BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w77 1/11 págs. 666-667
  • ¿Qué quiso decir el sabio?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Qué quiso decir el sabio?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • El valor de un buen nombre
  • Risa
    Ayuda para entender la Biblia
  • Risa
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Hágase un buen nombre ante Dios
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1981
  • ¿Puede la risa beneficiar su salud?
    ¡Despertad! 1972
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
w77 1/11 págs. 666-667

¿Qué quiso decir el sabio?

El valor de un buen nombre

Un buen nombre o una buena reputación es algo de valor que merece que se le salvaguarde. Declaró el sabio rey Salomón: “Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace.” (Ecl. 7:1) En tiempos antiguos el buen aceite se cotizaba a alto precio. Despedía una fragancia agradable. Sin embargo, más agradable todavía que la fragancia del buen aceite es una reputación excelente. Es durante el derrotero completo de la vida que el nombre de una persona asume verdadero significado y la identifica como la clase de persona que es. Al morir se sella, se finaliza, ese nombre o reputación. Puesto que la persona no tiene reputación al nacer, el ‘día de la muerte es mejor que el día en que uno nace.’

Es esencial un punto de vista serio de la vida si uno quiere conservar un buen nombre. Salomón recomendó: “Mejor es ir a la casa del duelo que ir a la casa del banquete, porque ése es el fin de toda la humanidad; y el que está vivo debe poner esto en su corazón.”—Ecl. 7:2.

Cuando la muerte azota en una casa, ciertamente no es hora de que uno olvide a los afligidos e insensiblemente prosiga con su banquetear y jaranear. Más bien, esto suministra la oportunidad de consolar a los que están de duelo. Al mismo tiempo, el que la persona vaya a la “casa del duelo” puede tener sano efecto en ella. Se le recuerda enérgicamente la brevedad de la vida y lo rápidamente que pueden ser detenidos los planes y actividades de uno. Esto puede hacer que se medite seriamente en cómo uno está llevando su propia vida. El espíritu que reina en una casa de banquete, por otra parte, no conduce a tal modo de pensar sobrio.

Continúa Salomón: “Mejor es la vejación que la risa, porque por el mal humor del rostro se mejora el corazón. El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los estúpidos está en la casa de regocijo.”—Ecl. 7:3, 4.

El estar en la “casa del duelo” lleva al individuo a comprender la brevedad de la vida y le produce vejación cuando él considera sus sucesos imprevistos. El rostro del individuo asume una apariencia triste y severa en vez de estar enguirnaldado de sonrisas, como en una “casa del banquete.” La actitud seria que se refleja en el rostro puede tener un buen efecto en el corazón, y producir en uno un cambio hacia mejores condiciones. “El corazón de los sabios está en la casa del duelo” porque su corazón considera cómo deben llevar su vida, y por qué. El corazón no refleja el espíritu somero, descuidado, que se asocia con un lugar de francachela.

Continuando en esta manera de razonar, Salomón dice: “Mejor es oír la reprensión de alguien sabio que ser el hombre que oye la canción de los estúpidos. Pues como el sonido de los espinos debajo de la olla, así es la risa del estúpido; y esto también es vanidad.”—Ecl. 7:5, 6.

La persona que se descarriara del derrotero correcto ciertamente sacaría provecho de la reprensión de un sabio. Pero ¿de qué valor sería la canción del estúpido o la lisonja vacía? Esto podría ocultar faltas y confirmar a una persona en un derrotero incorrecto, lo cual arruinaría su reputación. Cuando la risa frívola de un tonto surge en una ocasión inapropiada, puede molestar los oídos de modo muy semejante al crujir de espinos que arden debajo de una olla, pues la risa del tonto produce un sonido desagradable y no ofrece ninguna edificación.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir