Victoria divina... su significado para la humanidad angustiada
“La victoria y poder e imperio para siempre han sido ganados por nuestro Dios, y autoridad para su Cristo, ahora que el perseguidor, que acusaba a nuestros hermanos día y noche delante de nuestro Dios, ha sido derribado.”—Rev. 12:10, “The Jerusalem Bible.”
1. ¿Qué quiere decir la expresión “victoria divina”?
¡VICTORIA DIVINA! Con esa expresión queremos decir una victoria obtenida por una persona divina. No nos referimos a la diosa alada Niké (Victoria) de la mitología griega antigua, cuyo nombre fue conectado con el proyectil de superficie a aire de las fuerzas armadas estadounidenses, a saber, el proyectil Niké-Hércules. No; queremos decir victoria por Dios el Creador del cielo y la Tierra, el Creador de la humanidad en la Tierra. Suya es la victoria que puede tener buen significado para la humanidad en la extrema angustia de ésta en nuestro día.
2. ¿Con qué ha tenido considerable asociación la palabra “victoria”?
2 A través de toda la historia humana la palabra “victoria” ha tenido considerable asociación con la guerra, o, por lo menos, con una contienda, una controversia, o con condiciones no favorables que tienen que ser resueltas, superadas. Ciertamente, la actual angustia y aflicción de toda nación en la Tierra es una condición desfavorable que tiene que ser superada para el bien eterno de la humanidad.
3. En vista del significado que se le da a la “victoria divina,” ¿qué preguntas hacemos acerca de Dios, y qué nos conviene hacer?
3 Pues bien, de la expresión “victoria divina” ¿hemos de sacar la conclusión de que el Dios de toda la creación está por envolverse en una guerra, en una contienda, en una controversia? ¿Tendrá que ver con la humanidad ese conflicto, si Dios se propone tenerlo? ¿Afectará a toda la humanidad... para bien de nosotros en la angustia nuestra? Si la respuesta a estas preguntas es ¡Sí!, entonces la razón dicta que debemos interesarnos en esa guerra. Sí, debemos saber de qué lado de esta guerra nos conviene colocarnos, puesto que realmente deseamos la victoria divina.
4. ¿Por qué exige la angustia y aflicción internacional de hoy día que obtengamos el entendimiento correcto de la “victoria divina”?
4 Pueblos diferentes tienen puntos de vista diferentes acerca del que es llamado “Dios.” Los comunistas antirreligiosos tienen su punto de vista de Dios. El llamado mundo cristiano, la cristiandad, tiene su punto de vista acerca de Dios. El mundo mahometano tiene su punto de vista de su Alá. El mundo judío tiene su punto de vista particular. Las otras partes no cristianas de la humanidad tienen muchas clases de religiones y tienen su propio punto de vista respectivo acerca de Dios. Por lo tanto, cada grupo religioso, o no religioso, pudiera tener su propia idea de lo que significaría para la humanidad una “victoria divina” en el futuro. Lógicamente, no habría acuerdo entre todos estos puntos de vista en cuanto a lo que significa la “victoria divina.” No sería extraño, por eso, que la verdadera victoria divina que se acerca fuera diferente de lo que todos ellos esperarían que fuera. Indiscutiblemente, la angustia y aflicción internacional de hoy día exige que obtengamos un entendimiento correcto de este asunto.
5. ¿A qué autoridad tenemos que ir para informarnos respecto a esta guerra, y con qué tema cierra esa autoridad su registro?
5 Se ve claramente que tenemos que acudir a una Autoridad en cuanto a la guerra que será coronada con victoria divina. Esa Autoridad es un libro que ha sido difundido por toda la Tierra en millares de millones de ejemplares en centenares de importantes lenguajes de la humanidad. Este libro es la Santa Biblia. Es el único libro del mundo que habla acerca de esta guerra universal en la cual Dios, el Un Solo Creador del cielo y la Tierra, se vindicará con victoria decisiva. Por eso a las sagradas escrituras de la Santa Biblia tenemos que acudir para obtener información autorizada sobre este tema vital. Por la Biblia no queremos decir solo los “veinticuatro libros de las Santas Escrituras” a los cuales se restringen los hebreos o judíos, sino la Biblia entera que contiene no solo esas Santas Escrituras Hebreas, sino también las inspiradas Escrituras Cristianas. El último libro de esa Biblia completa fue escrito hace diecinueve siglos por el apóstol cristiano Juan y se llama Revelación. Muy apropiadamente, éste cierra esta Biblia inspirada de Dios con el tema de la victoria divina.
6. ¿Qué divergencia de sentimientos hay en cuanto a si la cristiandad ha de salir ganando de tal victoria divina?
6 Es verdad que las sociedades bíblicas de la cristiandad han logrado mucho en cuanto a dar a la Santa Biblia distribución de alcance mundial, y la cristiandad misma afirma que se apega a la Biblia. En vista de esto, ¿es la cristiandad lo que saldrá ganando por la venidera victoria divina? ¿Es la guerra venidera que se predice en la Biblia una guerra que se peleará a favor de la cristiandad y para conservarla? A las personas religiosas de la cristiandad les gustaría pensar que así es. A los comunistas ateos y al mundo no cristiano no les gustaría pensar así, y tienen buena razón para no querer tal cosa.
7. ¿Qué comparación se establece entre la cristiandad y los países comunistas en cuanto a población, y por qué cree la cristiandad que ella podría salir venciendo en una guerra?
7 Cuando los asuntos se consideran desde el punto de vista religioso, la situación, externamente, parece favorecer a la cristiandad. La gente que va a sus iglesias y sus clérigos piensan que la cristiandad no tiene ninguna controversia con el Dios de la Santa Biblia. Pero en cuanto a los comunistas radicales, éstos están en guerra franca con Dios, no solo el Dios de la Biblia, sino un dios de cualquier clase de religión. Los países comunistas de Europa en un tiempo afirmaban ser cristianos, pero ahora repudian a la cristiandad y no se consideran parte de ella. No obstante, se complacen en usar las organizaciones religiosas a las cuales les permiten funcionar en sus países, con propósitos políticos y para que les suplan ayuda en las guerras. En lo que se refiere a números, parece que las fuerzas del comunismo anti-Dios en Europa, Asia y África son más numerosas que las fuerzas de la cristiandad religiosa. Según el último cálculo la cristiandad se jacta de tener 985.363.400 miembros en las iglesias. Sin embargo, dando por sentado que Dios está de parte de ella, la cristiandad cree que ella podría salir venciendo de todas las fuerzas anti-Dios.
8. ¿Cómo arrojaron una carga sobre Dios en tiempos de guerra las naciones de la cristiandad, y qué determinó quién obtuvo la victoria?
8 No es extraño el que naciones religiosas enlacen a su dios o dioses con sus guerras nacionales. Esto ha sido realidad desde los tiempos más antiguos, hasta antes del establecimiento de la cristiandad en el cuarto siglo de nuestra era común. Los egipcios, asirios, babilonios, medos y persas, griegos y romanos de la antigüedad, todos tuvieron sus dioses a los cuales invocaban pidiendo la victoria en sus guerras de conquista. Hasta los comunistas informados saben eso. Pero, extraño como parezca, en el caso de la cristiandad, sus naciones han peleado entre sí mismas, y, mientras han estado en guerra, esas naciones han orado al mismo Dios. Católicos pelearon contra católicos. Católicos pelearon contra protestantes. Protestantes pelearon contra protestantes. Así arrojaron sobre Dios la carga de decidir a qué lado de la cristiandad favorecería con la victoria, y las oraciones de qué naciones contestaría favorablemente. Así sucedió en el caso de la I Guerra Mundial, que comenzó en la cristiandad, y así sucedió en el caso de la II Guerra Mundial, que también comenzó en la cristiandad. En medio de esas circunstancias, en todas esas guerras de la cristiandad, ¿fue la decisión de Dios lo que determinó qué bando salió ganando, o fue el equipo militar y la pericia de combatiente?
9. ¿Por qué, si Dios otorgara la victoria a la cristiandad, eso no llevaría a alivio duradero para la humanidad angustiada?
9 No obstante, ¿se obligará a Dios a entrar en acción debido a una guerra nuclear entre la cristiandad religiosa y el comunismo internacional irreligioso, de modo que Dios tenga que salir a favor del lado religioso y en contra del lado antirreligioso? Como todos sabemos, por décadas se han estado haciendo preparaciones para la “guerra final” entre el bloque capitalista democrático de naciones y el bloque comunista ateo de naciones. ¿Pudiera contarse con que el único Dios vivo y verdadero viniera en ayuda de la cristiandad? La victoria para la cristiandad significaría que sería conservada por más tiempo. Pero, a juzgar por la historia de la cristiandad hasta ahora, ¿vale la pena conservarla? Los clérigos de la cristiandad confiesan francamente que la hipocresía de ella y el hecho de que ella no ha vivido en armonía con lo que es el cristianismo verdadero han llevado a la subida del comunismo internacional al poder mundial. Por eso, ¿qué razón hay para creer que la conservación de la cristiandad no llevaría, con el transcurso del tiempo, a que el comunismo ateo se levantara una vez más y así finalmente hubiera otra confrontación de ambos lados de nuevo? Por eso, el que la cristiandad obtuviera una victoria no ofrece garantía de alivio para la humanidad angustiada.
Dejando que la Palabra escrita de Dios hable por él
10. ¿Cómo aprendemos si Dios está a favor de un lado o del otro, o de ninguno de los dos, y, en consecuencia, cuál es la respuesta?
10 Por eso ahora nos vemos obligados a considerar esta pregunta: ¿Estaría Dios a favor de un lado u otro en una confrontación militar como ésa entre la cristiandad religiosa y el comunismo antirreligioso? ¿Hasta ha estado él de un lado o el otro en la “guerra fría” que por años ha existido entre los dos bloques de naciones? La única manera en que nosotros como personas imparciales podemos obtener la respuesta correcta y satisfactoria a esto es dejando que Dios hable por sí mismo. Esto Él lo hace, por medio de las páginas de su Palabra profética inspirada, la Santa Biblia. Su respuesta es clara e inequívoca. Él no favorece a ninguno de los dos bloques de naciones. Ambos están contra Él.
11, 12. ¿Según qué regla divina no hay ningún error en clasificar a la cristiandad como enemiga de Dios?
11 Es lógico que Dios no pelearía a favor de sus enemigos. Sí, pero ¿es enemiga de Dios la cristiandad? Pues, considere sus centenares de miles de iglesias. Considere las mil o más sectas religiosas de que se compone. Considere sus centenares de miles de clérigos que sirven en sus iglesias y ofrecen oraciones solemnes a Dios en el nombre de Jesucristo. De seguro, pues, tiene que haber algún error en clasificar a la cristiandad entre los enemigos de Dios. Pero no hay ningún error en esto. Dios no solo está contra los que francamente son sus enemigos, sino también contra los que son amigos de Sus enemigos. Cuando un antiguo rey de Jerusalén regresó de suministrar ayuda militar a un rey inicuo, Dios le dijo: “¿Es a los inicuos que se ha de dar ayuda, y es para los que odian a Jehová que debes tener amor? Y por esto hay indignación contra ti procedente de la persona de Jehová.” (2 Cró. 19:1, 2) Y mucho más tarde, por medio del discípulo cristiano Santiago, este mismo Dios dijo:
12 “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.
13. ¿Por qué el que la cristiandad esté en la “guerra fría” contra el comunismo no refuta el hecho de que es amiga del mundo?
13 ¿Quién puede negar que la cristiandad es muy amiga de este mundo? La “guerra fría,” la hostilidad, entre las naciones de la cristiandad y el bloque comunista no refuta el hecho de que la cristiandad es amiga íntima del mundo entero. Las dificultades que existen entre las naciones de la cristiandad y el bloque comunista no se deben al asunto de la religión. La política es la cuestión. Hay dos muy diferentes ideologías políticas envueltas en el asunto. Las naciones principales de la cristiandad tuvieron como aliada a la Rusia comunista durante la II Guerra Mundial. Y ahora, en la organización de las Naciones Unidas de 132 naciones miembros, casi todas las naciones de la cristiandad son miembros lado a lado con la Rusia comunista, con la China Roja comunista, y con otras naciones comunistas. De hecho, por lo menos la mitad de los miembros de las Naciones Unidas no son naciones llamadas cristianas. Las naciones de la cristiandad mantienen relaciones diplomáticas con los gobiernos de este mundo. Con regularidad tienen negocio comercial con esas naciones según tratados. Tienen intercambios culturales. La Ciudad del Vaticano, presidida por el cabeza de la más grande organización religiosa del mundo, intercambia representantes diplomáticos con cuantos países del mundo puede.
14. (a) ¿Diría Santiago que la cristiandad, por su proceder, se ha constituido amiga del mundo? (b) ¿Cuál es la actitud de Dios, y qué es de esperarse de Él cuando la cristiandad llegue a estar bajo el ataque final?
14 Las naciones de la cristiandad tratan de mantener relaciones amigables con las naciones de fuera de la cristiandad. Se envuelven en la política de este mundo. Y cuando imitan a las naciones mundanas al tomar armas mortíferas para resolver sus diferencias, las iglesias de la cristiandad están apoyando firmemente a sus respectivos gobiernos políticos, y sus clérigos tratan de poner a Dios dentro de los conflictos internacionales invocándolo en oración. ¿Llamaría el discípulo cristiano Santiago a todo esto una expresión de “amistad con el mundo” de parte de la cristiandad? ¿Diría él que la cristiandad, como tal amiga del mundo, ‘está constituyéndose enemiga de Dios’? ¡Sí! No podría darse ninguna otra respuesta que estuviera correcta. A pesar de toda su religiosidad, la cristiandad queda condenada como una muy reprensible enemiga de Dios. Ella, junto con el comunismo irreligioso y otros elementos mundanos, está contra él. Por eso Él está contra ella. Él no está con ella. No se puede esperar que Dios se levante a favor de la cristiandad cuando las fuerzas radicales del mundo lancen unidas un ataque mundial contra la religión antes que ellas mismas entren en la guerra de Har-Magedón. (Rev. 17:1-16) De la cristiandad no se puede esperar alivio para la humanidad angustiada.
15. ¿Qué es necesario decir en cuanto a si los contendientes hacen planes para una guerra religiosa, y, por eso, quién continúa sufriendo?
15 No se puede esperar que la cristiandad participe en la victoria divina en la venidera guerra de las edades. La preparación de sus naciones para guerrear contra el bloque comunista materialista no es realmente para conservar el cristianismo. Es para conservar la soberanía política, es por el derecho de sobrevivir para sus tipos políticos de gobierno. No es para una guerra religiosa que hacen planes los contendientes. El principal punto en la disputa es: ¿Quién posee la Tierra? ¿Quién gobernará la Tierra? Y debido a la disputa violenta en cuanto a esta cuestión por naciones que están divididas políticamente, la humanidad continúa sufriendo angustia, aflicción.
16. ¿Cuál es la cuestión principal que ha de resolverse ahora de una vez y para siempre, y así, qué oración pertinente será contestada?
16 Como en ningún tiempo antes de la historia humana, ha llegado el tiempo para que se resuelva de una vez por todas esta cuestión gubernamental: ¿Quién gobernará la Tierra? El único que puede resolver esa cuestión correctamente y traer una paz duradera es Dios, el propio Creador y Dueño de la Tierra. ¿Quién tiene más derecho que Él para decir quién gobernará esta casa terrestre de toda la humanidad? En su incambiable Palabra escrita, la Biblia, él ha declarado su propósito de hacer valer Su voz en este asunto a su debido tiempo. ¡Ese tiempo se ha acercado! Ha llegado el tiempo en que él contestará la oración que se le ha ofrecido por generaciones en el pasado. Es la oración que fue enseñada por su propio Hijo que vino del cielo hace mil novecientos años. Es la oración que Jesucristo enseñó a sus verdaderos discípulos a hacer. En obediencia, sus seguidores fieles han hecho hasta ahora esa oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”—Mat. 6:9, 10, Versión Reina-Valera Revisada.
Contestando la oración por gobernación divina
17. (a) ¿Qué se pide en esa oración? ¿Ha resultado ser la cristiandad la respuesta a esa oración? (b) Por lo tanto, ¿qué tiene que desaparecer, y qué tiene que presentarse, en contestación a la oración de quiénes?
17 ¡Esa es una oración por gobernación divina, por gobierno divino, sí, por victoria divina! Sin entender el significado de esa oración, los miles de millones de personas de la cristiandad han hecho esa oración por siglos en sus hogares e iglesias, pero las guerras sanguinarias peleadas por las naciones de la cristiandad no han traído ese reino. La manera de ellas no es la manera en que Dios traerá Su gobierno divino. La cristiandad no ha resultado ser el reino de Dios. No ha resultado ser el reino de Cristo, como sugiere el nombre cristiandad. La cristiandad no ha cumplido las profecías bíblicas acerca de las glorias, bellezas y bendiciones del reino de Cristo para toda la humanidad. La cristiandad ha representado falsamente al reino de Cristo. Dios no puede aprobar ni aceptar a la cristiandad como el verdadero reino de su Hijo Jesucristo. ¡La cristiandad tiene que desaparecer! ¡El verdadero reino de Dios por Cristo tiene que presentarse! La oración que nos enseñó el amado Hijo de Dios no quedará sin ser contestada. Sus discípulos verdaderos y no hipócritas no han hecho esa oración en vano.
18. (a) La contestación a esa oración significará conseguir victoria de ¿quiénes? (b) ¿De qué manera han mostrado los clérigos que son delincuentes respecto a los políticos en el asunto de los Tiempos de los Gentiles?
18 A diferencia de los seguidores genuinos de Jesucristo, las masas de la cristiandad y del resto del mundo no desean el reino de Dios. Por eso el establecimiento de Su reino en control completo de toda la Tierra ciertamente significará una victoria divina. ¿Una victoria conseguida de quiénes? De todas las potencias religiosos y políticas que pasan por alto la posición de Dios como dueño de la Tierra y que pelean porque la soberanía nacional de los gobiernos políticos hechos por el hombre continúe. Estos que contienden a favor de que continúe la dominación de la Tierra por gobiernos políticos humanos rehúsan reconocer que los Tiempos de los Gentiles han terminado. Dios señaló esos Tiempos de los Gentiles en que las naciones mundanas dominarían toda la Tierra sin la intervención de Su reino, y esos tiempos caducaron en el otoño del año 1914 E.C. (Luc. 21:24, RVR) El clero de la cristiandad nunca ha indicado este hecho a los gobernantes políticos de las naciones. Nunca ha indicado que al fin de los Tiempos de los Gentiles acontecería lo contrario de lo que aconteció al principio de esos tiempos en el año 607 a. de la E.C.
19. Al principio de los Tiempos de los Gentiles, ¿qué quitó Dios de la Tierra, y cómo?
19 Al principio de los Tiempos de los Gentiles en el otoño de aquel año Dios quitó de la Tierra el reino típico de Dios y dejó que las potencias gentiles, es decir, las potencias no judías, tuvieran control de todos los países por toda la Tierra. Dios hizo esto dejando que los ejércitos de la pagana Babilonia destronaran al Mesías típico, el rey de Jerusalén, y destruyeran la ciudad santa y su templo, y dejaran que Jerusalén y la tierra de Judá se convirtieran en un yermo desolado por setenta años.
20. (a) Contrario a eso, ¿qué hizo Dios al fin de los Tiempos de los Gentiles? (b) ¿Por qué no fue visible a los gobernantes políticos en la Tierra la acción que Dios tomó?
20 Contrario a esto, al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 E.C., Dios restauró su reino, no de manera típica con un rey mesiánico típico, sino de manera verdadera, de la manera antitípica. Por eso no restableció en aquel año el reino de la familia real de David en Jerusalén en el Oriente Medio. Más bien, estableció el reino en las manos de Jesucristo, que, cuando fue hombre en la Tierra, fue descendiente natural del antiguo rey David. Además, puesto que Jesucristo ya no es un hombre en la Tierra, sino que fue resucitado de la muerte de mártir a vida celestial de espíritu, Dios estableció el reino de este Descendiente del rey David en los cielos, en lo que se llama la “Jerusalén celestial.” (Mat. 1:1; 1 Ped. 3:18; Heb. 12:22) Por eso el nacimiento de ese reino mesiánico en 1914 E.C. no fue visible a los gobernantes políticos de la cristiandad y el paganismo. Y sin embargo el nacimiento tuvo que venir a tiempo, y se hizo sentir por los efectos que produjo tanto en el cielo como en la Tierra.
21-23. (a) ¿Por qué no es nada de lo cual mofarse incrédulamente esa “guerra” en el cielo? (b) ¿Cómo describe Juan, en el capítulo 12 de Revelación, la causa de esto?
21 ¿Nos damos cuenta de que, en el cielo, hubo una guerra como resultado del nacimiento próspero de ese reino mesiánico que salió de la organización celestial de Dios como un recién nacido de una mujer? Esto no es nada de lo cual mofarse incrédulamente, porque toda guerra tiene sus efectos y esta guerra celestial invisible ha tenido sus efectos en nosotros la gente aquí en la Tierra. Los efectos de esta guerra no son nada por lo cual sonreírnos, porque los estamos sintiendo dolorosamente. Esto es lo que le comunica al asunto carácter de realidad. La causa celestial invisible de esto le fue comunicada en visión profética al apóstol cristiano Juan. Él nos da la siguiente descripción, según The New English Bible de 1970:
22 “Ella [es decir, la organización celestial de Dios] dio a luz un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones con vara de hierro. Pero su hijo fue arrebatado hasta Dios y su trono; . . . Entonces estalló guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles guerrearon contra el dragón. El dragón y sus ángeles pelearon, pero no tuvieron fuerza para ganar, y no les quedó posición establecida en el cielo.
23 “De modo que el gran dragón fue arrojado abajo, la serpiente de antaño que extravió a todo el mundo, cuyo nombre es Satanás, o el Diablo... arrojado a la tierra, y sus ángeles con él. Entonces yo [Juan] oí una voz en el cielo que proclamaba fuertemente: ‘¡Esta es la hora de la victoria para nuestro Dios, la hora de su soberanía y poder, cuando su Cristo entra en su gobernación legítima! Porque el acusador de nuestros hermanos está derribado, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Por el sacrificio del Cordero ellos lo han vencido, y por el testimonio que expresaron; porque no consideraron sus vidas demasiado estimadas para entregarlas. ¡Regocijaos pues, cielos y los que moráis en ellos! ¡Pero ay de vosotros, tierra y mar, porque el Diablo ha descendido a vosotros con gran furia, sabiendo que tiene poco tiempo!’”—Rev. 12:5-12, NE.
24. (a) ¿Cuánto tiempo duró aquella “guerra en el cielo”? (b) ¿Por qué resultaría en “ay” para nosotros en la tierra y el mar el resultado de aquella guerra?
24 En el registro no se declara cuánto tiempo duró esa “guerra en el cielo” entre los santos ángeles y los demonios diabólicos; pero difícilmente es probable que haya durado más que la I Guerra Mundial, que terminó el 11 de noviembre de 1918. Sea como sea, sin embargo la cosa más personal es: ¿Cómo nos afectó esa guerra a nosotros los que estamos en la Tierra y que no estuvimos al tanto de que estaba aconteciendo en el cielo? A los santos cielos se les instó a regocijarse por la victoria obtenida por Dios, una victoria divina, pero, ¿qué hay de nosotros acá en la Tierra? El grito fuerte en el cielo dijo: “¡Pero ay de vosotros, tierra y mar!” ¿Por qué “ay” para nosotros, fuera que estuviésemos en la tierra o en el mar? Porque “¡el Diablo ha descendido a vosotros con gran furia, sabiendo que tiene poco tiempo!”—Rev. 12:12, NE.
25, 26. (a) ¿Qué preguntas acerca de los asuntos humanos desde el cierre de la I Guerra Mundial se presentan a las personas que se mofan de la existencia de Satanás y sus ángeles demoníacos? (b) Finalmente, con relación al asunto de causa y efecto, ¿qué pregunta hacemos?
25 A los que se mofan de la Biblia esta idea de que Satanás el Diablo y sus ángeles demoníacos hayan sido arrojados a la vecindad de nuestra Tierra puede parecerles asunto de risa. Pero, ¿pueden reírse y están riéndose por el “ay” que tanto la tierra como el mar están sufriendo hoy día? No, estos mofadores no pueden ver a Satanás el Diablo con sus ojos naturales, pero tienen razón para saber que él y sus legiones de ángeles demoníacos están alrededor, en nuestra vecindad. Si no lo creen, entonces que contesten por qué la Sociedad de Naciones que fue organizada poco después del fin de la I Guerra Mundial no resultó ser una organización internacional para la paz y seguridad mundial. ¿Por qué no impidió que surgieran dictadores políticos con intenciones de guerrear en Europa? ¿Por qué no impidió el estallido de la II Guerra Mundial en 1939, la guerra que culminó con la detonación de dos bombas atómicas con ay para los habitantes de Hiroshima y Nagasaki?
26 Además: ¿A qué se debe que la organización de las Naciones Unidas, desde que fue formada al fin de la II Guerra Mundial en 1945, no haya evitado todas las guerras y revoluciones, agresiones territoriales y otros tumultos políticos hasta la actualidad? ¿Por qué tenemos tan temible acumulación de equipo de las grandes potencias mundiales para guerra nuclear? ¿Por qué la crisis monetaria? ¿Por qué hay dificultades continuamente entre el trabajo y el capital, aun entre los empleados del gobierno y el gobierno? ¿Por qué todo el nacionalismo fanático que existe? ¿Por qué toda la contienda y los prejuicios raciales? ¿Por qué el aumento en la delincuencia y el crimen? ¿Por qué el desplome de la moralidad? ¿Por qué el incremento epidémico en las enfermedades sociales? ¿Por qué el arruinamiento del hogar terrestre del hombre por la contaminación? ¿Por qué la creciente escasez de alimento para la población aumentante de la Tierra? ¿Por qué, según predijo Jesucristo para nuestro tiempo, “sobre la tierra angustia de naciones, en perplejidad, a causa de los bramidos del mar y la agitación de las ondas; desfalleciendo los hombres de temor, y en expectativa de las cosas que han de venir sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán conmovidos”? (Luc. 21:25, 26, Versión Moderna) Todo efecto tiene su causa. ¿Cuál es la verdadera causa de todos estos efectos angustiosos?
[Ilustraciones de la página 198]
¿Participará la cristiandad en la victoria divina? Ella se mete en los asuntos políticos del mundo. La Biblia dice: ‘Cualquiera que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios’
El papa Paulo VI hablando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 4 de octubre de 1965
Inscripción en el Pabellón del Vaticano, Feria Mundial de Nueva York, 1964-1965, que se traduce así: “Sepa el mundo esto: la Iglesia mira al mundo con profundo entendimiento, con sincera admiración y con la sincera intención de servirle, no de conquistarlo, de apreciarlo, no de despreciarlo, de fortalecer y salvarlo, no de condenarlo. Papa Paulo VI”