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  • ¿Hay peligro en los “amuletos” del ocultismo?

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  • ¿Hay peligro en los “amuletos” del ocultismo?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
w75 15/2 págs. 107-109

¿Hay peligro en los “amuletos” del ocultismo?

A MENUDO vemos a personas que llevan consigo o tienen en sus hogares ciertos “amuletos” obtenidos de otros que creen en alguna forma de espiritismo, adivinación, etcétera, o que practican estas cosas. Estos artículos pueden estar en forma de una imagen, talismán o fetiche. O puede que hayan recibido un regalo —un cuadro, un pañuelo, una bufanda— algo que no se considera comúnmente como amuleto, de alguien que practica espiritismo. ¿Son estas cosas inofensivas?

La pregunta es de interés para usted sea que quiera adorar a Dios o no. ¿Por qué? Porque su actitud y acciones para con estas cosas pueden afectar vitalmente su salud mental y hasta su salud física. Tenemos evidencia de esto, no solo de la Biblia, la Palabra de Dios, sino también de las experiencias personales de muchos.

Cuando Dios estaba por introducir a la nación de Israel en la tierra de Canaán, dio advertencias específicas y repetidas en cuanto a este peligro del ocultismo. No fue sin razón, ni debido a favoritismo, que estaba desahuciando a la gente que vivía en Canaán. Le dijo a Israel por qué, con estas palabras: “Estas naciones que estás desposeyendo solían escuchar a los que practican magia y a los que adivinan.” Llamó a estas prácticas “las cosas detestables de aquellas naciones,” y luego mandó: “No debería hallarse en ti . . . nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos.”—Deu. 18:9-12, 14.

Además, a Israel se le dijo: “No deben mencionar el nombre de otros dioses. No debería oírse en tu boca.” (Éxo. 23:13) Esto no quiso decir que no podían mencionar esos nombres como dioses falsos, por ejemplo, al enseñar o advertir a sus hijos. Pero no habrían de reconocer esos dioses como dioses que tuvieran algún poder, ni recurrir a ellos por algo. ¿Por qué?

Porque, aunque no se les adorara directamente, cualquier inclinación hacia ellos, esperando que hicieran lo bueno o lo malo, o queriendo alguna cosa material conectada con ellos, realmente querría decir tener asociación con los demonios inicuos. Estos demonios son personas espirituales reales, ángeles inicuos, los peores enemigos de Dios y el hombre. El apóstol Pablo dijo: “Las cosas que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican, y no a Dios.” (1 Cor. 10:20) Debido a que Israel no obedeció el mandato de Dios, algunas personas sufrieron terriblemente. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, sanó a muchos, echando fuera a demonios que los perturbaban.—Mat. 12:22; Luc. 13:11-16; Mar. 5:2-13.

‘Pero,’ quizás pregunte usted, ‘¿qué daño hay en simplemente aceptar regalos de personas que practican alguna forma de espiritismo o astrología, que confían en amuletos, tablas Ouija, etcétera?’

Esto: En tiempos modernos muchas personas han sido hostigadas seriamente por los demonios debido a introducir estas cosas en sus hogares. Como ejemplo: una señora de edad madura de Nueva York de repente empezó a padecer de ataques de parálisis de vez en cuando. Yacía en cama tiesa, rígida y fría. Podía hablar pero estaba muy desalentada, deseando morir. Estaba asociada con una congregación de testigos de Jehová, de modo que dos ancianos de la congregación la visitaron. Lo reconocieron como un posible caso de hostigamiento de los demonios, e interrogaron estrechamente a la señora en cuanto a si tenía alguna asociación con alguna persona conectada con espiritismo. Se acordó de haber trabajado junto a tal persona en una fábrica, renunciando finalmente a su trabajo para alejarse de las constantes ‘predicciones’ y habla rara de esta persona. Se le preguntó si había aceptado algún regalo de esta persona, y finalmente se descubrió que la espiritista le había dado un par de guantes y un collar. Entonces se buscaron éstos y fueron echados al incinerador. Inmediatamente la enferma se recuperó del todo y no ha tenido un ataque semejante desde entonces.—Compare con Hechos 19:19.

‘NO LOS INTRODUZCA EN SU CASA’

Hay registradas numerosas experiencias como ésta. Enfatizan la seriedad del mandato de Dios a Israel en cuanto a las cosas que pertenecían a los cananeos. No habrían de guardar sus imágenes de adoración, pues no habrían de tomar para sí mismos ni siquiera el oro y la plata de ellas solo a causa de su valor material. Dios dijo: “No debes introducir una cosa detestable en tu casa y realmente llegar a ser una cosa dada irrevocablemente a la destrucción como ella. Debes tenerle asco en sumo grado y detestarla absolutamente, por ser cosa dada irrevocablemente a la destrucción.”—Deu. 7:25, 26.

Si una ciudad de Israel fuese a abandonar la adoración pura de Jehová y adoptara la adoración falsa, sus habitantes habrían de ser ejecutados y toda la ciudad habría de ser quemada. Dios mandó: “Nada en absoluto debe pegarse a tu mano de la cosa hecha sagrada por proscripción, a fin de que Jehová se vuelva de su cólera ardiente.”—Deu. 13:12-17.

Ahora bien, es del conocimiento común que en algunas partes del mundo hay brujos y sacerdotes juju que, por hechizos y fetiches, han causado muerte o calamidad a la gente allí. Estos practicantes a menudo han probado sus hechizos contra individuos de entre estas personas que han llegado a ser testigos de Jehová, hasta plantando fetiches en su propiedad. Pero no han tenido éxito en absoluto en causar algún efecto en los Testigos. Por supuesto, los Testigos habían rechazado absolutamente toda asociación con estos sacerdotes practicantes de magia y no habían aceptado ningún regalo de ellos. Por lo general no sabían que los fetiches habían sido plantados en su propiedad. Y no fueron perjudicados, para gran consternación de los practicantes.

Se puede ver de esto que no es necesario que uno viva en temor de los demonios. No debe aterrorizarse por los horóscopos astrológicos u otras predicciones, ni por los hechizos de los practicantes de espiritismo. Pero uno está seguro solo si rechaza completamente toda conexión con tales personas, y aborrece y rechaza en absoluto todo regalo que ellas ofrezcan. Uno tiene que evitar el permitir a sabiendas que tales cosas detestables entren en su casa. Uno se pone en peligro si lee horóscopos para ver lo que dicen, indicando así algún reconocimiento de que quizás resulten ciertos. Si los lee, muestra algo de gusto, alguna inclinación hacia estas cosas detestables, o un deseo de alguna cosa material conectada con ellas. En ese caso, no debe sorprenderse si súbitamente experimenta ataques demoníacos, quizás oyendo voces o sufriendo gravemente.

Si usted ha tenido dificultades de esta clase, líbrese de cualquier cosa que usted sepa que usted o miembros de su familia han tomado de aficionados al espiritismo. Cese de tener compañerismo con estas personas. Habiendo hecho esto, pídale a Jehová Dios en el nombre de Cristo que le dé ayuda y alivio. Si usted es miembro de una congregación de testigos de Jehová, aborde a los ancianos y consiga su ayuda, no como exorcistas, sino a fin de recibir su consejo y la ayuda de sus oraciones unidas.—Sant. 5:13-18.

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