús? ¿O no fue él, más bien, un trabajador muy asiduo que desatendía las comodidades personales cuando había oportunidad de predicar? En una ocasión, junto al pozo de Sicar, cuando se le instó a que tomara tiempo para comer, contestó: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.”—Juan 4:34; compare con Marcos 6:30-34.

5, 6. ¿Qué modelo dejó Jesús que podemos copiar cuando tratamos con los que todavía forman parte de Babilonia la Grande?

5 Jesús fue famoso por su prudencia al tratar con los opositores, y sin embargo repetidas veces denunció a los escribas y fariseos por su hipocresía y por hacer nulos y sin valor los mandamientos de Jehová por medio de sus tradiciones. En una ocasión, cuando estaba en la presencia de la muchedumbre del templo, dijo a los líderes religiosos: “Serpientes, prole de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena?” Y respecto a su infiel ciudadela de adoración, agregó: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella . . . ¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes.”—Mat. 23:33-38; 15:3-9.

6 ¿Son así de acérrimos los sentimientos de usted en cuanto a la inicua cristiandad y sus infieles sistemas religiosos, la correspondencia de la infiel Jerusalén? Ciertamente deben serlo. Las condiciones actuales son igual de malas o peores que lo que fueron entonces. Debe decirse de usted, como se dijo de Cristo, que un celo consumidor por la adoración de Jehová lo ha devorado a usted. Si es ése el caso, entonces usted estará advirtiendo urgentemente a la gente a salirse de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, para que no reciban parte de sus plagas.—Juan 2:17; Rev. 18:4.

7. ¿De qué otras maneras nos dejó Jesús un dechado que debemos copiar con sumo cuidado y atención?

7 ¡Qué hermoso modelo de bondad, gran paciencia, gobierno de sí mismo y mansedumbre fue este Príncipe de Paz de genio apacible! ¿Lo copia usted con sumo cuidado y atención por medio de desplegar estas cualidades piadosas? ¿Y qué hay de la humildad? Ciertamente debemos tener la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús en este sentido, jamás desplegando orgullo, arrogancia o egotismo, sino, más bien, siendo sumisos y teniendo humildad de mente. Es preciso que mostremos estas cualidades de personalidad semejantes a las de Cristo no solo cuando tratamos con extraños en el campo, sino aun más con nuestros hermanos en la congregación. Esto es lo que hace que todo el cuerpo de compañeros creyentes crezca en unidad los unos con los otros y con su cabeza Cristo.—Gál. 5:22-26; Efe. 4:15, 16; Fili. 2:3-5.

8. Más que un modelo, ¿qué mandamiento específico dio Jesús a los cristianos?

8 ¿Y qué hay del amor que usted le tiene a Jehová Dios, a su prójimo y a sus hermanos cristianos? Cristo ciertamente nos puso un ejemplo perfecto en este sentido. De hecho, la única manera en que podemos probar que somos sus discípulos es amándonos los unos a los otros como él mandó: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”—Juan 13:34, 35.

9. Tocante a aguante, paciencia y diligencia, ¿del ejemplo de quién siguen los cristianos hoy día?

9 Tenemos que seguir el ejemplo de Jesús en todavía otro asunto, para ser aprobados como discípulos verdaderos de él. Jamás aflojemos el paso o desistamos simplemente porque una asignación abarque algunos aspectos algo desagradables, o porque hayamos estado haciendo lo mismo por un período prolongado. Más bien, si estamos siguiendo el ejemplo de Cristo, entonces persistiremos en esta obra de predicar el Reino y enseñar, hasta que Jehová diga que ha sido terminada, siendo ‘fieles hasta la misma muerte’ si hay necesidad, como lo fue el Dechado Jesús. (Rev. 2:10) El apóstol Pablo nos anima a mostrar la misma diligencia hasta el fin, no haciéndonos indolentes, sino siendo imitadores de la fe y la paciencia que mostró Cristo. Sí, ‘miremos atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe,’ Jesús, como modelo de una persona que persistió en su asignación de predicar por toda suerte de dificultad. Háganlo, dice el apóstol, para “que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas.”—Heb. 6:11, 12; 12:2, 3.

10. ¿A quién dio Jesús devoción exclusiva, dejándonos qué dechado en este sentido?

10 Hay centenares de miles de personas por toda la Tierra que están siguiendo asiduamente al glorioso dechado que dejó Jesús de predicar el Reino y hacer discípulos. Aunque las naciones rinden su devoción a otros dioses, los testigos cristianos de Jehová siguen el ejemplo de Jesús de adorar únicamente a Jehová, y por eso ellos dan a conocer gozosamente el nombre y voluntad de Jehová. Su determinación se expresa en Miqueas 4:5, que dice: “Pero nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre.” Puesto que ésa era su determinación, realizaron una maravillosa obra durante el año de servicio de 1972.

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